Seducido por el pequeño Dylan, parte 4: El contenido
Dos machos se aprovechan del hambre de verga de un pequeñito de 11 años para filmarlo.
¡Muy buenas a todos! Mi nombre es Esteban, soy uruguayo y tengo 36 años. Esta es la 4.ª parte de mi experiencia con el pequeño Dylan, un putito insaciable de 11 añitos y el novio de su madre, Rómulo, un fornido venezolano con la piel muy oscura de 38 años.
Si no leyeron esos tres relatos, los invito a hacerlo para que entiendan mejor el contexto de cómo me dejé seducir por un chiquilín que resultó ser un tragador de vergas profesional.
Parte 1: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/seducido-por-el-pequeno-dylan/
Parte 2: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/seducido-por-el-dylan-parte-2-mis-celos/
Parte 3: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/seducido-por-el-pequeno-dylan/
Después del trío que hicimos, a Rómulo no lo vi más pero todos los fines de semana, Gabriela, la madre de Dylan y novia de Rómulo, me seguía confiando a su pequeñito. Rómulo ya me había dicho que la tipa era una ilusa y no se daba cuenta de nada y, efectivamente ella no se daba cuenta de nada, creía que su nene venía a hacer los deberes y a jugar a la play pero prácticamente lo único que Dylan agarraba con sus manitos era mi pija y mis huevos bien peludos.
Dylan me contaba que con Rómulo cogían en su habitación cuando la mamá de él no estaba y que se la chupaba cuando Rómulo se quedaba a dormir en casa de ellos. Dylan en esos momentos casi siempre hacía videos selfie -de esos que sólo podés reproducir una vez- mientras se la mamaba al venezolano, me mostraba hasta dónde le entraba esa verga negra que después se la pasaba por su pervertida carita angelical de 11 añitos hasta recibir el lechazo de Rómulo en toda la boca, leche que tragaba como si fuese el líquido más rico del mundo, se saboreaba los labios y después empezaba a limpiar la cabeza de la verga negra del novio de su propia madre. Era un espectáculo ver a mi nenito como se metía en la entrepierna de Rómulo, lamia esos huevos y se escuchaban los gemido del venezolano.
Un día estaba en el supermercado haciendo la cola para pagar y recibo un mensaje de voz de Rómulo, en ese momento no lo quise oír porque pensé que sería algo de Dylan -y sí, ¿para qué más me iba a hablar él?- así que esperé a estar dentro del auto para escucharlo.
-Esteban, mi pana. ¿Cómo estás? Mira, que te tengo que pedir una cosa. ¿Podría pasar por tu casa ahorita? ¿Estás ahí? – Decía el mensaje de voz.
A lo cual respondí que sí, que se pasara, que siempre estoy para un amigo como él, 20 minutos más tarde llegó a mi casa.
-¡Hola, amigo! ¿Cómo estás? ¡Pasá, pasá! – Dije con una sonrisa de oreja a oreja al recibirlo.
-Bien, bien. ¿Y tú, campeón? ¿Cómo estás? – Respondió con una sonrisa Rómulo.
-¡Excelente! Decime, qué te trae por acá. – Pregunté curioso mientras Rómulo se sentaba en el sillón.
-Esteban, ¿tú recuerdas que yo te enseñé unos videos en los que me cogía a unos niñitos?
-¡Ufff! ¡Claro que me acuerdo! – Dije con cara de baboso.
Y sí, como para olvidar tremendos vídeos, mostraba cómo él se cogía a un montón de chiquilines de entre 8 y 10 añitos. En uno mostraba a una nenita que lo cabalgaba a Rómulo como si fuese una puta, yo no sabía que a los niños de esa edad les podía gustar tanto la verga, pensé que Dylan era la excepción pero no.
-Bueno, seré franco contigo Esteban, esos videos aparte de yo gozármelos un montón, porque nada me excita más y me da tanta adrenalina como cogerme a un pequeñito, te habrá pasado a ti la primera vez que tú y Dylan lo hicieron, también he ganado plata con eso…
-¿Ah… sí? – Dije un poco desconcertado.
-Sí, hay muchísima gente dispuesta a pagar por ver a un putito como Dylan en acción, el niño es una total bendición.
-O sea que vos querés… ¿vos querés grabar cogidas con Dylan y venderlas?
-Exactamente, estoy un poco justo de plata y los vídeos me generan un buen ingreso. – Respondió Rómulo con una sonrisa.
En ese momento me quedé pensando, antes era muy celoso de Dylan pero desde la llegada de Rómulo todo había cambiado, me gustaba que otros hombres deseen a mi bebito, me excitaba también la idea de exhibir a Dylan, que otros pajeros en el mundo vean que él es mío, que su culo me pertenece y me obedece.
-Rómulo, es muy peligroso. ¿Y si alguien nos descubre?
-¿Y quién nos va a descubrir? Además, ese tipo de contenido sólo lo compran viejos gringos, hay que mostrarles todo lo que Dylan hace y hacerles creer que todo lo que nos hace a nosotros se lo harían a ellos también.
-Bueno, no dudo que Dylan con lo zorra que es también quiera revolcarse con esos viejos. – Dije entre risas.
-¡Eso es cierto, pana! – Respondió Rómulo asentando con la cabeza y esbozando una sonrisa.
-Está bien, lo intentaremos pero me tienes que jurar que lo sabés hacer de una manera segura.
-Esteban, tú tranquilo, relax. Yo tengo a mi cartera de clientes, son personas muy reservadas que viven a miles de kilómetros, nunca nadie se va a entrar y obvio, una parte de las ganancias serán para vos. – Me respondió tranquilamente el venezolano.
La verdad a mí la plata no me interesaba, con mi trabajo me iba más que bien, pero el morbo que me daba toda la situación de exhibir a mi bebé, a mi hijito Dylan, mi gran putito hermoso me ponía a cien.
Llegó el sábado, día en que le íbamos a proponer a Dylan filmar, dejé toda mi casa bien ordenada, quité todos los cuadros y adornos que pudieran hacer referencia y le envié un mensaje de Telegram a Dylan (usábamos esa aplicación ya que, como el nene me mandaba vídeos pornos continuamente, ahí podíamos tener total seguridad).
-Dy, ¿cómo estás? ¿A qué hora venís hoy?
-A las 4 de la tarde voy, papi.
-Bien, mirá que va a estar erre. – Siempre a Rómulo lo llamábamos “erre” por cuestiones de seguridad.
-¡Bueno! – Me respondió Dylan junto a varios emojis de corazones y fueguitos.
Eran las 2:30 de la tarde y a mi puerta tocó Rómulo.
-¡Amigo, adelante! ¿Cómo estás genio? – Saludé a mi gran amigo venezolano con un fuerte abrazo.
Noté que estaba todo bien arreglado, el pelo perfectamente cortado, peinado, tenía olor a perfume, no únicamente a desodorante y un aliento a menta muy fresco.
-Yo bien, ¿y tú Esteban? ¿Preparado para una nueva aventura?
-¡Bien, bien! Te arreglás mucho para venir a coger vos, ya es la segunda vez. – Respondió Rómulo entre risas.
A todo esto empezamos a beber cerveza y Rómulo, que había traído su propia computadora, decidió mostrarme más y más videos que había hecho en su país. El primero que me mostró aparecía la vergota negra de Rómulo siendo succionada por un niñito de 9 años y otros dos, de también aproximadamente la misma edad más chicos que Dylan, uno le lamía el testículo izquierdo e el otro el derecho, se la tragaban toda; en el otro aparecía Rómulo cogiéndose a un niñito de piel bien marroncita en cuatro, el nene gemía muchísimo y no sabía por qué, hasta que en el vídeo mostró que se lo estaba cogiendo con un dildo mediano en el culo, era una doble penetración hermosa y el último que me enseñó fue el de una pequeñita de angelicales siete añitos, la pequeñita estaba maquillada hermosa, con los labios pintados bien rojo carmesí y los ojitos delineados, Rómulo se había hecho un paja y le acabó en la cara, en los labios y en la boca, además él me recalcó que esa era la más pequeña con la que había estado.
Yo no daba más, estaba sumamente excitado con todo el contenido enfermizo que había visto, necesitaba el culo de Dylan para vaciarme las bolas porque si hacia cualquier fricción en la verga, que la tenía durísima, iba a eyacularme encima y no quería para nada eso. Mientras tanto, Rómulo decide mostrarme una bolsa de cartón de una marca de ropa femenina, la cual tenía una tanguita negra bien chiquita para usarla con el peque en los videos.
Me calmé un poco y al rato sonó el timbre, era mi bebito al fin. Rómulo levantó todo de la mesa y se fue a esconder a mi dormitorio. Lo recibí como siempre, la boluda de la madre diciéndome que haga la tarea y bla, bla, bla, las mismas tonterías de siempre. Cuando nos cercioramos de que la mamá de Dylan ya se había ido, empezamos a besarnos fuerte con toda la pasión contenida, rápidamente mi verga se erectó nuevamente.
-¡Hola, papi! ¡Hola! – Exclamó el pequeño Dylan mientras se abalanzaba sobre mí, para besarme en la boca.
Acto seguido, apareció Rómulo y dijo:
-¡Hola, putica! – Con su acento agudo venezolano y una sonrisa de degenerado.
-Hola, tío hermoso. – Respondió con mucho cariño Dylan.
Si bien, yo no era el papá, en la intimidad Dylan me llamaba papi y a Rómulo le decía tío. Mientras yo lo tenía en upa, él besaba los labios del negro venezolano. Después de eso el peque se bajo y se arrodilló sobre la alfombra, con su manito izquierda de nene de 11 añitos abrió mi bragueta y con la derecha la de Rómulo, sacó ambas pijas de los bóxers y empezó a mamarlas sin decir nada, sólo se escuchaba el sonido majestuoso que hacía su boquita mientras comía pija como un degenerado, por sus boquita de chiquilín pasaban dos vergas de treintañeros largos, le daba una mamada a mi pija y otra a la de Rómulo.
No tuvimos ni tiempo para plantearle lo de la creación de contenido para vender, Dylan estaba tan sediento de leche y con tanta hambre de pija que nos dominó él primero y no nos dejó tiempo a nada, en ese momento tuve un segundo de lucidez y dejé de pensar con la pija para ofrecerle ser grabado.
-Dylan, esperá un segundito bebé, te tengo una pequeña propuesta, vos siempre dijiste que querías ser actor porno. ¿Querés filmar algo hoy? – Le pregunté al chiquito mientras agarraba con sus manitos ambas vergas.
-Ay, papi ¿vos decís? – Preguntó Dylan con voz muy afeminada.
-¡Pero claro! Y para que te vistas de niñita te traje un regalo. – Respondió Rómulo mientras fue a buscar la tanga negra.
La felicidad de Dylan a ver esa tanga fue total y le agradeció a Rómulo con un beso en los labios que se lo pudo dar poniéndose de puntitas porque apenas llegaba por la diferencia de estatura.
El nene procedió a despojarse de su ropita, se sacó su pantaloncito azul, su camiseta roja y se quitó su bóxer blanco con estampado del Fortnite para ponerse su tanguita negra; nos mostró como le quedaba, era increíblemente excitante, las nalgotas de Dylan se comían la tela, decidí ir cerca de su culito y apoyar en sus nalgas entangadas mi verga parada y mis huevos llenos de semen para darle.
-¡Ehhh! ¡Putita! ¡Qué hermosa que te queda la tanga! Dije mientras le levanté el elástico de su tanguita y crucé por ahí mi pija.
-Gracias, papi. – Me decía el niño con una enorme sonris.
La verdad tenía unas ganas de ponerlo en cuatro y romperle el culo a vergazo limpio hasta descargar todo mi semen en su recto de 11 añitos pero me controlé.
-¡Bueno, vamos a filmar! – Dije mientras nos íbamos a mi dormitorio para estar más cómodos.
Me saqué toda la ropa que tenía, yo iba a filmar y Rómulo se lo iba a coger. El venezolano se sentó todo desnudo en mi sillón donde dejo mis ropas usadas y me pidió que le alcanzara su mochila de la cual sacó dos antifaces plateados, bien simples, uno para él y otro para Dylan.
El nene se arrodilló y empezó a tocar el pene de su tío sexual, de a poco lo empezaba a masturbar con sus inocentes manitos de 11 años, pensar que por esas manos ya habían pasado tres vergas a tan temprana edad -la de Rómulo, la del anterior novio de su madre y la mía- me daba muchísimo morobo; comencé la filmación desde el culito entangado de Dylan y fui abriendo el plano para que se lo vea a él de costado haciéndole una paja a Rómulo y cuando notó que ya lo estaba filmando, empezó a chuparsela al negro.
Dylan comía todo hasta el fondo y yo me acercaba para filmar cómo se tragaba todo ese falo oscuro y cómo su mentón rozaba los huevos de Rómulo que estaban perfectamente depilados; el venezolano gemía de placer mientras agarraba la cabecita del nene para hacerle saborear toda su verga. Era un espectáculo, parecía que esa boquita había sido hecha únicamente para mamar pija y gemir mientras la tenía bien adentro de su garganta, sus labios lustraban todo ese falo con gran maestría, su lengüita lamia los huevos de Rómulo a punto tal que este recogió sus piernas hacia atrás y le ofreció su ano a Dylan para que se lo mame también. El nene, como un hambriento de sexo, abría el culo de Rómulo para lamer su ano bien negro, a nuestro pequeño gran putito le encanta chupar culos aparte de vergas.
El venezolano gemía de gran placer y estaba siendo totalmente dominado por un niñito de 11 años, él que en otros videos era el semental de unos chiquilines estaba totalmente domado por la lenguita de Dylan. Yo mientras filmaba tenía la verga extremadamente parada, dura y no quería tocarmela mucho porque iba a acabar inmediatamente y me sería incómodo continuar con la filmación.
En ese instante, Rómulo se levantó de la silla enfurecido como un toro, agarró a Dylan por la nuca y lo lanzó violentamente en mi cama para que caiga boca abajo, corrió la tanga que él le había comprado y empezó a comer todo el ano de Dylan. Me acerqué a filmar cómo le estaba cogiendo el culo con la lengua al nene y prácticamente metía media lengua en el hoyito de Dylan, un anito rosa de un nene de 11 años totalmente sin pelos era una delicia a pesar del gran uso que ya tenía; el peque se retorcía de placer, me di la vuelta para ir a filmar su carita oculta con el antifaz y tenía los ojos dados vuelta de tanto placer, se estaba retorciendo de gusto mientras le usaban su pequeño culo.
Después de una buena cogida con la lengua ya íbamos aproximadamente 20 minutos de filmación, Rómulo totalmente embravecido acomodó más o menos el culo de Dylan en cuatro y en ese momento me di cuenta que lo iba a penetrar por lo cual le alcancé un condón y gel íntimo, deslizó el preservativo por su pija, echó un poco de gel el culo del nene y empezó a bombear el orto de mi nenito de una forma muy violenta, el ano de Dylan estaba siendo totalmente desflorado, únicamente se escuchaba como sus cuerpos aplaudían, literalmente Rómulo estaba violando a mi pequeñito.
-Ah ah ah, ¡ayyyyy! ¡Me duele tío! ¡Pará, me duele mucho! – Gritaba Dylan embriagado de placer anal.
En ese momento, Rómulo le propinó una enorme nalgada con ambas manos abiertas a Dylan, los diez dedos del venezolano le quedaron tatuados en rojo intenso en ese pequeño culito blanco.
-¡Cállate, puta! ¡Eres una blanquita de mierda y así es cómo hay que tratarlas a ustedes! – Gritó con desdén Rómulo mientras agarraba a Dylan de los pelos.
Después de ese grito, Rómulo soltó con despreció los pelos de Dylan y le dio un escupitajo en la espalda, cuando sucedió eso filmé su reacción y se veía su carita pícara sonriendo y disfrutando como una zorra, a Dylan le fascinaba sentirse usada por nosotros. Yo estaba totalmente desesperado en ese momento, necesitaba el culo de mi nene para desfogar, no podía más aguantar toda esa leche en mis bolas.
Le hice una seña a Rómulo de que necesitaba cogerme a Dylan y automáticamente dejó libre el culito de mi nene, estaba todo abierto, la dilatación anal a la cual llegaba ese hoyito era increíble, una delicia.
Acomodé mi verga en el culo desflorado del nene y ni necesité lubricación, le pasé el celular que seguía filmando a Rómulo y él grabó como se metía mi pene entero el culo de Dylan, todo a pelo, su pequeño y angelical ano se tragaban toda mi pija, decidí abrazar a Dylan para dejarlo totalmente inmóvil y bombeé ese precioso culito por unos minutos mientras mi barba rozaba la oreja del nene.
Yo estaba estaba bañado en sudor y excitación, no habré aguantado más de dos minutos hasta que todos mis vellos se erizaron, se estaba por venir toda la lechita en el culo de mi nene.
-¡Aaaaagghh! Se viene la lechita mi amor. – Le dije al oído a Dylan.
-¡Sííí, papi, dame, dame! – Me respondió lleno de amor y excitación.
Apreté bien fuerte a Dylan y en ese momento que empecé a soltar chorros y chorros de semen en el recto de mi nenito, lo preñé todo.
-¡Seeee! ¡Puta! ¡Asseeee, comela toda, zorra! – Le grité con una voz ronca bien de macho.
-¡Te amo, papi! ¡Te amo! – Decía Dylan después de haber sido fecundado por mi verga.
-Te amo más, bebé. ¿La sentiste? – Le pregunté con morbo.
-¡La sentí todita, papi! ¡Qué rico tener a mis hermanitos dentro! – Me contestó suciamente el putito.
El orto de Dylan había sido totalmente destrozado -otra vez- y me quité de encima de él. Rómulo se acercó al culo del pequeñito que estaba escupiendo leche para filmar cómo se sacaba el líquido seminal mío que le había quedado en el recto.
Era momento de que Rómulo se lo terminase de culear al nene pero él se había quitado el preservativo que yo le di, en ese momento estaba tan satisfecho que le dije que se lo cogiese a pelo con toda mi leche como lubricante, el venezolano me sonrió en forma de agradecimiento por dejarlo penetrar a mi nene sin nada de por medio y empezó a montarlo
-¡Seee, toma! ¡Perra! ¡Eres una sucia! – Gritaba Rómulo mientras se cogía fuerte a Dylan.
El nenito gemía como una puta barata totalmente extasiada por la gran excitación que sentía en el ano. Era el espectáculo pornográfico más morboso jamás que había visto, Rómulo era un animal macho preñando a una hembrita débil.
Los sonidos eran hermosos, un nenito complaciendo a un hombre fornido caribeño con su ano mientras ambos cuerpos chocaban, parecían aplausos, Dylan se comia con el culo hasta el fondo esa pija de color chocolate sin ningún problema y con todo el placer del mundo.
Habrán pasado unos cinco minutos cuando Rómulo empieza a acelerar el ritmo de la penetración y empieza a gemir.
-¡¡¡¡AAAAHHHH!!!! ¡¡¡¡AAAAHHHH, DIOOOOS MÍOO!!!! – Gritó como nunca el negro mientras miraba para arriba.
Por primera vez el venezolano, su tío sexual, había rellenado de leche el culito de Dylan, después de semejante montada violenta que le había dado esto era simplemente culminar con broche de oro una cogida intensa y maravillosa. Luego de acabar, Rómulo se desvaneció feliz sobre el cuerpo de Dylan que estaba totalmente en otra galaxia después de semejante cogida, parecía más haber sido follado por dos caballos más que por dos humanos.
En ese momento fui a filmar la reacción de Dylan que seguía con su antifaz, toqué su mentón y le pregunté:
-¿Te gustó, amor?
-¡Me fascinó! – Respondió Dylan totalmente extasiado.
Y fue ahí cuando me dirigí a filmar la sonrisa que tenía Rómulo y le pregunté:
-¿Y, cómo estuvo eso?
-¡Excelente, veinte puntos! – Dijo con una sonrisa enorme y levantando los pulgares.
Después de eso, fui a filmar el estado paupérrimo de destrucción anal en el que había quedado el trasero de Dylan, estaba todo abierto, la dilatación era total, sentía que podía meterle un dildo entero y se lo iba a tragar sin ningún problema. Obvio que ese culo todo preñado empezó a escupir semen el cual cayó todo en mi cama.
En ese momento le dije a Dylan que limpiase todo nuestro semen que había caído en mis sábanas, era líquido totalmente espeso fruto de nuestra gran excitación.
-¡Limpiá con la boca! ¡Todo eso es lo que provocas!
Dylan sacó su lengua y cual aspiradora empezó a limpiarlo todo, comía la leche tibia de sus dos machos que le habían reventado el ano.
-Mandá un saludito a todos nuestros amigos. – Le dije a Dylan mientras limpiaba el semen derramado en toda la cama.
Muy obediente como de costumbre, Dylan mostró toda su boquita sucia de semen y sus dientecitos chuecos de nene, tragó lo que tenía en la boca y con su mano, con la que nos había tocado la verga, les mandó un enorme besos a todos.
Después de que Dylan limpiase todo el semen derramado, terminé el video yendo hacia su culo, corrí la tanguita que llevaba puesta todavía Dylan y mostré su ano todo rojo y abierto, una dilatación increíble digna de una experimentada prostituta. Finalicé la grabación que había durado un poco menos de dos horas, el pequeñito había hecho su primera porno la cual la iba a editar Rómulo. La excitación fue tremenda, él estaba feliz, contento, satisfecho de haber comido tanta verga a pelo. Gimió como una loca y gozó como una perra.
Los tres nos quedamos echados en mi cama con el peque en el medio, Rómulo y yo todavía teníamos la pija hinchada pero no mucho, fuimos bien servidos y atendidos de una manera magistral por el pequeñito esfínter de Dylan. El nene nos acariciaba las vergas y nos daba pequeños besitos en el cuerpo, en la axila y los pezones.
-¡AAAHH! ¡Me dejaste totalmente debilitado! – Recalcó Rómulo.
En ese momento Dylan sonrió y fue a besar mis labios, y me preguntó con muchísima ternura si me había gustado la cogida.
-¿Te gustó papi? – Me dijo con una vocecita dulce.
-Me encantó mi amor, sos la luz de mis ojos, te amo más que a nadie. – Respondí con sinceridad, aunque sabía que a Dylan le encantaba la ternura después de la follada.
-Te amo más, mi amo. – Me respondió el nene de una manera muy sumisa.
-¿Nunca me vas a dejar? – Le pregunté curioso.
-Nunca papi, nunca. Sos mi todo. – Dijo encantado el pequeñito mientras su mano acariciaba mis huevos.
Después de eso Dylan propuso darnos una ducha a la cual fuimos los tres. Yo enjabonaba el orto de mi bebito y lo sentía super dilatado después de la enorme ronda de pija que le tocó soportar. Nos secamos y nos quedamos relajados los tres totalmente desnudos, Dylan se quedó jugando a la play mientras nosotros veíamos el video, había quedado espectacular, bien discreto y no se notaba quienes éramos.
Rómulo procedió a despedirse pero Dylan lo retuvo, quería coger con su tío a solas en mi cuarto, obviamente a los niños hay que consentirlos y les dejé mi habitación para que se revuelquen, total al peque lo iba a tener todo el finde para mí.
Hasta acá toda esa parte de la experiencia y en un próximo relato contaré qué sucedió con ese contenido.
Continuará…
Joder con el putito «tragavergas»…, aunque yo me los cogería a los tres, por abusadores.