Sexo en una fiesta, en una tienda de campaña y bien pedos (borrachos)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por juandyego.
Me llamo Juan Diego y les contaré una experiencia muy chida que me pasó hace unos meses.
Tengo 18 años, soy delgado, de piel blanca y cabello negro. Me gustan mucho los hombres velludos y fuertes, me excitan las axilas y los pelos.
En junio una amiga me invito a una fiesta en la casa de una chica, donde te podías quedar a dormir. Accedí y fui sin ningún problema.
Llegamos como a las 10 de la noche, éramos 4 mujeres y 3 hombres, el lugar no era muy grande pero si lo suficiente para que cupieran 5 casas de campaña; nosotros no llevábamos una.
Pasó el tiempo y todos ya estábamos súper pedos, eran como las 5 de la mañana cuando un chavo, amigo de la cumpleañera, empezó a rondar a mis amigas, ellas son vírgenes todas entonces les daba como risa o lástima que el tipo quisiera cogerselas ese dia.
El tipo se llamaba Alan y era guapo realmente, media como 170, blanco, delgado pero mamado (lo descubrí despues) y tenía barba, una barba chida, completa que lo hacía más atractivo. Lo más importante de todo: estaba igual de pedo que yo.
Resulta que el tipo tenía casa de campaña y nos invito a nosotros, los que quisiéramos irnos a dormir a su casa. Obviamente el planeaba que alguna chava le aflojara ahí, pero aun así accedimos y entramos 3 chavas y yo. Yo neta quería dormir, estaba súper pedo y cansado.
Nos metimos a la casa y nos acostamos, afortunadamente me quedé a su lado. Pasaron 4 minutos y él, que tenía una cobija cubriendolo hizo algunos movimientos extraños en el área de su verga, no diría que se estaba masturbando, más bien se rasco o algo así, lo cual me excito mucho sólo de verlo.
Decidí poner mi mano en su mano (debajo de la cobija) la acarició, luego la apretó y finalmente la subió a su pene o pantalón mejor dicho, pero en el área de su verga. No sé cómo, pero mis amigas vieron ese movimiento, creyeron que se iba a empezar a masturbar o algo así, lo chido fue que no se percaron de mi mano en su verga pues pensaron que ya estaba dormido. Se escucharon risitas e hicieron expresiones de "pinche pervertido"; "que asco" y se salieron de la tienda.
Así fue como nos quedamos el "heterosexual que quería cogerse a una vieja" de Alan y yo. Sin abrir los ojos ni decir una palabra empecé a acariciarle su pito sobre su panto, nos entendimos muy bien pues en un movimiento se acomodó y me entrego su miembro. Así estuvimos un rato hasta que nos aseguramos que nadie volvería a entrar.
– ¿Sabes que no soy vieja? – pregunté entre susurros.
Se limitó a mover la cabeza afirmando, aún con sus ojos cerrados.
– ¿Eres puto?
Movió su cabeza diciendo que no.
En ese momento yo me sentía super excitado, mi verga estaba muy parada atrapada en mi pantalón. No sé si les pasa pero a mi, cuando estoy pedo me dan más ganas de coger que nunca. Ahora Imagínense pedo y con un heterosexual guapo sólo para mi.
– ¿Quieres que te la mame?
Inmediatamente me dijo que si con un movimiento de cabeza, sin abrir los ojos, pero yo no me iba a conformar con eso.
– Si sí quieres que te la mame haz fuerza en tu brazo.
En un segundo su brazo se puso duro, se notaba que iba al gimnasio, de verdad estaba muy grande y duro para su complexión delgada. Eso me excito mucho más y empecé a morderle su músculo.
-Quítate la chamarra para que pueda sentir más tu conejo.
Se la quito y se desabrocho el pantalón, tratandome de decir que ya bastaba de pendejadas, que empezará con las chupadas.
Al fin pude conocer su verga, estaba ya dura no era muy grande, media como 14 o 15 centímetros, era peluda pero no como selva, ya saben, era peluda rica, también sus huevos y piernas tenían pelos.
Se la estuve jalando por unos instantes hasta que no se pudiera poner más dura, hasta que no se le pudiera parar más. Me baje hasta ella y primero la oli, ese aroma a sudor y mugre me volvió loco, sin pensarlo me metí su pito en mi boca y empecé con mi chamba. Me entraba toda y sentía sus vellos en mi nariz. Él regulaba la velocidad con su mano en mi cabeza, a veces rápido y a veces lento.
Su verga y huevos quedaron llenos de baba.
– ¿Nos besamos? – susurre
– No, no soy puto – dijo con voz baja
– Andale, nunca he besado a un wey con barba
Movió su cabeza diciendo que no
– Si no me besas ya no te la voy a mamar we
Subió sus hombros diciendo como "me vale"
– ¿No me estoy rifando? Bueno va
Me di la vuelta dándole la espalda. No pasó ni un minuto cuando sentí su mano, seguido de su polla en mis nalgas. Regresé a mi posición principal y busque su boca, nos besamos tan rico que no puedo explicarlo. Sentía su bigote en mi boca, nuestras lenguas se encontraron y compartimos la saliva de uno con el otro. Pasé mi lengua por toda su barba mientras agarraba sus huevos con una mano y sus pezones peludos con la otra.
Después de eso puso su mano en mi cabeza y me bajo hasta su verga, me la volví a tragar entera y chupe sus vellos pubicos y los de su abdomen, duro y marcado por el ejercicio.
Pasó un rato y sacó unos condones de su panto, eran 4. Él si creía que iba a coger mucho por lo visto.
– ¿Quieres meterme tu verga en mi ano? ¿Se la quieres meter a un wey?
Movía la cabeza diciendo que sí pero no hablaba. Aplique la misma.
– Aprieta tu brazo si quieres que me suba en ti y me de unos sentones.
Lo apretó sin pensarlo y sabía que no le importaba que nos vieran o escucharan afuera.
Le puse un condón y me bajé el panto pero no me lo quite. Error. Le pedi que escupiera en mi mano para echarme baba en mi peludo ano. Lo hizo.
Me subí en él con dificultad por el espacio y por la limitación que me daba mi pantalón, no podía abrir tanto las piernas.
Tenía sus manos grandes y rasposas en mis peludas nalgas y su verga más dura que nunca buscaba mi agujero. Cuando lo encontró no pensó en hacerlo con cuidado y la dejó ir entera. Me dolió mucho, aún con baba me dolió un chingo pero me aguante como los machos al ver su cara de satisfacción, se veía bien pinche guapo el Alan.
Pasaron unos 6 minutos donde no hacíamos nada más que subir, bajar y aguantarnos los gemidos que tanta satisfacción nos provocaba.
Me salí de su verga y él se quitó el condón bajandome por los chescos de nuevo. Obviamente accedí.
– ¿Quieres que me los trague o qué pedo we?
Hizo fuerza y enseguida se puso duro su brazo.
Deje de mamarsela y empecé a masturbarlo y a masturbarme al mismo tiempo
– Me avisas cuando te vengas para que me los eches eh – Le advertí.
– Simón we
Yo me vine primero, mi semen lo recibió mi mano y mi abdomen. Lo junte todo en mi mano y se lo unte en sus huevos. Seguí chaqueteandole su pito ya con mi mano toda llena de leche.
Sentí su mano en mi cabeza acercandola a su pene, sabía que era la señal para que abriera la boca y me la llenara de sus mecos. Decidí esperar hasta el último momento. Error. Todo cayó en su abdomen, sacó leche caliente a chorros y lo único que hice fue embarrarsela en sus vellos del abdomen. Su abdomen quedó completamente mequeado. Me acerqué a él y le bese en donde más tenía pelos, por lo tanto había más mecos.
– Me encantas tú y tu verga – Le dije en el oido, aún con semen en mis labios.
– Estuvo muy chingon we, te rifas carnal.
En cuanto terminó la frase me besó en la boca, sólo fue de piquito pero bastó para que compartieramos (aunque muy pocos) mecos de boca a boca.
No se molestó en limpiarse y así se subió su boxer y se cerró el pantalón. Se dio la vuelta dándome la espalda. Sabía que teníamos que dormir. No pude dejar de pensar en como iba a oler cuando se secara el semen en su cuerpo.
Al otro día desperté primero y me salí de la tienda, no sin antes meterle mano en su verga que tenía duros los pelos por los mecos secos. Olía delicioso. A macho.
Ya había gente despierta, desayunamos y nos fuimos, no nos dirigimos la palabra.
Al llegar a mi casa lo busque en Facebook y sin mentirles me hice 5 chaquetas pensando en él y viendo sus fotos. Aún lo hago.
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