Reencarnado en un niño de 4 años ( 4.1 )
Dieguito ahora juega con su querido y deseado papá Raúl.
Era un día o mejor dicho una noche en la que mi mamá estaba de malas y la bebé igual de malas, mi papá tuvo que salir botado del cuarto, pues no era tolerado en ese lugar, yo le ofrecí con mi voz dulce y melodiosa que durmiera conmigo, que así me haría compañía, pues desde que tenían otra hija ya no me querían, esto fue como flecha a su corazón y lo supe, no debía usar esa flecha pero funcionó pues él aceptó compartir mi cama.
Nos acostamos con nuestras pijamas, yo con monito fino y franelilla sin ropa interior obvio y él con su bóxer de viejos y franelilla, bóxer de viejos? Esos que son antiguos y con abertura adelante, como los de mi primo Carlos pero sin diseños ni nada, solo blancos aburridos.
Eran la una de la madrugada, cuando ya no aguantaba más y como mi papá roncaba, tampoco me podía dormir, estaba nervioso, me acerqué a él con mis manitas, toqué su pecho y su respiración era constante y regular, baje a su bulto, estaba aguado, flácido, dormido, metí con cuidado mi manito dentro y lo saqué, por fin, después de casi un año, al fin tenía ante mi aquel pene, ya lo había visto en otras ocasiones cuando lo espiaba bañándose pero tenerlo cerquita no, lo olí, lo lamí y me lo metí en la boca completo, pues me entraba y lo fui chupando suavecito, pendiente de los ronquidos de mi papá, pues era el indicativo que seguía dormido, chupé y chupé hasta que logré hacerlo reaccionar y tomó forma, tamaño y consistencia, eran cerca de 21 o 22 centímetros casi como la de mi primo Carlos y con el grosor de mi tío Pedro, era como una mezcla entre ambos, él seguía durmiendo mientras su bebé de 5 años le chupaba la cabeza del pene y lamí su tronco hasta las bolas y volvía a subir, él dejó de roncar un instante y yo me detuve hasta que lo escuché roncando más suavecito y fue aumentando el sonido, continué con la mamada que le daba, comiéndome todos los jugos que él botaba.
Yo quería más y tenía que aprovechar esto, lo iba a violar sin pensar en las consecuencias, tomaba mi propia saliva y me la colocaba en mi culito metiéndomela con un dedo mientras lo dejaba a él lleno de esta, cuando ya estaba listo, dejé de mamarlo y habiéndome quitado mi monito, me subí sobre él, con las piernas a su lado y tomé la vergota de mi papá apuntándola a mi culo, presioné dos o tres veces hasta que entró la cabeza, sentí dolor claro está, pero un placer y una satisfacción increíble, me quedé quieto esperando a si mi papá despertaba o algo pero seguía roncando, imaginé que estaba haciéndose el dormido, bajé un poco más mi cadera y entró un poco más, yo intentaba no apretar mi culito para que no sintiera más presión de lo debido y así no despertara, pero cuando iba por la mitad del pene, él dejó de roncar y se movió colocando una mano sobre mi muslo y mi cadera y levantando la suya al mismo tiempo que yo dejaba caer la mía, penetrándome completamente con él, posé mi cabeza en su pecho creyendo que ya éramos uno, pero él despertó de repente todo alterado y me intentó alejar de él, pero yo me aferré a su cuello con mis manos y a su cintura con mis pies y movía mi cadera sobre él para sentir aquello antes que me lo arrebataran.
- Dieguito suéltame, qué haces, por Dios santo, qué haces, te vas a lastimar, bájate de mi ya mismo
- No, no, no, no, no quiero, no quiero, no quiero, quiero quedarme aquí, quiero que te quedes adentro de mi siempre, me gustas, te amo papi
- No Dieguito, no está bien, déjame, suéltame antes que venga mamá
- No viene si no gritas, papi hazme el amor, te amo, mira tu pico está todo dentro de mi, me gusta, házmelo
Mi papá se fue relajando un poco, al ver que en vez de lastimarme me hacía disfrutar, su pene se sentía muy apretado dentro de mi, mi culito lo arropaba como segunda piel, mi cadera subía un poco y la dejaba caer sobre él, aún apretándome a él sin querer soltarlo, cuando sentí sus manos sobre mi cadera y mi trasero sintiendo como uno de sus dedos que en realidad me la tenía toda metida, creo que le entré el espíritu del sexo, pues me tomó de la cinturita y me hacía bajar tan duro que mis nalgas sonaban contra su pelvis con cada embestida y su pene hacía los sonidos acuosos dentro de mi culito, las piernas de mi papá se doblaron para tener más apoyo y yo me incorporé sobre él apoyando mis pies en la cama y mis manitos en sus fuertes abdominales, mientras él me seguía tomando con sus manotas de mi caderita y comenzó a follarme como desesperado por si en algún momento se despertaba de algún sueño y al poco rato me inundó las entrañas de semen caliente y espeso, el que más había deseado hasta ahora, el del papá de Dieguito, mi recipiente carnal.
Continuará…..
Por: HOTMAN
Que triste que sigas robandote el crédito de relatos que no son de tu autoría…. Lamentable….
Me corri con tu historia y lo siento como si estuviera sentado sobre mi y es mi leche la que brota