Sexo fuerte en la Iglesia con chico
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estaba sentado en la Iglesia, no había nadie era bastante temprano, la Iglesia era bastante grande con varias capillas y confesionarios, de tres naves así que había mucho lugar para poder portarse mal.
Entonces entra un jovencito, sus padres lo dejan y escucho que le dicen, creo que vinimos muy temprano, pues aún faltaba para la catequesis de primera comunión, pero le dijeron que esperara sentado pues ellos debían ir a hacer unos mandados, así que éramos solo el chico y yo.
Un morbo enorme recorrió mi ser completamente y me acerqué al chico, le pregunté su nombre y edad, me dijo que tenía 10 años, me exité de sobremanera, deseaba penetrarlo y violarlo ahí mismo en la iglesia, así que le convencí de ir a dar una vuelta y entramos en una pequeña capilla, no había gente y no llegaría en la próxima media hora, así que le dije que jugaríamos un juego y le daría un premio al final si se dejaba.
Nos sentamos en una banca y empecé a tocarlo, tomé su pequeña mano y la llevé a mi bulto que estaba por estallar, le dije que no hiciera bulla ni que hablara, me saqué mi verga y el la tomó en sus mano, le indiqué que se hincara frente a mi y que se la metiera en la boca, le tomé de los cabellos claros en lo que el la chupaba y yo le empujaba la cabeza hacia abajo y luego la jalaba hacia arriba, sentía un hermoso y delicioso placer, podía ver las imágenes religiosas en lo que el niño me la chupaba deliciosamente.
Entonces le bajé los pantalones, lo puse sobre una banca como perrito y lo penetré, primero suave, estaba super apretadito, le tuve que tapar la boca con la mano izquierda porque quería gritar y llorar y con la derecha le jalaba el cabello, entonces lo empecé a embestir cada vez mas fuerte, mientras lo hacía podía observar muchos cuadros e imágenes religiosos, eso me llenó de morboy empecé a follarlo mas fuerte, sentía como las lágrimas caían sobre mi mano con la que le tapaba la cara.
Luego lo cargué y lo llevé a una de las paredes de la capillita, detrás de una columna y bajo una imagen de un santo, le cargué y lo puse espalda a la pared, le dije que no hiciera ruido y obedeció, ya no hizo ruido a pesar de que aún le rodaban las lágrimas, con una mano le tenía tomado del cabello y con la otra me sostenía de los pies de la imagen del Santo, le besaba y lo seguía follando, pero ahora un poco mas calmado, podía ver un rosario que le colgaba en su cuello.
El pequeño dejó de llorar, creo que empezó a sentir placer lo veía en su rostro y sus gestos así que empecé a darle un poco mas fuerte, lo hice brincar, me exitaba ver como se movían su cabello al ritmo de la cojida y como su rosario se movía de un lugar a otro por la frenética follada, sus piernas las tenía al rededor de mi cintura y sus pies pequeños quedaban colgando al aire moviéndose frenéticamente.
luego lo bajé y lo hinqué frente a mi, le dije que abriera la boca y le eché toda mi leche en su boca cara e incluso hasta en su cabello, estaba tan exitado que eché varios chorros de leche espesa y olorosa, incluso manché pared y piso, luego le pasé mi verga tiesa en todo su cara regando el semen y le dije que me lo limpiara con la lengua.
Luego me quité los calcetines y lo limpie con ellos, le limpie la carita, la ropa y el cabello, aunque el cabello le quedó pegajoso, luego me puse los calcetines mojados de semen y me puse los zapatos, me despedí de él y salí de la Iglesia, no sin antes hacerlo promer que no dijera nada a lo cual el accedió y dijo que le había gustado y que llegaba todos los martes a esa hora a la catequesis y que le diría a sus padres que lo llevaran temprano siempre.
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