Reencarnado en un niño de 4 años ( 6 )
Dieguito sigue jugando con su querido papá, con su primo Carlos y aprovecha para jugar con un vendedor del colegio.
Para mi cumpleaños número 7 yo estaba en segundo de primaria y tenía más amiguitos, continuaba en el mismo colegio y tenía un enamoramiento con un maestro de deportes el que a todas las maestras querían, pues mi radar gay me dijo que con él podía tener alguna suerte y decidí intentarlo, él no era mi instructor pero siempre estaba en el gimnasio cuando estábamos en clases y con sus shorts cortos y franelillas se veía súper musculoso, era moreno oscuro con ojos grises y una sonrisa que me muero cada que lo veo, de cabello rapado y al parecer lampiño como la mayoría de los hombres de color, su voz era suave pero viril y masculina.
En las afueras del colegio siempre a la hora del receso, estaba un señor vendiendo batido de arroz y leche muy ricos, a veces le comprábamos y cuando nos retirábamos, él siempre decía algo obsceno a las niñas y a veces a los niños, a mí por ejemplo siempre me decía que tenía una boquita deliciosa, él tenía alrededor de 50 años no era para nada bonito, era delgado y desaliñado pero poco a poco me fue dando morbo aquel viejo verde que se buceaba a todos los niños del colegio, un día en el receso me acerco a él y le pido un batido pero le dije que no tenía dinero que si le podía pagar con otra cosa y él con ojos brillosos, me dijo.
- No lo sé, con qué me podría usted pagar mi niño?
- No lo sé, con lo que usted quiera (con mi voz inocente)
- A pues que tal si me das un besito con esos labios tan bonitos que tienes?
- Bueno
Y así lo coordinamos, el me dio el batido y yo le di un piquito rapidito pero profundo y sentí como él pasaba sus labios por los míos, sentí un poquito de asco pero en realidad su aliento no estaba feo y el sabor de su saliva era rico, quizás por la bebida, aquello lo hice un par de veces más, dos semanas después o algo así el señor me propuso que al salir lo acompañara a dejar su localcito en donde él lo guardaba como a dos cuadras de ahí, acepté a ir pues mi papá iba a llegar media hora después y pues le dedicaría ese tiempo, cuando llegamos y el guardo sus cosas, me tomó de la mano y me metió en donde había un cuartito, me abrazó de frente y me besó, sus manos me acariciaban por encima de mi uniforme y yo sentía en mi barriguita el pene duro de aquel señor del que nunca supe el nombre o quizás no le preste atención.
- Ven bebé, mámamelo así bien rico
Yo me arrodillé sobre unos sacos de cemento, mientras él se desabrochaba el pantalón y saco un pene no grande ni grueso pero en la medida normal era bonito, abrí mi boca y lo comí con mi boquita ya experta metiéndolo casi todo y jugando con mi lengua alrededor de su cabeza que chorreaba muchísimo jugo, él me tomaba de la cabeza y movía su cadera follándome la boca por lapso de 10 minutos y fue cuando sentí algunos chorros de leche amarga en mi boca que tuve que tragar completamente escuchándolo gemir y casi gritar su eyaculación apretando su cadera contra mi carita hasta que se calmó y pudo soltarme, yo me levanté y salí corriendo de regreso al colegio en donde estaba mi papá esperándome, él me miró con cara de extrañado pero no dijo nada, me subí al coche y fuimos a casa.
Mi madre estaba absorta con mi pequeña hermana, todo su tiempo libre era para ella, mi papá se encargaba de mí, de mis tareas, mi hora de baño y de mi hora de dormir, varias veces tomamos duchas juntos en las que podía disfrutar de mucho sexo oral a su verga y él se hizo adicto a comerme mi culito dilatado por buenos ratos, éramos los mejores amantes secretos bajo las narices de mamá, por las noches mi papá siempre se quedaba un rato conmigo cuando me acostaba a dormir y mamá estaba dándole de comer a mi hermana, los dos dormíamos con nuestras barriguitas llenas de leche de nuestros padres.
Una de las muchas tardes de duchas juntos que tuvimos, estábamos los dos en la bañera él recostado a la pared y yo en su pecho sentado sobre su pene enterrado totalmente dentro de mi colita sin movernos, mientras él me lavaba la espalda y el pechito y yo hacía lo mismo con sus piernas velludas y gruesas, cuando de pronto se abre la puerta del baño, ambos casi morimos del susto cuando vimos a mi mamá entrar, la tina ya estaba casi sin espuma así que se podía ver hacia adentro pero como ninguno de los dos nos movíamos sino que nos lavábamos, mi mamá no notó nada raro, ella se sentó en la taza hizo pis y salió rapidito ya que la niña estaba sola afuera, nos dijo que no nos tardáramos mucho que la cena ya iba a estar lista y salió, decidimos interrumpir nuestro acto y finalizamos nuestro baño, salimos, cenamos y al rato ya todos estábamos en nuestras camas, yo aún excitado debido a que mi papi no me había podido dar mi ración diaria de leche, cuando ya estaba dormidito como niño bueno, siento una mano acariciando mi espalda, mi sueño ligero me activó la mente de inmediato y me fui saliendo de mi sueño pero me hice el dormidito pues yo sabía que mi papito me había venido a visitar, me quitó la sábana hasta dejarla más debajo de mis nalguitas cubiertas con una trusita linda de spider-man, pasó sus manos por mis nalgas y metió un dedo por el borde rosando la entrada del culito con la punta de su dedo y haciéndome estremecer, él me susurró al oído “eres mi putita más hermosa bebé,” se subió a la cama y me bajó el interior y automáticamente mi cadera subió hasta apuntar mi culito hacia él, de repente sentí su aliento contra mi trasero y antes de reaccionar él estaba comiéndose mi culito con su boca, era delicioso sentir como él me lo comía metiéndome su lengua hasta adentro y tomándome de la cadera para poder afincarse contra mí.
- Aaaaaahhh, papi me gusta eso, hazme más por favor
Él me estuvo comiendo el culito por largo rato hasta que me dejó preparado para recibir su enorme pene gordo, me lo colocó en la entrada y se quedó estático sin moverse pero me hizo un toque con su mano solicitándome que yo mismo me lo metiera, mi cadera se fue haciendo para atrás dejando entrar suavemente aquel trozo de carne duro y caliente dentro de mí, cuando estaba a mitad de camino, me tomó de la cintura y con un firme movimiento de cadera me lo metió completamente de forma brusca que me hizo morder duro la almohada para no gritar por el dolor que me produjo, su cintura me daba golpes en mis nalgas con cada embestida y el interior de mi intestino se removía cuando él metía completamente y sacaba, sus embestidas eran suaves y lentas pero con bastante intensidad acelerándolas poco a poco hasta que se volvió súper rudo y me cogía tan rico que no me importaba que me lastimara, yo subía al cielo con cada cogida que mi papi me daba, él paso largo rato sodomizándome que pensé que duraría eternamente, pero al cabo de una hora aproximadamente, me volteó colocándome su pene en la boca y explotando en manantiales de semen dentro de mi garganta y dejándomela llena de leche, que trague con mucho gusto y quedando con ganas de más y más.
A las dos semanas era el cumpleaños de la mamá de mi primo Carlos, mi tía hermana de mi papá, fue una celebración aburrida ya que no habían muchos niños solo unos primos y estaba Angélica mi prima a la que tanto odiaba por haberme robado el amor de Aron y por cosas del destino, Alexander su hermano, también estaba junto con Aron platicando cosas de adolescentes, ambos ya tenían 17 años eran todo unos hombres y sus cuerpos se habían vuelto más anchos y musculosos por el deporte que practicaban, ambos eran bellos pero al ver a Aron, mi corazón se quiso salir de mi pecho y sentí ganas de llorar cuando sus ojos color miel brillantes se posaron en los míos, él hizo un ademan de saludo con la cabeza pero yo me giré y me fui de ahí.
La reunión paso normal hasta que llegó la hora de irse, mi primo Carlos le propuso a mi mamá que me dejara esa noche, total sería fin de semana y no había clases, mi primo Alexander se apresuró a decir que él también se quedaría pero sus papás no lo dejaron y Aron me miraba demasiado, mientras la estúpida de mi prima se guindaba de su brazo como una sanguijuela, yo para darle celos a Aron, también pedí quedarme y me fue concedido el permiso, cuando llegó la noche, nos fuimos a dormir, Carlos me estaba esperando en su cama, cubierto por las sábanas y bajo ella estaba totalmente desnudo, cuando terminé de asearme y entré al cuarto, me pidió que pusiera seguro y me acercara, cuando me volteé, él se había descubierto, seguía siendo tan blanco y delgado pero con su verga quizás aún más grande que antes o quizás era mi imaginación, me excite de inmediato y me puse nervioso al mismo tiempo que me acercaba a él lentamente.
- Hola nene, hacía mucho tiempo que no venías, ya pensé que no me querías, no sabes cuántas noches he deseado tenerte en mis brazos de nuevo
- Y que, igual usted tiene su novio para coger
- Sí, pero no es lo mismo, contigo es más rico
- Aja
Yo estaba molesto, deseaba que fuera Aron y no él quien estuviera conmigo, pero me excitaba verlo así desnudo y disponible para mí, me subí a la cama y me acerqué a él subiéndome encima, cubierto solo por mi interior de tela fina, mis manos recorrieron su pecho sintiendo sus huesos y su abdomen marcado de abdominales y debajo de mis nalgas su pene duro palpitante, me agaché hasta sus labios y lo besé de la manera más apasionada que pude y él me lo respondió, tomándome de mi cadera y apretándome fuerte hacia él, sus manos fueron sacándome el interior con mi ayuda, quedando los dos totalmente desnudos, él se giró, dejándome debajo de su largo cuerpo, mis piernitas abiertas a los lados de su cintura y su pene punteándome la entradita del culo, se sentía caliente y babosito, le pedí que me dejara mamárselo, pero se negó diciendo que no aguantaba las ganas de clavármelo y así fue, me la metió toda de un solo golpe hasta que sentí sus bolas chocando con mis nalgas, quise gritar pero él me besó para no hacerlo y callar mi dolor con su lengua.
Él se quedó quieto unos minutos mientras mi culito se relajaba, aunque no lo crean pero a pesar de haber sido cogido mucho durante estos dos años mi culito se cerraba volviendo a su tamaño natural y cada vez que me cogían era casi como si me desvirgaran, Carlos se movía suavemente manteniendo mis piernas abiertas con sus fuertes manos y su cadera haciendo movimiento sacando la mitad de su pene y volviéndolo a meter, yo podía sentir cada vena de su duro pene rozar las paredes internas de mi cavidad anal, sus manos apretando fuertemente mis tobillos y sentía el choque de su cadera contra mis nalgas, su rostro contorsionado de placer y las gotas de sudor resbalando por su frente y su cuello hasta su en ese momento rojo pecho, mis manitos lo tenían sujeto de su cadera como queriendo que con cada embestida se pegara más y metiera más de su pene en mí.
- Aaaaaahhh primo me gusta, me gusta cuando me coges, házmelo más, más y más que rico
Yo estaba sintiéndome muy bien, esa sensación de tenerlo dentro, hacía que se me olvidara todo, ya había olvidado lo que se sentía tener a ese hombre dentro de mí, su pene enorme profanándome profundamente, llenándome de mucho placer y sobre todo el aguante sexual que tenía mi primo que podía durar incluso horas follándome, era casi perfecto, si al menos fuera Aron.
- A mí también me encanta cogerte, tienes el culito demasiado rico, demasiado perfecto, demasiado mío, quiero que seas mío
- Ya estoy siendo tuyo primo
Carlos me colocó en diversas posiciones pero la preferida de él era tenerme en misionero para besarme y para que yo le chupara sus pezones y acariciara su abdomen de macho, acariciara sus piernas, su espalda, cuando me ponía de perrito, él me tomaba de la cintura se transformaba en otro hombre y me clavaba súper fuerte y rudo haciéndome doler y sentir su pene en lo más profundo, cuando estábamos de cucharita, era súper tierno, sus movimientos eran suaves, lentos pero profundos, dos horas después él me llenó de semen las entrañas, me apretó fuerte diciéndome que me amaba y que siempre quería tenerme en su cama y entre sus brazos.
Nos quedamos dormidos uno en brazos del otro como dos enamorados, él ya tenía 22 años y yo con 7 años y medio, éramos dos amantes que nacieron o en mi caso reencarnaron para ser amantes, pero solo sentía eso, mi corazón le pertenecía a Aron el chico que había conquistado todo de mí y esa tarde en el cumpleaños de mi tía, me di cuenta por su mirada que aún había algo ahí y yo iba a descubrir que era.
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