Reencuentro.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ariez96.
Walter es un tipo ya de 45 años, 1.70, robusto, blancón, muy varonil, futbolista de fin de semana y q lleva muy privado su lado pasivo, el típico hombretón caleta. Cuando entramos a la hab él se fué al baño a orinar, yo aproveché de desvestirme y al salir él también fuí a orinar pero me demoré algo pues me refresqué la cara. Al salir ví a Walter ya desnudo sobre la cama, su musculoso y blanco culo invitándome, sus grandes pies sobresalían de la cama.
Lentamente me acerqué a él y acaricié sus pies calientes, se los besé y seguí a sus tobillos, a sus gruesas pantorrillas, a sus piernas fuertes, lamí sus nalgas poderosas, suavemente las separé para deleitarme con su ano rodeado de pocos pelitos y lo besé allí muy despacio como yo sabía q a él le gustaba, Walter empezó a gemir bajito mientras yo seguía besando, lamiendo, chupando su ano delicioso, minutos eternos estuve así saboreándolo y acariciando sus piernas, pies, nalgas. Luego le dije -voltéate cholito- y le levanté las piernas para seguir saboreando y ensalivando su ano q latía. Al rato me dijo -ya, penétrame, quiero tu pinga-, y yo felíz froté en su ano mis bolas peludas, pusé sus piernas sobre mis hombros y lo acomodé para hacerlo mío.
Mi verga gorda y dura botaba presemen y el pene de él también, junté nuestros cabezones para impregnar mi glande de ese lubricante natural q botaba abundante el cabezón de Walter. Mi cabezón así enmelado se apoyó en su ano.Muy despacio y en círculos empezé a hacer presión, muy despacio ingresaba mi glande en Walter sintiendo delicioso su abrazo anal, era el cielo! Así suave y lentamente mi verga ingresó toda en Walter hasta q mis bolas peludas besaron sus nalgas y un metesaca suave y arrechante inicié. Así nos gustaba, muy despacio, sintiéndonos en cada segundo, gozando cada segundo. Ahora las piernazas de Walter rodeaban mi cintura, sus manos acariciaban mis nalgas y me presionaban rítmicamente sobre su cuerpo, yo lamía sus tetillas, besaba su boca, lo hacía mío. De pronto me dijo -quiero tu leche en mi boca-, lo solté y con una erección poderosa me eché sobre la cama para dejarlo hacer. El dirigió su boca a mi verga e inició un mameluco alucinante, yo estaba en el paraíso, gozaba mucho y acariciaba su cabello. Pronto sentí q me venía un orgasmo intenso desde los pies y mi leche salió disparada a su boca desesperándome de placer, sus manos acariciaban mis testes, mis piernas, mi vello púbico. Walter tragaba parte de mi semen pero yo notaba q con su boca también lo esparcía a lo largo de mi verga embarrándola, tuve un orgasmo inolvidable.
Apenas terminé Walter ubicó su pene sobre el mío, aún fierro, y lo frotó voluptuosamente, luego con su mano recogió semen de mi verga y lo embarró en su pene para pajearse. Ufff, esto me pareció intenso, su rostro mostraba placer infinito, yo acariciaba sus muslos. Al rato empezó a eyacular sobre mi verga y sentí su abundante leche caliente. Después se abrazó a mi cuerpo y agitado me dijo -ya no te dejaré-
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