Sexo fuerte en la Iglesia con chico parte Final

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llegó el día de la primera comunión de mi pequeño amiguito, así que decidí darle su bendición, llegó con sus padres y habían muchos niños y familiares de los niños, así que tuvimos que ingeniárselas, el chiquillo le dijo a sus padres que tenía que ir a hablar con uno de los padres y que tardaría un poco, pero regresaría a tiempo, así que llegó donde yo estaba, le esparaba en los corredores que estaban a un costado de la Iglesia, entonces vimos al Sacristán de la Iglesia, ya teníamos un acuerdo, pero ese día el señor estaría ocupado así que no participaría en la violada que le daría al chico, pero para mi mejor, tenía el chico solo para mi.

Entonces nos llevó a una capilla un poco más grande que la anterior, esta tenía un gran retablo en el área del altar con varios niveles en donde habían diferentes Santos e imágenes, entramos y cerramos la puerta por dentro y el Sacristán a regañadientes se despidió.
Entonces conduje al chico de la mano y lo llevé al altar principal y lo subí´en uno de los espacios que habían ahí, lo coloqué en medio de dos ángeles de tamaño natural muy guapos ambos, vestidos con túnicas de tela blanca y roja.

Le quité la camisa al chico, le deje´siempre puesto su rosario, le quité el pantalón y los zapatos y la ropa interior lo coloqué acostado sobre una biblia grande escrita en latín que estaba ahí.
y le abrí bien las piernas y empecé a lamerle el culito, le metí la lengua hasta adentro, el chico se retorcía de placer y gemía fuerte, podía sentir sus pequeños pies retorciéndose en mi espalda y hombros, el chico me tomaba del cabello en lo que lo lamía, le daba todos los lenguetazos que podía, luego le metí dos dedos y empecé a follarlo fuerte en lo que veía como gozaba de placer y yo le decía,: ¨pequeña puta te voy a destrozar, perrita sucia¨

El chico me decía siii papi, quiero que me des bien duro como siempre.
eso me calentó entonces procedí a desnudarme por completo, dejé al chico así acostado boca arriba sobre el esa enorme biblia y le dije que se agarrara de los pies del Angel, quien tenía unas piernas muy bien musculosas por cierto, el ángel se veía bien atornillado por la base y me puse sobre el chico, empecé a meterle la enorme verga hasta poco a poco y le fui abriendo el oyito, podía ver como el chico se retorcía de dolor, me encantaba verle la cara dolor a mi perrita rica, entonces le fui abriendo el agujero hasta que la había metido toda, entonces empecé a follarlo fuerte y rápido, el chico gemía fuertemente y yo le embestía lo más salvaje que podía, esta vez estaba decidido a partirlo en dos, así que le dí lo más fuerte que podía, mi pelvis tronaba estrepitosamente en las pequeñas nalgas del chico, lo estaba taladrando literalemente.

Esta vez le di tan fuerte que el angel cayó de espaldas sobre el mismo retablo, pero no se quebró porque pude sostenerlo de los ropajes antes que tocara el suelo, entonces lo que hice fue tomar al chico del pelo y arrastrarlo ala par de donde estaba tirado el Angel, puse al chico en pose de perrito sobre el santo quedando la cara del chico sobre la cara del Angel y le empecé a embestir nuevamente, yo estaba sobre el chico y a su vez sobre el ángel.

Tomé el rosario del chico como si fuera cadena de perro y continué embistiéndolo, podía sentir el libro grande bajo uno de mis pies, totalmente abierto así que mi pie estaba sobre las páginas abiertas, pero no me importó, ese día iba a portarme muy mal, continué embistiendo salvaje al chico, quien se aferraba con fuerza del angel, el chico sentía tanto dolor que quería refugiar su rostro en los ropajes el angel, pero yo no se lo permitía y le tiraba con fuerza del rosario para que levantara la cabeza, ¨ voy a destrozarte maldita perra¨ le decía, y el chico estaba llorando como siempre.

Entonces iba a acabar y me puse frente al chico sin cambiarlo de posición le dije: ¨recibe mi bendición¨ y le disparé toda mi leche en su cara y cabellos, la leche caía sobra la cara del angel, lo cual me provocó un enorme morbo, lo tomé con fuerza de los cabellos mojados por el semen y le obligué a tragar toda mi verga que aún estaba para reventar, yo estaba insaciable.

Levanté al chico del pelo mojado y lo llevé donde el otro angel y le dije que lo abrazara, como yo mido mas de uno ochenta y el chico mediría un metro y medio aproximadamente tenía que flexionar mis piernas, entonces ubicaba mi verga en el agujero del chico y de un solo se la metía en lo que yo me paraba totalmente recto, hacía levantado al chico con violencia y sus pies quedaban en el aire, luego lo bajaba y repetía la operación varias veces una y otra vez.

Esta vez puse al chico sobre el libro que tenía las hojas abiertas, ya arrugadas pues yo tenía el pie encima hace un momento y lo folle armas al hombro, con una mano le tomé del cabello pegajoso con fuerza y con la otra lo tomaba de su pequeña cintura, entonces empecé a follar fuerte, le sacaba la verga y se la dejaba ir de un solo hasta adentro, el chico pegaba un grito cada vez que lo hacía, le mordía sus tetillas y las lamía, luego empecé a darle mas fuerte y mas fuerte, pude ver como las hojas del libro se arracaban una a una y seguí follando con fuerza al chico le daba tan fuerte que el chico salía revirado y debía tomarlo de los hombros para regresarlo a donde estaba yo.

Entonces empecé a follarlo con tanta fuerza y rapidez que no se sabía si el chico iba o venía, lo estaba ametrallando con todo, entonces estaba a punto de acabar, pero tomé uno de mis zapatos y eyaculé dentro grandes chorros de semen, fueron grandes lechadas, entonces le dije al chico que se hincara y le di de beber mi leche directamente de mi zapato, ese día yo no tenía puestos calcetines, así que el chico probó el sudor de mi pie mezclado con mi leche y se la tomó toda.

Entonces coloqué todo de nuevo en su lugar, pero no limpié al angel y el libro solo lo cerré con las hojas rotas y arrugadas, vestí al chico con cuidado, pues debía recibir su comunión, esta vez le limpie su cabello con unas toallas húmedas y le vestí, luego me vestí yo y salimos del lugar, esa fue la última vez que le vi.

Fin