Sergio, el instructor de karate de mi hermano.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, mi nombre es Juan, es la primera vez que me animo a escribir, he leído muchos relatos, en ésta página y en varias más, esto sucedió cuando tenía 13 años.
Siempre he estado consciente de que soy gay desde siempre, jugaba con las niñas, prefería las artistas mujeres, etc, para mi mala fortuna, nací en una familia extremadamente machista, por lo que constantemente recibía regaños y fui tratado con severidad, creo que para que me hiciera un hombresito, por lo que conforme fui creciendo ocultaba mis verdaderos deseos, jugaba con niños, me hice de muchos amigos hombres y me refugié en los estudios, por supuesto que en la etapa de secundaria me enamoré de mi mejor amigo, pero jamás hice nada ni le comenté nada lo que sentía.
Ocupo el 5to lugar de 6 hermanos, y a mi siempre me tocó cuidar del menor 3 años menor que yo, por lo que era obligado a llevarlo a sus entrenamientos de fútbol y de karate, mi vida transcurría digamos un tanto aburrida, pero en una ocasión, mi hermano me dijo, que lo acompañara a visitar a su instructor de karate porque éste le tenía que entregar un equipo para poder competir al día siguiente, llegamos a su departamento y en eso momento abrió la puerta, un hombre de aproximadamente 35 años, salió sin playera y con una toalla enredada en la cintura, pues terminaba de bañarse, esa imagen hizo que me quedara perplejo, pues tenía un cuerpo bastante trabajado, sin nada de vello y una protuberancia difícil de esconder bajo la toalla, en ese momento sentí mucho calor y mis manos empezaron a temblar, me puse tan nerviosos que no sabía que decir, y mi mirada no se apartaba de su miembro.
Nos invitó a pasar y nos quedamos en la sala, después el regresó y venía sólo con un bóxer color rojo, yo me quería morir de la excitación, le entregó las cosas a mi hermano y nos despedimos. Desde ese momento no dejaba de pensar en él, me masturbaba pensando en que me besaba y que me hacía el amor
Mi hermano empezó a hacer una bonita amistad con él y mis padres estaban contentos por que gracias a sus enseñanzas mi hermano estaba avanzando en la disciplina de karate, tan bien les cayó, que lo invitaron a la casa a comer y así empezó una relación de amistad con la familia. Cada vez que estaba en la casa aprovechaba para sentarme junto a él y de vez en cuando él me abrazaba, como jugando, esto para mi era increíble.
Un día, acompañé a mi hermano porque competiría por la cinta negra, mis padres no podían acompañarnos, pues tenían que visitar a mi abuela que se encontraba muy enferma, así que nos encargaron con Sergio, él les dijo que no se preocuparan, que si gustaban él nos llevaba a su casa y que cuando llegaran él nos traía. Mis padres aceptaron, y yo me puse extremadamente contento y lleno de excitación, no sé porque pero sentía que algo pasaría esa primera noche en casa de Sergio.
Terminó la competencia, nos invitó a cenar y luego nos fuimos a su casa, estuvimos platicando un rato, y mi hermano estaba muy cansado, por lo que se quedó dormido en el sofá, no quisimos despertarlo, Sergio me dijo que sólo había una cama, que si no me importaba dormir ahí, le dije que por supuesto que no, que no me molestaba, en mis pensamientos decía que era lo que más deseaba.
Me fuí a acostar y me dijo que él se acostaba en un momento, que tenía que hacer unas cosas, yo me acosté me puse mi pijama, en ese tiempo era verano, por lo que hacía mucho calor, pero yo no paraba de temblar y tenía frío, tenía una excitación que no podía controlar e incluso no podía respirar, me estaba quedando dormido, cuando Sergio entró a la habitación y empezó a quitarse la ropa, sólo quedó en bóxer, yo me hice el dormido y disfruté de esa hermosa vista. Se acostó y yo no podía dormirme, seguí temblando muriéndome de ganas por acariciarlo y que el también me acariciara, de repente, Sergio se voltio y puso su mano en mi estomago, yo no lo podía creer, me quedé inmóvil, y movió su pierna encima de mi cuerpo, quedando su pene pegado mi muslo, lo sentí enorme y era una sensación que nunca había sentido, no sabía que hacer, en eso empieza a bajar su mano poco a poco, y la posó encima de mi pene y me susurró al oído, no tienes calor, yo en ese momento no dije nada, y él empezó a bajarme el pijama dejándome en slip
Volvió a poner su mano en mi pene y me susurró “parece que estás un poco caliente y me dijo déjame ayudarte a quitarte la calentura, yo no decía nada, metió su mano dentro de mi slip y pareciera que estaba en las nubes, yo estaba totalmente mojado y mi pene estaba que reventaba, comenzó a masturbarme y luego me dejó totalmente desnudo, siguió acariciándome y me dijo al oído, yo también estoy muy caliente, quieres ver, y llevó mi mano a su verga, primero empecé a acariciarlo por fuera, él también estaba que reventaba, luego metí mi mano y en ese momento supe lo que era acariciar otra verga, la piel la sentía sedosa, muy caliente, estaba muy grande y gruesa, también se quedó desnudo, y en eso me abraza y me da un beso, jamás había besado a un hombre, y esa vez fue maravilloso, me trataba con mucho cuidado, me abrazaba y besaba por todo mi cuerpo, yo me retorcía de placer, por fin mis sueños se hacía realidad.
No paraba de acariciarme y besarme y en eso fue bajando poco a poco hasta meterse mi pene en su boca, jamás lo olvidaré, es la sensación más rica que había sentido, yo me quería venir en seguida, pero él paraba y me besaba, luego me dijo que si le gustaría mamársela, la verdad le dije que si, pero en mi mente pensaba, nunca lo he hecho, pero mi calentura fue más y fui directo a su verga, al principio fui muy torpe, y la verdad me pareció un poco desagradable, pero después el me decía como debía hacerlo, y la verdad partir de ese momento fue uno los placeres más grandes.
Cuando estaba mamándole la verga el me acodó y empezó a chuparmela también, el placer era inmenso, sentía que reventaba, él me decía que esperara, que quería que nos viniéramos los dos, a la vez, y me preguntó que si quería que me los echara en la boca, yo solo seguía mamando, de repente nos empezamos a retorcer, y los dos eyaculamos al mismo tiempo, es una experiencia indescriptible, jamás lo he vuelto a repetir, me exprimió hasta la última gota, me empezó a abrazar y a besar, y me dijo que esto no terminaba ahí, que la al día siguiente me mostraría otros de los placeres, que me quería hacer suyo y que me haría ver las estrellas, continuará….
como continua