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Gays, Sexo con Madur@s, Travestis / Transexuales

segunda vez con el cubano de la verga de 25 cm y la mas gruesa que he visto en mi vida

me volví a encontrar con mi negro hermoso, el cubano de la verga gigante y muy gruesa que me cogió la primera vez y me dejó el culo abierto y con ganas de más verga, pues volví a verlo y me ha dado la mejor culeada de mi vida….
La segunda vez con Ronny

Ronny me empezó́ a acariciar y tomó mi cara entre sus manos y me dio un beso con lengua largo y profundo que me hizo agarrar un calentón muy fuerte, así́ estuvimos besándonos un rato y acariciándonos. Yo me desprendí suavemente del beso y me incliné para llegar al objeto de mi deseo: su descomunal verga, morena, muy gruesa y muy larga, estaba medio flácida pero al sentir mis labios en su hermoso glande, empezó́ a llenarse de sangre y en unos momentos estuvo rígida y durísima, como a mí tanto me gusta y así́ estuve un buen rato dedicándole toda mi atención a esa hermosura de verga, casi no me cabía en la boca de lo gruesa, me lograba meter escasamente una tercera parte de su miembro viril, lo saboreaba, me daba arcadas, me hizo lagrimear los ojos, no podía tragar más, en mi boca no cabía, quizás en mi culito si pudiera albergarlo, eso estaba ansioso por comprobarlo.

Aun con su voluminosa verga en mi mano lo miré apasionado y le dije: ¡quiero que me lo metas! Él me recostó́ en la cama boca arriba, puso una almohada debajo de mis nalgas y se agachó y me alzó las piernas y dirigió́ su lengua a mi culito y empezó́ a darme una mamada de culo fenomenal, con ganas, metiendo su lengua en mi agujerito estrecho, babeándolo, insertando un dedo en mi nidito de amor y haciendo círculos con él, me tenía en la gloria, qué delicia! así́ estuvo un buen rato hasta que se enderezó, tomo su vergota en sus manos, la embadurnó de lubricante en toda su extensión y la dirigió́ a mi culito expectante y anhelante de verga y empezó́ a empujar, no entraba, era muy grande! Entonces me metió́ un dedito untado de lubricante en mi huequito, lo removió́ y lo sacó y volvió́ a intentarlo y volvió́ a dirigir su enorme pene a mi entrada trasera que poco a poco se fue abriendo ante el intruso tan deseado hasta que tenía más de la mitad de su verga dentro de mí y yo me sentía desfallecer de placer por las increíbles sensaciones de gusto que sentía con aquella vergota acariciando mi próstata, hasta que sentí́ que me lo metió́ todo, me dolía un poquito pero era más el gusto que me daba.

Cuando empezó́ a bombear su enorme mandarria dentro de mí, entrando y saliendo como Pedro por su casa, se me nubló todo a consecuencia del placer que estaba sintiendo, mi pene estaba soltando gran cantidad de líquido preseminal, ante las caricias que le daba a mi próstata ese descomunal miembro viril de mi negrito hermoso, estaba en el cielo, qué rico era sentirse cogido por un hombre tan bien dotado, todo un macho cubano dándome verga parejo, qué delicioso era disfrutar de esa vergota, abriendo mi culito al máximo y brindándome un placer inenarrable, majestuoso, espectacular, estaba que me venía sin tocarme…

La tercera vez con el cubano vergón

Estuve esperándolo más de hora y media, no había llegado porque había contratado una lavadora en su casa y estaba lavando la ropa y tuvo que esperar, cuando terminó, a que llegara el dueño a llevarse la lavadora, apenas la entregó me preguntó si todavía lo estaba esperando y yo le dije que sí, que se viniera rápido que tenía muchas ganas de sentir su enorme verga dentro de mí, entonces ahí mismo dijo: voy, voy, lo más rápido posible, claro que sí. Cuando por fin llegó, me alegró mucho que hubiera llegado y de no haber perdido la espera, me tenía muy ansioso, tenía muchas ganas de que me cogiera bien rico; me saludó, se desnudó y se metió al baño para desacalorarse, había venido en bicicleta y estaba todo sudado por el esfuerzo.

Se duchó rápidamente y salió del baño, secándose con la toalla delante de mis ojos, pudiendo apreciar su cuerpo esbelto, delgado pero musculoso, el abdomen todo definido y más abajo le colgaba su gran miembro desafiante, flácido pero enorme. Se acercó a mí y me lo ofreció con sus manos para que lo mamara; yo ni corto ni perezoso lo tomé en mis manos y me lo llevé inmediatamente a la boca y empecé a chuparlo y a saborearlo; olía a hombre, a macho viril, estaba todo blandito y escurrido, pero aun así era grande y grueso y largo; apenas sintió mi boca y mis labios y mi lengua en su vergota, empezó a tomar vida y se fue poniendo grueso y grande, ¡enorme! ¡En menos de unos segundos ya no cabía en mi boca! ¡Que aparato tan grueso!

Me lo sacaba de la boca y lo contemplaba admirado de lo gorda que era esa verga, el glande como aplastado y ancho, moreno pero rosado, el resto de su verga era más oscura y con venas recorriendo todo el tronco, además era muy largo! una maravilla de verga! el sueño de cualquier hombre o mujer con ganas de macho!; con mis manos lo masturbaba de arriba a abajo y con mi boca lo chupaba y lo lamía con ganas, con deleite, era muy placentero tener ese enorme pene en las manos, causa mucha admiración, deseo, asombro, cuánto me hubiera gustado haberlo conseguido en el pasado para que se cogiera a mi mujer cuando estaba joven y era muy ardiente, lo más probable es que se lo hubiera tragado todo y le hubiera dado mucho placer, ella es multiorgásmica y habría tenido muchos orgasmos seguidos con esa vergota dentro de su cucota rica.  No estuve mucho tiempo mamándolo, se le paró muy bien y se sentía durísimo y se veía que él estaba excitado; me decía cuando se lo estaba mamando: así, qué rico, qué rico, así, chúpalo así de rico.

Entonces cuando menos me lo esperaba, aunque yo estaba ansioso por sentir esa enorme verga dentro de mí, pero no quería apresurar el momento, me dijo: a ver, ¡ponte en cuatro! ¡Yo me asusté y me emocioné mucho! Había llevado condones para hacerlo con más seguridad y a él le gusta es usar condones, se siente incómodo si no lo hace, pero me di cuenta que le dieron muchas ganas de cogerme porque ni preguntó si había llevado preservativos sino que de una vez, me puso en cuatro, llenó de saliva su gigantesco miembro y con ansias se dispuso a penetrarme, lo puso en la entrada de mi culito y empezó a empujar y yo todo excitado no veía la hora de que me lo metiera pero no entraba, estaba muy duro y era, como ya dije, muy pero muy grueso!, entonces me volteé, tomé el lubricante que llevaba, agarré esa vergota en mis manos y temblando de la emoción le eché abundante lubricante por todo ese miembro viril tan enorme y delicioso y luego me eché lubricante en la mano y me lo esparcí por mi culito, metiendo un dedito para abrirme el hoyito y untarle de aquel líquido viscoso y frío y me volví a poner en cuatro, levantando mi culo para ofrecérselo y agachando la cabeza en la cama, para que me cogiera bien rico.

Al verme en esa posición tan entregada y con mi culito a la altura perfecta de su vergota, volvió a tomarlo con una mano y ponerlo en mi ojete y empezó de nuevo a empujar para que entrara; comenzó a entrar ese coloso dentro de mí y yo me sentía desfallecer de placer, el lubricante lograba su cometido y hacía resbaladizo el pasadizo y empezó a entrar desplazando toda la carne para los lados y yo en el cielo, me dolía y me ardía un poquito pero me daba una sensación de llenura y bienestar imposible de describir con palabras, así hasta que me la metió hasta el fondo! ¡Qué cosa más rica! ¡Estaba excitadísimo y lo sentía divino, esa polla tan gruesa y larga toda dentro de mí! Él también estaba complacido de haberla metido hasta el fondo en mi apretado culito y hasta lo dijo: ¡mira, está toda adentro! Y yo: Ay qué rico se siente, así Ronny, ¡cógeme bien rico que me gusta!

Y empezó a bombearme y a acariciarme todo por dentro y a hacerme sentir un placer exquisito, me sentía como atontado del gusto, aunque con la mano trataba de detenerlo cuando me lo metía muy adentro y me hacía doler un poquito, pero era mayor el gusto, así estuvo bombeándome un rato, hasta que lo sacó, preocupado que no fuera a salir sucio y se fue al baño a lavar. Afortunadamente estaba limpio totalmente, me había lavado muy bien y me llevé los dedos al culito y luego los olí y nada de nada, totalmente limpio, ¡qué bueno! Volvió del baño y de nuevo me ofreció su vergota para que se la mamara, se había caído, ¡pero con solo mamarlo un poquito volvió a endurecerse y a estar a punto para seguir la faena!, me dijo: a ver, ¡ponte en pollo asado! Me puso una almohada debajo de mi culito y me alzó las piernas y con ese pene tan grande y grueso en su mano, lo llenó de lubricante y con mis piernas en sus hombros y su mano en su enorme verga, ¡la dirigió a mi culo y la fue metiendo poco a poco!

Hasta que me enterró su vergota de nuevo y por el lubricante entró bastante bien, aunque siempre costaba para entrar, mi culo es muy estrecho y no está acostumbrado a semejantes vergas tan grandes, pero el poder de deslizamiento de ese lubricante a base de agua es increíble, cuando menos estaba todo adentro otra vez y empezó a cogerme la cosa más rica del mundo, moviendo sus nalgas para adentro y para afuera de una manera deliciosa y lo mejor, sentía su piel directa en contacto con la mía sin la molestia del condón, sé que era riesgoso, pero es tan rico que se arriesga uno, aunque hacía poco nos habíamos hecho la prueba del VIH y gracias a Dios los dos habíamos salido negativos, por eso lo hacíamos con más confianza.

Lo cierto es que tenía para mí solito ese machote cubano con esa verga descomunal entre sus piernas follándome parejo el culo la cosa más excitante y agradable de este mundo, nunca, pero nunca había sentido tanto placer mientras me cogían, siempre había dado con tipos con el pene pequeño o mediano y que llegaban, lo metían, unos cuantos bombazos y cuando apenas estaba yo comenzando a disfrutar, en un santiamén acababan, se vestían y se iban dejándome caliente y con más ganas. Pero este si era un hombre arrecho y varonil y con la verga durísima, bien parada y dándome verga que da miedo en mi culito y yo solo acertaba a cerrar mis ojos y concentrarme en las embestidas que me daba Ronny y que me hacía experimentar sensaciones indescriptibles y deliciosas, qué bueno se siente que se lo cojan a uno bien cogido, como a una mujer, se siente uno la puta más puta de este mundo y entregado por completo a mi macho rico, ese cubano delicioso que había tenido la suerte de encontrar y que me cogía con ganas y con fuerza, con una verga descomunal, como siempre había querido conocer.

Otra vez volvió a sacarlo y de nuevo se fue al baño a lavarse, con miedo que saliera materia fecal y le ensuciara su hermosa herramienta, pero nada, de nuevo limpiecito y sin ningún olor. Volvió del baño otra vez y de nuevo me ofreció su vergota a mi boca, volví a darle una buena mamada con ansiedad durante un ratico y otra vez, ¡qué maravilla! En un instante estuvo de nuevo poderoso, enhiesto y con ganas de volverlo a meter en mi culo. ¡Le dije que se acostara y así lo hizo a todo lo ancho de la cama, con su cabeza en la almohada y en sus manos el objeto de mi deseo todo parado y apuntando al cielo!

No veía la hora de cabalgarlo y le unté lubricante y pasé una pierna por un lado y la otra por el otro, tomé su vergota en mis manos y yo mismo la dirigí a la entrada de mi apretadito culito, ansioso de más verga y sentí de nuevo que me abría todo como a una puta en celo, me encantaba la sensación cuando va entrando, ahhh, eso paga la entrada, decía un amigo mío. Qué cosa más rica y más que ya se estaba acostumbrando mi culo al tamaño de mi machote cubano, eso entró como Pedro por su casa y fui bajando hasta que lo tuve todo dentro, ahhh, ¡delicioso! ¡Empecé a cabalgarlo y qué maravilla sentir como entraba y salía de mi culo esa super verga tan gruesa! No, no, no, qué vaina tan rica, estaba en el cielo, con las piernas en cuclillas para poder subir y bajar sobre esa verga con más facilidad, hasta que me cansé y bajé las piernas y lo rodeé con ellas, me incliné un poco sobre su pecho, nos besamos apasionadamente, ¡qué rica esa boca grande de mi negro hermoso, me agarró de las nalgas y empezó a darme un mete y saca divino, divino, divino, qué cosa más rica, de verdad, la mejor culeada que me han dado en la vida!

Esa vergota entraba y salía de mi culo y yo estaba extasiado, gozando como nunca, todo lo que yo había imaginado se me estaba cumpliendo, un hombre supremamente bien dotado, unos 25 centímetros de polla y gruesota, más que una lata de refresco, qué animal salvaje tan enorme, no joda, eso sí era una verga de verdad, esta era la que necesitaba la mujer mía cuando estaba joven, no mi verguita de 15 centímetros y delgada, no no, esa cuca pedía era penes grandes, yo le conseguí dos muy ricos, el de Aníval y el de Javier, poderosos, gruesos, largos, unos 20 centímetros de carne deliciosa, ella los disfrutaba como toda una puta rica que era, gozaba y gozaba y la hacían gemir de placer y gritar y uno tras otros se sucedían los orgasmos recibiendo verga de Aníval, cuando salíamos con él, o de Javier, en otras ocasiones que salíamos con él también, aquellos hombres jóvenes y llenos de vitalidad, la hacían gozar muchísimo, le encantaba que se la cogieran, era una auténtica gozada cuando salíamos con alguno de ellos y hasta doble penetración vaginal le hacíamos entre Aníval y yo o entre Javier y yo y esa mujer se desparramaba de placer, se mojaba toda que era un río, un mar de líquidos y acababa varias veces mientras nosotros le llenábamos la cuca de leche por partida doble.

Pero es que esta enorme verga de Ronny era otra cosa, prácticamente ocupaba el mismo espacio de la verga de Anival sumada a la mía, qué aparato tan grueso, ni pensé que existiera un pene tan grueso, de verdad. Entonces imagínense cómo lo hubiera gozado mi esposa, este negrito rico dándole verga a esa cuca ganosa, la hubiera llevado a la cúspide del placer. Yo lamentablemente no tenía una cuca auto lubricante para disfrutar de esta vergota de Ronny, pero sí un culito rico que con el lubricante en base a agua y ya dilatado por completo mi hoyito, lo estaba gozando de una manera como nunca había gozado en el sexo, qué pasión, qué entrega, la mía para él, ofreciéndole mi culo para que gozara e hiciera con él lo que quisiera y la entrega de él tan apasionada, dándome verga pareja con ganas y pasión desenfrenada. Antes de vernos, Ronny me comentó que a él le gustaba mucho inhalar una sustancia que se usa en los ambientes gays, ustedes entenderán a cuál me refiero, para usarla cuando estaba cogiendo y me pidió que le regalara un frasquito y me dijo donde lo vendían. Yo le hice caso y se lo llevé de regalo.

Mientras me cogía en cuatro paticas le dije: vamos a probar como se siente con aquello extra que trajimos!, él dijo que sí y trato de abrir la botella pero estaba ocupado dándome verga parejo, por lo que la pasó a mí y me dijo que lo abriera, yo casi que no podía agarrar el frasquito por las embestidas que me daba Ronny con su enorme vergota taladrándome el culo, pero como pude abrí el celofán que protegía la tapa del contenedor y se lo pasé, le dio dos o tres inhaladas y le pedí que me lo diera para probar, era mi primera vez, así lo hizo y yo como pude inhalé por uno de los orificios de mi nariz, otra inhalación por el otro orificio y… madre mía! En cuestión de segundos me hizo sentir una oleada de placer y de vicio increíble, ¡me sentí como toda una mujer dándole cuca al amante, como toda una puta tragando verga!

¡Qué sensación! entonces me puso de ladito y me empezó a coger lo más de sabroso así, alzándome una pierna y abriéndome el culo con su poderosa mandarria y yo me sentía, sin mentiras ningunas, en el cielo, cerraba los ojos y sólo me dedicaba a disfrutar. Sin haber inhalado esa sustancia, cada vez que me lo metía me dolía, me incomodaba un poco hasta que me acostumbraba un poquito y era delicioso, pero después de inhalar la sustancia aquella, ¡Dios mío bendito! Qué cosa más loca, me cambió de posición y me puso en pollo asado y me lo metió, sin echarle de nuevo lubricante, con la pura humedad que conservaba la verga por el mete y saca anterior, y qué maravilla, entró como si en vez de un culito fuera una cuca, se deslizó para adentro de una forma deliciosa y me lo metió hasta el fondo, de golpe y con fuerza, con pasión y no sentí absolutamente nada de molestia, puro placer, puro gusto, puro goce, me tenía súper excitado y disfrutando de esa enorme verga como nunca pensé disfrutarla!

Porque es que la primera vez que Ronny me cogió, me la metía un ratico y yo con la mano tratando de evitar que entrara mucho, me tocaba decirle que no aguantaba, que me la sacara y así en cualquier posición, de hecho, estaba arrepentido de haber buscado un tipo con una verga tan gruesa, por lo largo no había problema, mi culo se come lo que sea, por muy largo que sea, estoy seguro, aunque nunca lo he probado con uno muy largo de verdad, pero el otro día me metí un salchichón y eso me lo tragué casi todo completico, o sea, la extensión interna del ano lo permite, pero otra cosa es el grosor, yo sé que hay tipos que soportan hasta dobles penetraciones anales, pero yo no, yo soy estrecho y así me voy a quedar, porque nunca permitiré que me metan dos penes en mi culito y menos una mano, se estira el esfínter y ya no hay remedio, estirado se queda y hasta desgarrado el músculo, así que mejor gozar con mi culito apretadito, así cueste para tragarse una vergota como la de Ronny.

Continúo comentando lo delicioso que fue la sensación después de probar aquella sustancia, nunca, nunca, pero nunca, había sentido tanto placer, tanto gusto y menos había disfrutado tanto de una penetración, la primera vez siempre era incómodo, me metieran el pene que me metieran, desde que estuviera bien parado, me dolía un poquito al principio, hasta que me acostumbraba, por eso había que ver la diferencia con el presente, cómo es posible que me estuviera cogiendo un machote cubano, con una verga de casi 25 centímetros de larga, supremamente gruesa, creo que 5 o 6 centímetros de grueso y de circunferencia fácil unos 17 o 18 centímetros, es que esto era una vergota de campeonato! ¡Mi mano es grande y no lograba abarcar el tronco, entre el pulgar y el índice quedaban dos o tres centímetros de distancia para poder abarcarlo con mis manos! Una hermosura de pene, en todo caso y viendo que otras veces penes pequeños, normales, gruesitos, pero no tanto, me hacían doler al cogerme, al metérmelo, en esta ocasión, después de la inhalación, me estaban metiendo una super verga gigante, de golpe, sin contemplación, ¡hasta el fondo y no me dolía para nada!

Ronny estaba super excitado con el uso de aquella sustancia y claro, disfrutando de un culito apretadito y con poco uso, ese hombre gemía y decía: ¡que culo tan rico! Ahh, te voy a dar mi leche, ahhh, y bombeaba que daba gusto su vergota en mi culito y yo, sinceramente, increíble pero cierto, sentía que esa gigantesca verga entraba hasta el fondo, me tocaba por allá adentro, Ronny no estaba teniendo reparos ni ningún cuidado a la hora de enterrármelo, me lo estaba insertando hasta lo más hondo, se estaba dando gusto, porque no en cualquier cuca ni en cualquier culo puede Ronny meterlo todo hasta el fondo, no cualquiera lo aguanta, pero se aprovechó de que yo estaba en la gloria y se habían relajado al máximo mis esfínteres y empezó a darme verga duro y duro y duro por ese culo, mientras me hacía ver estrellas; yo solo atiné a cerrar los ojos y a perderme en un mar de sensaciones que me producía la fricción y el ingreso de ese monumental miembro viril, de esa fenomenal polla que me estaba cogiendo, me estaba dando la mejor culeada de mi vida y cuando sentía que me lo hundía hasta lo más profundo, nada nada de molestia, solo placer, en cambio normalmente cuando me lo mete demasiado, me duele y me incomoda y le pongo la mano para detenerlo, pero no, ahora si quería era verga pareja hasta lo más hondo de mi culo y solo estaba disfrutando!

Valió la pena de verdad todo el riesgo, el gasto, el tiempo perdido esperando, ¡logré por fin lo que tanto anhelaba! Que me cogiera Ronny con toda su potencia y que no me doliera ni me fastidiara ni me ardiera, ni me saliera sucio del culito, ¡todo salió a pedir de boca! Limpiecito hasta lo último, sin malos olores, puro placer y disfrute y se cumplió mi sueño: conocer y disfrutar de una verga grande, poderosa, espectacular, gigante, gruesísima, que no acabara ahí mismo que me la metiera, como pasó la primera vez que conocí una verga enorme, la de Anthony, era casi como el de Ronny pero no se paraba bien y cuando se logró parar un poquito me lo metió, y cuando de repente, dos o tres embestidas y ahí mismo acabó, me llenó el culo de leche sin apenas yo haber empezado a sentir, qué decepción! Ronny había superado eso y con creces! ¡Nunca termina, le da a uno verga parejo una hora y todavía no acaba! Resumiendo, espectacular culeada que pienso seguir repitiendo cada 15 días, no veo la hora de volver a estar en los brazos de Ronny, ¡cuento los días para volver a tragarme la mejor verga que he visto y probado en mi vida! Aquí donde estoy tengo el pene lleno de líquidos preseminales nada más de acordarme de esa maravillosa culeada que me dio Ronny y que lo más probable es que volveré a repetir muy pronto… Si quieres ver fotos y videos de este y de otros candentes encuentros que he tenido con Ronny, puedes buscarme en manyvids con el  nombre de whiteyandbbc76, te espero!

7 Lecturas/19 diciembre, 2025/0 Comentarios/por whiteyandbbc25cm
Etiquetas: baño, cogiendo, culito, culo, gays, madre, mayor, sexo
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