Samuel el chico que cumplió mi fantasía
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esta historia ocurrió hace algunos meses, me llamo Mauricio y tengo 24 años, soy bisexual y fanático del sexo anal.
Me fascina comerme un buen culito sin importar el género y más aún cuando es un culito virgen.
He tenido sexo siempre con chicos y chicas de mi edad o mayores, pero siempre fantaseaba con cogerme a un chico puberto, pero no había tenido oportunidad de hacerlo.
Vivo en casa de mis padres y con nosotros vive mi primo Daniel, ya que sus padres viven en el extranjero, él es un chico gordo y poco agraciado, por lo que nunca me sentí atraído hacia él.
En fin todo transcurría normal hasta que cierto día Daniel llegó a la casa con un amigo, un chico flaquito de actitud tímida, de piel blanca y cabello negro algo largo, muy bonito y con algunos granitos en su cara típico de un chico de 14 años.
Su nombre es Samuel.
Desde el momento que lo ví me sentí muy atraído a Samuel, su rostro bonito y su esbelto cuerpo me llenaban de deseo hacia él.
Samuel empezó a frecuentar bastante seguido a Daniel por lo que no fue difícil entablar una amistad con él.
Me gustaba verlo con sus pantalones ajustados que resaltan un pequeño trasero redondo y firme.
Cuando tenía oportunidad de estar cerca de Samuel, fijaba mi mirada en él, y cuando Samuel se daba cuenta que lo estaba mirando yo le sonreía y él me devolvía la sonrisa.
En mi mente imaginaba que talvez Samuel podía sentirse atraído hacia mi, así que decidí aumentar mis provocaciones cuando lo tuviera cerca.
Una mañana mientras Daniel se duchaba, escuché que alguien tocaba la puerta, cuando me fijé que era Samuel, me quité la camiseta y bajé a abrir la puerta en boxer y medias.
Cuando abrí, Samuel reaccionó algo sorprendido y su mirada se centró en mi pene que estaba algo erecto y se notaba a través del boxer.
Sa: ho.
hola, es.
está Daniel
Yo: si, está arriba, pasa
Sa: mejor lo espero aquí
Yo: entra no tengas miedo, yo no muerdo jaja
Sa: jaja bueno
El rostro de Samuel se había puesto muy rojo y sudaba, le invité a sentarnos en la sala y yo me senté frente a él con mis piernas abiertas dejando apreciar mejor mi pene semi erecto.
Yo: estás bien Samuel
Sa: si.
si, por qué preguntas
Yo: pareces algo nervioso
Sa: algo así
Yo: te gusta lo que ves jaja
Sa: pero si no veo nada jaja
Cuando Samuel dijo eso, entendí que se estaba dejando llevar por mi juego.
Así que decidí sacar mi pene que ya estaba totalmente erecto para que Samuel lo viera.
Su rostro se puso aún más rojo y empezó a mover las piernas como si estuviese temblando.
Yo: te gusta jaja
Sa: estás loco jaja
Yo: habías visto una verga
Sa: no nunca jaja
En eso escucho que Daniel grita llamando a Samuel cortando el momento erótico que teníamos.
Samuel se levantó y subió rápido las gradas, mientras yo bajaba mi erección.
Esa misma noche recibo un mensaje en facebook y para mi sorpresa era Samuel, empezamos la conversación que fue algo así.
Sa: hola que haces
Yo: acostado y pensando en ti
Sa: en mi?? jaja y por qué
Yo: porque te tengo ganas jaja
Sa: ganas de qué jaja
Yo: de cogerte por el culito
Sa: es en serio??
Yo: muy en serio jaja
Samuel ya no me respondió y pensé que lo había arruinado todo.
Luego de unos días cuando llegué en la noche a casa, ahí estaba Samuel, nos saludamos muy normal y me pareció extraño verlo tan tarde, luego Daniel me contó que Samuel se quedaría a dormir esa noche.
En ese momento sentí una felicidad extraña, tendría al chico que me fascinaba muy cerca y no pretendía perder esta oportunidad de cogerlo.
Cerca de la madrugada escuché que alguien salía de la habitación de Daniel y se dirigía al baño, sin hacer ruido abrí mi puerta y me di cuenta que era Samuel.
Esperé en mi puerta hasta que Samuel saliera y cuando lo hizo y me miró, se quedó parado quieto algo sorprendido.
Comenzó a caminar hacia mi y cuando pasó por mi lado se me quedó mirando y dijo en voz muy baja.
Sa: que quieres
Yo: entra un rato
Samuel pareció dudar un instante y luego entró en mi cuarto en silencio.
Llevaba puesto una camiseta sin mangas y estaba solo en boxer y medias.
Sabía que debía aprovechar el momento, así que puse seguro en la puerta y me paré detrás de Samuel.
Su cabello largo rozaba mi pecho mientras mi barbilla acariciaba su coronilla, lo tomé de los hombros y acerqué mi pene duro a su trasero, Samuel dió un pequeño sobresalto y su piel se erizó y luego dijo.
Sa: en verdad quieres cogerme
Yo: si en verdad, te deseo mucho
Sa: y si alguien viene
Yo: no te preocupes, mis padres duermen del orto lado de la casa y no se escucha nada, y además Daniel duerme como roca.
Bajé mis manos hasta la cintura de Samuel y le quité la camiseta, entonces le dije que se acostara en la cama mientras yo me desnudaba por completo.
Me acerqué a Samuel que estaba acostado boca arriba y comencé a bajarle su boxer muy despacio, quedando ante mi su pene flácido con pocos vellos.
Luego le saqué las medias y comencé a chupar sus dedos, el olor de sus pies me excitaban aún más.
Samuel permanecía en silencio solo mirando lo que le hacía.
Saqué un tubo de lubricante de mi cajón y coloqué un par de almohadas bajo la cintura de Samuel y le pedí que levantara las rodillas hasta su pecho.
Ahí pude por fin observar el virginal ano que escondía su delicioso trasero.
Un ano perfecto de piel oscura que contrastaba con lo blanco de su cuerpo.
Sabía que tenía que estimularlo, así que sin pensar acerqué mi lengua y comencé a lamer su ano.
Samuel solo suspiraba mientras yo llenaba de saliva la entrada de su culo virgen.
Coloqué un poco de lubricante en mi dedo y empujé dentro del culo de Samuel, entró con facilidad y comencé a dilatarlo.
Yo: estás bien
Sa: si.
ssii
Después de unos momentos metí dos dedos y sentía como el culito de Samuel de a poco se abría.
Puse mucho lubricante en mi verga mientras seguía dilatando con mis dedos su ano.
Saqué mis dedos y acerqué mi verga a su culito semi dilatado haciendo presión.
Su ano no puso mucha resistencia y mi verga comenzó a entrar muy despacio dentro del culo de Samuel.
Sa: aayyyy suavito suavito
Yo: ya está ya está nenito
Lo apretado de su culo no dejaba meter por completo mi verga, así que puse más lubricante hasta que mis 17 cm de carne dura y gruesa entraron hasta la base dentro del cuerpo de Samuel.
Me quedé inmóvil esperando a que Samuel se acostumbrara a tener su culo invadido, y mientras volví a chupar sus pies y a acariciar sus piernas.
La imagen de mirar a este chico de 14 años de cuerpo perfecto enculado por mi, me daba un morbo que no había sentido antes.
Después de unos minutos de estar quieto empecé a moverme lentamente, sentía su culo muy apretado lo cual me encantaba, no hay nada mejor que estrenar un culito.
Yo: que rico que rico, te gusta Samuel
Sa: mmmm aayyy
Seguía culeando a Samuel mientras su ano ya comenzaba a dar mas libertad a mi verga, se la sacaba casi toda y se la volvía a meter con fuerza.
Estuve varios minutos culeando a Samuel y cuando sentía que estaba por terminar, detenía mis movimientos, quería alargar un poco mas el momento de lujuria que tenía con este chico.
Yo: te gusta Samuel te gusta
Sa: si ssii si ssii
En eso noto que el pene de Samuel se había puesto duro, era una señal de que disfrutaba estar siendo culeado.
Agarré su pene y lo masturbé, y casi de inmediato eyaculó embarrando por completo su abdomen.
Las contracciones del culo de Samuel por el orgasmo que tuvo apretaban aún más mi verga, lo que hizo que no pueda resistir más y eyaculé tratando de meter lo más profundo que pude mi verga.
Sentí un orgasmo tan intenso que hasta me temblaban las piernas, a la vez que dejaba mucha leche dentro del culo de Samuel.
Saqué mi verga despacio y el culo de Samuel quedó abierto, pero inmediatamente después él apretó por instinto el culo dejando toda mi leche dentro.
Me acosté a su lado mientras calmaba mi respiración y le dije.
Yo: te gustó Samuel
Sa: no me preguntes eso
Yo: por qué no jaja
Sa: esto no volverá a pasar, no soy gay
Dicho esto, Samuel se levantó de la cama y se puso la camiseta y el boxer, y salió de mi cuarto.
Le dije que esperara pero no quiso y se fue al cuarto de Daniel, mientras yo fui al baño a lavarme el pene y luego regresé a dormir.
Han pasado seis meses desde esa noche y aunque Samuel mantiene su actitud varonil, estoy seguro que nunca podrá sacar de su mente y en especial de su trasero, la experiencia que disfrutó con mi verga.
Mientras yo seguiré esperando poder repetir ese momento de éxtasis total con el delicioso culito de Samuel.
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