SEX OK
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ante todo, cordiales saludos estimados lectores, mi nombre es Braulio, conocí hace casi veinte años a un gringuito llamado Michael, que vivió en mi vecindario con sus padres, desde el primer día que nos presentamos, en el primer contacto de nuestras manos, sentí el sutil roce de su piel blanquita, colorada, su perfume y el roce de su pelo rubio, él tenía 15 años de edad, yo por ese entonces tenía cerca de 10 años y carecía del conocimiento del sexo, soy de piel blanca y pelo castaño.
Fue una tarde en que jugaba con mi hermanita de 4 años en el jardín, sentándose Michael muy amistosamente a vernos jugar, estaba él con un short muy ajustado igual que el mio, como los que se usaban de moda en la época, se podía ver su interior y tambien su pene amoldado hecho un bulto, mi mamá se llevó a mi hermanita, estando sentados sobre rocas altas, frente a frente en el jardin, Michael comenzó a sobarse con su manos su pene, lo apretaba a su short moldeándose tanto que se podía ver la cabeza y parte de los testes con pelos rubios, metió su mano al short y estiró su pene, yo estaba impresionado viéndole ese penesote sobresalir, sacó la cabeza de su pene por un costado del short, yo me limitaba a observarlo.
Se acercó a mi, miró a los costados, estiró su short e interior, con su otra mano estiró su pene mostrándomelo completamente, era grandote, blancote, rosado, rubio, y me pidió que hiciera eso con mi pene, me dio recelo, al principio no quise, pero de tanto verle hacerse al gringo me llené de curiosidad y lo hice torpemente.
Me llevó a unas matas tupidas, nos sentamos, me abrió de piernas, estiró mi shortcito y con sus suaves manos me estiraba mi penecito, era una primera sensación fabulosa, unica e irrepetible, sentir sus manos sobar mi pene y mis testes hasta llegar con sus dedos más grandes a la raja de mi culo me hacía estrujar el césped sacándolo con mi manos llenas de placer.
Me dijo que podía enseñarme más cosas como esas si lo acompañaba a su casa, él estaba solo, sus padres regresarían tarde, pedí permiso a mi mamá para jugar dizque yo "soccer" en la casa de Michael, me dió el permiso hasa cierto tiempo y con Michael nos fuimos directo a su casa, me obsequió galletas y queso para entrar en confianza, ambos estabamos sentados en la sala en sillones frente a frente.
Michael puso sus piernas cada una sobre el portabrazo quedando sentado su pene moldeado ahora mucho más grande, sus manos estiraban su pene, su mirada se centraba en mi verga mientras se lo hacía, alzó su cadera y se sacó su short dejando al descubierto su belludo pene, testes y culote rosadito, empezó a masturbarse, dijo que hiciera lo que el hace pero me daba recelo, solo le respondía con una sonrisa negativamente.
Con su pene al dedscubierto se me acercó, puso mis piernas sobre el portabrazo del sillón donde estaba sentado me sacó las sandalias, el short y el interior, me hizo abrir lo más que pudo mis piernitas dejándole ver al descubierto mi penecito, de inmediato se prendió sobre mi penecito con sus labios primero chupándolos a continuación con su lengua lambía mis testes y mi penecito, su lengua pasaba a lo largo de mis piernas y me mordía suavemente con sus blancos dientes, me mamó el pene largo rato, sentía sus labios apretar mi prepucio, apenas asomaba la cabecita de mi pene que con su lengua la sobaba, lambía mi pene repetidas veces.
Puse mi pecho sobre el sillón quedando mi culo para arriba a filo, los labios carnudos de Michael besaban y chupaban mi culo, sentí en ese momento al tibio que me recorriía el culo y la espalda, apenas pude apreciar que era el pene de Michael que sobaba mi piel haciendo que se me parara mi pene.
Me alzó en peso abrazándome, llevándome a su cuarto, me sento sobre una silla, vio mi pene parado y me dio su primer beso, recuerdo que me mordía sutilmente mi labio inferior, pasó su lengua por mi pecho y mamó mi pene suavemente, con sus manos sobaba mi espalda, era delicioso lo que me hacía, mi piel era otra, colorada y mi respiración como la de Michael se aceleraba constantemente, empezamos a sudar, me levantó de la silla, me alzó en peso uniendo nuestros pechos en un abrazo, me acostó suavemente sobre su cama, terminó de sacarme la ropa y él la suya quedandonos desnudos, se montó encima mio y sentí su pene moverse sobre el mío, estuvimos a sí durante un rato, me dejaba hacer todo lo que Michael quería porque todo era fabuloso, descubrí con la ayuda de él mi punto de exitación.
Sus labios chupaban la piel de mi mentón, a la vez que sus dientes mordian con pausa sutilmente mi piel, me decía que me quería saborear la piel de mi cuerpito poco a poco, me sentía pegajoso por sus babas que marcaban huellas en mi piel, la humedad de su piel pegada a la mía, me hacia sentir otra persona, nos dabamos vueltas en la cama a manera de luchas, me hacía poner de perfil, pegaba su pecho al mío, él unía sus piernas y alzaba con sus mano una de mis piernas sobre las suyas, sus dedos sobaban la raja de mi culo hasta que penetraban, sentía placer, le abría mi boca para que me besara y me introdujera su lengua, sentía el perfume de su piel y su pelo junto al mío.
Creí que ya lo sabía todo pero me equivoqué al pensar que cuando se levantó Michael y se fue al baño todo había acabado, pero no era así, retornó sobándose crema o algo parecido en su pene, me llené de inquietud cuando me voltió boca a bajo sobre unas almohadas sobándome con sus dedos esa crema en mi culito que de por si ya estaba sudado, me dejé hacerlo porque se sentía fresquito y rico, con sus dos dedos giraba las paredes del hueco de mi culito, me chupaba con sus labios mi espalda, en mi cadera puso una de sus manos mientras que con la otra de reojo veía que me la acercaba a mi culo, al sentir la primera metida, sólo llevé mi cara a la sábana y lancé un gemido, a las que seguían yo lanzaba un ¡¡ahh!! y un ¡¡yaaa!! de dolor, el gringo no hacía caso, seguía en lo suyo, le suplicaba que me dejara que me estaba doliendo, hizo un alto, puso su cara en mi cabeza, con una mano cogio su pene dirijido a mi culito y con su otra mano estiraba mi pene a manera de masturbación, yo me movía, sintiendo algo de placer con mucho dolor al ser penetrado, al mismo tiempo en mi pelo y cabeza sentía el aliento de su respración sobre todo cerca de mi nuca y oreja, alzó su cabeza y al ratito embistió todo su pene en el hueco de mi culito, yo grité de dolor sentí los deseos de llorar que fueron apasiguados por sus caricias, y su cordialidad de asearme en el baño quitándome los restos de sangre derramada, empecé allorar del susto y algo d everguenza, me sentó sobre el inodoro y frente a mi se cogió su pene con sus manos masturbándose hasta que le salió su leche cayendo al piso, se reía por tal acción, yo con mi culo roto presenciaba la escena, me levanté en busca de mi ropa, durante el recorrido me abrazó llevándome a su cama nuevamente a besarme la espalda y mio culo repetidamente, yo por el dolor ya no quería que me culiara, le dije que me deje vestir, me pregunto que si me dolía el culo, le dije que un poco, me llevó a la sala invitándome a ver tv, algo me distraje, pero el dolor seguia, me pidió al irme que guardemos este secreto maravilloso, yo asentí.
Durante esos días que veía a Michael o a su contacto, me sentía otra persona, confieso que al principio le tenía recelo pero con la confianza que me brindaba y su seguridad cambié de idea y me dejé culiar rapidamente por segunda vez en el baño de su casa durante una fiesta, sentí penetrar su pene en mi culo, el dolor era casi imperceptible y nació el deseo que me culiara bajo la complicidad de sus caricias, así que varias veces me culio, no le negué mi culo porque me hice adicto a su piel ya sus caricias y en cuanto estabamos solos nos escapamos para culiarnos era fabuloso cuando me daba su culo para que lo penetrara o cuando me mamaba mi pene.
Fuimos el uno para el otro durante esos cuatro años de estadía del "gringo hot" como lo llamaba y él me deía "Mi pequño saltamontes".
Gracias Michael, nunca olvidaré tus fabulosas culiadas.
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