Secuestrado parte 3
Daniel es secuestrando a los quince años, y pronto se convierte en la puta de su secuestrador y todos sus amigos .
Daniel se despertó cuando escucho el sonido de la puerta, se despertó asustado, pues no quería que el hombre le rompiera otra vez el ano, pero quien abrió la puerta fue Rafael, pero eso no hizo que Daniel se relajara, aunque tampoco se levantó y se apartó cuando Rafael se sentó él cama.
—¿Como estas?— Pregunto Rafael, el chico no contesto, pues era una pregunta absurda, le dolía su ano, la garganta le dolía, y su mandíbula igual, se sentía adolorido, con hambre y cansado. —Se que te debes sentir horrible, pero después todo será mejor— una lagrima bajo por el rostro de Daniel, y a Rafael le dieron ganas de abrazar al chico y hacerlo sentir bien.
—Traje una crema para echártela en el ano— Daniel siguió sin decir nada. —Voltéate para poder echártela—
—No— Se limitó a decir Daniel, con la voz áspera por todo el tiempo que estuvo sin hablar.
—¿Tienes hambre y sed verdad?—Pregunto Rafael —Puedo conseguirte comida, pero debes confiar en mi, no quiero hacerte nada, solo quiero ayudarte—
—Si quieres ayudarme entonces déjame ir, te juro que no dire nada— el chico se acercó a Rafael, y le agarró las manos suplicándole.
—No puedo hacer eso— Se levantó de la cama, pues el tacto del chico le ocasionó muchas cosas. Rafael se fue, pero media hora después regresó con deliciosa comida y agua.
—Yo me encargaré de cuidarte y protegerte cuando el jefe no esté, es lo más que puedo hacer— Daniel asintió mientras agarraba la comida que trajo Rafael y se la metía a la boca. El chico tenía mucho tiempo sin comer, y siento alivio al sentir el rico sabor de la comida. En todo ese rato, estuvieron hablando de cosas triviales, que si la hora, o la rutina del día a día de Rafaela Rafael le contó, que él no es el único que se encuentra en el lugar, que abajo hay cuatro más, que si quería conocerlos debía portarse bien, además de eso, le explico que cuando él se recuperara, podría pasar más tiempo en la sala común, y podría usar la piscina qué hay en el lugar, y si no intenta escapar, ni causar ningún disturbio, el jefe lo complacería y le compraría cosas, todo menos ropa, pues todos deben andar desnudos o en ropa interior extremadamente ajustada. El chico intentó procesar todo mientras comida, pues era difícil para el desentenderse de su vida anterior.
—Se que es difícil dejar tu vida anterior, pero aquí la vida no es tan mala, y cuando el jefe le conceda que veas su cara y que lo conozcas bien, verás que es una persona hermosa con lindos sentimientos, que simplemente está aburrido.
Daniel se guardó todos sus comentarios al respecto y solo asintió, cuando terminó de comer, Rafael le ordenó que se volteara para echarle la crema. Daniel se negó, pero cuando Rafael puso su voz dura y le dijo que no lo volvería a repetir, se volteó, y se tuvo que poner básicamente en cuatro.
Rafael, observó el rosado el cual estaba un poco abierto, al menos unos tres o cuatro centímetros, Rafael sin ser consiente acercó su boca al ano del chico, y pasó su lengua por todo el ano. Daniel sintió el deseo de apartarse del hombre, pero la sensación era un poco agradable, por lo que se quedó inmóvil. Rafael siguió, pasó su lengua por todas partes del roto ano, y cuando sintió que tenía suficiente saliva le colocó un poco de crema, cuando la crema ya estuvo aplicada, Rafael echó aire en el culito de Daniel, acto que hizo que el chico temblara.
—La saliva es para que se cure más rápido, espero que no te haya incomodado mi lengua ahí— Dijo Rafael permitiendo que el chico dejara de este en cuatro. El chico tenía las mejillas teñidas de rojo, y la verga la tenía un poco erecta. —Por lo que veo te gusto— Dijo Rafael con una sonrisa pícara, por lo que Daniel al ver que Rafael observaba su verga de la tapo con una almohada —Mi recomendación es que te pongas boca abajo para que tu ano logre sanar—Y sin más que agregar Rafael se fue con la verga erecta.
Pasaron varias horas para que Rafael volviera, pero lo hizo, solo que esta vez no tenía un bluf jeans, sino una ligera camiseta que se justaba a la perfección a su peludo pecho y un short de playa.
—Hola— Dijo entrando.
—Hola— respondió Daniel, el cual ya se sentía mucho mejor que en la mañana.
—Vine a bañarte—Dice Rafael.
—Yo mismo puedo bañarme—
—Me ordenaron que debía bañarte, no desobedeceré—
Daniel un poco molesto se levanta de la cama, la cual Daniel no se había dado cuenta que la había orinado ¿Desde cuando no se levanta de la cama? Se pregunta el chico
Rafael lo detiene, y se pone de cunclillas y le abre las nalgas para observar la recuperación del año, el cual se encuentra ya casi cerrado, aunque sigue irritado.
—No podrás hacer pupu hasta la noche—Le advierte Rafael.
El chico asiente y lo sigue hasta el baño, ya estando ahí, el hombre solo se quita la camiseta y se mete en la ducha con Daniel.
—Espero que no te incomode que te bañe—
—Igual me incomoda—
—Haré que sea lo menos incómodo posible— Dice Rafael abriendo el agua caliente.
—¿Por eso no te quitarás la ropa?—
—Si— Dijo Rafael —En cambio que quieras que me la quite— El chico lo pensó unos segundos, ayer había sido su primera cogida, y la había odiado, aunque mientras el jefe lo cogia, con su culo lleno de pupu, él sintió una sensación de lujuria, la cual hizo que su pene se levantará un poco, aunque el dolor era tan fuerte que sin duda no disfruto, pero en la mañana, cuando Rafael pasó si lengua por su ano, lo sintió rico, y ver a este hombre le provoca algo de lujuria.
—Puedes quitarte el short— Dijo el chico con pena. Rafael sonrió y sin dudar se lo quitó y lo lanzó.
—¿Así está mejor?—Pregunto Rafael, pero Daniel no le contestó, pues estaba apenado, Rafael tambein tenía unos interiores ajustados, de esos que dejan tus nalgas al descubierto. Tantos las nalgas como el paquete de Rafael estaban bien dotados.
Después de unos minutos recibiendo el agua caliente de la ducha, Rafael agarró el jabón y empezó a pasarlo por el cuerpo de Daniel, lo hacía lentamente, Lo hizo lenvantar los brazos, para enjabonarle las axilas, sus manos seguían en las esposas, y la única manera de que se la quitaran es que el jefe lo viera correcto.
Rafael siguió, lo enjabonó el pecho, y lentamente se dirigió a la parte baja del abdomen, el chico claramente ya se encontraba con el pene erecto, pues podía sentir los pelos de Rafael en su espalda y podía sentir el bulto de Rafael creciendo por el roce de sus nalgas.
Rafael le enjabonó la vergca con delicadeza, básicamente como si le hiciese una paja, le intentó enjabonar la cabeza, peor el pene del chico no estaba circuncidado, por lo que no forzó mucho a bajar el curo, sino que siguió hacia las bolas del muchacho, las cuales masajeo con el jabón, después que terminó ahí, lo volteó, para que esta vez el pecho del chico quedara pegado al de Rafael, y prosiguió a enjabonarle el culo.
—Espero que no te incomode— Dijo Rafael antes de menter la mano en la raja de Daniel. ahí tuvo bastante cuidado para no lastimarle el ano, pero si estuvo más de unos segundos en esa zona. Después siguió con las piernas, los pies, y termino.
—Quiero enjabonarte yo también—Dijo Daniel con pena, pues había decidido disfrutar un poco de la situación.
Rafael sonrió y aceptó, por lo que le entregó el jabón.
Daniel imitó a Rafael, pues comenzó por el cuello y siguió por el pecho, el chico disfrutaba tocarle su peludo pecho, pues en secreto veía porno gay de osos, así que siempre quiso sentir un pecho peludo, poco a poco siguió hacia la parte baja del abdomen, y se encontró con él la liga del interior, ambos estaban cara a cara, y Rafael estaba muerto del placer, sentir sus delgadas y precoces manos, lo hacía sentir bien.
—Espero que no te incomode—Dijo Daniel antes de lentamente pasar sus manos enjabonadas por el bulto erecto de Rafael, el cual estaba bastante duro, después de eso, Daniel pidió que Rafael se volteara, así que Rafael lo obedeció, y tragó saliva, el chico enjabonó su espalda, y sin algo de pena, pasó sus manos por la raja del hombre, y se quedó ahí, sintiendo el peludo culo de Rafael, y por curiosidad con las manos aún enjabonadas metió un dedo, acto que hizo que Rafael escapara un pequeño pero audible gemido.
Daniel no le importaba nada, solo quería seguir metiendo más dedos, y así lo hizo, metió otro dedo, y los movió lentamente, y pudo sentir que el hombre tenía el culo lleno, pues supone que no había ido al baño todo el día, así que segundos después los sacó, y siguió bajando para enjabonar las piernas y los pies.
Después que ambos se hallaban completamente libres de jabón, nadie cerró el agua, sino que se quedaron bajo el agua caliente, ambos se miraban, y Rafael no pudo aguantar más y lo beso, el beso fue asombroso, pues Rafael sabía muy bien cómo besar, le mordía los labios con delicadeza, e introducía con deseo la lengua en la boca de él. Así estuvieron unos minutos hasta que sintieron la presencia de alguien más en el baño y se alejaron.
—Tápale la cara al muchacho—Ordenó una voz con acento italiano, y ahí mismo Daniel se entremecio, pues reconoció la voz. Rafael le tapó los ojos al chico con su mano, dejándolo sin poder ver nada.
—Me vine apenas observe que el pequeño Daniel estaba cayendo antes tus encantos—Ninguno de los dos dijo nada, y Daniel empezó a temblar.
El hombre le entregó una venda a Rafael y ordenó que se la pusiera al chico, cosa que hizo al instante, se podía notar que Rafael también tenía miedo.
—Te romperé el culo Dani—Dijo El hombre quitándose la ropa —Y Rafael se quedara el verlo— Dio una risa amarga —Yo te amo Rafael, fuiste mi primer puto, pero no por eso tienes derecho a cogerte a Dani sin mi permiso—
—No me lo cogi Se…—Rafael no pudo terminar de hablar porque recibió un bofeton.
—No quiero escucharte Rafa—
El hombre cuando estuvo desnudó agarró por él el pelo a Daniel y lo llevó hacia el cuarto, y lo lanzó en la cama.
—Rafael te quiero en aquella esquina del cuarto— Rafael obedeció, y se quedó inmóvil en donde se le indicó.
El hombre buscó unas llaves en su pantalón, y cuando las tuvo, abrió una gabets que tenía bajo llave. En ella habían algunas esposas, un vibrador y unas cuerdas.
Sacó las cuerdas y con ellas amarró a Daniel a la cama, él cuando cada vez que se movía para evitar que lo amarraran le daban un fuerte golpe. —Quédate quieto Dani— Minutos después Daniel tenía las manos amarradas al puente de la cama, y los pies amarrados al final de la cama, el hombre lo dejó en cuatro, y si el chico se movía podía sentir el jalón de las cuerdas que lo dejaban básicamente inmóvil. Después de tenerlo amarrado, busco una especie del látigo y un largo vibrador que medía la menos 20 cm y 8 de grueso.
—Escúchame bien Rafa, si me hablar o dices alguna palabra te daré un latigazo— dice el jefe mostrandole el látigo que tenía en la mano —Y mientras le parto el culo a Dani, tu te partes el culo con esto— Señaló el vibrador el cual se podía pegar al piso. —Antes te daré la oportunidad y te chúpare el culo.
Y así hizo, el hombre lamió el culo de Rafael y le metió dos dedos, pero al hacerlo se dio cuenta que tenía el culo lleno.
—Tendrás que cagar Rafa , y lo harás aquí—Señaló el piso —Mientras yo estaré por allá con Dani— Se río fuertemente mientras de acercaba al chico, y se montaba en la cama.
—Te romperé el culo Dani, no podrás caminar por una semana— Y empezó a intrucir su verga.
Continua, que viene lo mejor👍
más por favor, me encantan los relatos que incluyen todo tipo de fetiches