Seducido por mi abuelo 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Loco_por_Papa.
Durante todo el día siguiente ni mi abuelo ni yo mencionamos lo que había ocurrido la noche anterior, pero cuando después de cenar mi abuelo dijo: “Vete a la cama. Voy a ver cómo está tu abuela y pasaré a darte las buenas noches”, yo sabía que no se iba a limitar a darme un besito en la frente. Fui rápidamente a mi habitación, me desnudé por completo, y me metí bajo la sábana parta esperarle.
Cuando llegó me dio el beso en la frente que acostumbraba, y me preguntó:
-¿Quieres que el abuelito duerma contigo?
Yo llevaba un buen rato con mi pequeño pene duro pensando en lo que iba a ocurrir esa noche, por lo que naturalmente le respondí que sí. Él se desnudó y por primera vez pudo verle completamente desnudo. Como ya dije era alto y corpulento, y a sus 64 años mantenía una buena figura, pero lo que más llamó mi atención fue su enorme pene -al menos eso me pareció a mi entonces-. Apartó la sábana, se tumbó a mi lado, y agarró mi pequeño cuerpo para darme un largo beso en la boca. Yo era tan menudo que tenía la sensación de que me perdía en su inmenso cuerpo. Después de besarme y acariciarme, lo que hizo que mi pene se pusiera aún más duro, le chupé durante mucho rato su enorme pene, tal como me había enseñado la noche anterior. De pronto me preguntó al oído:
-¿Quieres que te folle?
Yo sabía lo que era follar, pero no estaba muy seguro de cómo iba a hacérmelo a mí. Aún así, estaba tan a gusto que le dije que sí. Me dio la vuelta, me puso a cuatro patas y durante muchos minutos estuvo ensalivándome el culito. Me metió primero la lengua, dándome un placer exquisito, después un dedo, dos dedos…
-¿Te hago daño? -me preguntó.
-No, abuelito.
Mi respuesta le animó a introducir un tercer dedo en mi ano, entonces me corrí por primera vez, lo que alegró mucho a mi abuelo. Después se posicionó detrás de mi, y poco a poco me metió otra cosa más gorda. Era su pene, y tengo que decir que lejos de hacerme daño, me produjo un placer inenarrable. Estuvo follándome largo rato mientras con la mano derecha me masturbaba, y así llegué a mi segunda corrida. Sentí algo caliente dentro de mi culo y supe que mi abuelo también se había corrido. Se tumbó a mi lado, agotado, y me besó en la boca.
-Hace mucho tiempo que no me corría así -dijo, y me contó que, por causa de la enfermedad de la abuelita, hacía muchísimo tiempo que no tenía sexo con nadie.
-Ahora me tienes a mí, abuelo -dije.
-¿Te ha gustado?
-Mucho. Cuando tengas ganas, solo tienes que decírmelo, y yo te la chuparé o dejaré que me folles, lo que tú quieras.
Me dio otro beso, y me abrazó.
-Gracias, hijo -dijo, lo que me hizo preguntarme si también mi padre había sido amante del abuelo.
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