SECRETOS DE UN HOMBRE CASADO
Llevo algunos años de casado y no lo he pasado mal sobre todo porque mi esposa no descubre mis secretos, mi pasión por lo hombres.
Siempre me consideré homosexual, pero por distintos motivos terminé embarazando a mi polola a los 20 años. No quise evadir mi responsabilidad y me casé con ella. No se nota mi homosexualidad, lo cual no es problema para mí, si fuera muy femenino no me importaría. A mi esposa nunca le he confesado mi inclinación hacia los hombres y creo que es mejor así, tal vez lo sospeche, pero hasta ahora nunca me ha dado a entender algo.
Mi hijo creció y se fue a estudiar al extranjero, pensé que mi libido con el tiempo se aquietaría y tendría una vejez confortable en compañía de mi mujer, pero no ha sido así. Nuestro vecino es casi de mi edad y no faltó mucho para que entre conversaciones, idas al estadio a ver futbol, asados en casa nos diéramos cuenta, como sólo los gays sabemos darnos cuenta que somos iguales y entre sonrisas, abrazos cariñosos, miradas sucedió lo que debía pasar. Una noche en que mi mujer se fue a dormir, nos quedamos mirando algo de tele, luego él me dijo que se iba a ir a dormir, lo acompañe a la puerta y salimos al jardín, estaba a oscuras porque aún no cambiaba el foco, nos abrazamos para despedirnos, pero era evidente el deseo así es que sin más preámbulo lo besé apasionadamente él respondió con el mismo deseo y sin perder tiempo, lo tomé de la mano y nos metimos nuevamente a la casa, entramos en la habitación de mi hijo, le bajé el pantalón y acerqué mi rostro a su miembro erecto. Lo llevé a mi boca chupando con desesperación esa verga jugosa, escurría saliva y precum por mis labios, luego bajé mis pantalones y le ofrecí mis nalgas, él se arrodilló y lamió mi agujero dejándome preparado para recibir su mástil de carne, sentí como se iba introduciendo poco a poco en mis entrañas, me volví loco y empuje mis nalgas hacia ese palo duro hasta clavármelo entero. Me dio duro hasta que se corrió dentro y yo me corrí también mojando el piso.
Con ese vecino iniciamos una especie de relación más que nada sexual, ambos sabíamos que nuestros matrimonios tenían prioridad. Un buen día domingo hicimos un asado y llegó a visitarnos mi hijo con su novia y unos amigos, entre ellos René un hombre bien guapo de unos 30 años, de inmediato me calenté con él, lo miraba disimuladamente, le ofrecía algo de beber, le sonreía, sólo esperaba que nadie se diera cuenta. Después del asado algunos se metieron a la piscina, otros se fueron a dormir la siesta, mi mujer se fue a dar un paseo con la novia de mi hijo. Yo aproveché a me fui a la oficina que tenía al final de la casa para revisar algo, estaba en eso cuando golpean a la puerta, era René que deseaba saber dónde estaba el control de la tv, porque querían ver un programa deportivo, le sonreí, seguramente yo lo había dejado en cualquier lugar, estábamos en eso cuando alguien gritó que ya lo habían encontrado, sin embargo René no se movió de donde estaba, en silencio entró a mi oficina nos besamos, mi urgencia sexual me hizo desabrochar su pantalón y comerme su pene en un segundo, sabíamos que en cualquier momento podía llegar alguien. Con rapidez moví mi lengua, tragué su pene, hasta que se corrió abundantemente en mi boca, lo saboreé y lo tragué todo, René salió de la habitación y yo terminé pajeándome.
Después de mi aventura con René le comenté al vecino lo sucedido mientras lo montaba en su auto en una calle desierta, luego de corrernos juntos, nos fumamos un cigarrillo y mi vecino me planteó la idea de ir juntos a un cine o a un sauna para ver que pasaba, él nunca había ido a un lugar así, yo sí, pero hacía mucho tiempo que no lo hacía, me pareció interesante la propuesta y fijamos día en que iríamos a un cine.
El día elegido, le comenté a mi esposa que iría a cenar con unos ex colegas de trabajo, que nos juntaríamos después de harto tiempo sin vernos. Salí de casa y nos juntamos con mi vecino en una calle acordada, eran cerca de las 7 de la noche, sabíamos que ese cine estaba abierto hasta medianoche así que no nos preocupamos. Pagamos y entramos, todo oscuro.
Aunque estaba oscuro, era un ambiente excitante, se olían sudores, semen olor a macho contra macho, eso nos calentó a ambos y comenzamos a tocarnos, me senté mi vecino de pie, le saqué la verga y comencé a chuparla, no pasó mucho tiempo para que de entre la oscuridad fueran emergiendo cuerpos que se arremolinaron a nuestros lados, miré a mi vecino estaba besándose apasionadamente con otro hombre luego con otro, pude distinguir cerca de mi cara como otro hombre se había sacado la verga y me la ofrecía, inmediatamente me la comí entera mientras pajeaba con la otra mano a mi vecino, luego vino otro. tenía 3 vergas a mi disposición, a mi vecino le habían bajado todo el pantalón y por sus movimientos no cabía duda que le estaba entregando el culo a un desconocido, gemía y pedía más verga. Yo hice correrse al primero en mi boca y con el semen chorreando de mis labios me tragué el segundo hasta hacerlo correr. Me puse de pie, me saqué la ropa quedando completamente desnudo, a mis 58 años no tenía pudor alguno, sentí manos apretar mis tetillas, mis nalgas, mis piernas, sentí una lengua entrar en mi orificio, luego retirarse y dejar paso a una verga gruesa y húmeda. Mi vecino y yo estábamos siendo culeados al mismo tiempo y eso nos calentaba más. Terminó la película, se encendieron las luces y el grupo de hombres a nuestro alrededor siguió ahí, se acercaron más, era una orgía a todo dar, las luces se apagaron nuevamente y comenzó otra película porno. Sentí que el cuerpo ya no me daba más, tenía el culo abierto, mojado y con restos de semen pegado. Salí de la sala prácticamente en bolas y me siguió mi vecino, nos metimos al baño para lavarnos un poco, pero no sirvió de mucho, porque en el baño habían más hombres también casi en bolas y sin dudarlo acerqué mi culo a uno y de un empujón me ensartó completamente, mi vecino ya estaba arrodillado mamándole la verga a otro.
Esa aventura estuvo mucho tiempo en nuestras cabezas, la recordábamos y nos pajeábamos hasta que decidimos ir a un sauna…continuará
Que rico espero la continuidad
ya está la segunda parte para que disfrutes así como yo lo disfruté escribiendo,
Pero que relatos tan ricos y calientes.
Estoy con tremendas ganas de estar con dos vergas una en la boca y otra en mi culito