SEXO CON MI AMIGO DESPUÉS DE UNA BORRACHERA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para comenzar debo decir que no es la primera vez que me cojo a "Daniel" así lo llamaré a mi amigo. Ya tenemos como un año teniendo sexo ocasional, por simple placer. Esta historia se sitúa en el año 2012, mas o menos en octubre.
La primera vez que tuve sexo con él fue por un "juego", en la que él me confesó que le gustaría tener sexo con un hombre y yo me ofrecí a complacer su fantasía. Luego de esa vez tuvimos sexo seguido, hasta que se fue acostumbrado a recibir harta pinga.
Esta historia comienza cuando él había alquilado una habitación para él solo en una ciudad distinta a la nuestra, donde quedaba la universidad donde estudiábamos, para evitarse el trajín de ir y venir. Así, un sábado una compañera nos invitó a una fiesta en su casa, pero él no quiso ir. Entonces yo le dije que se quede esa noche en su cuarto y que yo iría a la fiesta, pero que me saldría temprano para ir a verlo y pasarla bien. Él aceptó. Entonces fui a la fiesta, empezamos a tomar, a bailar, todo bien. Yo quería tomar bastante para sentirme algo mareado, ya que mareado soy un animal en la cama y suelo hacer más cosas y sobre todo durar más. Así fue que al rededor de las 12am me sentí mareado y con muchas ganas de tener sexo. Felizmente me estaba esperando Daniel para coger rico. Me despedí raudamente y fui directo a su cuarto. El viajo es de 30 minutos, que me parecieron interminables. Ya quería llenarle el culo de leche fresca y hacerlo gritar hasta más no poder…
Llegué a su cuarto. Lo llamé por celular para que me abra la puerta (porque quedaba dentro de una casa de 3 pisos) y entré. Al subir las escaleras le toqué las nalgas y le dije: tengo muchas ganas, tocándome el bulto. Él se rió. Apresuramos el paso, entramos a su cuarto. Cerramos bien la puerta y apagué la luz. De frente me le acerqué y le empecé a tocar el bulto encima de su pantalón. Él estaba recién bañado, estaba listo porque me había estado esperando. Daniel es un poco más delgado que yo, de mi mismo tamaño, pero no tan blanco. No tiene nalgas voluptuosas, pero sí tiene un rico ano.
Él empezó a tocarme el bulto también y entonces le levanté el polo (playera, camisa, remera, como se diga en cualquier país), le desabroché el pantalón y empecé a deslizar mi mano por su bóxer. Él hacía lo mismo, me masajeaba bien el bulto, que ya estaba duro y esperando por su culo. Entonces no esperé más y lo ayudé a bajarme el pantalón, él se agachó y empezó a pasar su boca por mi bóxer, luego lo bajó lentamente hasta dejar al descubierto mi pene erecto. No tengo el pene más grande ni más grueso del mundo, pero eso sí, lo sé usar muy bien. Sé moverme y hacer sentir un buen placer. Me mide más o menos 15cm, no es grueso pero dicen que para el sexo anal es mejor, porque entra todo. Bueno, la cosa es que a él le encantaba el pene y empezó a chuparla y chuparla como chupete, le pasaba la lengua, se lo metía todo… hasta al fondo. Luego me comía las bolas, le gustaba meterselas todas en la boca y chuparlas, pasarle la lengua. Así fue como 10 minutos de sexo oral. Cuando quise metérsela de una vez!. Le dije: vamos a tu cama… nos acercamos a su cama le terminé de desvestir por completo y yo hice lo mismo. Lo puse de perrito, le coloqué un poco de lubricante (que él tenía) y se la acerqué lentamente a su ano. Él se retorcía del placer me pedía que se la meta ya, pero yo estaba frotando la cabeza de mi pene en su raja, para que se aloque, así fue que sas! se la empujé completa. Él gemía, porque le dolía, pero poco a poco se la fui sacando y metiendo para que se acostumbre, primero suavecito, luego más fuerte y fuerte y fuerte…
Mi pene estaba dentro de su culo estrecho y cerradito (porque no habíamos tirado hace unas semanas) yo sentía mucho placer y él estaba encantado con el trozo de carne dentro suyo. Como yo estaba mareado, quería sexo salvaje, así fue que, sin piedad, empecé a darle duro!, duro… él gemía como puta, me pedía más y más y yo le preguntaba si quería que acabe pero me decía que no.
-Sigue, por favor, no la saques, ayyy ayyy, sigue sigueee… yo soy tu perrita, me encanta ser tu perrita… sigue sigue ayy!
Eso me ponía a 1000. Luego le cambié de pose, de costadito. Esta vez entró mas fácil y le seguí dando duro, como a perra. Su culo estaba ardiendo de arrechura (exitación). Le hice como 4 o 5 poses, no recuerdo, pero le encantó todas. Una buena fue la de darle parado, al costado de la cama, se apoyó en una silla y levantó el culo, yo detrás se la clavé toda y se la metía con toda y bolas. Eso lo alocaba. Gemía y gemía y yo no paraba, no tenía ganas de acabar, porque estaba mareado y así soy. Me quité el condón sin haber terminado para que me la chupe de nuevo… se prendió de mi pene como 10 minutos más, mientras descansábamos. Yo ya quería sentir que queria acabar para llenarle la boca de leche, pero nada. Lo paré de nuevo y se la volví a meter entera, se lo hacía una y otra vez, dale y dale, fuerte fuerte, como le gusta…
Así estuvimos como 40 minutos, sin parar, sin que yo tenga ganas de vacearme, hasta que él ya estaba muerto. El culo lo tenía destrozado, estaba cansado y yo ya quería venirme, así que empecé a masturbarme, él me ayudaba, me tocaba las bolas, me las comía, me la chupaba, hasta que ya sentí que esta vez si me venía… Volvimos a la cama y se lo hice en una pose buena en la que él boca arriba, pone una pierna debajo de mí, que estoy sentado frente a él y la otra la cruza y la coloca en mi hombro del lado contrario a su pierna, así se la clavé, en esa pose le entra toooooooda! esa le encanta porque la siente completa. "Dame dame, sigueee, ayyy me encanta tu pinga, tienes una rica pingaaa, sigueee ayyy ayyy! me decía, hasta que al fin me pude vacear. En ese meteysaca ya no pude más de la exitación y eyaculé con la pinga dentro de él, pero con condón (suelo cuidarme mucho). Quedamos cansados, sudados y satisfechos. Esa fue la mejor cogida que le he dado, después han venido muchas más, en muchos lugares, pero ninguna como esa en la que disfrutamos muy rico. Él se quedó contento, con el culo bien perforado y yo me quedé listo para dormir. Nos cambiamos y me acompañó a tomar carro para regresarme a mi casa, era plena madrugada, pero no importaba. Esa vez, hasta ahora la recordamos, y hasta el día de hoy, casi un año desde la primera vez seguimos, pero ahora menos seguido, teniendo sexo placentero en la que le lleno el culo de leche. Ya estaré compartiendo otro encuentro con Daniel. Visiten Perú, saludos.
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