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Gays

Round 1

El día que Nilson me enseñó a sufrir el placer..
Después de la monumental mamada de picha que le di a Nilson en la vieja casona pasaron varios días, no preciso cuántos, durante todo ese tiempo no lo pude ver ni hablar con el, en varias ocasiones fui al billar a ver si me lo encontraba, pero era como si se hubiese ido del pueblo, durante ese tiempo en casa visita que hacía al billar aproveche cada oportunidad para mirar una que otra verga, mientras la cotidianidad del colegio, la casa y los vecinos seguían, no me atreví a buscar alguna oportunidad en el colegio por temor a qué alguien dijera algo y por en la casa se suponía que nadie sospechaba de mis andanadas. Cada tarde que volvía a casa procuraba hacerlo solo, así podría ver algún chico en la calle y dejar volar mi imaginación. Todo seguía así hasta esa tarde del viernes, en la que mi corazón quiso salir por mi boca, pues estaba Nilson en la terraza de su casa sin swetter, con unos shorts de futbolista, la panorámica me mató, ver sus muslos y como en la delgada tela se dibujaba ese bulto eres una epifanía, cuando de repente – amor ¿Ya vas a comer? – dijo una mujer en la puerta, no la conocía, pero desde ese momento la empecé a odiar como a nadie.

Nilson – hey que – dijo cuando me vió.

Yo – nada, volviendo de clases – dije tratando de que notará mi molestia.

Entonces me habló bajito – mañana es sábado, busca una excusa y nos vemos en el cuarto a las once – ojo que no puedes faltar.

Yo – ¿acaso ella no sabe cómo se hace? – respondí con desdén y me fui, había logrado mi propósito, hacerlo sentir mal.

Esa tarde pasó sin novedades, pero al día siguiente me debatía en la incertidumbre ¿Qué excusa pongo? ¿Será que me van a creer? ¿Qué pasará si no voy?… Entonces me animé a inventar algo – Ma, necesito que me des permiso para ir dónde una compañera del colegio, su mamá me quiere conocer y me invitó a almorzar – fue lo que se me ocurrió decir.

Mamá – ve, tu también rápido ya tienes amigos aquí… (si tú supieras decía yo en mis adentros), bueno, ve, pero báñate, ponte algo decente y mucho cuidado con andar de goloso en la casa ajena, por decencia deja un poquito en el plato, tampoco mastiques el hielo delante de los demás, eso es de mal gusto. Con esas y otro millón de recomendaciones me bañé, cambié y salí. Lo hice temprano para no entrar por el camino corto, pues es el que conoce todo mundo, yo había encontrado otro, mi corazón latía a millón, sentía que me temblaban todos los músculos… la verdad pensé dos veces en regresar y no hacer nada – bueno, vamos a ver qué es lo que es – me dije sabiendo que en esta ocasión no solo sería chupar, y recordando lo que me dolió cuando el burrero me metió el dedo me dio miedo. Mi cabeza divagaba entre planes y temores hasta que llegué a la casona, verifique que estuviese solo – entra rápido – dijo una voz que inmediatamente reconocí, entré y lo ví, con el mismo short y una camisilla, se sobaba la tela picha por encima de la delgada tela.

Nilson – herda y vas pa’ matrimonio o que – dijo cuando me vió todo medio elegante – mejor ven y chupamela un rato dijo bajandose todos hasta la rodilla, fue cuando mire bien lo que antes me había metido a la boca sin reparar, una verga morena, larga, gruesa con la cabeza puntiaguda, lo que más me sorprendió es que parecía un plátano, curvado – ven mija – dijo pelandose el glande, yo lo metí en mi boca y empecé a lamer esa cabecita, el solo gemía y desordenaba mi cabello , empuñó parte de mi cabello y lo utilizaba para mover mi cabeza, yo estaba excitado, nunca me habían hecho algo así, ya mi garganta había probado antes otras dos vergas y esta, pero esta era la que más le gustaba, supongo que pasaron unos 10 minutos de un oral que me gustaba lo que el me decía y como se movía, era delicioso sentir ese pedazo de carne entrando y saliendo de mi garganta, siento entonces la primera descarga de leche, yo a mi edad no sabía de cantidad de semen, solo sabía que me gustaba y me la tragué toda…

Nilson – joda, menos mal apareciste, ya no aguanto tanta leche en los huevos.

Yo – ¿acaso tu mujer no te la saca?, yo siempre oigo que mi papá le dice a mi mamá que tiene que sacarle leche porque tiene los huevos cargados, claro ellos no saben que los escucho – dije sin soltar su picha que estaba flácida ñ.

Nilson – cuéntame qué más escuchaste.

Yo – bueno, una noche el le dijo eso y al rato mi mamá gemía, me asomé por una hendija y ví como mi papá tenía a mi mamá en cuatro y la sostenía por el pelo, yo solo ví que el se meneaba y sonaba como aplausos.

Nilson – bueno, eso es lo que vas a vivir hoy – respondió y enseguida tenía la monda dura nuevamente – ponte como viste a tu mamá, pero quitate toda la ropa para que no la ensucies…

Yo obedecí sin chistar, entonces sentí que le escupió en el y empezó a apretar con un dedo, yo no sé si me dolía o me gustaba, de repente su dedo entró y eso lo enfureció – dime quien te rompió – me decía mientras halaba hacia arriba como si fuera un gancho, entonces empecé a llorar.

Yo – te juro que nadie me la ha metido solo una vez un muchacho me metió un dedo, pero era más flaco que tu y sus dedos también eran flacos – dije en medio de mi llanto.

Nilson – desde hoy serás solo mía, harás lo que te diga y si no lo haces vas a llorar.

Me volvió a poner la verga en la boca – chupa, mójala bien, vas a sentir un hombre.

Se la chupe por unos pocos minutos y se puso detrás de mi – no vas a hacer ningún show, solo goza – dijo acomodando su glande en mi entrada, presiona y por instinto aprieto mi ano, por lo que me da una palmada en una nalga – que aflojes el culo – dijo con tono fuerte, hice lo que pude y el lo intentó de nuevo, de un apretón no se cuánto entró, pero yo me quería morir, era un dolor muy fuerte, una segunda embestida y siento sus huevos golpear mis nalgas, para entonces yo solo lloraba soltando lágrimas, pues su mano cubría mi boca. Se quedó quieto, solo me abrazó y empezó a mordisquear el lóbulo de mi oreja – ya casi eres toda mía – de repente era tierno y me besaba el cuello, su barba me hacía cosquillas en la nuca y sentí como su una corriente pasará por todo mi cuerpo… y sin darme cuenta empecé a moverme, yo empecé a poner el ritmo, el se dio cuenta y más me estimuló, claro que yo me movía suave – eso mija, ya te estás acostumbrando a la verga que te va a dar placer – dijo y me sujetó por la cintura, sin dejar la estimulación en mi cuello, empezó a marcar el ritmo.

Poco a poco se movía más rápido, sentía que me partía en dos, y nuevamente empecé a llorar – tranquila mami, Papi no te hará daño – decía mientras aumentaba el ritmo, nos movimos de lugar sin sacarme su verga – sácala un momentico – le decía – si te la saco, cuando la vuelva a meter te va a doler – entonces nos movimos cerca a un balde grande que había, el lo puso boca abajo y me dijo sube la pierna ahí, luego se apoyó en la pared – mami aguanta, porque estoy es lo que querías – dijo y empezó a darme con frenesí, me sostenía por la cintura y me movía a su voluntad – tu mamá no es la única que sabe aplaudir, ella no sabe que su hija también aplaude duro – decía y me daba durísimo, yo no paraba de llorar – hay que ricoooo, este culito está muy rico – mientras yo sentía el infierno en mis entrañas, de repente se quedó quieto – si me dices la verdad no te pego ¿Quién te rompió? – ya te dije nadie, que solo me metieron un dedo – dime ¿Quién te rompió? – pregunta nuevamente en tres oportunidades y yo decía lo mismo, entonces entendí lo que quería que le dijera – ¿Quién te rompió? – tú papi, tu eres el primero y el único – esoooo aprendes rápido – retomó la fuerza de sus embestidas y de repente siento que me muerde la espalda mientras me mete la picha más a fondo… así se quedó unos segundos, su respiración estaba agitada y sus pulsaciones aceleradas.

De repente me saca la picha de un golpe, siento un vacío y algo corriendo por mi pierna, la cual de hecho no daba para mover, en esa misma posición se me colocó detrás y me abrazó por la cintura – ahora si eres mía, este culo es solo para mí, su primera sangre lavo mi picha y la primera leche que se tragó es la mía, eso te hace mía – mientras decía eso me mostró su verga manchada con sangre y excremento, entonces empecé a llorar – dijiste que no me harías daño, me mentiste – empezó a limpiarme con un paño húmedo de esos que se usan para limpiar a los bebés – tranquila muñeca, de ahora en adelante yo te voy a cuidar y culiar, nadie se va a meter contigo, no te preocupes por mi mujer, ella no tiene un culo rico como el tuyo, tu eres la reina, pero como yo me entere de algo raro te va a pesar – yo lo escuchaba entre placer y miedo – si tu eres mi marido.

Una vez en terminó de limpiarme se limpio la picha me dijo – yo salgo espera un rato y sales, no llegues enseguida a tu casa, da una vuelta, en la noche le lavas con jabón de lavar ropa, para que te cierre pronto, yo te busco mañana –. Dicho esto salió, yo me quedé con el culo abierto y adolorido. Salí tratando de disimular el dolor que y pensando en la excusa que daría por demorar, aunque como no sabían a cual “compañera visitaría” cualquier cosa sería válida. Ya en casa, en la noche cuando me fui a bañar atendí las recomendaciones que me dio Nilson, pero cuando me fui a untar el jabón con los dedos sentí como me entraron 3 dedos con mucha facilidad, y me asusté, pero ya que, la estaba roto y mi culo ya tenía dueño, esa noche dormí adolorido pero feliz de saber que había un hombre que me iba a cuidar y culiar siempre. Tal como había dicho, al día siguiente me lo encontré en la tienda y me regaló una gorra.

Así fue mi primera vez, el día que sentía que moría, pero a partir del cual le cogí gusto a la monda de los mayores, Nilson se convirtió en mi marido… yo a mis escasos 8 años ya me metía la picha curva de un albañil de 25 años, que reclamaba derecho sobre mi culo…

70 Lecturas/30 julio, 2025/0 Comentarios/por Toto Praga
Etiquetas: amigos, colegio, culito, culo, hija, mayores, oral, semen
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