REGALO DE GRADUACIÓN
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todos los alumnos del ultimo año estaban emocionado, todo estaba revolucionado,
Alan llego excelentemente arreglado al colegio para ver a su padrino el cual trabajaba en el colegio…
Se veía realmente hermoso al caminar por los pasillos, provocaba que todas las chicas y algunos chicos también, se dieran vuelta al pasar la notable belleza del rubio.
-Alan ¿Que haces aquí? – Dijo su padrino – Ya casi va a ser la hora de la ceremonia.
-Lo se padrino es que necesito un gran favor. Necesito que retrases un poco la ceremonia.
-¿Y para que quieres que haga eso? – dijo impresionado su padrino.
-Solo lo quiero para poder hablar con alguien, y arreglar asuntos antes de la graduación.
-¿con Jonathan?.
-Si, después de lo que ha pasado, creo que debo hablar con el y olvidar todo lo ocurrido.
-Me sorprende lo sensato que te has vuelto.
Alan corrió hacia el salón de laboratorio ya que sabia que por hay tendría que pasar Jonathan,
Jonathan venia súper distraído y tan feliz, que saludaba a cualquiera que se le cruzara en su camino… al pasar por el salón de laboratorio, la puerta se abrió bruscamente y una mano fina y blanca lo metió dentro del salón.
-¡Que diablos! –grito Jonathan asustado al sentir el tirón.
Cuando salió del susto y pudo identificar a su agresor grito:
-¡Tu! ¿Que crees que estas haciendo?
-Quiero hablar contigo antes de la ceremonia – contesto un calmado Alan.
-¡Pero yo no quiero hablar contigo!
Pero cuando Jonathan se dio vuelta para abrir la puerta, descubrió que estaba cerrada con llave. Sorpresivamente Alan lo tomo de los hombros, lo volvió hacia el, y sin que se diera cuenta le ato las manos a Jonathan…
Pero esto no fue todo, subió las manos del moreno sobre su cabeza y las engancho contra un gran clavo que estaba en la puerta.
-No, no –gritaba– Déjame ir, suéltame –gritaba con más fuerza – ¡AYUDA!
-Nadie te va a oír. Ya todos estan en el salon listos para la ceremonia-
Solo quiero hablar civilizadamente una vez -continuo Alan, mientras que con sus dedos desabrocho la toga del moreno, dejando ver su camisa blanca perfectamente planchada y su corbata puesta a la perfección.
-¡No creo que nada civilizado venga de ti.
-Escucha, solo quiero compensarte por todo estos años que estuve molestándote.
-Por Dios, eso si que no me lo creo ¡¡Déjame ir!!-gritaba Jonathan mientras trataba sin éxito de desengancharse del clavo.
Alan pego sus caderas contra las de Jonathan, y sus narices quedaron rozándose, sintiendo el aliento del otro. Jonathan se estremeció de una forma impensada
-Alejate o no respondo de mí- amenazo Jonathan.
-Es que no vas a responder- dijo Alan con tono burlón- Estás indefenso, atado ahí.
-¿A minutos de la graduación me sigues molestando? ¿No te bastaron 6 años?
-Yo no quiero molestarte solo quiero darte un regalo antes de irme.
-No quiero ningún regalo tuyo… Nada bueno puede venir de ti.
Alan aflojo el nudo de la corbata del moreno y comenzó a desabrochar los primeros botones de su camisa.
-¡Que haces pervertido! – dijo Jonathan con repudio.
-Dándote mi regalo –dijo Alan, con una mirada de lujuria que asusto a Jonathan.
Luego de pronunciar esas palabras se sumergió directamente en el cuello del moreno, haciéndolo estremecer de pies a cabeza… mas allá de su cabeza, estaban sus manos atadas que trataban de liberarse, sin éxito.
-¡Maldito!- grito Jonathan- ¡Es lo único que te faltaba!
-Así es – dijo Alan sacando su boca del cuello- No quería irme sin antes hacer lo que desee desde tercer año.
Estas palabras dejaron atónito al chico ¿Que? ¿Alan lo deseaba?
Alan le contó que lo traía loco desde tercero, cuando comenzaron ese año escolar todos estaban con las hormonas a flor de piel, y noto la extrema sensualidad de Jonathan, pero como este no lo correspondía solo pudo fingir odiarlo para tener su atención.
-Estas loco no esperaba tal bajeza de ti.
-No es bajeza, es deseo, que por lo que veo, nunca lo sentiste.
-¿Y tú que sabes de mi intimidad? -dijo enojado Jonathan.
-No creo que la tonta de tu novia te haya dado placer.
Jonathan quedo mudo al saber que eso era cierto, no pudo pronunciar palabra cuando una húmeda y caliente lengua paso violenta por su oreja…
-No sabes lo que es el placer yo lo se-dijo Alan con voz sensual- Ese va a ser mi regalo.
El rubio no quiso esperar más, como vio que Jonathan estaba preparándose para insultarlo, le tapo la boca mientras que con sus finos dedos desabrocho el resto de la camisa, separándola a ambos lados del cuerpo del moreno.
La yema de los dedos de Alan comenzó a recorrer suavemente todo el torso de Jonathan, no podía hablar aun, le estaban tapando la boca, pero no parecía quejarse. Luego de unos minutos de sexys caricias, Alan saco la mano de su boca y se sorprendió al ver que Jonathan no decía nada, solo lo miraba con un brillo nuevo.
Alan lentamente acerco sus labios a los de Jonathan hasta encontrarse… suave, lento… sus cuerpo juntos el ambiente aumentaba su temperatura…se sorprendió al notar la dureza del cuerpo de Jonathan… pero mas se sorprendió cuando este le abrió sus labios para dejarlo entrar.
-Siempre me gustaste, Jonathan- se susurro al apenas separarse- Por favor déjame seguir.
Wow, Alan suplicándole, no podría haber nada más satisfactorio y sensual.
Jonathan sabía que nunca había recibido placer, salvo el que se había dado el mismo. Alan tenía razón… solo tubo dos besos tímidos en su vida ¡¡Ya tenia 17 años!!! Ya era tiempo, aunque sea con un hombre que no estaba nada mal y parecía experto… así que solo se digno a acertar con la cabeza.
Alan se dispuso a hacerle saber a Jonathan lo que era el placer, iba a hacerlo gemir hasta que le pidiera basta… o hasta que las trompetas de la ceremonia sonaran.
El rubio lo besó luego de la aceptación de Jonathan. Sus lenguas se encontraron en un vaivén delicioso que hacia soltar pequeños murmullos del moreno, lo cual comprobaba lo cierto, nunca había besado apasionadamente a nadie… hasta ese momento.
Alan profundizaba más sus besos y aplastaba más el cuerpo del moreno, el rubio puso una pierna entre los muslos de Jonathan ejerciendo una presión erótica sobre su miembro, mientras esté tímidamente una de sus piernas para sentir más el contacto.
Se separaron un momento y sus hermosos ojos se encontraron, Jonathan estaba rojo y Alan estaba tan complacido
Alan desabrocho su propia camisa y se refregó sobre la piel de Jonathan… ahora si que el ambiente parecía como si estuvieran dentro de una caldera.
Gemidos mas notorios salían de sus bocas, Alan recorría su cuello, saboreando cada centímetro, bajo hasta su pecho para quedarse unos minutos sobre las tetillas de Jonathan, para luego seguir un camino más y más hacia abajo. Desabrocho el pantalón del moreno y, sin pedir permiso, se metió el miembro entero en su boca.
Un grito ahogado salio de los labios de Jonathan que aun no entendía lo que sucedía, pero le gustaba tanto que apenas podía mantenerse en pie. Sus rodillas le temblaban, daba gracias estar atado sino se hubiese caído debido al extremo placer.
Alan seguía más y más rápido hasta que Jonathan exploto dentro de su boca, acompañado de su primer orgasmo… no pudo evitar sentirse feliz.
El rubio subió, lo miro fijo a los ojos, como agradeciéndole, y lo desato… Jonathan repentinamente paso sus brazos sobre el cuello de Alan para volver a besarlo con fervor… esto no había terminado.
Jonathan le quito la toga junto con su camisa y su corbata, y comenzó a tocarlo, no era justo que solo Alan pudiera tocar… entre besos apasionados las manos del moreno llegan a los pantalones del rubio y los bajó, dejando al aire libre su endurecido sexo.
Ambos se pegaron como imanes y los gemidos volvieron a resonar en el laboratorio… se aferraron de sus caderas y comenzaron a frotar sus miembros sintiendo su calor y su rigidez.
-Ajajá, es tan divertido- dijo Alan mirando los ojos de Jonathan sin detener los movimientos.
Jonathan solo se limitaba a apretar mas y mas fuerte y respirar ruidosamente… no paraban de besarse ni refregar sus cuerpos, estaban como en un transe.
Jjonathan volteo a Alan juntando su espalda con su pecho…y bajó una juguetona mano hasta la virilidad del rubio… agitándola suavemente para luego ir aumentando la velocidad… Jonathan opto esa posición, ya que era algo inexperto, así parecía como que lo estaba haciendo para el mismo.
Alan tiraba su brillante cabeza hacia atrás impulsado por el placer y la posaba en el hombro de Jonathan, mientras que sus manos tomaban la cadera del moreno, impactándola sobre su trasero, sobre su piel que ardía.
Termino y quedo exhausto… besando aliviado a Jonathan. Había sido estupendo, una despedida inolvidable.
-Gracias -murmuro Jonathan entre su agitada respiración.
-Que bueno que te gusto mi regalo -dijo Alan con picardía.
El beso que se dieron fue interrumpido por las trompetas que anunciaban la ceremonia de graduación… mierda… había que apurarse.
Se pusieron sus ropas, se limpiaron un poco, y salieron del salón. Debían irse por lados diferentes, así que se despidieron, sin antes Alan hacerle seña de que no le contara nada a sus entrometidos amigos, y Jonathan acertó con la cabeza y una sonrisa.
Al llegar al salon donde seria la ceremonia Jonathan se encontro con sus amigos que le pidieron explicaciones de donde había estado, pero pudo inventar una excusa creíble.
-¿Y tus lentes?- pregunto uno de los chicos al ver que su amigo no los traía apuesto.
Jonathan tanteo sus bolsillos, pero no estaban ahí, estaban ¡En la toga de Alan!
-Fíjate donde dejas tu basura, dijo una voz sobradora por detrás.
Era Alan extendiéndole sus lentes con cara de “Aquí no paso nada”.
-Oh ¿Lo encontraste mientras te arrastrabas? –dijo Harry agrio.
Antes de darse vuelta hacia sus mesas, Alan le guiño el ojo en forma juguetona y Jonathan le devolvió una sonrisa.
La fiesta había sido maravillosa, estaban todo feliz con sus diplomas, todos se abrazaban…
Había sido una noche perfecta, todos recibían abrazos y felicitaciones de los profesores y sus amigos… Incluso hasta regalos, pero Jonathan había recibido uno que jamás olvidaría.
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