Seduciendo a mi roomie.
Empecé a ver a mi roomie de otra forma, fantaseaba con él y traté de provocarlo discretamente, necesitaba saber si podíamos ser algo más que amigos..
Relato anterior: Enculando a mi novia en cama de su amante.
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Arturo se había marchado y la calentura me estaba sobrepasando, la esperada despedida que pensaba darle en esa semana después de su regreso de Monterrey no fue posible y para colmo a mi novia le dio por jugar con mi colita en el último encuentro que tuvimos, lo que aumentó mis deseos de estar nuevamente en los brazos de un macho, un macho que calmara mi ansiedad, que me hiciera sentir su hembra, su puta, sentía un ardorcito, una comezón en el culo, una pasión que necesitaba ser calmada de alguna forma.
Pensaba cada día en Arturo y las aventuras que pasamos juntos, inconscientemente empecé a fijarme en los bultos de otros hombres en la calle, de mis compañeros de clase, mis maestros, así como sus espaldas, hombros, piernas o incluso en las manos de pasajeros del metro y las cuales llegaban a rozar las mías al ir sujetos en las barras metálicas, estaba como atontado, cuando reaccionaba trataba de quitarme esos pensamientos, pero volvían recurrentemente y tratando de calmar mi ansiedad entraba a páginas pornográficas de todo tipo, videos, encuentros, chats y me masturbaba con los videos o leyendo los perfiles de machos en las páginas de encuentros, confieso que estuve tentado a escribir a alguno de esos contactos, pero era muy temeroso a tener sexo con un desconocido y contraer alguna enfermedad, por lo que nunca llegué a concretar nada.
Estaba en mi última semana de clases, cuando sucedió lo impensado, por entrar a páginas de dudosa procedencia, mi computadora se infectó con un virus y afectó a todos los archivos del disco duro, entre los que se encontraba un trabajo final que debía entregar en un par de días y del cual no tenía respaldo actualizado. Se trataba de una materia teórica, a la cual no fui muy asiduo a asistir por aburrida y la calificación final dependía de ese trabajo final. A pesar de mis explicaciones y ruegos, la maestra fue implacable, no aceptó darme una prórroga y me reprobó.
Era buen estudiante y esa fue mi primera y única materia que reprobé en toda mi carrera, para colmo esa materia era prerrequisito para dos materias que pensaba llevar el próximo semestre lo que afectaba mi plan de estudios, la única forma de recuperarme sería tomar esa materia en un curso intensivo de verano, lo cual afectaba también mis planes con Adriana. La familia de Adriana era de un pueblo de Guanajuato colindante con Jalisco y al terminar clases se iría para allá tres semanas, las mismas que yo iría a Tampico a visitar a mi familia y posteriormente me iría de Tampico a Guanajuato, donde me esperaría Adriana y toda la familia y nos iríamos una semana completa a una playa de la Riviera Nayarita llamada Rincón de Guayabitos a donde la familia de mi novia solía salir de vacaciones y posteriormente regresaríamos al pueblo de Guanajuato otra semana más antes de regresar a la Ciudad de México.
A pesar de la tristeza de mi novia y de mi familia, después de pensarlo bien, no me quedó más remedio de apuntarme al curso intensivo, no podía darme el lujo de afectar mi plan de estudios y así se lo hice saber tanto a mi novia y familia, quienes comprendieron mi situación, ni viajaría a Tampico, ni con mi novia.
Como les había comentado con anterioridad, compartía departamento con otros dos amigos, uno de ellos llamado Pablo, moreno, muy alto, como de 1.84 o 1.85 mts, piel apiñonada, complexión normal, ni pasado de peso, ni flaco, tampoco un cuerpo muy atlético, con una ancha espalda, pelo negro, ligeramente ondulado, y un poco velludo de piernas, pecho y brazos, no le gustaba el futbol, solía jugar basquet y Luis, de cuerpo muy delgado y piel muy blanca, pelo negro y lacio, completamente lampiño, usaba anteojos y era la imagen del clásico nerd de las películas y de cuyo familiar era el departamento en el que vivíamos, el cual, como ya había comentado era de 3 recámaras, con 2 baños uno de los baños se encontraba en el interior de una de las recámaras y por ser Luis el familiar del dueño del departamento le correspondió la recámara con baño propio y a Pablo y a mí nos tocó usar el baño compartido.
Luis era un buen estudiante, pero Pablo no tanto, por lo que también reprobó una materia (distinta a la mía) y también se anotó para cursarla en curso intensivo de verano, Adriana salió de vacaciones y se fue a Guanajuato y lo mismo pasó con Luis que se fue a su pueblo.
Las clases intensivas eran de dos horas diarias de Lunes a Viernes, por lo que nos quedaba mucho tiempo libre, a pesar de las tareas y al no haber futbol por estar el torneo en receso por vacaciones, me metí al gimnasio de la escuela, el cual continuaba abierto por las clases de verano, sólo para hacer un poco de caminadora y no perder la condición física ante la ausencia de torneo de futbol y mis entrenamientos normales.
El primer día de clases intensivas, después de salir me encontraba en la sala viendo TV, cuando llegó Pablo y se metió a bañar, me levanté a la cocina a servirme un refresco, justo cuando sale Pablo, desnudo y con la toalla al hombro frente a mí, no pude evitar quedarme viendo su bulto al caminar, era de un tamaño bastante considerable a pesar de estar flácida, su verga no estaba circuncidada y el prepucio cubría toda la cabeza de su verga, aun así, se dibujaba cabezona bajo el prepucio, sus huevos eran grandes y se bamboleaban al caminar. Ciertamente era costumbre de Pablo salir desnudo rumbo a su cuarto después de bañarse, incluso ya lo había visto en otras ocasiones, pero nunca lo había observado tan detenidamente como en esa ocasión, y no estaba nada mal, esa noche soñé con Pablo y su hermoso nabo, por primera vez lo veía de una forma diferente, algo más que un amigo, no sé, tal vez fue mi necesidad de encontrar un macho, y en esta ocasión no podía ser alguien más cercano, alguien que vivía en mi mismo departamento.
Estaba muy cachondo y al otro día se me ocurrió tenderle una pequeña trampa para saber si habría alguna oportunidad de algo más, fui al gimnasio como de costumbre y no me bañé en el gimnasio sino que esperé para bañarme en casa, al llegar estaba Pablo en la sala viendo la TV y lo saludé al entrar, dejando mi maleta «olvidada» a un lado de la TV, me metí a bañar y salí desnudo con la toalla en el hombro, pero en lugar de irme a mi cuarto me dirigí a la sala en busca de mi maleta, allí de espaldas a Pablo me agaché para abrir la maleta con las piernas ligeramente abiertas y sin flexionar las rodillas, exhibiendo mi trasero desnudo, en esa posición tenía las nalgas entreabiertas y sentí el aire fresco acariciar mi agujero, así que estaba seguro que mi fruncido y rosado esfínter alcanzaba a quedar a la vista de Pablo, tarde un poco, “buscando” mi ropa interior y me la puse sin dar vuelta, estaba nervioso y mi corazón palpitaba fuerte, sentí una descarga de adrenalina, como si estuviera realizando una acción de riesgo, sentí su mirada en mi trasero, pero no hizo comentario alguno, cuando di media vuelta, noté que estaba un poco ruborizado y dirigió rápidamente la vista a la TV, nervioso, me despedí y me dirigí a mi cuarto, antes de entrar, sin que él viera, desvié mi mirada y alcancé a notar que se acomodaba su verga, la cual seguramente había crecido, sin embargo, Pablo no era Arturo o Roberto, no era suficiente el que le mostrara el culo para abalanzarse sobre mí como esos otros dos machos.
Pablo era mi amigo y mi compañero de departamento, y no me atrevía a dar el siguiente paso, temía que, si me descubría, podría perder su amistad, llegarse a correr el rumor en la escuela, llegar a perder a mi novia e incluso ser echado del departamento por “puto”, el siguiente día, pude notar cierta turbación en Pablo, la que trataba de disimular, simulé no darme cuenta. En la tarde le ayudé con su tarea, él sentado en el escritorio y yo tras él, inclinado sobre su nuca, mirando la pantalla y explicándole cerca de su oreja, me atreví a posar mi mano en su hombro y sentí que dio un ligero respingo nervioso, mi mano también sudaba un poco, llegó a mi nariz su fragancia, su olor y aspiré profundo, en cierto momento acerqué mi cara tanto a la de él simulando no ver bien el monitor, que llegué a sentir el roce de su mejilla contra mi barbilla, un ligero roce que me estremeció, un escalofrío recorrió mi cuerpo, me contuve para no darle un beso, la explicación fue breve, mi verga se estaba poniendo dura y me delataría, por lo que tan pronto terminé la explicación di vuelta rápidamente y me retiré a mi cuarto a masturbarme, fantaseando con Pablo.
La siguiente oportunidad se dio el viernes siguiente, llegó Pablo bebido y en un estado triste y afligido, se había peleado con su novia y me tocó reconfortarlo, lo invité a un bar cercano al departamento, para ahogar sus penas y empezamos a beber, en el caso de Pablo, más de la cuenta, durante la noche, en cierto momento se puso a llorar y le ofrecí mi hombro para consolarlo, como un chiquillo, a pesar de su gran estatura, me atreví a acariciarle el pelo con mi mano para reconfortarlo, después de desahogarse, me agradeció mi amistad y me abrazó al calor de las copas, lo abracé fuertemente sintiendo el calor de su cuerpo, su pecho, sus brazos, su espalda, al tiempo que le brindaba palabras de aliento, en cierto instante nuestras orejas se rozaron y sentí una corriente de electricidad recorrer mi columna vertebral.
Al regresar al departamento apenas podía sostenerse en pie, lo conduje apoyado sobre mi hombro, me dijo que iba a vomitar y lo conduje al baño vomitando en la taza, un olor desagradable envolvió el baño y rápidamente le bajé a la palanca, lo ayudé a incorporarse, noté que al vomitar manchó un poco su camisa, le ayudé a quitársela y meterla en el bote de ropa sucia, no podía dejarlo así y le dije que necesitaba un baño, por lo que abrí la regadera y esperé a que saliera el agua tibia, le ayudé a quitarse el pantalón y me quité mi camisa para no mojarla, no me atreví a quitarme el pantalón para disimular mi turbación, estuve tentado a quitarle el bóxer pero tampoco me atreví, lo metí a la regadera solamente con su bóxer y tomé el jabón, lo pasé sobre su pecho velludo acariciando sus vellos y piel en el acto, alcancé a rozar sus pezones con la yema de mis dedos y su bulto creció, fingí no darme cuenta, el mío también estaba creciendo y le pedí dar media vuelta para que no viera mi bulto, continué con su espalda, trataba de concentrarme en bajar mi erección, algo difícil, pero logré controlarme un poco, acerqué una toalla y le ayudé a secarse como un bebé. Después del baño estaba más reanimado y salió sin ayuda del baño, lo seguí a su cuarto preguntando si requería alguna ayuda, me pidió que le acercara un bóxer, y cuando se lo di se quitó el bóxer mojado, alcancé a ver su verga morcillona, efectivamente había crecido, no al punto de erección, se vislumbraba la punta de su verga saliendo del prepucio, rosada y brillante, se puso el bóxer limpio y me dio las gracias por apoyarlo, todavía le tendí mi hombro para ayudarlo a acostarse, la piel de su torso desnudo, tibio, tocando el mío, sin poderlo evitar mi piel se erizó, mi verga nuevamente se puso dura y rápidamente me dirigí a mi cuarto para que no lo notara, nuevamente me hice una paja rememorando la experiencia vivida y caí profundamente dormido.
A partir de ese día fuimos más cercanos, la siguiente semana se reconcilió con su novia, pero ésta también se fue de vacaciones con su familia, pasábamos mucho tiempo juntos, en la noche había un partido amistoso de la Selección Mexicana y lo invité a verlo en la pantalla de mi cuarto, ambos muy cómodos, yo con un short y una playerita y el con una playera sin mangas y un pants, sacamos un six de cervezas y preparamos unas palomitas y celebramos la victoria de la Selección, todo muy normal, pero en secreto era un tormento estar cerca de Pablo, intuía que a él también le pasaba algo similar.
La tercera semana trajo una película de acción y un reproductor de DVD que tenía en su cuarto y nos pusimos a verla en la noche en mi cuarto, ambos recién bañados y usando solamente un bóxer cada quien, al iniciar la película estábamos ambos sentados recargados sobre la cabecera de la cama y comiendo palomitas y refresco, poco después de la mitad de la película me acosté en la cama, mientras Pablo seguía sentado, de reojo podía ver el bulto de Pablo a centímetros de mi cara, me estaba poniendo cachondo y simulé quedarme dormido, y “dormido” di media vuelta en dirección a Pablo, mi nariz rozó la tela de su bóxer, alcanzaba a percibir el aroma a jabón y me atrevería a decir que el de su verga, una situación muy cachonda, Pablo me habló y simulé no escucharlo, “profundamente” dormido, al ver que no respondía, se atrevió a sacar su verga de su bóxer, de reojo alcancé a verla y era impresionante, tan gruesa como la de Arturo aunque no tan larga, me atrevería a decir que unos 19 o 20 cm., se masturbó lentamente, tratando de no “despertarme”, la cabeza de su verga aparecía y desaparecía de mi vista, majestuosa, estaba seguro que no le era indiferente y esa masturbación era por mí culpa, estaba muy nervioso, mi corazón palpitaba fuerte, en un instante alcanzó a rozar con su verga mi mejilla, un ligero roce, sentí el calor de su verga, sé que era el momento indicado para ir más allá, de “despertarme” y apoderarme de su verga, pequé de lento, tenía mucho miedo, nervios, estaba indeciso, sin saber que hacer, después de unos minutos de masturbarse, no llegó a acabar, se levantó de la cama y se dirigió a su cuarto, dejándome caliente a más no poder. Estaba seguro que Pablo también quería algo más, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el siguiente paso.
Dos días después trajo otra película de acción, en esta ocasión después de asearme me puse un bóxer muy fino que se pegaba como guante a mi piel, muy elástico, no acostumbraba usar ese tipo de bóxer, pero fueron un regalo de mi novia, que regalo tan extraño pensarán, pero fue resultado de un pequeño malentendido, en cierta ocasión cuando íbamos a coger al quitarme el pantalón traía puestos unos bóxer algo viejos, gastados y con algunos agujeros, no es que me faltaran bóxer, si no más bien, el clásico todavía aguanta otra puesta, común entre los hombres, pero mi novia pensó que si los necesitaba y me regaló una caja con 6 bóxer, los cuales decía que me quedaban muy sexy y los usaba cuando cogía con ella.
El bóxer se ajustaba a mi piel a la perfección, marcaba mi bulto y también mis nalgas, la telita se metía entre ellas, simulé nuevamente dormir a mitad de la película, creí que hacer lo mismo que la ocasión anterior sería sospechoso, por lo que en esta ocasión di media vuelta en dirección contraria a Pablo y simulé dormir, con mi trasero expuesto a la vista de Pablo, estaba esperando que se atreviera a dar el siguiente paso, algún movimiento, se acercara a mí, sentir su cuerpo, su calor, acariciara mis nalgas o hiciera cualquier clase de acercamiento, pero no lo hizo, solamente sentí que la cama se movía ligeramente, seguramente se estaba masturbando viendo mi culo, pero no hubo nada más, terminando de masturbar se levantó y se fue a su cuarto.
Llego el viernes algo cambió, en esta ocasión, la película que trajo Pablo era una película pornográfica y me dijo.
Mira Ariel, no te gustaría ver esta película en tu pantalla, ja ja, se ha de ver muy chingón, ¿no crees?
La tomé entre mis manos y vi que era una película de sexo anal entre maestros y colegialas, ahí intuí que esa noche era la indicada, no creo fuera casualidad que la película fuera anal y además de colegialas, mi corazón empezó a palpitar más rápido.
Ufff, si, vamos a ponerla, llevo tres semanas desde que se fue mi novia y necesito descargar, ja, ja, ya no aguanto- respondí
Igual yo, mi novia también se fue y también necesito descargar, ja, ja, no vaya a ser que un día te desconozca y te clave, ja ja- agregó Pablo, y la respuesta, aunque en tono de broma, no me pareció tan de broma, más bien me pareció una insinuación, así que no me defendí, solo sonreí y me dirigí a ponerla en el reproductor de DVD. En la pantalla empezaron a salir los créditos iniciales junto con escenas porno de mujeres siendo enculadas por enormes vergas y rápidamente nos pusimos cachondos, ambos recargados sobre la cabecera de la cama y de reojo vi que Pablo empezó a sobarse la verga sobre la tela del bóxer.
Imité a Pablo, sobando mi verga, simulando ver la película cuando en realidad veía de reojo la verga de Pablo, el bulto era enorme, ya no cabía en sus bóxer, larga y muy gruesa,
Minutos después sacó su verga, quedé estático viéndola, tanto que mi boca se abrió inconscientemente, en señal de asombro, por fin la veía en todo su esplendor, empezó a masturbarse, jalando el pellejo de su prepucio, el enorme hongo aparecía y desaparecía bajo la delgada telita de piel, una cabeza grande, rojiza, brillante, se notaba húmeda, cuando la cabeza aparecía me daba la impresión que apuntaba a mi cara, veía claramente el ojo de la cabeza frente a mis ojos, insinuante, exhibiéndose ante mí, una serpiente de un solo ojo que me tenía hipnotizado, creo que apuntaba a propósito a mi cara y no podía dejar de mirar.
Saqué mi verga imitando a Pablo disimulando mi turbación, mi cara en dirección a la pantalla, pero de reojo mi vista continuaba fija en su verga, ambos estuvimos pajeándonos lentamente cuando me hace una propuesta:
¿Porque no nos masturbamos uno al otro?, ¿te parece Ariel?,
Lo que pasó después lo cuento en el siguiente relato.
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