Roomies
Por la calentura y otras cosas, termine cogiendo con uno de mis roomies mientras todos dormían..
Me llamo Leo, tengo 21 años y actualmente vivo con mi novia en una casa que compartimos con otros tres chicos. Soy alto, de tez clara y cuerpo algo marcado por el ejercicio, no me considero una belleza pero si tengo lo mío. Lo que les voy a contar es algo que me paso hace unos meses, cuando por la calentura y lo intoxicado termine cogiendo con uno de mis roomies.
Era de noche y no podía dormir, estaba en la sala de la casa para no molestar a mi novia, revisando mi celular mientras comía dulces y tomaba una cerveza, cuando de repente escuche un golpe que venía del baño. Me levanté del sillón y fui a ver quien se había tropezado, encontrándome con un persona de apariencia delicada en el suelo: tenía el pelo oscuro alborotado, de piel un poco morena y parecía vestir únicamente una playera negra con un demonio rojo que le quedaba tan grande que se le podía ver el hombro entero, cuando mire sus piernas noté que era un chico, pues usaba boxer y se podía ver un pequeño bulto.
-¿Estas con Mal?- pregunté mientras le ayudaba a levantarse, pues estaba seguro de que la camiseta que usaba el chico era de uno de nuestros compañeros de piso.
-¿En serio cambio tanto?- rió suavemente revolviendo su cabello. Que estúpido era, era él, solo que como nunca lo había visto.
Veran, Mal siempre usaba ropa oscura y, por lo general, holgada, lleno de accesorios y cadenas; el cabello atado o peinado con mucho volumen, y los ojos casi siempre pintados. Normalmente se veía raro o daba un poco de miedo, pero ahora, sin nada de eso era un lindo y delicado chico, incluso parecía haberse encogido un poco.
-Perdona por despertarte, se me cayeron los lentes y me tropecé buscándolos. Ah, ahí están- se agacho de espalda a mi y me dio una vista increíble de su trasero. No pude contenerme y lo tomé de la cintura, pegando mi entrepierna a su cuerpo- Oye, ¿que mierda haces?
Hacía días que con mi novia no se daba nada, estaba caliente y, debo de admitirlo, algo drogado, por lo que no pensé mucho lo que hacía y seguí frotándome contra él impidiendo que se levantara.
-Wey, sueltame, no seas puto- estiro sus manos hacia mi con la intencion de empujarme, pero la diferencia de fisico no le ayudo; aprovechando esto, lo recargue contra el lavabo- Cabrón, no estoy jugando, ya sueltame.
No le hice caso, acorralado como lo tenía fui subiendo mis manos por su abdomen debajo de su playera; era más delgado de lo que habría creído, con una cintura pequeña. Cuando rocé sus pezones, soltó un gemido bajo y se estremeció ligeramente
-Ya dejame, te dije. ¿No se supone que tienes novia?- hablaba bajo mientras me buscaba la mirada en el espejo.
-¿Y? No importa- me acerqué a su cuello y empecé a besarlo. Mierda, nunca me hubiera imaginado que iba a terminar haciendo algo así con él, pero ya no me importaba.
Mal seguía resistiendo, pero ya era menos, se retorcía un poco pero ya no hacía por zafarse; mire al espejo y tenía los ojos cerrados mientras que con una mano se cubría la boca tratando de ahogar sus pequeños gemidos. Sin dejar de acariciarle me acerque a su oído y le susurre
-¿Te gusta esto, lindo?
-C-callate… idiota
Recorrí su clavícula con mi lengua, causando que se estremeciera y soltara un pequeño gemido, baje su pequeño boxer con una mano y comencé a tocar su trasero, carnoso y firme; lo apretaba y le daba pequeñas nalgadas; él trataba de voltearse, pero apoye mi otra mano en su cintura para retenerlo contra el lavabo.
-Wey, ya te divertiste, ya suéltame- me susurro entrecortadamente- No hagas algo de lo que te puedas arrepentir- esto último lo dijo algo suplicante.
-¿Algo como qué?- pregunté burlonamente mientras me sacaba mi miembro- ¿Cómo está?- y recargue mi erección en su culo paradito.
-¿Qué? ¡Basta! No hagas eso
Lo ignoré completamente, no iba a desperdiciar esa oportunidad luego de haber llegado tan lejos, ya no pensaba con claridad. Separe sus piernas con mi pie bruscamente y su vientre quedó aún más pegado al lavabo, él ya tenia lagrimas en los ojos y me miraba algo asustado
-Por favor… para- me suplicó, pero eso solo consiguió encenderme aún más, acaricie sus muslos y mi mano llego a su miembro, que para mi asombro estaba muy duro- Ah, deja
-¿Te esta gustando esto? ¿Te excita que te toque así?
No respondió, respiraba agitadamente con su pito en mi mano, que debo decir, no era tan pequeño como imagine. Tenía los ojos cerrados con fuerza y la boca un poco abierta, aprete un poco mas mi agarre y gimió
-Estas disfrutando esto, ¿a que si, perra?- lo masturbaba al tiempo que deslizaba mi pene entre sus nalgas, empezó a gemir un poco más fuerte y rápidamente se cubrió la boca con la mano.
Para mi, el no recibir respuesta fue como si me hubiera dado permiso; lo empine aún más y escupí en su culo y en mi pito, mierda, iba a follarmelo ahí mismo.
-Solo… ve despacio… ¿si?
Sonreí y coloque la punta contra su ano, lentamente como me había pedido, fui empujando, abriéndome camino dentro de él.
-¡Ahh!- gimió cuando me sintió entrar, pero mordió su mano para no hacer ruido.
Lo tomé de la cintura para ir entrando más y más, lento para no lastimarlo. Tarde un poco pero cuando finalmente mi pelvis chocaba con su trasero, me detuve y me incliné hacia él.
-Ya entro todo, putito. ¿Te gusta sentir mi verga dentro de ti?
-Jodete. Y no se te ocurra moverte aún- tenía la cara tensa del dolor, se veía tan tierno que no pude evitar molestarlo. Me alejé un poco y luego lo embestí con fuerza mientras mordía su pequeño hombro y con mi mano derecha cubría su boca- ¡Mmph!
Sin cambiar de posición, conmigo sobre él, continúe con las embestidas cada vez más fuerte, se sentía jodidamente bien, tan apretado y caliente… y su piel era tan suave. Se liberó de mi mano y volteo un poco su cabeza, tenía unas pocas lágrimas en sus ojos y lo bese apasionadamente; nuestras lenguas se entrelezaban y él comenzaba a moverse un poco por su cuenta.
-Un poco más rápido, estúpido. Y hazlo bien- me exigió entre gemidos.
A mi nadie me iba a ordenar, pero tampoco es como si no quisiera hacer lo que me pedía. Aumente la velocidad y mis embestidas eran cada vez más salvajes; me levanté de su espalda y lo cogí de la cadera, jalando al son de mis embestidas para que entrara cada vez más. Ambos estábamos sudados y parecía que Mal se iba a volver loco de tanto intentar no gemir tan alto.
Seguí así hasta que sentí que me venía, me acerque de nuevo a su oído y tratando de sonar sensual a pesar de lo agitado le pregunté
-¿Puedo venirme dentro, cariño?
-Ni se te ocurra- contestó con toda la frialdad que le fue posible en su situación, me reí.
-Muy tarde- se la metí lo más adentro que pude y comencé a descargar, varios chorros le llenaron el culo y se estremeció al sentirlo.
Me quede dentro de él hasta que se me bajó por completo la erección y se la saque de a poco, viendo como caía mi semen de su culito abierto y enrojecido; Mal estaba recargado completamente en el lavabo y sus piernas temblaban como ciervo recién nacido, recuperándose de la follada que le había dado.
-Uff, gracias Mal, necesitaba relajarme un poco- reí y volví a ponerme mi ropa. Ya había logrado enderezarse un poco.
-¿A dónde vas? Todavía no acabamos- sonrió pícaramente y camino con un poco de dificultad hacia mi. Con su pie aún un poco tembloroso, limpio mi leche del suelo con su boxer y lo arrojó debajo del lavabo.- Es mi turno ahora, pero vamos a mi cuarto, ya nos demoramos mucho aquí- y tomándome de la mano, me llevó a su habitación.
Bueno, este es mi primer relato de este tipo, espero que les excite tanto como a mi escribiendolo y cualquier comentario que tengan para ayudarme a mejorar es muy bien recibido.
¡Gracias por leer!
-Mal.Confused
Ha estado bueno, entretenido, contado con gracia.