sexo con cubanos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
-Apúrate que esa gente debe estar almorzando, dijo mi madre, al tiempo que me extendía la bolsa con el trozo de torta.
De mala gana tomé la bolsa y Salí de mi casa, esa gente como decía mi madre, eran unos cubanos que se habían mudado a la comunidad hacia unos días atrás y poco a poco se habían ganado el aprecio de los vecinos, entre ellos a mi madre, quien de vez en cuando le enviaba comidas y postres. Por cierto mi nombre es Carlos Eduardo y vivo en un pueblo del Estado Trujillo, cuando esto sucedió tenía 17 años y un buen cuerpo pues practicaba deportes, y mis vecinas decían y dicen que soy bastante atractivo, aunque la opinión de las mujeres me importa, siempre me gustaron los hombres, pero nunca había pasado del simple gusto, y mirar de la forma más disimulada.
Cuando llegué a la casa noté que todo estaba en silencio, así que antes de llamar me asomé por una ventana, en una de las habitaciones, que tenia la puerta abierta estaban tres hombres sobre la cama viendo la tele, los tres solo llevaban puesto shores de esos que se usaban antes que permitían que se marcara todo. Toqué a la puerta y volví a la ventana y observé cuando uno de ellos, un flaquito negro con los ojos verdes se levantó luciendo una erección terrible la cual trataba de disimular. Cuando se fijó que era yo, sonrió y abrió la puerta, le explique el motivo de mi visita, le entregué la bolsa y cuando me iba a marchar me invitó a pasar diciéndome que veían porno, desde la habitación los otros dos hombres, uno rubio bastante alto y corpulento y el otro blanco de contextura normal me hacían seña que pasara. A tiempo que Sebastián el que me había abierto la puerta indicaba que era el hijo de la Sra. Alida. Pude ver que ellos intercambiaron risitas a tiempo que el corpulento me daba un apretón de mano y me decía que se llamaba Eduardo y el otro Camilo.
Me hicieron espacio en la cama y me senté, era una película sobre una orgia, donde se hacía de todo, era la primera vez que veía algo así, mujeres haciéndole sexo oral a otras, hombres mamándoselo a otros y una mujer con dos huevos metidos al mismo tiempo, inmediatamente mi huevo despertó, trate de disimular pero por la posición era imposible, volteé y me fijé que el rubio se recostaba en la pared y la cabeza de su pene se dejaba asomar por la liga del short, seria la expresión de mi cara que el cubano sin ningún pudor, se bajó el pantalón, mostrando una verga de unos 20 centímetros bastante gruesa, y comenzó a acariciársela lentamente.
-Oye lo vas a asustar mi hermano, dijo Sebastián sonriendo al tiempo que se levantaba. -Ponte cómodo y discúlpalo es que tenemos días de puro masturbarnos y ya nos está afectando.
Yo sonreí nerviosamente, debieron pensar que era pendejo o algo así, pero de mi boca no salía ningún sonido, la mano de Eduardo sobre mi hombro me hizo saltar como un resorte, ellos estallaron en carcajadas pues mi erección era demasiado evidente.- Miren eso, dijo Camilo, todos miramos la tele en la escena dos hombres intentaban metérselo a un chamito al mismo tiempo.
Sentí que mis piernas flaqueaban y mi mirada no podía apartarse del televisor, estaba tan lelo que solo reaccioné cuando a pocos centímetros de mi boca había un enorme pene con la cabeza roja e hinchada, el pene de Eduardo, me volví loco abrí mi boca, me lo metí y mamé, primero torpemente, pero poco a poco mejoré, al lado de Eduardo se paró Camilo, su pene mediría unos 16 centímetros pero gruesa, me saqué una y la otra entró a mi boca, mientras mamaba uno y otro, mis ojos buscaron a Sebastián, el captó mi mirada y obligó a sus amigos a dejarme yo estiré la mano y bajé su pantalón, aquello no era un huevo, parecía un bate de beisbol o una vaina así, medía 25 centímetros, y del grueso ni hablemos. Me costó tragármelo pero le di una mamada que casi me disloca la quijada.
Me obligaron a subirme en la cama y ponerme en 4 patas y así se lo mamaba a Eduardo y a Sebastián mientras la lengua de Camilo hacia desastres en mi culito, aquellas nuevas sensaciones me hacían volar pues era la primera vez que vivía aquello, los dedos del hombre comenzaron a introducirse dentro de mí. Y seria por toda la lengua que me había dado que mi culo no resintió la penetración. Y de pronto la presión aumentó, intenté gritar pero en ese momento el huevo de Sebastián introduciéndose más de la mitad en mi boca me inmovilizó, cuando aquel monstruo salió de mi boca, la mitad del huevo del otro estaba dentro de mí.
Aquello termino de enloquecerme, por momentos quería que me lo sacara y por momentos quería tenerlo todo adentro, por espacio de unos 20 minutos continúe mamando y siendo penetrado, hasta que Eduardo le pidió a Camilo cambiar de lugar, sentí que mi cuerpo se partía en dos, pero me deje someter, mis quejidos llenaban la habitación, el me obligó a acostarme y con todo su peso sobre mi me lo enterró todo. En esa posición me dio una cogida que nunca olvidaré. Cuando le tocó a Sebastián me colocó pollito sado y luego de más de diez intentos se abrió paso, al tener ese huevo adentro perdí la noción de todo, cuando reaccioné, estaba bañado de leche, me levanté me bañé y regresé a mi casa.
Durante los siguientes tres años nos convertimos en los 4 fantásticos, me hicieron de todo, luego les contaré otras cosas, como una triple penetración. Espero les guste.
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