Retiros Espirituales – Capitulo 18 (tercera parte)
Pablo por fin inicia el camino hacía El Edén, pero su acumulo de horas y sus fetiches, lo hacen desviarse… .
Quería llegar lo más rápido que pudiera a El Edén y no quería sumarle otra historia a mi noche, así que emprendí camino hacia mi cama sin importarme el dolor en mis güevas, ya tendría tiempo en mi cuarto de descargar.
No sabía exactamente cuánto tiempo iba a tardar en llegar de nuevo a la finca, era claro que estaba cansado y además, me comencé a preocupar por las explicaciones que tendría que dar al llegar, estaba rogando porque Carlos ya se encontrara en su cuarto para no tener que darle la cara, pero también estaban Jesús y Leonardo, quienes además de verme llegar tarde, tenían videos en donde me habían visto merodear de noche los exteriores de El Edén y en situaciones bastante comprometedoras, estaba jodido, eso ya lo tenía más que claro y solo era cuestión de días para que llegara el momento de enfrentar a mi líder y recibir mi castigo, pero también tenía información que podía usar a mi favor, lo que había recién visto en la capilla, me había dado pistas de que todo el poder no estaba en Carlos, había alguien más y sospechaba que podía existir más información pero no tenía como llegar a esta, mi líder había mostrado mucha debilidad frente al párroco del pueblo y eso era lo que me hacía pensar que ahí pasaba algo más, pensar en todo eso, sumado a lo espiado en el retén, a la verguiza que me dieron en el camión y la “violación” que recibí de parte de esos dos vigilantes, hizo que mi verga comenzara a reaccionar de nuevo, era claro que estaba, desde hace mucho rato, a punto de estallar, pero en un principio lo había retardado por gusto propio y luego, había sido obligado a hacerlo, pero ya estaba solo, camino a la finca, prácticamente desnudo, en medio de la noche y con algunas fincas a mi alrededor, dentro de una parcelación o condominio en donde había observado aquella tarde, muchas conductas y situaciones bastante particulares, así que sin pensarlo mucho y apoderado de nuevo por mi arrechera, decidí dar rienda suelta a mis fantasías y fetiches, me despojé de lo que me quedaba de túnica y completamente desnudo, seguí caminado, expuesto a que alguien de algunas de esas fincas me vieran o lo peor, ¿o lo mejor?, algún carro saliera o entrara al lugar y pudieran observar a un hombre desnudo caminando por la vía principal del lugar.
Ya llevaba algunos minutos caminando, mientras me pajeaba lentamente mi verga erecta, la excitación era mucha, exhibirme desnudo siempre ha sido uno de mis mayores fetiches, sentirme vulnerable y que alguien me pueda ver, hace de esta práctica, una exageradamente morbosa, las piernas me temblaban, la boca la tenía completamente seca y se me estaba dificultando un poco caminar de lo excitado que estaba, solo deseaba que alguien, en medio de la oscuridad, apareciera, de alguna finca, de alguna ventana o algún vehículo, que le diera por transitar por ahí.
Al inicio del trayecto, todo estaba oscuro, solo algunas luces que indicaban la línea de la carretera, pero no se veían fincas alrededor, fue pasados varios minutos, donde me pude encontrar con la primera finca, una casa bastante lujosa en donde se veían algunas luces encendidas, busqué un árbol cerca del portón de entrada y observé un rato hacia los ventanales de aquella vivienda, por su diseño, estos eran grandes, iban de pared a pared y de piso a techo, por lo que podía observar claramente hacia el interior, no pude ver, en un buen rato de estar observando, movimiento alguno, al parecer, eran pocos los habitantes y se encontraban quizás ya dormidos, me pareció raro por la hora, yo calculaba que aún estaba temprano, aproximadamente entre 8:00 pm y 9:00 pm, la ansiedad me venció y al ver que nada pasaba, decidí continuar mi camino.
Caminé por varios minutos más, mi paja continuaba y las sensaciones que ya describí, también, quería si o si, ser visto, observado y por qué no, morboseado por alguien, obviamente este tipo de practica siempre me ha parecido mucho más arrechante con otro man y eso era lo que estaba deseando, después de varios minutos de caminar y retardar mi eyaculación, vi de nuevo la finca en construcción que habíamos visitado esa misma tarde, inmediatamente recordé a los personajes que nos habían recibido, recordé a Jorge como el encargado del lugar o mayordomo, a Genaro, el señor adulto encargado de la obra y a sus dos jóvenes hijos, esto para mí fue el oasis en medio del desierto, aceleré el paso hasta la entrada o portón del lugar, era obvio que aún no contaba con una entrada como tal, pero se sabía que ahí iba a quedar en el futuro, cuando la obra concluyera, busqué una especie de columna de cemento para ocultarme un poco y poder mirar hacia la construcción, allí pude observar luces prendidas, al parecer todavía estaban personas y ya estaba ansioso por averiguar quien o quienes quedaban aún ahí, las luces solo venían del primer piso, pero no se observaba a nadie visible, traté entonces de acercarme un poco más para ver si lograba escuchar alguna voz, estaba muy nervioso pero a la vez, muy excitado, tanto así que tropecé con una carreta, seguramente dejada ahí por los obreros, el ruido fue muy notorio por lo que corrí a un árbol cercano a intentar ocultarme, inmediatamente vi como una de las luces del segundo piso se prendió y por uno de los costados, donde seguramente iría un ventanal de pared a pared y de piso a techo, se asomó alguien para averiguar de donde había venido aquel ruido, desde donde estaba, pude identificar que se trataba de Genaro, estaba sin camisa o más bien con la parte superior de su overol amarrada a su cintura, dejando su torso al desnudo, estuvo observando por varios segundos y al parecer no vio nada raro por lo que volvió hacia adentro y la luz volvió a apagarse, ahí pude observar mejor a este señor, tenía un cuerpo típico de obrero, se le notaba el trabajo en sus músculos y ya asomaba una pequeña barriga típica de su edad, su tono de piel era trigueño y no se percibía, a lo lejos, sombra de vello corporal, solo una pequeña mata de pelos negros que asomaban de sus axilas, este sujeto era de estatura promedio y algo, en esta oportunidad, si llamó mi atención, el bultazo que marcaba en su prenda de trabajo se podía ver desde la distancia en la que yo me encontraba, era muy notorio.
Yo seguía en ese árbol, con el nerviosismo habitual de quien se exhibe y pajeando lentamente mi verga que no había perdido ni un solo centímetro de su erección, la situación me tenía a mil y al ver que este sujeto había desaparecido y que la luz se había vuelto a apagar, decidí salir de donde estaba y pararme de manera más directa a todo el frente donde el obrero había acabado de asomarse, quería sentir la adrenalina propia de este acto, ver si Genaro volvía a asomarse y que me viera ahí, justo ahí, desnudo por completo, inmerso en mi masturbación y que de la nada, inicialmente se resistiera a lo que sus ojos vieran, al punto incluso de amenazar o insultarme y poco a poco comenzara a ceder a sus deseos más primarios y terminara con su overol y su ropa interior en sus tobillos, masturbando lentamente su verga mientras los dos nos observábamos, uno al otro, en medio de la oscuridad de la noche.
Inmerso en aquel pensamiento y con la adrenalina a mil, vi como de nuevo, apareció una sombra en el mismo lugar de antes, pero esta vez, sin encender ninguna luz, ahí estaba de nuevo aquel señor de edad, buscando respuestas al ruido que hace unos segundos había perturbado la tranquilidad del lugar, yo intenté ocultarme de nuevo, pero era muy tarde, además lo estaba deseando y me quedé tal cual estaba, seguí en lo mío, mi paja no paró, quería ser visto, quería ser pillado por este personaje, lo llevaba deseando desde la autopista, antes que fuera abordado por Luciano, el camionero, que alguien me viera mientras me pajeaba en medio de la carretera y se me dio por fin, tuve que contener mi orgasmo, estuve a punto de eyacular, pero no podía perderme esta oportunidad, era claro para mí que la situación podía tener uno de dos finales, o el maestro de obra reaccionaba bien ante lo que estaba viendo y se unía o simplemente, reaccionaba mal y podía estar en riesgo de alguna amenaza, insulto o incluso alguna reacción violenta, pero yo sabía a qué estaba jugando, había recordado el comportamiento de este señor conmigo y todos mis compañeros esa misma tarde cuando visitábamos este lugar, mis cartas estaba jugadas y simplemente continué en lo que estaba, obviamente las sensaciones aumentaron, las piernas seguían temblando al punto de casi caer al piso, la boca estaba mucho más seca que antes, la respiración estaba agitada y mi corazón latía a mil por hora.
Pude ver como Genaro amagó con decirme algo y luego volver adentro para encender la luz, pero decidió quedarse estático, era obvio que la escena lo había impactado pero seguía exactamente en el mismo lugar, miró en todas las direcciones buscando que nadie más estuviera por ahí, incluso sacó un poco su cuerpo hacia adelante y cuando miró hacia abajo, no solo él, si no yo también, pudimos confirmar que las luces del primer piso continuaban prendidas, el obrero, continuó mirando a todos lados, era claro que estaba disimulando, dándome a entender como si no me hubiera visto, como si la oscuridad del lugar no se lo hubiera permitido, yo ya conocía ese tipo de reacción pero era más que obvio su nerviosismo, continuó ahí parado, estático por varios minutos más mirando para todos lados, menos para donde yo estaba, me estaba evitando pero yo no me moví, seguí en mi posición porque sabía, estaba seguro, que en cualquier momento este man cedería.
Mi paja era cada vez más lenta, me tocó casi que pararla para evitar el orgasmo, la situación estaba tal cual la había soñado, tenía a Genaro parado a todo el frente mío, a solo unos cuantos metros y no se movía, solo simulaba estar vigilando pero sabía que de reojo me observaba y un movimiento involuntario en su cuerpo lo acabó de delatar, ahí parado como estaba, estático y nervioso, llevó una de sus manos a su verga, estaba erecta, su overol se veía abultado, era obvio que estaba disfrutando de lo que veía, estaba en mi terreno, faltaba poco para verlo despojarse de lo único que conservaba de su uniforme e iba poder apreciarlo masturbando su verga mientras los dos, a lo lejos, nos morboseamos mutuamente, ese es el exhibicionismo que me gusta, cero contacto físico, cero acercamientos, solo saber que otra persona me ve y lo disfruta al igual que yo y este man lo estaba comenzando a disfrutar.
Pasaron algunos minutos más, yo continuaba en mi lugar, no quería restarle al erotismo que se respiraba, pero el obrero no pensó igual, después de magrearse en dos oportunidades más su verga por encima de ese overol, por fin se movió de su lugar y se perdió en la oscuridad de esa habitación, rogué porque no bajara e intentar acercarse, no quería ese tipo de situación, solo quería continuar ahí, parado, desnudo, expuesto, excitado y masturbando mi verga frente a los ojos de aquel personaje, no era un adonis, obviamente, pero era un macho, un hombre que trabajaba en construcción, con dos hijos y seguramente con esposa, solo eso me bastaba para estar como estaba, vi entonces como apareció en la ventana de abajo repitiendo el mismo movimiento, pero ahora mucho más claro para mí por encontrase la luz de esa habitación encendida, esta vez solo podía ver su torso, esta ventana, aun sin vidrio, solo permitía verlo así, pero su mano indicaba que continuaba tocándose, no sabía si ya se había quitado su uniforme o continuaba con este aún puesto y esto solo aumentó mi excitación, no saber que pasaba de su ombligo para abajo me comenzó a matar la cabeza y al parecer él lo sabía, por eso se quedó ahí varios minutos, esta vez su mirada fue más directa, ya no disimulaba, era claro que a ambos, la situación nos gustaba y nos tenía a mil, después de un rato, volvió a desaparecer, lo dejé de ver en aquella habitación para después ver como la luz de ese lugar se apagaba, había bajado a eso, solo se podía ver una luz al fondo en la parte opuesta de la construcción en donde estábamos, el no verlo por ningún lado me inquietó, quise comenzar a rodear aquella casa para buscarlo pero segundos después, apareció de nuevo en el segundo piso, esta vez solo llevaba puesto su ropa interior, una, que por lo que pude percibir, estaba roída, desgastada y holgada, se notaba que era la que usaba para trabajar, en un principio se paró en el mismo lugar de hace un rato y volvió a simular que estaba dando ronda, que estaba vigilando el lugar, el juego que estaba jugando este sujeto me estaba encantando, estando ahí parado, solo con esos bóxer viejos y desgastados, me regaló una imagen bastante arrechante, sus manos estaban en su espalda y por el contraste de las luces, tanto las exteriores como la interior al fondo, se podía apreciar claramente la sombra del contorno de su verga debajo de esa prenda, estaba a media asta y ya en ese punto, se podía apreciar un miembro de muy buen tamaño, sobre todo muy grueso, eso fue lo que más me gustó, se me hizo la boca agua y el ano me punzó, recordando las tres culiadas que recién había recibido, era claro que sabía lo que hacía, para ser un obrero, conocía de erotismo, sabía cómo provocar, Genaro estaba conduciendo la situación como todo un profesional, de vez en cuando provocaba algún movimiento con su cuerpo, lo que hacía que aquel trozo de carne oscilara de un lado a otro, generando en mi muchísimo más morbo y más excitación, estaba a punto de venirme, mis güevas no aguantaban más, el dolor cada vez incrementaba más, pero yo quería seguir ahí, retardando mi orgasmo y poder seguir disfrutando del momentazo que me estaba regalando este man.
Estando ahí parado, con sus manos en la espalda y provocando movimientos para que yo viera esa verga moverse de un lado a otro, Genaro, de la nada y para mi sorpresa, sacó de atrás de él, un objeto cilíndrico que en un principio no pude identificar, me apuntó con este y el pavor se apoderó de mí, pensé lo peor, creí que se trataba de alguna arma de dotación y me estaba apuntando para que me fuera o para algo peor, había conducido el juego hasta este punto solo para al final, amenazarme con este artefacto, buscando darme una lección o algo así, yo intenté salir de ahí pero estaba paralizado y este man no hacía nada más, solo continuó apuntándome con aquel objeto, pero no había expresión en su cara, solo su verga que había agarrado mayor tamaño, me confirmaba que lo seguía disfrutando, pero: “¿por qué entonces el uso de aquel artefacto?, ¿qué estaba buscando apuntándome con eso?”, eran mis preguntas, cuando de la nada, siento como un chorro de luz me ilumina por completo, Genaro había accionado aquel cilindro y me estaba iluminado como un cazador a su presa, esa linterna, obvio, era una linterna, alumbraba como ninguna, su chorro de luz me dejaba completamente expuesto y al verme así, me excité mucho más, volví a mi paja, le mostré con más descaro mi verga a este sujeto, que sin ser la más grande, si tiene un grosor considerable, ya sabía que el obrero no se estaba perdiendo ningún detalle ni ninguno de mis movimientos, direccionaba aquel chorro de luz de arriba a abajo, mientras dibujaba una sonrisa morbosa en su cara y con su otra mano, comenzaba a masturbar su verga por encima de aquel bóxer viejo, la escena sobrepasaba todos los límites, yo estaba completamente iluminado y no solo expuesto a Genaro, si no a cualquier otra persona que se asomara de adentro de aquella construcción, si es que él se encontraba acompañado, de cualquier vecino de alguna finca aledaña o de algún carro o caminante que pasara por la vía principal que estaba a mis espaldas, su juego, aparte de morboso, era macabro, parecía leer mi mente a perfección, como quien dice: “¿te gusta exhibirte e irrumpir en propiedades ajenas completamente desnudo en medio de la noche para que otros te veamos?, pues entonces, ten, aquí te van reflectores y demás para que tu espectáculo sea visto mucho mejor y no solo por mí, si no por cualquier otro que pase”.
La luz no me dejaba ver en ocasiones, sobre todo cuando la apuntaba a mi cara, no sabía si habían más espectadores, confiaba en que solo estaba el obrero o si había alguien más, que lo estuviera disfrutando igual o más que nosotros, él mientras tanto continuaba con su juego y manoseando con más ahínco su verga, los dos no habíamos parado ni un solo minuto de pajearnos, él lo continuaba haciendo por encima de esa tela y yo le hacía señas para que se bajara su ropa interior, pero era claro que quería ponerme a sufrir, ahí estábamos jugando el juego macabro que este sujeto había planteado, cuando se escuchó una voz que vino de la parte de atrás de aquel lugar: “¡Papá, Papá!”, Genaro apagó la linterna inmediatamente, me hizo señas con su mano libre de que me ocultara, que no hiciera ningún ruido, así lo hice y luego pude ver como desapareció, corrí de nuevo al árbol y me mantuve ahí por un buen rato esperando que alguien se volviera a asomar o alguna señal que me diera luz verde para volver al lugar donde estaba, pero no fue así, pasó un buen rato y todo se mantuvo en silencio, no se escuchaba nada ni se veía asomo de alguien, ya me estaba impacientando y necesitaba volver a la acción, no podía quedar de nuevo a medias, mis güevas me estaba pasando factura, así que me armé de nuevo de valor y volví a la acción, esta vez decidí ir un poco más lejos, por lo que rodeé aquella casa buscando descubrir que pasaba al otro lado y quienes se encontraban allí, aparte de sus hijos, bordeé el lugar por el costado derecho sin parar ni un segundo mi masturbación y al llegar al extremo del fondo, vi como los muros iban formando una ele, por lo que me tocó seguir caminado en dicha forma para llegar al costado completamente opuesto al que me encontraba, ya estando a punto de tener que volver a girar a la izquierda, pude escuchar voces, se notaban dos en total, pero se escuchaban jóvenes, pude sospechar entonces que se trataban de los dos hijos de Genaro, quise entonces averiguar en que estaban y si su padre se encontraba con ellos, pero al asomarme disimuladamente, no vi a nadie, solo pude ver el reflejo de una luz, decidí continuar mi camino, buscando llegar al lugar de donde provenía aquella luz y a punto de llegar, volví a asomarme con disimulo y mi sorpresa fue mayúscula.
Continuara…
Uffffff que capitulo tan morboso, me encanto, ya quiero que salga la siguiente parte 🤤 de verdad que historia tan arrechante