Saliendo del infierno (Ángel | parte 3)
Ángel conoce a un nuevo chico que le ayudará a escapar de sus abusos, pero antes tendrá que confesar..
Aquel misterioso chico no pronunció ni una sola palabra mientras yo lloraba entre sus brazos, allí tirado. Sólo me rodeaba con sus brazos en un intento de calmarme, con la mayor de las paciencias, y tardé un rato en hacerlo.
Después de uno minutos me calmé y mi intención era levantarme y seguir caminando a mi casa, pero él no me dejó. En vez de eso me convenció para sentarme con él en el banco y me pidió una explicación. Yo no le miraba fijamente, no podía mirar a nadie a los ojos en ese momento. Me sentía sucio, usado y roto, como un juguete viejo que tiran a la basura.
Para él no era eso, para él yo sólo era alguien que necesitaba ayuda, así que entre sollozos y lágrimas le conté que un grupo de chicos me daba golpes, aunque no le conté nada sobre mi homosexualidad ni las violaciones.
Él se ofreció a ir conmigo hasta mi casa y ayudarme a caminar, ya que yo me negué a ir al médico. Nos levantamos y él puso mi brazo sobre su hombro para ayudarme a caminar, ahí fue cuando notó las marcas en las muñecas que me había hecho la cuerda, y comprobó que mis daños eran superiores a los que yo decía.
Durante todo el camino ninguno de los dos habló, lo único que él dijo fue su nombre, Alex, y permaneció callado hasta llegar a mi casa, donde yo le dije que se fuera no sin antes darle las gracias con una mirada fija al suelo. Él hizo lo que le pedí y se dió la vuelta y se fue.
Intenté entrar a escondidas pero mi madre estaba esperando en mi casa y me vio. Corrió a socorrerme al ver lo mal que estaba mientras yo me desplomaba al suelo de nuevo. Le expliqué que tuve una pelea y después de un rato me dejó irme a bañar y a limpiarme, cosa que hice sin dudar. Estuve largo rato bajo el agua de la ducha llorando, luego salí y me puse algo de ropa limpia y entré directamente a mi habitación.
Igual que la otra vez, estuve unos días sin volver a clase, y en uno de esos días bajé al salón y me sorprendí al ver a mi madre hablando con un chico increíblemente hermoso. No parecía real, era un adonis perfecto. Medía 1’75, de cabello rubio que le caía por la frente como a mí, se le veía delgado pero tenía más cuerpo que yo, sus ojos eran grandes y de un azul brillante que me hicieron perderme en ellos, y tenía unos labios perfectos y rosados, que escondían tras de ellos una sonrisa perfecta.
Hablaba con mi madre y los dos se percataron de que yo estaba ahí, y mi madre me pidió que me sentara con ellos. Pregunté quién era ese chico y resultó ser Alex, el chico que me había ayudado a llegar a casa. Se había quedado preocupado y volvió a mi casa a ver cómo estaba. Estuvimos un rato hablando y al final salió el tema, Alex le dijo a mi madre que un grupo de chicos me daba palizas al salir de clase.
Yo entre lágrimas acabé confesando, confesé a mi madre y a Álex que era gay, y que por eso me pegaban. Ellos quedaron horrorizados,y mi madre me ofreció su apoyo desde el primer momento sin importar mi sexualidad. Entonces Alex propuso una solución, podía cambiarme de instituto y estar en el suyo. Yo no tenía nada que perder y sólo quería dejar de ver a mis abusadores así que acepté, y una semana después tenía nuevo instituto, nuevos compañeros, nueva clase, y nueva vida.
El primer día de clases salí de mi casa y Alex estaba esperándome, quería asegurarse de que llegaba bien y de que tenía un amigo conmigo al llegar para calmar los nervios. Fui caminando y hablando con él, incluso me reía, parecía una persona totalmente diferente con sólo una semana de diferencia. Y todo era gracias a Alex.
Al llegar al instituto me di cuenta de que estaría en la misma clase que Alex, cosa que me sorprendió, pues él era un año mayor que yo, y que a la vez me alegró, pues tendría a mí único amigo allí conmigo. Mis compañeros me dieron la bienvenida y me trataron muy bien, incluso conocí a más gente e hizo algunos amigos.
Un mes después mi vida había cambiado totalmente, tenía mi grupo de amigos, iba bien en clases, me sentía feliz… Pero una tarde eso cambió.
Estaba en el parque con Alex y con dos amigos más. Alejandra y Javier, que siempre solían estar con nosotros, y ahí en el parque apareció la persona que yo menos quería ver del mundo. Apreció Sandro con sus amigotes.
Yo al ver a las personas que me habían violado y golpeado empecé a ponerme nervioso, y mis amigos lo notaron. Íbamos a irnos de allí cuando Sandro nos vio y se acercó a nosotros con sus amigos, diciendo que hacía tiempo que no me veían, y que me echaban de menos en clase, y en su cama… Nosotros no hicimos caso y nos íbamos de ahí pero Sandro agarró mi brazo y yo me asusté mucho, en ese momento Alex se encaró con él y le dijo que me soltara. Sandro se rió y preguntó si ese era mi nuevo novio, diciendo después que era una puta y que siempre andaba babeando detrás de una polla.
Fue en ese momento cuando pasó. Alex cambió su firma de ser. Pasó de ser el chico más gentil y bueno que he conocido en mi vida a ser un animal salvaje. Se abalanzó sobre Sandro y empezaron a pelear, aunque por suerte los pudimos separar rápido, y nos fuimos de allí mientras Sandro gritaba barbaridades.
Alex se veía furioso y no hablaba con nadie, así que le dije a Alejandra y a Javier que fueran a sus casa y yo llevaría a Álex a la mía, que era la que más cerca estaba, y trataría sus heridas. Lo llevé a mi casa y siguió sin decir una sola palabra. Entramos en mi habitación y yo cogí algunas cosas para curar sus heridas. Él miraba al suelo furioso mientras yo aplicaba alcohol en algunas heridas y le decía que había sido una estupidez pelearse con Sandro y demás cosas.
Le quité la camiseta para curar una herida de su costado, al parecer Sandro usó sus uñas y le hizo sangre por ahí. Ahí me di cuenta de que aunque Alex se viera delgado, en realidad tenía muy buen cuerpo, perfecto diría yo. Era definido y tenía un pecho y unos hombros marcados. Yo tragué saliva y empecé a curar su costado, y fue entonces cuando habló por primera vez.
Me preguntó si el chico del parque era mi novio, cosa que me sorprendió, y le dije que absolutamente no. Entonces preguntó algo que yo rezaba porque hubiera ignorado cuando Sandro lo dijo. Me preguntó que por qué entonces dijo que me echaba de menos en su cama.
Alex no paraba de mirar al suelo muy serio, yo no sabía qué decir y los ojos se me aguaron al responder. Le confesé todo, que Sandro me gustaba, que intenté besarle y me violó, que después fueron sus amigos los que lo hicieron con él, todo.
Alex en ese momento me miró a los ojos y se disculpó conmigo, me dijo que se había comportado de una forma muy infantil y que debería haberme hecho caso y salir de allí. Yo no le respondía mientras miraba sus ojos, los más bonitos que he visto en mi vida. Alex me decía que yo era importante para él, que me apreciaba mucho y que no volvería a comportarse así, que sólo iba a ser la mejor persona que podría ser, y entonces las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.
Le di las gracias entre lágrimas mientras él me consolaba, y antes de darme cuenta tenía sus labios junto a los míos, en un beso dulce y suave. Yo me sorprendí y le pregunté qué hacía, y él se puso algo nervioso por primera vez desde que lo conocí. Me dijo que se dejó llevar y se disculpó, y me confesó que yo le gustaba. Esa frase me cayó como una flecha en el corazón, y de nuevo me abalancé a sus brazos y esta vez sí nos besamos.
Nuestros labios y nuestras lenguas se unían mientras los dos estábamos en mi cama, con mis manos en su pecho y las suyas en mis caderas. Nos besábamos apasionadamente, con muchas ganas. Entonces Alex se puso sobre mí y empezó a besar mi cuello, cosa que me hizo cerrar los ojos y suspirar por él.
Nunca me había sentido mejor que en ese momento, y se notaba, pues ya tenía la erección más grande que había tenido en mi vida. Alex besaba mi cuello y sentí su mano bajar desde mi abdomen hasta mi bulto, y justo cuando iba a meter su mano dentro de mi pantalón, me asusté mucho, recordé todo lo que había pasado con Sandro y sus amigos. Lo paré al instante y Alex se percató de mi terror.
Le pedí disculpas mil veces pero él me dijo que no pasaba nada, que de todas formas no deberíamos ir rápido, y fue entonces que formalmente me pidió ser mi novio, a lo que yo acepté en el mismo instante, y nos volvimos a besar.
Charlamos un poco más entre besos y Alex se fue a su casa, dejándome a mí pensando en él, y enfadado conmigo mismo por no haber tenido el valor de llegar más lejos.
Y hasta aquí el tercer capítulo, lo siento por no poner escenas sexuales en este, pero tenía que avanzar un poco en la historia antes de que Ángel vuelva a la acción, para el próximo capítulo pasarán cosas interesantes jeje, no se lo pierdan.
De nuevo pido que por favor dejen sus comentarios y opiniones para yo poder leerlos, me gustaría saber qué opinan de Ángel y de su historia.
Es el capítulo que más me gustó.😊
Muchas gracias por tu comentario, me alegro mucho de que te haya gustado ☺️☺️☺️
Está chévere contado el relato , muy interesante pero sería bueno qué en el próximo no entres con escenas de sexo .. mejor contá cómo fue avanzando la relación, cómo era el con Tigo , cómo te trataba etc y al siguiente considero si cuentes la escenas de la primera vez qué te entregaste por amor y te hicieron sentir pleno y feliz! Solo una sugerencia!!
Muchas gracias por tu comentario, me alegro mucho de que te haya gustado ☺️☺️☺️
Me gustaria que Angel de verga y no solo sea pasivo