Se me paro la verga!
Un joven provincial llega a la ciudad pare recibir una mamada de su tímido roomate..
Sin más rollos les cuento que soy un chavo normal, siempre he sabido que prefiero la compañía masculina, pero eso no me ha impedido probar con el otro sexo, sin embargo fueron experiencias sin más. La adrenalina de estar con otro hombre rebasa por mucho la diversión de estar con una mujer.
Esta historia se remonta a mi adolescencia cuando tenía 18 años, y decidí irme a otra ciudad para realizar mis estudios superiores, pues la vida de provincia me era también ya muy aburrida. En ese entonces mi juventud estaba en todo su esplendor, físicamente mi cuerpo trabajado aunado a mi color bronceado de piel atraía a la mayoría de las personas, durante ese periodo fui realmente casi nunca rechazado, pues tanto por detrás como por delante (17 cm muy bien desarrollados) eran motivo de deseo. Además mi libido se encontraba en su pleno esplendor, sin más se me ponía dura ante el mínimo roce y disfrutaba al máximo cuando una boca me complacía hasta obtener mi jugo.
Cuando llegue a la ciudad, no tenía efectivamente donde vivir por lo que los primeros días dormí en casas de amigos y familiares, al mismo tiempo que me aclimataba a mi nuevo ambiente, pero esta situación no podía durar más, por lo que decidí a buscar un apartamento a compartir, para no gastar más de lo necesario. En mi búsqueda encontré de todo, y ciertas ocasiones fue frustrante, pero el destino me tenía preparado una de las mamadas más deliciosas que recibí en esos tiempos.
Encontré un departamento en colocación a compartir con dos otras personas, un hombre y una mujer estudiantes igual que yo aun que de postgrado, Carlos y Lucía serían mis compañeros de piso.
El contacto con los dos fue de lo más ameno y mi llegada a sus vidas se pasó en los mejores términos. Lucía tenía una vida muy ocupada por lo que la veimos muy poco, por lo que mi relación con Carlos se volvió más estrecha, al principio más como de hermanos, sin embargo algunas mirabas delataba que parecía tener curiosidad por el bulto que se marcaba en los pants tan ajustados que usaba en esa época, la primera vez que me regreso a ver la verga descaradamente fue una vez que salimos en su coche a hacer compras, yo me había sentado con las piernas abiertas y se me notaba el bulto en todo su esplendor cuando Carlos me miró, no supe como tomarlo, pero mi instinto me hiso sobarme discretamente la verga para que viera que me agradaba. La segunda vez estábamos en la sala, según él estaba estudiando frente a mi y yo me encontraba en la misma posición viendo la televisión, cuando de repente me dice.
-Esta buena la película?
Y otra vez su mirada lo traicionó y sus ojos se reposaron sobre mi verga en ese momento durmiendo. A lo que le respondí tocándome descaradamente el bulto.
– No sabes de lo que te estas perdiendo.
Desafortunadamente Carlos estaba estudiando para un examen importante, por lo que la conversación quedó ahí y sin mayor importancia cada uno se fue a dormir a su habitación cuando lo considero necesario.
Sin embargo el destino estaba marcado y algo tenía que ocurrir entre Carlos y yo en algún momento, pues se había creado una tensión sexual que debía liberarse. Una tarde encontrábamos como siempre solos en el departamento, por lo que Carlos me propuso que cenáramos juntos y que después viéramos una película, como bebida para acompañar la cena Carlos preparo una sangría con un poco de alcohol, mismo que me hiso ponerme caliente, supongo que a él también por que su actitud era más relajada. Antes de ver la película, decidí regresar a mi habitación para quitarme la ropa interior y dejar mi verga libre para la acción que estaba decidido que pasara esa noche. Por su parte Carlos estaba ya instalado con el control en su mano para comenzar la película, el usaba un short que dejaba ver sus piernas peludas que me exitaban aún más. Yo me senté y como siempre busque la posición que más resaltará mi verga, la tuve parada desde el principio de la película, pues yo solo pensaba en la situación homoerotica que estaba ocurriendo, cada vez que Carlos me volteaba a ver para hacer un comentario, yo me tocaba descaradamente, pero el se hacia de la vista gorda. La tercera vez que se volteo yo sostuve mi verga erecta con mi mano sobre el pants, y replique volteando a ver el televisor, mirando de reojo como Carlos no quitaba sus ojos de mi verga, cuando volvió a ver la tele, esta vez dirigió sus manos a su bulto para acomodar su verga que estába ya en estado de ereccion ( o para enviarme señales que era momento de dar el paso), el regreso a ver mi verga varias veces y repetía el gesto de tocarse, yo procedí a tomar recostarse ligeramente sobre mi sofá abriendo más las piernas mostrando mi ereccion descomunal, que el disfrutaba cada vez más, los nervios de la situación hacían que los comentarios de la película que contenía escenas eroticas nos dieran risa, en eso uno de los actores dijo: – creo que se me paro la verga (en ingles); al que yo en un movimiento estratégico coloque mi verga erecta en posición que formará una carpa de circo dentro del pants, y riendo me dirigí a Carlos y le dije:
-Carlos, creo que se me paro la verga. (Señalando mi falo)
Los dos reímos pero el no me quitaba la mirada de encima, yo procedí a darle golpes tipo cachetada a mi verga, mientras reíamos. El me dijo:
-La tienes bien dura, ( mientras se tocaba la suya)
Respondi:
– Y cuando se pone así, no hay nadie que la baje ( mientras continuaba dando golpeteos)
Carlos: Apoco nada? Ni una buena chaqueta?(masturbacion).
Yo: Si claro, con una buena acabada con mi leche por todos lados, pero… ya me esta aburriendo jalarmela.
Carlos: Te hace falta algo que te la mantenga caliente y húmeda, un bueno culo o… una mamada.
Yo: la neta si. (mientras masturbaba por encima mi verga y Carlos la observaba como un pastel que deseaba comerse.)
Carlos: Ya has de haber ahogado a muchas con tu verga, no? (Frase que dijo muy editado y cierto nerviosismo)
Yo: No te creas esta chiquita, pero bien cargada de leche.
Mientras finalmente la sacaba lentamente del pants y la ponía apuntando al techo con mi mano haciendo señal que media una cuarta. La mirada de Carlos fue de sorpresa, deseo y sabía que la moneda está tirada.
Procedí a levantarme y a tomar una decoración de plátano que estaba en la mesa para compararla con mi verga y le dije:
-Vez? Esta más chica que el plátano.
Y en un paso también estratégico me coloque frente a Carlos con mi verga apuntando a su rostro y finalmente le dije.
-Carlos, entrale!
A lo que el ni tardo ni perezoso la tomó entre sus manos y se la metió en su boca, primero para chupar el grande de forma circular, de vez en cuando pasando su lengua por el frenillo y haciendo el sonido que hacen cuando chupan la cabeza. El me recostó sobre el sofá donde estaba recostado y se incorporo para mamarme la verga desde la punta hasta la base, para pasarse después a los huevos, metiéndose los dos al mismo tiempo, provocando que me retorciera de placer. Ninguno de los dos dijo una sola palabra durante el acto, solo se escuchaban mis gemidos de placer y los suyos.
Procedí a incorporarme si despegar su cabeza de mi verga para ahora recostarlo y follarlo por la boca como se debe, el no puso ninguna resistencia y la se la comía como todo un profesional, aun que de repente lanzaba el clásico sonidito que hacen cuando se están ahogando, sin que yo me parase en ningún momento, continue fallando su boca durante un buen momento hasta que sin más explote en exitasis dejando dentro de su boca abundante leche que Carlos opto por tragar se, exprimiendo hasta la última gota mi glande, como si de una manguera se tratase, yo solo gritaba de placer.
Al finalizar la acción los dos reímos y sin decir ninguna palabra continuamos viendo el final de la película, sin importarme que Carlos no había eyaculado le dije sin más que me hiba a dormir, y nunca más hablamos del tema.
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