Seducción, mi primer encuentro
El calor de su cuerpo, primera noche.
Hace tiempo, tuve un negocio de venta de playeras estampadas. Así que viajaba a provincia, ofreciendo mi mercancía.
El negocio comenzó a crecer, por lo que, fue necesario contratar a un ayudante.
Esteban, un sobrino mío, fue el elegido, pues no tenía trabajo y su familia necesitaba dinero.
Era, delgado, de pelo negro, piel morena clara, labios delgados, ojos negros, los cuales reflejaban inocencia. Era más bajo que yo, tenía unas piernas un poco gruesas y un trasero no muy ancho, pero con unas nalgas paraditas, sus brazos un poco fornidos y de espalda ancha.
Aunque él no lo había reconocido de gay, su forma de hablar, de caminar, de expresar se, lo delataban.
En el primer viaje, esteban llegó a mi casa temprano para cargar la mercancía. Llevaba unos pantalones entubados negros, pegados y una sudadera muy grande para él, así que le cubría el trasero, llevaba una gorra negra y sin decir nada, acató lo que le ordene.
Salimos antes de medio día a nuestro primer destino, no hablamos durante el camino, mientras yo escuchaba música él se quedó dormido, mientras manejaba, de vez en cuando volteaba a ver sus piernas, las cuales se veían gruesas. Su rostro juvenil, sus labios rosados, las cejas las tenía delineadas y sus pestañas largas, las cuales llamaban mucho mi atención.
Su piel se veía lisa, sin ningún signo de acné.
Me descubrió observándolo en una ocasión, cuando paramos en la última caseta. No dijo nada y volvió a quedarse dormido, se acomodo en el asiento, haciendo que sus piernas se apretaran. Me di cuenta que, el no llevaba las piernas abiertas, como todos los hombres, sino las llevaba juntas, como las mujeres.
Llegamos al centro de puebla, ahí pasamos con mi primer cliente, mientras yo levantaba el siguiente pedido y hacía cuentas con él, esteban bajaba la mercancía, para eso, ya se había quitado la sudadera y dejaba ver su playera, la cual le quedaba pegada y le marcaba su pecho, y su cintura estrecha. Su trasero se veía genial.
Mi cliente se le quedó viendo, al parecer a él le gustó aquel chico, que bajaba cajas.
Terminamos y nos dirigimos a la autopista para ir al segundo punto de venta.
El dormitaba mientras yo manejaba. Sus brazos marcaban sus músculos, su cara afilada y varonil, contrastaba con el diseño de las cejas, delineadas. sus manos iban sobre sus piernas.
Llegamos ya de noche a la ciudad de córdoba, mientras el se encargo de descargar el siguiente, yo conversaba con la dueña del local, a su vez observaba como estaban bajaba las cajas y las metía al negocio, el pantalón le quedaba ajustado, le marcaba sus piernas y su trasero se veía firme, me descubrío viéndolo, yo me puse nervioso. La dueña del local mencionó lo guapo que era esteban, también me pregunto si era soltero, a lo que no supe contestar.
Fui al hotel del centro, pues estaba cansado para manejar, aun faltaba por llegar al centro de Veracruz. Camine hasta un hotel donde anteriormente me había hospedado, pedi dos habitaciones, pero solo había una disponible y con una sola cama, matrimonial. Pensé en salir y buscar en otro hotel, pero estaba cansado así que, pagué y fui por esteban y la camioneta.
Regrese al local de mi clienta, quien platicaba con esteban muy entretenida. En cuanto el me vio, se puso serio. Nos despedimos y nos fuimos al hotel, antes de entrar le dije que nos quedaríamos esa noche en córdoba y que compartiriamos habitación, él solo asintió.
Llegamos al cuarto, yo llevaba mi maleta y el solo una mochila, pues para esteban era la primera vez que salía de viaje, así que era lo único que tenía para viajar. Yo entré primero la habitación y deje mi maleta sobre la cama, el se quedó mirándome. Había olvidado decirle que también compartiriamos la cama. El se sonrojo un poco, puso su mochila en la cama y entro al baño para darse una ducha mientras yo me quede recostado viendo la tele
La cama quedaba frente a la puerta del baño, así que lo vi salir, con la toalla cubriendo su cintura y con su playera colgando de su cuello. Me levante, me quite los zapatos, tome mi estuche de baño y entré a ducharme.
Me bañe rápido, salí solo con la toalla alrededor de la cintura, y mi pecho descubierto. Esteban ya estaba dentro de las sábanas y solo me miraba. Camine a mi maleta y saque una playera de las que vendia. Me dirigí hacia él. Llegué a su lado y le pedí que se pusiera la playera, además quería que la usará, al siguiente día para que promocionará la mercancía. El se desconcertó un poco al inicio aunque acepto, torpemente salió de la cama para ponerse la prenda.
Quedó frente a mí, solo llevaba puestos unos bóxer muy pegados, la piel de su pecho transpiraba juventud, su abdomen plano, invitaba a tocarlo.
Se probo la playera y le quedó perfecta. Hablamos un rato de la planes del día siguiente. El se desnudo de nuevo y se recostó, yo me quite la toalla, y me metí a la cama, con mi bóxer, el cual no era tan ajustado como el de esteban.
Apague la tele y me acurruque en la cama, en dirección a la ventana. El se quedó quieto. No podía dormir, pensando en ese trasero, en esa piel, tuve una ereccion. Así que me moví y quede boca arriba, la sabana era delgada, pues córdoba es muy calurosa. A pesar de la oscuridad de la habitación, las luces de la calle aclaraban un poco la habitación, sentí como esteban se movía, sentí el calor de su cuerpo acercarse al mío.
Me moví de nuevo y quede volteado hacia esteban, quien estaba en en dirección mía, con los ojos cerrados. En ese movimiento, quedé un poco más cerca de él, sentí aún más el calor de su cuerpo, el aroma de su champú.
De pronto, él se movió y se voltio hacia la pared, dándome la espalda, en ese movimiento nuestros pies se tocaron y nuestras piernas quedaron más cerca.
Sentí como la piel se me erizaba, mi corazón comenzó a latir más fuerte, sentía el roce de su piel, estaba tibia, lo que hizo que, mi ereccion fuera más fuerte
Con la ojos cerrados aspiraba el aroma fresco de su pelo, mi corazón latía a mil. Esteban volvió a moverse y acercó su trasero a mi ereccion, su espalda quedó pegada a mi pecho sus piernas se recargaron en las mías, el calor de su cuerpo nos envolvió, su cabeza quedó bajo mi nariz. Cerré la ojos mientras seguía aspirando ese aroma, moví mi brazo por encima de la sábanas y lo coloque sobre él.
Sentí, como presionó su cuerpo con el mío, yo me quede firme. Sintiendo su carnoso trasero.
Comenzó a moverse, poco a poco, como el círculos, presionando mi ereccion aun más.
Los movimientos fueron deteniéndose, hasta que se quedó dormido, el cansancio lo venció, yo presione mi miembro, y así me quede dormido.
Al día siguiente, desperté con una ereccion, la sabana apenas y me cubría. Esteban ya se había levantado. Antes de entrar al baño, miro fijamente a mi entrepierna, alzó la mirada hacia mi, sonrió y entro al baño. Me quede acostado, acariciando mi miembro. De pronto escuché, como desde el baño, esteban comenzaba a gemir, mientras se masturbaba en el baño. Yo cerré la ojos, metí mi mano debajo de mis boxers y comencé a tocarme también, imaginando ese trasero, moviéndose para mí, haciendo círculos sobre mí pene, subiendo y bajando, imagine tocando sus piernas, besando su pecho, acariciando su abdomen. Con los ojos cerrados imaginaba sus labios presionarse contra los míos.
Mi mano subia y bajaba en mi miembro, lo apretaba con mi mano, mientras imaginaba a esteban. Acelere mi movimiento, mientras imaginaba a esteban tomando mi pene entre sus labios. No pude más, sentía la sangre hervir, mi otra mano presionó en la base de mi miembro, para detener la eminentemente eyaculacion, pues no tenía papel a la mano.
Por fin, el orgasmo llegó, respire profundo, mientras estiraba mis piernas, mi pene palpitaba entre mi mano, el cual presionaba más. Mi otra mano, presionaba más fuerte la base de mi pene, sentía como pulsaba mi pene, había contenido la eyaculacion.
Me quedé quieto, poco a poco abrí mis ojos. Esteban estaba de pie, ahí enfrente de mi, mirando la escena.
Me asustó y me levante muy rápido, me disculpe con él y metí corriendo al baño. Tenía mucha pena, no había escuchado abrir la puerta, la vergüenza invadía mi cuerpo, lo único que se me ocurrió, fue decirle que fuera a sacar la camioneta para irnos. Me dijo que si… Después de un rato escuche la puerta abrirse y cerrarse.
Me di una ducha, salí del baño, me vestí y salí hacia la calle, esteban ya había sacado la camioneta y esperaba afuera recargado, viendo su celular.
Me puse al volante, era hora de irnos, la siguiente parada, sin duda, sería para mi, inolvidable.
Muy excitante historia. Definitivamente deja con ganas de más. Estaré esperando deseoso las próximas entregas.