Series de Relatos Eroticos: (Cuando cae la noche)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ElMarques.
Cuando cae la noche
Las manos me sudaban, el cuerpo me temblaba con espasmos que recorrían desde los pies hasta la cabeza, trataba de controlar los musculo de mi cuerpo pero se me hacía imposible, la respiración descendía y ascendía fuertemente, me lleve una mano al cuello y al tocarme sentí mi mano húmeda y fría, contrarrestando la calentura que sentía. Otra corriente me cruzo toda la espalda y me estremecí en toda la cama, la pelvi se me levanto sola y sentí mi erección atrapada por la tela del bóxer y del short, los dientes me chascaron como titiritando de frío. Me sorprendí al sentirme así. Tome la sabana y me tape por completo, me dije a mi mismo;
—esto no es primera vez que lo voy hacer, ¡CALMATE!—
Tenía más de una semana que no iba a su encuentro, pero creo que estaba tan excitado porque sabía que lo podía encontrar sin ningún problema en su habitación solo.
La adrenalina estaba corriendo por todo mi cuerpo, la noche era oscura y el aire se sentía pesado. Ya debía de ser las 11:30 pm sentí que era la hora indicada para levantarme e ir al asecho. Me mordí el labio inferior para controlar mis nervio << por suerte dio resultado>> sentí que los latidos de mi corazón se controlaron, me senté a la orilla de la cama y termine de controlar mis movimientos. El guebo (pene) me dolía de tanto estar apretado entre la tela, sentí el líquido viscoso saliendo de la puntita, al despegarse del bóxer sentí el frío de la humedad tocando la piel, metí una mano y acomode mi trozo de carne caliente, los pelos se me estiraron con la liga del bóxer, no sentí dolor era mucha la excitación que tenía que eso no importo.
Tenía 16 años y ya he experimentado el sexo por primera vez, lo conocí hace un año de la mano de un conocido, ya él está por dejar la adolescencia, lo hemos hecho cierta veces cada vez que podemos pero aun no dejo de excitarme como si fuese la primera vez.
La boca la siento seca y trago saliva varia veces, con la lengua humedezco mis labios, no sé si es que el ambiente por ponérmela más difícil, pero la noche esta silenciosa, se oyen los grillos chillar y al levantarme de la cama chilla los resortes como nunca antes sucedido, la coyunturas de mi cuerpo trono en cada movimiento que hice, la fiebre que sentía se me enardeció de rabia y en medio de la oscuridad, ahogado en un silencio descargue mi ira por lo sonidos ocasionado, me erguí de nuevo y me dije; —tranquilo todos están durmiendo— Me llegue a la puerta del cuarto abrí lentamente hasta solo poder ver con mis ojos. Vi el pasillo oscuro, de frente tenía la pared del cuarto frente donde estoy y mirando hacia la sala un poco de la luz de la calle alumbra pobremente en la oscuridad, me tengo que dirigir hacia allá donde hay dos habitaciones más, esa noche solo estamos mis padres, él y yo. El espacio es tan corto que en ese momento lo vi tan difícil de llegar, pensé las posibilidad de trabas <<conseguirme a mi madre o mi padre salir de su cuarto para ir al baño>>
— ¿qué podía decir? ¿Hacia dónde iba? — estudies las respuestas en mi mente, y a mi parecer todo era posible.
Sentía el frío en mis pies, como si el ventilador se hubiese volteado para congelarme estando yo en ese momento parado al frente en la puerta mirando hacia la sala oscura, mi excitación había descendido y sentí mi guebo flácido humedeciendo aún más mi bóxer, el frío hacia contacto con la cabecita, metí mi mano y toque la viscosidad y la unte por todo mis dedos hasta secarse ahí mismo con el aire. Mire a mi espalda y vi fue pura oscuridad, solo sentía el ventilador dando giros, pensé que si no fuese por la excitación en otra ocasión me hubiese atemorizado. Estaba perdiendo tiempo, termino de abrir la puerta y muevo un pie hacia al pasillo, el miedo cargado de excitación me detuvo, el corazón se me acelero de nuevo hasta sentí una ganas de cagar levemente, me dije de nuevo; —esto ya lo has hecho antes— Salí ya al pasillo y muy quedamente cerré la puerta de mi cuarto, otro problema me paso por la cabeza — ¿y si viene al cuarto y no me ven? — Trague grueso y por un momento pensé devolverme, pero la libido alborotada en mi cuerpo me condujo hasta la sala, esquivando silla y todo lo que podía atravesar mi camino hacia al cuarto, cuando veo ya estoy de frente a la puerta de mi amante. El miedo me detuvo antes de abrir y pensé — ¿y si no quiere? — En sentido diagonal tenía la puerta del cuarto de mis padres detrás de mi espalda, debía de entrar, era ahora o nunca. Tome el cerrojo con la mano sudada y temblando abrí de una vez, me metí y cerré la puerta tan sigilosamente que me sorprendió la carga de nervios que había podido controlar en un minuto. Me quede pasmado asimilando todo el trayecto que di para llegar hasta aquí. Apoyado sobre la puerta sin inmutar ningún sonido tenía frente de mi más oscuridad antes mis ojos.
Desde la primera vez que lo hicimos, siempre actuábamos igual <<no dices nada, no digo nada>>
Yo siempre las veces que podía cuando caía la noche trataba de llegar hasta el como si fuese la primera vez, sentía el miedo al rechazo al equivocarme o al ser humillado, sabiendo que no era así.
La oscuridad era espesa, se fue aclarando a mi vista, un poco de luz de la calle o de la luna atravesaba la cortina, al menos pude ver objetos y en que dirección estaba la cama aunque eso ya lo sabía sin necesidad de ver. Estaba acostado a la orilla de la cama no vi bien su figura, solo vi como un bojote oscuro, di dos paso hacia adelante y me detuve, pensé y me dije — ¿y si me está viendo? — Opte por bajarme e ir a gatas hasta cercarme a la cama <<si me hubiese detenido en pensar en cómo estaba actuando, me hubiese privado de la risa por mí mismo>> Al estar cerca desde el piso, pude ver un poco mejor como estaba postrado en la cama, su respiración era suave y pausada, un poco de luz a la orilla de la ventana se filtró y vi su piel morena brillante por el reflejo azul, el ventilador que estaba a sus pies, cerro con la cortina ese espacio donde entro la iluminación, gracias a eso pude coordinarme donde iba a tocar, él tenía la pierna abierta con la sabana medio tapado y con una almohada encima de su cadera. Apoyado con el codo en el piso, con mi otra mano toque el borde de la cama, la excitación corrió de nuevo por mi cuerpo, sentí el cosquilleo en mi estómago y en la parason de mi guebo elevándose entre el bóxer, controle mi espasmo para que mi mano derecha pudiese tocar. Lentamente fui removiendo la almohada que era la que más atravesaba mi camino, pude quitarla quedando aun lado de él, la sabana que lo arropaba no era impedimento para mí, con mis dedos fui caminando poco a poco hasta llegar a su cadera, aun con miedo de equivocarme toque suavemente su cintura hasta que rose suavemente para ver si se movía, pero no se movió ni emitió sonido. Mis dedos siguió caminando hasta alzarse sobre su pelvi, sabía que estaba cerca, levante un poco la mano y medio rosando fui bajando hasta lograr tocar lo que quería, me detuve en seco al sentir que toque su mano, lo tenía puesto casi cerca del guebo, pensé que se iba a mover pero tampoco fue así, volví a repetir el camino con mis dedos, esta vez sí toque rápidamente su verga flácida.
Era un bulto suave y carnoso que se sentía a través de la sabana, toque con las ñemas de los dedos suavemente, y luego con más confianza con toda mi mano lo arrope para sentir todo el bulto en ella, solo lo que impedía el tacto de piel a piel era la sabana y el bóxer que sentí que llevaba puesto. Estaba dormido ya que aún no había señal de erección. Busque con mi mano el final de la sabana para poder meterla y poder tocar al tacto todo su guebo, la libido gano campo en mi subconsciente y me deje llevar buscando sin temor alguno. Cuando al final conseguí como pasar por debajo de la sabana seguí el camino de nuevo e inmediatamente llegue hasta sus bolas, pensé; ya lo que me falta es apartar el bóxer, por suerte le quedaba grande y por la abertura de la pierna logre tocar los pelos y parte de las bolas acaricie suavemente y con mas osadía con el dedo toque la base del miembro, saque la mano y toque casi apretando todo el pene, devolví mi mano hasta sacarla y me la lleve a la nariz para oler el aroma de su bolas, el olor me embriago, aun olía jabón azul. Volví a meter la mano rozando levemente con mi dedos de nuevo su bulto, cuando toque me pareció sentirlo más abultado, mi mano quedo suspendida esperando alguna reacción, hasta que volví a tocar, cuando toque por la parte del tronco de su verga, el palpito con fuerza sobre mis dedos, pensé; — ¡ya está despierto!— volví tocar con completa confianza todo su bulto, con mi mano apretando, su pene palpito en completa erección en ella.
Poseído completamente por mi libido, metí mi mamo debajo del bóxer y por fin toque el trozo de carne caliente, inmediatamente estire la piel para descubrir su cabeza que ya humectaba con viscosidad, lo saque del bóxer abajando la liga, y manosee estirando la piel de arriba hacia abajo, el quito por fin la sabana que lo cubría y termino de abrir sus piernas. Para mí fue como una invitación, arrodillado desde el piso me abalance y con la lengua fue el primer contacto que di sobre su prepucio, mi lengua saboreo la fisura de su guebo quitando la viscosidad que ya brotaba a montón, lo sentí exquisito, mejor que un dulce, con gulosidad mi lengua arropo parte de la cabeza del guebo, y con hambruna me lo engullí hasta al fondo de mi garganta, lo sentí como un fierro caliente atizonando mi campanilla, arquee pero de inmediato me recompuse y con los labios lo engullí de nuevo saboreando cada extendida parte de su miembro, con mi otra mano estire la piel y trague por completo hasta tocar con mi nariz su sus pelos rizados me quede pegado para aspirar todo ese olor de hombre que emanan ricura de la entrepierna. Su mano se entrelazo en mis cabello y agarrando suavemente me retuvo, movió sus caderas en un vaivén suave pero intensamente me cogió toda la boca, con respiración acelerada y un quejido emitido me engullo toda su verga en mi boca haciendo presión con su cadera, y sus manos reteniendo mi cabeza, se quedó pegado hasta que yo no puede e hice para sacármelo, pero como si un juguete me hubiesen quitado volví y la lamí todo, con mi lengua recorrí las bolas y las saboree cada una hasta llegar a su culo, me devolví dando un lametón hasta la cabeza y volví a tragármelo todo. Me agarro desde la pretina del short levantando mi culo hasta meter la mano para llegar a él, con su dedo me urjo e intento meter el dedo índice, me termine de montar en la cama, él se levantó y con rapidez y fuerza me quito el short y bóxer junto, la franela me la levanta y acostado en posición vertical de la cama me tomo de la cintura y llego a mis tetilla chupándolas con fuerzas, me retorcí de dolor agradable, él se terminó de quitar el bóxer y abriendo mis piernas acostado encima de mí, me rozo con su guebo en toda la puerta de mi culo, me dio varios brochazos y presiono para metérmelo, pero devolví de dolor cerrando con fuerza mi hoyito, metió sus brazos por debajo de los míos y hundió su cara en mi cuello me suspiro tan rico cerca de lo oído que me hizo calentar de nuevo y olvidar el dolor de mi ano, su legua ensalivo toda mi oreja, hizo presión con su cuerpo para yo quedarme atrapado por su peso, con una de sus manos guió de nuevo su guebo a mi culo, y vi como escupía su mano para ensalivar toda su cabecita y también la entrada de mi ano que se abría con ganas de ser perforado, se volvió la mano a su pene e hizo presión, me aguante todo lo que puede hasta sentir que logro entrar la cabeza de su miembro, solté un pujido ahogado por su mano tapando mi boca, me susurro al oído y me dijo; — ¿por esto, no es que venias? — Y con todo su peso empujo mi cuerpo hasta chocar con la pared, sentí que metió todo ese trozo de carne febril, calentando y ardiendo toda las paredes de mi recto, el dolor fue fuerte y me aferre abrazando su pecho para no sollozar, me lamio la oreja, la cara, hasta llegar a mi boca que beso y hundió con su lengua hasta chocar con la mía <<era rara vez que me besaba>> el vaivén de su cintura fue suave hasta convertirse en meter y sacar tan sonoro que me dio miedo que alguien escuchara. Me cogido tan rico, me hundía hasta lo más profundo su miembro, mi esfínter se acostumbró tanto que sentía estar acabando por mi recto, cambiando de posición me puso en cuatro y me la metió fuertemente me cogió tomándome de la cintura hasta que siento que acelera rápidamente hundiendo todo su guebo hasta llegar al orgasmo, sentí que la paredes de mi recto se esponjaron con su palpitación en el guebo brotando esperma, sentí que su trallazo de leche me quemo mi interior, se quedó tan pegado a mi agarrándome con fuerza por mi cintura que creía que nunca me iba a soltar.
Se dejó caer encima de mi espalda, sin sacar su miembro, yo en esa posición incómoda pero rica me jale mi guebo haciendo una paja acabando rápidamente, mi espasmo hizo que mi culo se contrajera, y el aguatando con todo su peso me lo metió aún más al fondo para sentir las contracciones de mi ano cuando yo acabe sobre su bóxer para no mojar las sabanas. Me deje caer y su cuerpo conmigo se vino abajo el encima aun sobre mi sentí que se volvía dormir.
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