Segunda Oportunidad: Introducción

Un joven de 26 años sufre un accidente perdiendo la vida, pero un ser desconocido le otorga una segunda oportunidad de vivir poseyendo el cuerpo de un adolescente que estuvo en coma por 3 años, desatando una aventura por volver a vivir su vida siendo feliz con quién menos espera..
Está es un breve introducción a la historia, subiré el siguiente capítulo enseguida.

Muchas veces en mi vida me di cuenta que la vida no es muy justa. A veces le pasan cosas a los que sin, deberla o temerla, terminan pagando los platos rotos de otros, eso fue lo que pasó a mi.

Tenía 26 años cuando ocurrió mi accidente. Yo era un joven trabajador en una de las fábricas de autos más grandes de mi país. Era solo un ayudante, no tenía un gran sueldo ni mucho menos muchas posibilidades de ascender. Mi vida había sido rara y monótona. Después de haber salido del closet con mis padres (unos creyentes ultraconservadores) tuve que ingeniármelas para sobrevivir lejos de casa. Pase por un período de depresión muy fuerte, había pedido a mis padres; mis hermanos me dieron la espalda y que no decir de mis familiares, que lo único que hicieron fue empeorar las cosas.

Tenía 16 años cuando tuve que hacerme cargo de mi mismo. Conseguí un trabajo de tiempo completo en un restaurante de hamburguesas. El sueldo no era muy alto, pero me bastaba para dormir en moteles algunas veces. Y fue ahí donde conocí al primer hombre de mi vida.
Su nombre era Arturo. Un tipo casado con un hijo que solía frecuentar el motel que yo usaba en ocasiones para ir a dormir. Nuestro acercamiento fue rápido, y fue él quien mejoro mi vida un poco a cambio de tener a alguien con quién coger cuando su esposa no lo quisiera.

Así pasaron los años, yo fui creciendo y el interés de Arturo en mi se acabó. Había logrado el empleo en esta armadora de autos que me permitía rentar una casa y comer relativamente bien durante todos esos meses.
Pero como dije al principio, la vida no fue muy justa conmigo, porque cuando pensé que mi vida estaba por fin estabilizándose ocurrió un accidente.
Mi trabajo consistía en mantener limpias las áreas de ensamble, recogía basura y llevaba cajas de un lado a otro. El ruido era mucho, por lo que siempre usaba tapones auditivos, mismos que me impidieron escuchar los gritos desesperados de mis compañeros, los cuales intentaban advertirme de la grúa que se dirigía sin control hacia mí. Sobra decir que después de eso no logré sobrevivir.

Pero cuando pensé que todo había acabado desperte en una habitación llena de luz. Mi cuerpo estaba bien, no podía entender que sucedía.

—Tu vida acaba de terminar, Victor, el accidente que tuviste fue muy fuerte, moriste casi al instante…

Escuché una voz sonando de todas partes.

—Normalmente procesaría tu caso al próximo departamento, pero siento que te mereces otra oportunidad. Contrariamente a lo que muchos piensan el cielo no es tan divertido; así que pienso mandarte de regreso.

—¿Cómo?, ¿estoy muerto? —pregunté mientras miraba mis manos y tocaba mi cara.

—Bueno, no muchas personas sobreviven al ser aplastadas por un rollo de metal de más de una tonelada, pero, ¿escuchaste lo que te dije?

Yo intenté enfocar mi vista, no lograba distinguir de dónde venía esa voz exactamente.

—Voy a darte todo lo que te mereces, podrás ser feliz y ser tu mismo, sin embargo, tu cuerpo fue destruido en el accidente, así que tendré que darte uno nuevo.

Yo no entendía nada.

—Hay una familia que ha esperado que su hijo se despierte de un coma hace unos cuantos años. Lamentablemente él ya trascendió al siguiente plano, por lo que su cuerpo es un contenedor perfecto para alguien como tú.

—No entiendo lo que me dices, ¿como que un contenedor?

—Pues es relativamente sencillo, tú regresaras a la tierra en un cuerpo diferente, podrás tomar el lugar de él y vivir la vida como tú quieras. La única condición es que seas feliz, que vivas tu vida como quieras y nunca permitas que alguien te haga lo mismo que pasaste en tú otra vida.

—¿Por qué harías eso por mi?

—Porque eh visto como te han tratado toda tu vida, y no quiero que alguien que paso lo mismo que yo sufra otra vez.

—¿Quién eres? —pregunté con temor.

—Digamos que soy un buen amigo. Ahora espero que estés listo, estoy a punto de enviarte allá.

Cuando escuché a esa voz decir eso el suelo bajo mis pies comenzó a temblar.

—Oh si, casi lo olvidaba, tus recuerdos serán borrados al llegar allá, buena suerte.

Dicho esto sentí que caía hacia un abismo, la luz desapareció, dando paso a una oscuridad que lo cubrió todo. A lo lejos comencé a escuchar un pitido, uno que me hizo abrir lo ojos en la sala de un hospital.