Secretos de después de dormir
Mucho me he tardado para regresar. Mi tío hace tiempo que me había iniciado a esta etapa. Después fue mi papá. Ahora yo tomo la decisión .
Ha pasado tiempo, lo sé. Es difícil estar aquí contando la continuidad de mi extraña relación que me obliga a expresar mi día luego de toda esa locura.
Personalmente me he sentido avergonzado en muchas ocasiones, pero sucedieron.
Esto se ubica a casi un año de mi último viaje a los bosques, no entraré en detalles sobre eso. Pues, empezaré.
Mi hogar entró en relativa calma cuando mi papá regresó a sus viajes continuos, perdiendo así la comunicación casi por completo al igual que con mi tío Carlos. Yo, me distraía con las clases y el equipo de fútbol, muy pocas veces pensaba en lo ocurrido y supongo que debe parecer extraño, pero así era. Pero al final del verano y con la llegada de los vientos fríos caí en un lapso de depresión apenas palpable cuando sufrí de una fractura menor en la rodilla al caer por una pendiente sobre mi patineta. Me tomó un tiempo para abandonar mi habitación e ir nuevamente a los jardines cercanos al campo cerca de los arroyos. Conocí a un amigo proveniente de Londres, pues su padre cayó en bancarrota y su casa había sido vendida con urgencia. Francés se llama, de raíces españolas. Me agradaba en verdad, entendía que necesitaba tiempo para volver a andar con normalidad. Cómo sea, mi madre (que ya se había divorciado de mi padre y conocía a hombres cada tanto) me sugirió meterme a un club, no importaba cuál, mientras me ayudara a reponer la vitalidad era tan válido como cualquiera. Francés insistió en qué era buena idea, así que, en un total de dos semanas habia formado un pequeño grupo de cinco chicos de mi edad. Primero figuró ser un club de lectura, después de actividades variadas, y casi al final del mes de agosto éramos un grupo errante que visitaba lugares abandonados (nada terroríficos).
Una mañana estábamos en la sala de Parson, de quince años y de rostro risueño, era un niño de mamá pero era el más divertido del círculo. Hablábamos de la casa donde ya crecían elechos en las paredes y los pisos estaban cubiertos de raíces verdes. Compartíamos fotografías impresas y algunos comentarios, cuando Daniel mencionó haber visto una escena peculiar cuando pasaba por los vecindarios, según dijo; una pareja habia estado cojiendo cerca de la ventana cubierta por las cortinas. Sospecho que era mentira, pero Tom (de 13 años y rubio oscuro) agregó sugerencias para un nuevo aporte al material, su niñera solía llevar a sus novios en las tardes y los oía haciéndolo. Francés no decía nada, estaba nervioso y muy rojo, su piel estaba cada vez más rosada y llena de sudor sobre la frente. Para mí diversión sugerí algunas ideas para hacerlo posible, ser participantes en la documentación de la escena obscena. Francés pareció enojado, me vio intentando hacerme callar pues yo usaba un lenguaje vulgar y la reacción que creé en los otros tres fue evidente, ellos intentaban ocultar las erecciones, aunque sin detenerse en incentivar la idea.
Pero llegaron los padres de Parson y decidimos subir a su habitación, hacía cada vez más frio, incluso llovió con granizo seco. Para después de una cena que consistió en panques y leche, tendimos los sacos de dormir. Parson ocupó la cama él solo, Daniel y Tom juntaron sus sacos pegados a la pared frente a mí y Francés, cada uno habíamos llamado para avisar, y pretendimos dormir pero yo no podía. Estaba pegado al saco de mi amigo, me había quedado recordando mis vivencias junto a mi tío y mi papá y también con mi primo Antoni, la sensación de emoción volvía y me obligó a bajar el cierre de las dos bolsas de dormir. Tom y Daniel tampoco dormían, los ví sentados y viendo algo en el celular de alguno de los dos. No estaba seguro de lo que quería hacer, supongo que quería descubrirlo. Primero hice la prueba de abrazar el torso de mi amigo, era más alto y más corpulento que yo, al hacerlo no hubo ninguna consecuencia. Por minutos me plantee la idea de retractarme, quería a mi amigo, no quería que dejara de hablarme, además de que podría delatarme con los otros tres chicos. Pero mi pene estaba ya tan duro que sin poder evitarlo me pegué a Francés, hundiendo mi pene mediano en medio de su culo suave. Me froté, y bajé mi mano hasta su entrepierna cubierta por el pants, fue entonces que noté su corazón acelerado y su respiración angustiada. Me quedé así, deseando retirar mi mano pero al mismo tiempo disfrutando tener atrapado su pinga, crecía hasta parecer un palo largo. Intentó apartarse como si siguiera dormido pero no lo permití. Apreté su miembro, atrapé sus genitales y sin más busqué debajo de su ropa, la piel mucho más suave de su escroto me encantó, di jalones inofensivos a sus bellos púbicos, rodeé su pene y comencé a jalar suave. La lluvia seguía, los relámpagos sonaban muy cerca y la habitación se iluminaba en instantes. Francés era un tipo guapo, no el más guapo del colegio pero tenía un mentón peculiar y distintivo. Cinco minutos después cuando ya tenía un ritmo rápido jalando su verga, intentó detenerme sin decirme nada, su mano sostuvo la mía pero no me dejé ganar. Mi mano se llenó con dos disparos de su semen con el movimiento rápido, fuí deteniendome hasta que volvió a estar flácido. Con cuidado me lleve a los labios aquello y lo lamí, saber que era de mi amigo fue aún mejor.
Pero como muchas veces me pasó, me sentí angustiado y asustado, Francés no se movía o me respondía cuando lo llamé. Por dos horas estuve dando vueltas pensativo, y creo que Tom se dió cuenta que seguía despierto porque me llamó en voz baja. Me levanté aún con la verga algo dura, era visible sobre mi ropa interior, ellos me vieron pero no dieron nada. Me senté en medio de ambos, veían pornografía de una chica rubia y un hombre algo mayor. Parecían querer sacar sus penes pero no se atrevían. Daniel se levantó y despertó a Parson y luego levantó a Francés, terminamos los cinco en la cama con el video en medio. Cuando la pantalla se quedó congelada, Parson salió y al volver traía una botella de vino tinto, con un vaso y un plato con queso en cubos. Nuestro amigo rubio nos invitó a beber un poco, mientras contábamos historias de terror y algún que otro cuento personal paranormal. Pero yo veía a mi amigo evitarme la mirada. El primero en caer fue Tom, el sueño le ganó y discutimos las opciones para tomar ventaja, no teníamos maquillaje a la mano y se habló de rayonear su rostro, pero con ayuda de la bebida sugerí desnudarlo. Parson y Francés no parecían estar de acuerdo, pero Daniel inició a quitarle la playera, yo ayudé con la piyama de debajo y cuando quedó en ropa interior ninguno supo qué más hacer.
Fue una situación en dónde alguno esperaba que otro hiciera algo, la botella se habia reducido hasta su media capacidad, no era yo el único afectado por el alcohol. Y cómo sentí ser el más adecuado, me moví hasta sujetar los extremos del calzoncillo blanco y bajarlo con cuidado, Tom se movió pero cuando la prenda salió no había nada por qué detenerse.
—Que quieren hacer?
Preguntó Parson cubriendo su erección con las dos manos, todos estábamos algo asustados. Sabía que estaba mal hacerle eso a nuestro amigo, pero no me considero recto o tonto. Acerqué mi mano al pene pálido y flácido, dando un masaje, tomé su pierna y la alcé para dejarla en mi hombro. Tom despertó pero solo me veía hacerle todo eso. El siguiente en actuar fue Parson, se desnudó de la cintura para abajo, haciendo que Tom tomara su verga y lo jalara lento. Daniel apartó mi mano dónde tenía el pene de Tom, luego descendió hasta las nalgas abiertas y sus dedos tocaron ahi, regresado de su ano a sus labios y de nuevo repetía. Miré a frances, él no sabía qué hacer o decir, estaba incómodo y quizá asustado. Tomé su mano y lo acerqué a mí, quería besarlo. Se resistió pero obtuve un roce y no lo dejé ir hasta que mi lengua entró en su boca, recuerdo que su saliva era rica, dulce y su lengua era muy suave al tacto con la mía. Desde ahí prácticamente tuve que dirigirlos, les dije que debíamos estar desnudos y lo hicimos. Frances y Daniel eran los más grandes en cuanto a tamaño, de verga también nos superaban. Ellos dos se ubicaron de rodillas y juntos, fui el primero en querer mamar y me siguió Parson. Daniel quedó olvidado por un buen rato, pero no se quejó, nos veía con el rostro de sueño y tenía las piernas dobladas y con la mano enmedio alcanzando su orificio con los dedos. Pero nuevamente les di instrucciones, frances debía lamer y morder el cuello y boca de Tom, Parson se comería la verga de mi amigo, Daniel pidió mamar el pequeño pene con poco vello y yo me dedicaría a comerme su ano que aseguraba ser virgen. Mordía sus nalgas sin cuidado, me gustó tener ese poder y decirles lo que debían hacer y cómo hacerlo. Pero no me pareció justo que Tom disfrutara de nuestros servicios él solo, pedí ser el siguiente en estar en su lugar, me vine en los labios de Daniel mientras la lengua de Frances lamía mi ano. Después fue uno, luego otro y otro hasta que cada uno estuvo en ese sitio. No me importó cuando francés se negó a recibir los lametones en su ano, yo estaba a cargo. Daniel tampoco estaba entusiasmado con tener una boca allá abajo, pero estando con las piernas abiertas y con Frances lamiendo ya no volvió a quejarse. Terminé con la cara escurriendo de semen, insistí en recibir de los cuatro cuando estaban por acabar.
Llegando al final, me fui al baño a lavarme la cara y al volver ya todos estaban acostados y dando la espalda a los otros. Me acosté intentando pensar en como sería mañana, si alguno me echaría bronca o directamente me golpeaba por insistir en las barbaridades que hicimos.
gran relato como sigue