Se la chupo a un amigo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Fui a casa de mi amigo.
Era de las pocas veces que conseguíamos estar solos, porque sus padres se fueron a una reunión escolar.
A veces nos masturbanamos el uno al otro, pero aquel día tenía algo diferente para mi.
Yo estaba tirado en el sofá, viendo la tele, hasta que él se pone en medio no dejandome ver nada.
–¿Puedes quitar? –dije secamente.
–No –me respondió.
Dicho aquello se bajó el pantalón de chándal y el calzoncillo dejando al aire su miembro.
–Me salgo si me la chupas.
Me puse a reír, pensé que era una de sus bromas.
Pero a pesar de la risita en su cara no salió.
Su miembro estaba empinado, mirando hacia el techo.
Y yo igual tenía una erección.
–Venga, sal ya.
–Si me la chupas.
Me quedé mirando su verga, me moría de ganas de masturbarme allí mismo.
Quería chupar, morder, lo que fuera, quería hacer de todo y no me atrevía a hacer de nada.
Al final me decidí.
–Entonces acécate –dije.
Me hizo caso y yo me incliné hasta llegar a su miembro modesto pero duro.
Le lamí la parte de arriba, luego me empujó por la nuca y metió su verga en la boca hasta la mitad.
Yo jugaba, succionaba, lamía y acariciaba sus nalgas y él me presionaba por la nuca y gemía:
–¡Puta chupa! Más, toda! –me gritaba mientras me embestía con cuidado, adentrando y sacando su suave miembro.
–¡Mmm mm! –me desabroché la bragueta y saqué mi miembro erecto por fuera del calzoncillo y comencé a masturbarme con una mano.
Mi amigo, siguió diciendo cosa y usándome hasta que alcanzó el orgasmo, en ese momento traté de separarme pero no me dejó y se corrió dentro se mi boca, afortunadamente su verga no estaba muy adentro.
Yo me corrí inmediatamente después, y la leche que me dejó la escupí en la palma de mi mano, era una sensación demasiado extraña para mi y me limpié en mi jersey.
–Muy bien, luego otra vez.
–me decía sonriendo– pero en lugar de tu boquita, tu colita.
–No sé.
–Lo hiciste muy bien, ¿te gustó? –me preguntó.
–S-sí.
–Si quieres te lo hago yo a ti.
–Ahora no.
–Digo luego y después de eso me gustaría meterme por ahí –me dio una cachetada en la nalga.
Yo no quería al principio, eso me asustaba.
Pero media hora después comenzó a excitarme tocándome y besándome, y diciéndome obscenidades y al final accedí.
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