RELATOS DE UN CHICO SEXO SERVIDOR – 3 – EL SEMINARISTA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por astarnet.
Al día siguiente por la mañana, me desperté de nuevo en casa de pablo, estaba en la misma habitación donde había dormido con David unos días antes, me sentía muy cansado y falto de energía, no sabía qué horas eran.
No tenía ganas de salirme de la cama me sentía confundido, triste, sin esperanzas ni ánimos de nada.
A los poco minutos entró Pablo y con una sonrisa me dice – sé que la pasaste muy mal anoche, pero debes de comer, vamos a darte un regaderazo y bajaremos para que desayunes.
Pablo me tomo en sus brazos, me saco de la cama y me llevo a la regadera, me metió en la tina con agua caliente y rápidamente enjabono mi cuerpo y lo enjuago con la regadera manual.
Seco mi cuerpo con una toalla y me entrego un cambio de ropa de shorts y playera nuevos, que al parecer había comprado esa mañana por que una tenia las etiquetas.
Me puse mi ropa y bajamos a desayunar, la casa se sentía sola, al parecer Juan José aún no había regresado de casa de David.
Pablo había comprado el desayuno en una cafetería local y me entregó un tazón desechable con leche caliente, Avena y nueces.
Y otro tazón desechable con frutas en trozos.
Pablo me observaba mientras yo desayunaba y rompió el silencio diciéndome – Charly, quiero que sepas que no estás solo, siempre contaras conmigo, yo hice la promesa de cuidarte y la cumpliré.
– Solo moví mi cabeza en forma de aceptación, aún era muy pequeño y no comprendía el trasfondo se sus palabras, muchos años después comprendí a que se refería.
– Iremos al Instituto para regresarte, pero te prometo que iré a verte muy pronto.
Y no te preocupes, Todo estará bien, David te quiere y no te dejara solo.
Además recuerda que soy tu tío.
– Si Tío.
– Respondí sin poder mirarlo a la cara.
Subimos al auto SUV de pablo y nos dirigimos rumbo al instituto.
En eso sonó el móvil de Pablo –
Buenos días David, Si vamos en camino rumbo al instituto, Si ya desayuno, No creo sea conveniente lo veas hoy, déjalo este más tranquilo y búscalo en unos días.
Buen día.
– Pablo Colgó la llamada.
– Era David preguntando por ti y quiere verte, tú quieres verlo?.
– Moví mi cabeza indicándole que no.
Llegamos al instituto y nos anunciaron que la Directora estaba ocupada en su oficina, así que esperamos sentados en las bancas de madera colocadas en el largo pasillo.
Esperamos un corto tiempo cuando se abrió la puerta y salieron de la oficina de la directora dos jóvenes Altos y rubios de aspecto extranjero, uno de ellos me miro sonríete, pero yo esquive su mirada, mis ánimos no me lo permitían.
Ambos giraron a la derecha y entraron a los baños de visitas donde conocí al David.
En seguida hicieron pasar a pablo y yo permanecí sentado en las bancas.
A los pocos minutos el chico rubio que me sonrió salió del sanitario y me vio sentado, me observo por unos instantes, tomo la iniciativa y se acercó a mí.
– Hola porque estas tan triste, hiciste alguna travesura? – su acento era muy marcado pero su español era claro y fluido.
– No señor.
– respondí.
– Y cómo te llamas? – Me pregunto
– Soy Charly
– Mucho gusto Charly, yo soy Antón y soy parte del grupo de Seminaristas misioneros y venimos a ayudar a los chicos de este instituto.
–
Yo, permanecí en silencio no sabía que responder, mi mente estaba en otro planeta.
El estiro su mano para saludarme, yo seguía con la vista baja.
Pero al ver su grandes manos, anchas y fuertes con venas saltadas, yo correspondí con mi mano y el apretó fuertemente mi mano.
Levante mi vista y descubrí la mirada de un joven apuesto de 21 años, de ojos claros café-verdes, cejas pobladas y rubias como su pelo, su rostro rosado y limpio.
Me sonreía con su mirada curiosa y alegre.
En ese momento se abrió la puerta del baño y salió su compañero misionero, un chico igual de rubio que Antón
– Charly me despido por ahora, debemos instalarnos.
Te veré mas tarde para la cena.
– Adiós.
– respondí.
Ambos se alejaron por el pasillo.
Escuche voces y se abrió la puerta de la oficina de la directora.
Era pablo que ya salía.
– Charly, ya hable con tu directora, todo estará bien, vendré esta semana a verte, cualquier cosa que necesites, habla con la directora ella me buscara.
Me dio un beso en la frente y caminamos juntos por los pasillos rumbo al estacionamiento.
Pablo se subió a su auto y se marchó.
Caminaba por el jardín del estacionamiento para dirigirme a los dormitorios y poder ir a buscar amigos cuando vi sentados en una banca a Raúl y a su otro amigo, seguí caminando y al pasar junto a ellos, Raúl se puso de pie y me sujeto de un brazo y con toda su fuerza me arrojo al suelo, caí de rodillas solo alcance a poyarme con la palma de mis manos.
– Eres un idiota, por tu culpa se arruino todo, jamás volverán a llevarnos a casa del Dr.
David, y entérate de una vez, yo soy su preferido y sé que pronto vendrá a buscarme, tu no le importas, y no quiero verte cercas de él, si te veo te romperé tu chula cara y te secare los ojos.
Ahora lárgate no quiero verte cercas de mí.
Y te ira peor si dices una palabra de esto a alguien.
Sacudí mis rodillas, me puse de pie y Salí corriendo… ahora tenía un enemigo en el instituto.
A partir de ese día Raúl y su amigo se encargaron de hacerme la vida imposible, me espiaban y buscaban la forma de humillarme y golpearme.
Yo por temor permanecía callado.
Mis amigos ya poco me hablaban, se había alejado de mí, a veces se hablaban en secreto entre ellos y murmuraban llamándome maricon.
El día miércoles de esa misma semana me llamaron de la oficina de la Directora, y mi gran sorpresa fue ver al tio Pablo que iba a verme, me dio un fuerte abrazo y me entrego una cajita de chocolates.
– Como estas Charly
– Bien Tio
– Me alegra, vine a verte porque me lo pidió David, el está fuera de viaje y no ha podido venir a verte.
Y me pidió te trajera estos chocolates.
Ponto vendrá a verte.
Mi corazón se llenó de alegría, era un regalo de David.
– Charly, he venido de carrera a verte, pero debo de irme de inmediato, necesitas algo?
– Mhmm, no tio, bueno.
si.
Le podía decir a Said que venga a verme
– A Said? Por que Said.
– me pregunto muy extrañado.
– Él es mi amigo y quiero verlo.
– Esta bien, se lo diré esta tarde que lo vea.
– Charly , Ahora regresa a tus clases y pórtate bien.
Me dio un beso en la mejilla y me aleje corriendo.
Me pare a medio pasillo y le grite.
Tioooooo…Dígale a mi padrino que venga por mi!!!
Esa misma tarde, me volvieron a llamar, pero ahora de la clínica del instituto, la enfermera me explico que me sacarían un poco de sangre y sería muy rápido.
Me instalo en una silla y me pidió cerrar los ojos.
Solo sentí un ligero piquete en mi brazo y cuando menos lo pensé ya tenía un pequeño parche en mi brazo, fue muy rápido.
Salí de la clínica y fui a refugiarme a la librería ahí nadie me molestaba.
Paso una semana, hasta que un día viernes al medio día se presentó Antón a nuestra aula de clases, vestía un pastalón de vestir azul marino y una camisa blanca que enmarcaba perfectamente su cuerpo.
Nos indicaron que era un Misionero y seria el psicólogo del instituto, venían de noruega y estarían con nosotros todo el verano, nos harían una evaluación y nos llamarían de uno en uno a su oficina.
Yo por ser el más chico de mi grupo fui el primero.
Me dirigí a la oficina de Antón que estaba al fondo del instituto era una oficina abandonada que había permanecido cerrada por que nadie la usaba y la habían adaptado provisionalmente con unos muebles viejos.
En la oficina solo había un escritorio con su silla, un librero, dos sillones y una mesita a un costado donde había una jarra con agua.
Antón se sentó en un sillón frente a mí y me pregunto.
– Hola Charly que gusto volverte a ver, cómo estás?
– Bien – respondi.
– Charly, como te has sentido estos últimos días? Me han dicho tus maestros que estas ausente y no pones mucha atención en tus clases, hay algo que te preocupa? Que te tiene así? –
Permanecí en silencio.
– Charly, soy tu amigo, yo quiero ayudarte, confía en mi, todo lo que tu me digas será un secreto entre tu y yo.
– Me lo prometes? – Pregunte.
– Si te lo prometo
– Es que…Extraño mucho a mi Padrino David, pero me mintió.
– Cuéntame quien es tu padrino David.
– me pregunto Antón.
– Él es mi padrino del instituto, él era muy bueno conmigo y me decía que me quería mucho y que sería mi papi, pero me mintió y ya no quiere verme.
– Un nudo en la garganta me asfixio y ni pude aguantarlo más y solté en llanto.
– Tranquilo Charly, todo estará bien, a ver ve aquí.
Me puse de pie y me pare frente a Antón, el me abrazo y me sentó en sus piernas
– Tranquilízate creo que todo ha sido un mal entendido, a veces las personas son muy ocupadas y no pueden venir a verlos, pero te prometo que lo buscare y le pediré que venga a verte.
– Me lo prometes?
– Te lo prometo Charly, tranquilízate…todo estará bien.
– Y por qué quieres tanto a tu Padrino David, como te trata?
Yo me sonroje y no sabía que responderle.
No podía contar nuestro secreto.
– Veamos Charly, cuéntame que es lo que más te gusta de tu padrino David.
Por segundos tartamudeo y trate de cuidar mis palabras.
– Me gusta que es muy alto, es más grande que tú, me abraza mucho, me compra helados, me lleva a comer a lugares lindos y dice que soy un príncipe.
– Y que más te gusta de David?
– Me gustan porque parece un oso
– Y por que es como un oso?
– Es muy fuerte, tiene manos grandes y es como un oso de peluche…
– Por qué dices que es como un oso, por lo grande? Y porque es como un oso de peluche?
– David tiene muchos pelitos en su cuerpo y cuando me abraza se sienten suavecitos como un osito de peluche.
Antón observaba mi entusiasmo y la forma como describía a David
– Charly, y por qué te gustan sus manos grandes?
– No lo sé – respondí.
– Y qué opinas de mis manos? – y las coloco frente a mi cara y las giraba de forma lenta para que yo las observara.
Con la palma de mi mano rose suavemente las venas que resaltaban de las manos de Antón, sus dedos eran largos y anchos, se veían cuidados y limpios, con mis manos tome cada uno de sus dedos, eso me hizo recordada la forma que David metía sus dedos en mi culito, mi cuerpo de inmediato se sintió caliente y me puse rojo.
– Creo que también son grandes comp las de David.
Se sientes duras y fuertes.
– Respondí.
Yo permanecía sentado en las piernas de Antón, pero de inmediato sentí sobre la tela de su pantalón una sensación abultada y caliente pegaba en mi pierna derecha, yo sabía lo que era, pero no me atrevía a agarrarlo como lo hacía con David, así que de inmediato le pedí que quería bajarme de sus piernas, me impulse pero al mismo tiempo apoye mis manos sobre su pierna y pude sentir el grosor de su verga dura.
Antón al sentir mi mano sobre su verga dio un suspiro y su verga palpito sintiéndose más dura.
Con mi mano sujete fuertemente su verga y el me miro a los ojos, creo que le agradaba.
Me puse de pie y me metí entre su piernas sin soltar de mi mano su verga dura, me incline para bajar el cierre de su pantalón, el intuyo lo que yo quería y desfajo su cinturón y desabotono la cremallera de su pantalón.
Abrí la cremallera y metí mi mano para sacar una verga grande de unos 21 cm.
Gruesa, rosada , rodeada de venas resaltadas, su verga estaba cubierta de pelos rubios y abundantes desde su abdomen hasta sus piernas.
Acerque mi nariz y olía a limpio a jabón fresco.
No lo dude y con cuidado la metí a mi boca.
El estiro sus piernas y bajo su matalón hasta los tobillos.
Me puse de rodillas y Acomode mi cuerpo entre sus piernas y poco a poco fui metiendo su verga gruesa hasta donde mi garganta lo permitía.
Antón dio un profundo gemido y arco su espalda hacia tras cerrando sus ojos.
– Que hermoso bebe, quien te enseño a hacer esto tan delicioso.
Yo permanecí en silencio, suavemente movía mi boca de forma circular sobre su glande como me había enseñado David y metía profundamente su verga a mi garganta como lo aprendí de Said, pero la verga de Antón era más grande y no la podía meter toda como la de Said.
Antón movía su cabeza de lado a lado y gemía muy suavemente.
– que delicia baby, que delicia…me encanta lo que me haces.
– Saque su verga de mi boca y con mi lengua la llene de saliva, la sujete fuertemente con mis dos manos para recorrerla de arriba abajo.
Me incorpore un poco y me recosté sobre su cuerpo, Antón metió sus manos por debajo de mi playera y acariciaba mi espalda, yo sentía esas ráfagas de electricidad que recorrían mi espalda y hacia punzar de excitación mi culito.
Acerque más mi cara a los labios de Antón y el me recibió con un beso tierno, suave.
Yo quería algo más, quería sentir la forma de besar de David.
Volví a besar a Antón, pero ahora yo metí mi lengua a su boca y el me recibió con la humedad con su saliva.
Antón correspondía a mi beso y me beso como se besan los adultos.
Sus manos recorrían mi espalda hasta bajar a mis nalguita, metió su mano por debajo de mis calzoncillos y apretó mis nalgas, rosando con sus dedos los pliegues de mi culito, provocándome una sensacion que me hizo gemir.
A lo que Antón reacciono preguntándome.
– Te gusta que te toque ahí verdad? – Si Mucho – Le respondí.
Anton con sus hábiles manos desabotonó mi shorts y me quito mi playera dejándome desnudo frente a él.
Antón se quitó su camisa blanca de mangas largas dejándome ver sus brazos cubiertos de vellos rubios, su pecho amplio rosado, una piel suave sin ningún vello era una sensación diferente.
Su aroma era limpio pero masculino, coloque mi cara sobre su pecho para sentir su suavidad y su aroma.
Al mismo tiempo con mi mano no so soltaba su dura verga, la tenía fuertemente agarrada, mi mano la sujetaba de la base de su verga y la movía suavemente.
Antón tomo mi cabeza y la guio a sus pezones rosados y me pidió que se lo lamerá, los lamí como un gato, poco después me incline, y con mis dos manos tome su verga y metí su glande a mi boca, empecé a chuparlo y mover mis manos frenéticamente, llenado su glande de saliva.
– Aun no bebe, espera, para para, para- Sabía que estaba a punto de soltar su miel y pare.
– Jajajajajajaja eres un diablillo, a hora veras lo que te espera de castigo.
Anton aun recostado sobre el sillón me tomo de la cintura y me coloco en posición de 69 y con sus manos abrió mis nalgas y hundió su lengua en mi culito.
Solo alcance a emitir un gemido porque en ese momento tomo mi cabeza y empujo su verga en lo más profundo de mi garganta para que me la tragara.
Antón con su lengua recorría mi culito y se metía mi pollita a su boca y con su mano intentaba meterme su grueso dedo, cuando el noto que mi hoyito estaba dilatado y su dedo podía entrar con facilidad, no dudo en meter su dedo a su boca para llenarlo de saliva y hundirlo en lo más profundo de mi culito, sentí unas fuertes ganas de gritar de placer pero Antón con su mano impidió sacara su verga de mi boca y la hundió más profundo, hasta que sentí que los pelos de su pubis rosar mi labios y mi nariz, estaba impresionado de ver como en esa posición toda esa enorme verga cabía en mi garganta completamente.
Saque la verga de Antón de mi boca para tomar aire y evitar la sensación de vomitar, pero era una sensación nueva, increíble, me tenía fascinado, respire profundo y la volví a meter toda….
Antón dio un fuerte gemido y volví a repetir, una y otra vez de manera rítmica… Yo castigaba a Anton con mi boca y con mi garganta tragaba su verga, y el me castigaba chupando mi pollita con su boca y sus gruesos dedos taladrando en lo profundo de mi culito, tocando esa parte que me hacía estremecer de placer.
Ambos gemiamos, pero para mí, el sentir toda su verga en mi boca era algo nuevo y delicioso.
No se cuánto tiempo estuvimos así, hasta que llegó un momento que mi culito ya no resistía mas, mis piernas me temblaban de excitación y estaba tan dilatado por sus dedos y su saliva que no lo espere más.
Me deslicé con la intención de cambiarme de posición y Antón me ayudo a ponerme de pie.
Y sin que él lo esperara me monte de frente sobre sus piernas y guie su verga directo a mi culito, cerré los ojos y deje caer mi cuerpo, ensartado su gruesa verga en mi culito caliente y deseoso de ser penetrado por ese rubio tan masculino.
Sentí un ligero dolor y pare.
Antón, lo intuyo, se puso de pie y saco de su mochila un tarrito de plástico con vaselina, tomo bastante con sus dos dedos y los hundió en mi culito, para después untar toda su verga de vaselina, se volvió a recostar sobre el sillon y yo me volví a montar en su piernas, tome con fuerza su dura verga y la metí en mi culito, era delicioso sentir como su gruesa verga se deslizaba y se abría paso por el canal de mi culito, hasta llegar a ese punto, que me provocaba ponerme como loco de placer.
Comencé a moverme libremente hasta llegar a la máximo penetración posible de su verga en mi culito, yo no paraba de gemir e inconscientemente repetir el nombre de David… estaba en un trance de placer que no podía parar de moverme y enterrar la verga de Antón en lo más profundo de mi culito.
Era tanto el frenesí y la excitación que no recuerdo en que momento Antón exploto dentro de mi, dejando me adentro su Miel caliente, solo reaccione cuando abrí los ojos y mi cuerpo se convulsionó varias veces, para anunciarme que había llegado al orgasmo.
Estaba totalmente agotado y deje caer mi cuerpo sobre Antón.
El me abrazo y me dio un beso en los labios.
– Eres un bebe increíble, no quiero imaginarme como serás cuando tengas 16 o 18 años y disfrutes del sexo como lo haces ahora.
Yo respiraba fuerte, aún seguía excitado.
– Tranquilo bebe, tranquilo, relájate, respira despacio.
Así pase un largo rato en sus brazos.
– Charly y quien te enseño a hacer todo esto del sexo? – Dude en responder.
– Fue el hijo del jardinero – jamás fui explicito si era el jardinero del instituto o al guíen más.
– Y haces esto con alguien más?
– No, nunca, pero quiero hacerlo contigo.
Me ha gustado mucho.
– De verdad te gusta?
– Si, mucho.
– Eres un Angelito con cuernos de diablito.
– y me dio un beso en los labios
– Charly debemos vestirnos, para que regreses a tus clases, te buscare de nuevo la próxima semana, te parece?
– Si.
– Antón me dio un suave beso en los labios, me gustaba su trato dulce y amable.
Nos vestimos y salimos de la oficina.
Pase una tarde muy feliz, me sentía liberado y recordando todo lo que había hecho con Antón.
A quien después veía todos los Lunes para charlar y me daba consejos y me dejaba jugar un poco con su gruesa polla.
Pasaron cuatro semanas y un sábado por la mañana, yo estaba en la biblioteca leyendo mi libro favorito cuando, me llamaron que pasara al recibidor que tenía una visita.
Mis ojos se iluminaron de alegría, sabía que era David que iba a verme y Salí corriendo al recibidor.
Mi sorpresa fue más grande al ver a Said sentado esperándome, el me vio y corrió a mi encuentro, me abrazo y me alzo a lo alto con su brazos.
– Mi Príncipe como estas? Te he traído una sorpresa – y de una bolsa de papel saco un libro “El Principito” mi libro favorito!!.
Más alegría me dio saber que yo era su príncipe.
– Said, amigo tenía ganas de verte.
– y me volví a abrazar de el.
Mi corazón estaba lleno de alegría, yo veía en Said a un amigo, un cómplice incondicional.
– Ven Said quiero mostrarte donde vivo.
– Caminamos por todos los rincones del Instituto y le mostré los dormitorios, los comedores y las aulas donde estudiábamos.
Said se veía tan Guapo, esbelto y alto, yo me sentía muy orgulloso de caminar junto a mi amigo.
– Charly, y no tienes familia?
– No lo se
– Porque estás aquí.
– Aquí vivo
– Y no tienes hermanos?
– No, a nadie.
– Said se quedó pensando.
– Charly, NO te preocupes, desde hoy yo seré tu hermano, te gusta la idea?
– Si!! Grite lleno de emoción.
– Said, Ven sígueme – subimos por las escaleras y entramos a los baños de las visitas
Ya en el baño, lo abrace y me pegue a su cuerpo y se me salieron las lágrimas, me sentía feliz.
– No llores mi príncipe.
– Pero porque me has traído aquí?
– porque quería abrazarte, y frente a los demás no puedo, algunos me llaman marica y si me ven se me burlaran de mi.
– Dime quien te molesta.
– Uno par de chicos Raúl y sus amigos siempre me molestan.
– Te prometo que no te molestaran más – Se separo de su cuerpo, me dio un beso en los labios, me tomo de la mano y salimos de los baños hacia el jardín donde jugaban pelota los chicos del instituto.
– Señálame quien es Raúl y sus amigos,
– Raúl es el chico de shorts negros y playera amarilla y su amigo es de la playera blanca con el número 12 en su espalda.
– Si, los conozco han ido algunas veces a casa del Dr.
Bueno aquí esperemos un rato, te parece ¿ – Si – respondí sin saber que planeaba.
– Said y como llegaste aquí? – le pregunte
– Hooo! no te lo había dicho, pero me trajo David, ahora mismo el habla con la Directora, creo viene por ti.
MI cuerpo tembló de emoción y mis ojos se llenaron de lágrimas.
Que rápido limpie con mis brazos.
– No te pongas triste hermanito, tú le haces mucha falta a Dr.
David, él también está muy solo.
En eso vimos cuando Raúl y su amigo corrieron en dirección a los baños de los Chicos.
– Van a los baños – le dije a Said.
– Espérame aquí, Charly, no me sigas.
Mi instinto me dijo lo contrario, espere a que se alejara un poco y lo seguí.
Entre al Baño y escuche la voz de Said gritar – Así que tú eres el hijo de puta que está molestando a mi hermanito Charly
– Y a ti que te importa, no es tu problema
– Ahora si lo es, Charly es como mi hermanito y nadie toca a mi hermanito.
Te queda claro?
– Said, eres un jilipollas y no te tengo miedo, mejor ve a que te chupen la polla– Los dos soltaron las carcajadas.
Said No espero ni un segundo y de una fuerte patada en el estómago hizo que el amigo de Raúl se doblara del dolor.
Said inmediatamente dio un giro rápido y de una sola patada golpeo a un costado del cuerpo de Raúl, dejándolo descontrolado y llorando del dolor.
Quede muy sorprendido, lo del karate era verdad, Said sabia defenderse de una forma increíble.
En eso sonó la alta voz anunciando nuestros nombres, nos esperaba en el recibidor.
Said me encontró parado en la puerta del baño, me tomo de la mano y salimos de prisa hacia el recibidor.
Al llegar ahí estaba David, elegante, tan guapo y masculino.
MI corazón no lo pudo soportar más corrí y me abrace a el, de inmediato distinguí su aroma.
– Me extrañaste? – Me pregunto.
– Si, mucho – le respondí limpiándome las lágrimas de los ojos.
– Mi Niño Tonto, yo jamás te dejaría por nada del mundo.
Ahora vamos a la oficina de la directora por qué se quiere despedir de ti.
– De mi? Pero por qué?
– Bueno ya te lo explicaremos.
Nos dirigimos a la oficina de la Directora y me recibió muy feliz.
– Charly quise verte antes de que te marcharas, por que en verdad eres un niño muy especial y te tengo un gran cariño y ahora que nos dejas quiero darte un fuerte abrazo.
No entendía nada de lo que estaba pasando.
– Charly, El Dr.
David Audrey y su Esposa Marlín han decidido adoptarte y con el apoyo de nuestro amigo el Magistrado, ha ayudado a que el proceso se mas rápido y hoy es tu ultimo día en esta institución.
No pude evitarlo y llore de felicidad, era todo lo que deseaba en la vida y ahora lo tenía.
No podía ser más feliz.
– Ve a tu dormitorio y recoge tus cosas, quizás tu amiguito pueda ayudarte – refiriéndose a Said.
– Todo lo que quiero está en mis manos.
– respondí.
Metí mi mano al bolsillo de mi pantalón y saque la medallita que me había regalado David y con mi otra mano sostuve el libro de Said.
– Esto es todo lo que necesito.
David comprendió, nos despedimos de la Directora y de algunas monjas del instituto, pedí pasáramos por la oficina del Seminarista y para despedirme de él.
Yo quería agradecer a Antón por haberme devuelto la alegría y quería despedirme de él.
David y Antón se saludaron muy cordialmente,
– Antón, Muchas gracias por haber me llamado y hacerme ver que este niño no estará mejor con nadie más que conmigo.
– Es un placer Dr.
y si me permite me gustaría continuar con las terapias de Charly una vez a la semana, ya sea lo traiga usted aquí al instituto o yo vaya a su casa.
Como usted disponga.
– Dejémoslo descansar de las terapias unos días, ya le llamare.
– le indico David.
Ese día dije adiós al Instituto, llevando conmigo solo lo más valioso para mí, mi Tesoro y mi libro del principito.
P.
D.
Gracias a todas las personas que leen mi historia, hacen comentarios y me envían correos haciéndome preguntas.
Muchos amigos curiosos me han pedido una foto y he decidido darles una sorpresa vía correo privado.
Me gustó tu relato. Me gusta tu descripción de los detalles y cómo recreas emociones.