Sed de Sexo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hacía ya varios días sentía como dentro de mí esa sed se hacía más intensa, tenía esa necesidad de desfogar toda la energía que por meses había tratado de contener. Cualquier roce en el bus, o cualquier pantalón apretado que dejara ver un leve bulto ponían mi cabeza a mil, imaginándome con la boca llena de una rica verga o clavando un buen culo con fuerza.
Como siempre el trabajo en la oficina copaba todo mi tiempo, pero ese martes sabía que no iba a aguantar; ya desde muy temprano entre a páginas de clasificados en busca de alguien que al igual que yo estuviera urgido, pero no encontré nada inmediato, únicamente la posibilidad de un encuentro a medio día con alguien que dejó su teléfono y se describía como un macho activo en calor. Mi verga erecta atrapada entre el pantalón y mi culo sediento de placer me obligaron a evadirme de la oficina, deje todo listo y salí al medio día inventando una reunión en otra sede.
Llovía fuertemente pero eso no fue impedimento para tomar el primer taxi que encontré y moverme hacia al centro de la ciudad en busca de este macho o en busca de cualquier otro tipo arrecho como yo, pues allí se concentran varios locales de proyección de videos X, cabinas, saunas y cafés. Ya en el taxi disimuladamente frotaba mi tranca de 17 cm, que erecta y caliente, quería salirse del pantalón, sentía mi slip húmedo por el constante estado de excitación. Aproveché para llamar al macho, me respondió una voz suave que de entrada me desilusionó, cuadramos un lugar para vernos y nos dimos las descripciones del caso para reconocernos:
-Yo, 176 cm, cuerpo atlético, barba poblada, ojos miel, labios gruesos de traje gris y corbata azul.
-El, 162 cm, de contextura delgada, cabello rizado, moreno de yin y camiseta blanca.
No era lo que esperaba, pero en ese momento era mi única opción. Llegué a la esquina acordada me ubiqueé de modo tal que pudiera ver quien llegaba sin que me vieran. Al poco tiempo llegó un tipo que coincidía con la descripción, tenia un aspecto desagradable algo descuidado, por más que quisiera mamar una verga no iba a ser la de él. Caminé en sentido contrario y abandoné el lugar, mi frustración fue total, pues mi sed de sexo con el pasar de los minutos y ante la cercana y fallida posibilidad crecía y crecía.
Mis ojos lascivos no se separaban de los paquetes de los hombres que pasaban frente a mi: Era la hora del almuerzo y machos oficinistas se paseaban por las mojadas calles, me imaginaba de rodillas frente a uno de esos hombres desabrochando su cinturón, bajando despaciosamente el pantalón para encontrar un calzoncillo blanco que dibuja una verga erecta sentir ese aroma de hombre mezcla de orina y sudor que me hace subir al cielo, restregar mi cara en ese delicioso paquete y liberando la tranca para al fin engullirla y sentirla tocando mi garganta, pero sólo era fantasía nada pasaba y por más que buscaba sus miradas no lograba encontrar conexión. Decidí calmarme pues las miradas que estaba lanzando podían meterme en líos, entré a un café pedí un sándwich y desde mi móvil logré ubicar un sauna cercano decidí ir sin pensarlo dos veces.
Aún llovía y me apresuré para llegar, no paraba de rogar y soñar con una buena experiencia, una tarde sofocante de sexo, quería en la noche llegar con el culo roto a casa y mis bolas vacías. Ya había estado antes en ese lugar, se paga por el derecho a una habitación con cama, televisión por cable y peliculas porno y al mismo tiempo se accede a los servicios de sauna, baño turco, jacuzzis, cuartos oscuros y otras cosas.
Realice el pago, y fue solo cruzar la puerta giratoria para ver en la barra del bar, a un ejemplar moreno alto y acuerpado, barba candado, un poco mayor que yo, de unos 35 años, con el torso desnudo y con la cantidad exacta de vello, cubierto por una toalla blanca anudada a la cintura, su mirada se clavó en la mía y luego bajo a mi culo sin despegarla de ahí mientras yo caminaba y llenaba el registro.
Sin perder su mirada seguí caminando y me dirigí a la habitación para deshacerme de mi ropa y salir desnudo en busca de acción. Desanude mi corbata y me deshice de toda la ropa, al desvestirme me excite viendo mis abdominales marcados y las buenas piernas que siempre he tenido en el espejo que cubría una de las paredes del cuarto, me anude la toalla y salí. Pasé por una sala de video, pero no vi nada interesante, volví al bar y no encontré al macho que me había clavado su mirada….
Seguí buscando entre salas y pasillos pero no lo encontraba, no resistía la idea de que se hubiera liado con otro tipo y ahora estuviera encerrado en uno de los cuartos, mi búsqueda proseguía y llegue al sauna, en la primera sala habían dos hombres de más de 50 años masturbándose mutuamente, pequeñas vergas bajo inmensas barrigas, no era lo que buscaba , pero estaba seguro de que si no encontraba algo mejor podría terminar con ellos, avance hacia la siguiente sala con mas vapor y por fin lo encontré allí.
En la sala llena de vapor habían tres hombres que ante mi ingreso detuvieron el jaloneo de sus vergas, en estos lugares todos vamos a lo mismo pero ante la entrada de un extraño las cosas se calman hasta que se entra en confianza. Uno de ellos decidió abandonar el recinto, aproveché y tome su lugar, a mi derecha el rico macho que había visto a la entrada del local y a mi izquierda un tipo rubio y acuerpado al que por la espesura del vapor no podía ver bien. Me acomode y abrí mi toalla dejando por fin libre mi verga.
La tensión sexual se sentía en el aire, el vapor era nuestro cómplice, de repente el rubio también soltó su toalla y empezó a pajearse, su verga aun flácida ya se veía grande, se acomodó de modo tal que podía ver el esplendor de sus redondos testículos que lentamente se movían de arriba abajo al vaivén de su pajeada. Empezamos a mirarnos fijamente e hice más fuerte el movimiento de mi verga, abriendo las piernas y ofreciéndole mi culo.
El moreno estaba inquieto y empezó a acercarse lentamente ya con su herramienta en la mano, poco a poco me fui acercando hacia el rubio y tome despaciosamente ese falo de glande rosado que por el calor se veía brillante, sin darme cuenta como, termine acurrucado mamando con fuerza, disfrutaba su sabor, su olor, aun no estaba totalmente empalmada y ya me costaba trabajo tragarme toda esta deliciosa porra rosada y perfecta que brotaba de unas deliciosas bolas depiladas.
-¡Que rico, uff cómetela toda! – decía el rubio mientras yo se la mamaba gustoso.
El moreno ya estaba cerca y se sentó a mi lado para empezar a trabajarme el culo, una palmada suave y enseguida su dedo en mi ano ansioso, sentía como trazaba círculos alrededor de mi ojete y como se ensalivaba el dedo índice para luego meterlo dentro de mí. Me empiné para que pudiera ver mi culo en su esplendor, redondo, hambriento y estrecho.
-¡Buen culo nos trajo esta puta!- dijo el moreno con un acento extraño, con la boca llena de verga le respondí:
-¡haz lo que quieras con el!- como respuesta recibí una fuerte palmada que resonó en toda la sala.
El rubio me tomó por la nuca y me envistió rozando con fuerza mi garganta, produciéndome fuertes arcadas y obligándome a permanecer allí sometido por su porra, con dos machos arrechos a mí alrededor, liberé mi boca y tuve que respirar profundo, me sentía en la gloria, mi sed de sexo por fin empezaba a saciarse.
Era el turno de atender al moreno que se había adueñado de mi culo, di media vuelta y deje mi culo a la vista del sabroso rubio, y abrí mi boca para tragar el garrote del rico moreno. Antes de engullirla pude ver por fin verlo con detenimiento tenia unos pectorales marcos y una deliciosa barriga de macho como me gustan a mi, su deliciosa porra ya empalmada era más gorda que la anterior, estaba sin circuncidar, y bañada en líquido pre-seminal que empecé a saborear despaciosamente, sentí ese sabor salado en mi boca como un elixir para mi. Una vez agotado todo ese delicioso líquido moví mi glotona lengua abriendo suavemente el ojo de la verga en búsqueda de más sabor y así fui engullendo ese porrón que empezó a clavarme con fuerza.
El rubio nos miraba con lujuria y jugaba con el dedo gordo de su pie justo en el ojo de mi culo. Abruptamente se abrió la puerta de la sala y entró un hombre de unos sesenta años canoso y de baja estatura que se sorprendió ante la escena; el rubio se apresuró a cubrirse y dejó de joderme el culo y el moreno se envolvió en su toalla sin dejar de darme de mamar. Este nuevo tipo no tenía cabida en este trio de placer pero no accedía a irse y mis machos se negaban a servir de show. No podía permitir que esta fuerza se detuviera, así que al oído los invite a mi cuarto, los dos accedieron sin si quiera pensarlo.
-Vamos puta, quiero eso culito para mí – me dijo el moreno al oído y por fin pude descifrar su acento, era chileno.
Salimos del sauna y subimos al cuarto, mientras subíamos las escalera el rubio que iba detrás de mi me apretaba el culo como diciéndome que eso iba a ser suyo. Entramos a la habitación y nos despojamos de las toallas. Me puse de rodillas y acomode a mis machos de modo tal que pudiera meterme las dos varas al tiempo, esa mezcla de sabores me enloquecía y con fuerza engullí por un largo tiempo mientras mis hombres se besaban y se pellizcaban sus tetillas. Después de tener esas dos varas al tiempo empecé a comerme una por una. Tenía la del moreno hasta el fondo cuando sentí al rubio a mi lado queriendo compartir, la saboreamos entre los dos moviendo compulsivamente nuestras lenguas alrededor de su glande. Me decidí a bajar y encargarme de los huevos que se veían hinchados, como pude me los metí los dos al tiempo mientras el rubio se comía la vara, el moreno gemía de placer.
Tuve que ponerme de pie pues me dolían ya las piernas de estar acurrucado en el piso, un beso profundo con el rico moreno, mientras el rubio mamaba su verga y empezaba con la mía que aunque mas pequeña que la de esos dos macho no es nada despreciable, clave con fuerza su boca y lo aprisione contra mi sintiendo con mis huevos lo áspero de su mentón. El rubio se puso de pie y nos fundimos los tres en un beso profundo, sentir nuestras lenguas jugueteando me estremeció.
El rubio y el moreno sincronizados me tomaron por piernas y brazos y me pusieron en cuatro sobre la cama, ya era hora de que me llenaran el culo, me acomodaron de forma tal que pudiéramos ver toda la escena reflejada en el espejo. El moreno tomo lubricante que había sobre la mesita al lado de la cama, la unto con fuerza y empezó a presionar para entrar a mi estrecho orificio, mientras con mi boca me comía la deliciosa verga del rubio.
De un solo empujón logró ensartarme, ¡Que dolor más delicioso!, me acoplé y empezó el bombeo. El sonido de se pelvis contra mis nalgas me hacia sentir en el cielo. Soy un objeto de placer con vergas en mis dos orificios, tiesas vergas que con ímpetu me clavan sin misericordia, siento mi espalda empapada de sudor y fuertes palmadas en mis nalgas, un glande destrozándome la garganta y otro frotando mi próstata estoy a la merced de esos dos machos que saben lo que tienen que hacer, me masturbo con fuerza queriendo sentir más y más placer.
El rubio ya reclama culo, y con gestos le pide al moreno que la saque para poner las suya allí donde está, sin chistar se detienen y cambian de agujero, engullo ahora la verga de mi rico moreno que sabe a mi es una mezcla de sabor a semen y culo de macho, mi culo dilatado se abre fácilmente a la blanca verga que mas larga que la anterior llega aun mas profundo, deciden cambiar de posición y me ponen boca arriba, el bombeo continua mientras pellizcan mi tetillas y juegan con mi verga, me dejo llevar soy un pedazo de carne a su servicio. Siento como aumenta la fuerza y velocidad del delicioso rubio, veo la tensión en su cara, el blanquear de su ojos, presiento su llegada, contraigo mi orificio para brindarle mas placer y siento el tibio estallido y se escucha un gemido gutural, no para de moverse quiere darme hasta la ultima gota. Se detiene, yo disfruto mu culo inundado y mi boca llena con la verga morena.
El rubio se incorpora y saca su porra despaciosamente. Ante su venida mi moreno se a excitado más y se mueve con mas fuerza en mi boca dispuesta. Quiero probar la verga que acaba de inundar mi culo, lo pido y me lo dan de nuevo dos vergas en mi boca, dejo a un lado la del moreno y me dedico a saborear la de mi rubio quiero dejarla completamente limpia, no hay que desperdiciar nada.
Me deleito en esa labor, hay gemidos de éxtasis, el moreno se ha dado cuenta de que mi culo sigue abierto y dispuesto recoge con sus dedos la leche que se escurre por mis nalgas y la lleva a su boca la saborea, sé que sabe a mi y eso le gusta, repite la acción y me da un poco en mi boca. Se acomoda y siento que quiere terminar.
De un empujón me clava nuevamente y culea con fuerza, quiere terminar adentro, no se quiere quedar atrás, el rubio me ayuda con mi verga me pajea con fuerza. El chileno empieza a hiperventilar va a terminar pronto yo también estoy cerca, un chorro de leche sale de mi verga y me empapa el pecho y llega hasta mi cara, me desvanezco en el placer casi al mismo tiempo siento la potente descarga dentro de mi, . Gemimos simultáneamente, respiro estoy empapado de leche y sudor, el rubio esparce mi leche por todo mi torso.
Nos vamos calmando, el moreno saca su verga y como su se tratara de un tapón que deja libre un surtidor siento como sale de mi la leche de esos dos machos que me han hecho ir al cielo.
Nos recostamos y descansamos, el chileno tiene afán es el primero en salir, me da un beso profundo y se despide.
-No te pierdas – me dice al salir
El rubio me besa, me sigue acariciando como agradeciéndome, yo estoy mas agradecido. Toma su toalla y sale. Quedo allí satisfecho, con una sonrisa en mi cara, siento mi respiración, tengo los ojos cerrados, quiero recordar por mucho tiempo esta tarde. Valió la pena abandonar la oficia, valió la pena la lluvia, valió la pena haber rentado esa habitación, valió la pena todo.
Ojalá la vida siempre fuera así de benevolente.
Ojalá…
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