Sexo con mi amigo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En una ocasión, él me invitó a dormir en su casa.
Era Mayo, y aquí el calor es insoportable. Mis papás me dieron permiso y fui a su casa. Estuvimos platicando por mucho tiempo, hasta las doce y nos acostamos. Yo llevaba solo un short para dormir. Él me dijo que iba a dormir en bóxer. En su cuarto hay una cama y un pequeño sofacama, en ese dormí yo. Como a las dos de la madrugada desperté y al verlo en su cama estaba descobijado, solo en bóxer con una gran erección, se veía delicioso ese falo parado, la luna iluminaba su cuarto y su cuerpo se veía delicioso. Yo empecé a tener una erección y me fui a su cama. Sin que él se diera cuenta empecé a tocarle su pene por encima de su bóxer, se sentía muy duro. El tenía un bóxer que tiene su abertura al frente para poder sacar el pene y orinar. Entonces abrí despacio esa abertura y vi su glande, tenía todo el prepucio echado para atrás.
Luego le saqué por completo su pene, estaba muy duro, era grande y grueso, con unos cuantos vellitos y su glande un poco lubricado. Mediría lo mismo que el mío, como 14 cm. Como él seguía dormido (o eso parecía) tomé su pene con mi mano derecha, él no se movía, empecé a tallárselo, le masajeaba su glande, y hacía el movimiento de masturbación, yo tenía una erección gigantesca, me quité el short y me quedé en bóxer. Como no despertaba me metí su pene a mi boca, sabía un poco a orines, pero no me importó, estaba muy caliente y sabía delicioso.
Comencé a pasarle mi lengua por su glande, y cuando alcé mi cara para verlo ya estaba despierto observándome, muy atento a lo que hacía. Me saqué su pene de la boca y le dije que me disculpara, que no pasaría de nuevo, estaba yo muy nervioso. Él me respondió que siguiera, que le gustaba. Entonces seguí chupándole su pene, sabía delicioso, él acariciaba mi cabello mientras gemía de una manera muy erótica, alzaba yo mi cara para verlo y él tenía los ojos cerrados, la boca un poco abierta haciendo su cabeza hacia atrás y respirando muy agitado, no cabe duda que le estaba gustando.
Estuve como quince minutos con su pene en mi boca, sabía muy delicioso, lo masturbaba con una mano, con la otra acariciaba sus testículos, pasaba mi lengua por su glande, le mordía levemente la pielecita de su prepucio; luego sentí que se contraía su pene y gemía más fuerte, entendí que iba eyacular y me saqué su pene de mi boca para ver como eyaculaba, echó seis corridas de semen, muy abundante y con mucha fuerza, tanto que manchó su pecho y parte de las sábanas. Fue una eyaculación muy abundante y rica, su semen se veía muy blanco y espeso, él sólo cerraba los ojos mientras se venía. Yo no aguanté más y también sin tocarme eyaculé dentro de mi bóxer, sentí deliciosa mi eyaculación, tanta fue la fuerza que atravesé mi bóxer y manché la sábana de mi semen.
Él entonces se levantó y me dijo que me acostara, él se puso encima de mí y me quitó mi bóxer, estaba totalmente mojado de mi semen y mi pene estaba semierecto, él lo tomó con sus manos y me lo masajeaba, luego se quitó su bóxer y pude verlo completamente desnudo, estaba guapísimo y su cuerpo es hermoso, su pene estaba también semierecto y sus vellitos se veían mojados de gotitas de semen. Luego pudo conseguir que yo tuviera otra erección, mi pene estaba completamente duro y apuntaba al techo, mi glande estaba descubierto y palpitaba mi pene. Se lo metió a su boca, pasaba su lengua en mi glande y con una mano me masturbaba, hacía lo mismo que yo le había hecho, era una imagen muy erótica, luego le dije que hiciéramos el 69, él no sabía qué era pero le explique y pude lamerle su pene mientras él lo hacía conmigo.
Al fin, como a los diez minutos, empiezo a sentir ganas de eyacular y le dije que ya me iba a venir, él no me hizo caso y seguía lamiéndome mi pene, no pude contenerme y le descargué cinco eyaculaciones abundantes de semen en su boca, era mucho el semen que eché, sentí un gran placer con cada contracción, luego sentí que él me llenaba mi boca de su semen, también había eyaculado, su semen sabía delicioso, un poco salado, pero era muy espeso y era mucho. Luego nos acostamos. Yo estaba a su derecha, fue algo delicioso lo que hicimos, su cuerpo estaba hermoso, su pene semierecto y yo también, luego puso su mano en mi pene y yo puse la mía en el suyo, nos quedamos dormidos así, desnudos y agarrándonos los penes.
Cuando despertamos como a las siete, seguíamos con los penes agarrados, pero ya estaban totalmente erectos, su pene estaba durísimo, su glande palpitaba y su cuerpo se veía divino. Estuvimos a punto de masturbarnos mutuamente otra vez pero su mamá tocó a la puerta avisándonos que ya había prendido el calentador para que nos bañáramos y desayunáramos. Quisimos aprovechar el tiempo, así que nos masturbamos en la cama, y cuando eyaculamos luego nos metimos a bañar los dos juntos para ahorrar tiempo y en la bañera volvimos a hacer el oral.
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