Seducción, mi primer encuentro
Sus labios suaves, segunda noche.
El silencio se hizo presente, Esteban no dijo nada durante todo el camino, solo cerro los ojos y se quedó dormido.
Yo, volteaba a verlo de vez en cuando, pero no me anime a decir nada.
Llegamos a Veracruz, directo al local de mi tercer cliente. Mientras yo checaba el pedido, Esteban se dedicó a bajar las cajas, se había puesto unos jeans azules, entubados y rotos de las piernas. Le quedaban muy bien, usaba la playera que le había dado una noche antes.
Desayunamos en la parroquia, un restaurante código del centro de Veracruz, el pidió enchiladas, y yo unos huevos fritos.
Le pregunté si se sentía a gusto, el alzó la mirada y mirándome fijamente, me dijo que si, que esté viaje le parecía interesante. Sonreí y seguí con mi desayuno. El me miraba, sonreía y comía su platillo.
Visitamos el cuarto cliente, con quién dejamos casi todo el cargamento, así que le ayude a bajar las cajas y acomodar las, en una bodeguita, cuando al fin terminamos, me quedé recargado en la pared, mientras el se sentaba en el piso, Muy cerca de mi.
Me dijo que estaba exhausto. Le dije que faltaba un cliente más y sería todo.
Llegamos con el último cliente, pero no estaba en su local, el encargado de la tienda, nos dijo que no regresaría, hasta el siguiente día. Así que, sin más, Salí del negocio y fui a la camioneta, le dije a Esteban, que tendríamos que esperar, así que fuimos a buscar donde quedamos.
Llegamos a un hotel, donde anteriormente me había hospedado, pedí una habitación con una sola cama, me dieron las llaves y fui al estacionamiento por Esteban, quien cuidaba el equipaje.
Subimos al cuarto, no dijo nada que estaríamos en una sola habitación.
Mi corazón comenzó a latir más rápido.
Acomodo sus cosas y le dije, que si gustaba, podríamos salir a caminar por el malecón, a lo que acepto, no sin antes darse una ducha primero.
Me recosté en la cama, estaba exhausto, así que cerré los ojos, recordando la noche anterior y sin querer me quedé dormido, al despertar, ya era de noche y el cuarto estaba oscuro. En eso me di cuenta que Esteban estaba junto a mi, abrazándome, la sangre círculo más aprisa por mi cuerpo, entre la oscuridad, vi su rostro, sus labios.
El se movió y junto más su cuerpo al mío, el estaba sin ropa.
Moví mi brazo, como si fuera un movimiento involuntario, dejandolo encima de su cintura.
Me acerque a su rostro, podía sentir su respiración, me acerque más y sin pensar nada, mis labios tocaron los de él, eran carnosos. Mi lengua salió tímidamente y tocó su labio superior y luego el inferior.
Yo estaba temblando, estaba nervioso, sentía mariposas en mi estómago, mi erección estaba al mil.
Su lengua, salió a darme la bienvenida, al tocar la mía suavemente, abrió su boca y sentí como el mundo entero se detenía.
Su boca, se adapto a la mia, fue un beso muy lento, tímido, sentía su respiración, cerré los ojos y continúe besándolo, mientras acercaba mi cuerpo al suyo, sentí como el hizo lo mismo.
Subí mi mano hasta su rostro y acaricié su mejilla, era suave.
Incremente la velocidad del beso, mientras, el acariciaba mi pelo.
Me detuve, cuando sentí su pierna encima de mi cuerpo, presionando mi erección.
El se incorporó y se colocó sobre mi.
Me dijo que no tuviera miedo, que el no diría nada, que esto solo sería un momento, el cuál debería disfrutar.
Le dije que nunca antes había besado a un hombre.
El puso un dedo en mis labios, para que guardará silencio.
Comenzó a besarme de nuevo, mientras sentía su cuerpo moverse sobré el mio.
Beso mi cuello erizando todo mi cuerpo, comenzó a desabrochar mi camisa, mis manos tocaron su trasero, el cuál, estaba firme y tibio a la vez, no tenía boxer, así que sus nalgas eran presionadas por mis manos. Me quitó la camisa y comenzó a besar mis tetillas, mordiendolas lentamente. Bajo hacia mi estómago, recorriendo me con su lengua humedad, mientras yo acariciaba su pelo.
Aflojó mi cinturón, después mi pantalón. Se levantó a quitarme los zapatos para sacarme el pantalón.
Y ahí estaba, recostado, sintiendo mi palpitación en mi boxer, una sonrisa se dibujo en su rostro mientras se acercaba a mi erección.
Mi piel se erizo de nuevo, cuando su boca mordió mi pene, por encima del boxer.
Dijo que estaba muy húmedo y que tenía que quitarlo.
Comenzó a bajarlo, mientras mi erección quedaba libre, vi como voló por el aire mi boxer.
Se acercó a mi pene, tomándolo con una mano mientras mi piel se erizaba de nuevo
Lo coloco lentamente en su boca, su lengua presiono mi miembro, la primera succión me hizo cerrar los ojos, mi respiración se agitó mientras presionaba mis piernas con sus manos. Sentí como entre en su boca, sentí el fondo de su garganta. Comenzó a succionar para después soltarlo y sacarlo, y una vez más tomaba a mi miembro con su boca, succionando, presionando mi Glade contra su mejilla izquierda y luego la derecha.
Lentamente y después rápido, con una agilidad, con una destreza que nunca había visto o sentido.
Nadie antes me había dado una mamada así. Su mano derecha mantenía mi miembro y la otra presionaba mi estomago, a cada succión, me hacía estremecer. Mis pies se retorcían en las sábanas, mis manos estaban perdidas en su pelo, no podía mantener los ojos abiertos, el calor de su boca, la humedad, las sensaciones recorrían mi cuerpo, mis latidos y mi respiración anunciaban la llegada del clímax, mi cuerpo protestaba entero, deseaba terminar, llenar su boca, derretirme entre sus labios.
No pude contenerme más, presionando su cabeza, presionando mis pies contra la cama, cogiendo su cabello entre mis manos
Sentí como llenaba su boca, sentí un placer como nunca, cuando succionó todo lo que tenía. Mi respiración se detuvo, esos segundos para mí, fueron una eternidad.
Quedé exhausto sobre la cama, mientras trataba de recuperar mi respiración.
El se recargo en mi pecho, acariciando mis costillas, mi estómago.
Acaricie su pelo, su espalda.
Alzó su cabeza, mirándome y sonriendo. Dijo…. Vaya que la traías atrasada, casi me ahogó.
Sonreí, de vergüenza, era cierto, llevaba más de un año sin ninguna relación sexual.
Se acercó a mi rostro y me dio un beso, sentí su cuerpo sobre el mío, mis manos agarraron sus nalgas, las cuales apretaba él solo, tenía un culo suave.
Metí mi dedo en su raya, estaba humedad, tal vez era el sudor, tal vez era que ya me esperaba.
Susurrando a mi oído, dijo… Creo que ya estás listo, vamos quiero sentirte adentro de mi.
Esas palabras hicieron palpitar mi verga contra su abdomen, presione su culo con mis manos mientras me besaba, nuestras lenguas peleaban de bueno en nuestras bocas.
Me levanté mientras él se recostaba, abriendo sus piernas, me pidió que prendiera la pequeña lámpara de mi buró, el hizo lo mismo.
La luz tenue iluminó la habitación. Y ahí estaba, su culo delante de mi, el cuál se apretaba, su miembro estaba erecto, lo presione un poco, sintiéndo su calor mientras Esteban me contemplaba
Metí mi dedo entre sus nalgas, vaya culo que tenía, carnoso, suave. Con su mano derecha, tomo saliva de su boca y la puso en su agujero. Hice lo mismo, pero mojando mi verga.
Vaya cosa la mía, era mi primera vez, teniendo sexo con un hombre y era mi primera vez, teniendo sexo anal.
No sabía cómo empezar, así que improvise al escupir su cola.
Presione mi cabeza en ese agujero, pero no entro, volví a presionar un poco más y él me detuvo con su mano.
Esteban metió un dedo y comenzó a hacer círculos, me gustó ver eso, me prendió aún más, a él le gustaba ver mi cara.
Quite su mano y volví a poner mi miembro en ese hoyito. Presione de nuevo, presione aún más, el me detenía con su mano, pero yo quería entrar, mi pene se doblo un poco, eso me hizo detenerme.
Esteban me veía con esa sonrisa, le pedí disculpas y volví a la carga.
No se como describir la sensación, cuando por fin entre, cuando mi Verga se introdujo en su apretado culo, pero me detuve cuando el gimió y cerro los ojos. Al igual que yo, quería disfrutar cada centímetro.
Sentía como apretaba su cola, como me abrazaba, dándome la bienvenida.
Coloque mis manos sobre sus piernas y saqué un poco mi verga, la escupí y entre ahora un poco más. Salí de nuevo, despacio, quería sentirlo, el gemia ante mis movimientos.
Salí por completo y deje caer más baba en mi pene, lo acomode ante su hoyo, el cuál ya se había abierto y se cerraba poco a poco.
Y me hundí de un golpe, llegando al fondo del placer, sentí como su cuerpo me aprionaba, escuchar sus gemidos me prendía aún más. Así que entraba y salía, entraba y salía y mi respiración se aceleraba.
Su Verga golpeaba su abdomen, mientras mis piernas golpeaban sus nalgas.
Me detuve un poco para inclinarme sobre él, lo bese, mientras Esteban me abrazaba y aruñaba mi espalda. Comencé a moverme, quería cogerlo, quería estar dentro de él, sentir su calor, sentir la presión que hacía sobre mi pene.
Me recargue en la cama y comencé a entrar y salir más rápido, sus gemidos, su cara, ese rostro de placer y dolor, quería verlo, quería admirar mi trabajo.
Mi piel se erizo de nuevo, cuando sentí el calor de su pene golpeando mi estimado, todo era nuevo para mí.
Mis bombeos fueron más rápidos, sentí la llegada al clímax, mientras veía su rostro, sentía como agarraba mis nalgas para controlar el movimiento.
No podía más, no podía detenerme y en el último bombeo, entre más en él.
Sentí su semen en mi estómago, sentí como me derretía adentro de él, mi cuerpo se tenso y se alivio a su vez. mis ojos se cerraron, por las gotas de sudor, que caían de mi cabeza.
Me quedé quieto y me deje caer encima de el.
Aún adentro de su colita, pues no quería salirme, quería seguir sintiendo su cuerpo. Sentí su semen pegarse a mi piel.
Él al igual que yo, comenzaba a recuperar la respiración.
Nos miramos por una eternidad. El sonreía como nunca.
Por fin, mi erección cedió y sentí como salí de Esteban. Me recosté a su lado, estaba cansado, pero me sentía como en las nubes.
Me abrazo y me dio un beso en la frente.
Y así nos quedamos dormidos, profundamente.
Abrazados, en ese calor tan rico que surge después del sexo.
Mi mente quedó en blanco, dormí como nunca. Sin saber, que la mañana siguiente, sería como ninguna.
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