Sexo fuerte en la iglesia con chico parte II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luego de aquel día que me follé al chico de 12 años en la Iglesia me quedé con ganas de volverlo a ver la semana siguiente así que ese día llegué muy temprano y el chiquillo ya estaba ahí, esperándome.
le saludé, me dijo que le costó sentarse unos días despuès de la follada, pero que quería que lo repitiéramos y esperaba ansioso, así que nos dirigimos a otra capilla de la Iglesia, siempre pequeña, con bancas columnas y algunas imágenes sobre unos nichos en la pared que estaban a un metro de altura.
Le pregunté que si le gustaría que lo follara igual de fuerte que la vez pasada, a lo que respondió que si, entonces lo primero que hice fue bajarme el pantalón estando yo de pie y le dije que la chupara, mientras yo veía los cuadros e imágenes religiosas, le tomé de sus cabellos fuerte con mi mano y le obligaba a tragarse toda mi verga tiesa, luego le daba golpecitos en su carita de niño algo fuerte usando mi verga y se la volvía a meter en la boca, estuvimos un pequeño rato así pues no podíamos prescindir de mucho tiempo.
Luego quise follarlo a los pies de un Santo, uno que se encontraba en un costado de la capilla entre dos gruesas columnas, pero esta vez nos subimos al nicho, era como una pestaña en donde estaba ubicada la imagen vestida con túnicas de tela y anclado al suelo del nicho, entonces subí al niño y le bajé los pantalones, le dije que abrazara la imagen y así lo hizo, mientras le lamí su culito redondo y durito, le metí la lengua, le dije que no hiciera ruido pude sentir como su piel se erizaba, se la metí hasta adentro.
Entonces me levanté, pero como yo era muchísimo mas alto tuve que doblar bastante mis rodillas y procedí a metérsela en lo que el chico abrazaba fuertemente al santo, primero le metí la puntita, y poco a poco le fui abriendo, pude notar que le dolía pero se aguantaba, gemía en silencio, quería verle su cara de dolor así que jalé fuerte de sus cabellos y le veía a la cara mientras se la metía y le iba abriendo el agujero, pude notar como lágrimas rodaban en sus mejillas, yo estaba exitadísimo le escupí en su cara un par de veces, luego que empecé a follarlo primero lento luego mas fuerte, era tanta mi pasión que me terminé poniéndome totalmente de pie, pero como era mucho mas alto que el chico terminé levántandolo y dejando sus pies al aire, sus pies se movían de un lado a otro en lo que lo follaba fuerte, yo con una mano le sostenía por debajo de las axilas para levantarlo bien, con la otra agarraba al santo para que no cayera al suelo, el chico seguía agarrado a la imagen del santo fuertemente y este se movía estrepitosamente mientras penetraba duro al chico.
Entonces empecé a follarlo salvajemente y sin piedad, el chico metió su rostro en las túnicas del Santo y podía ver como este se sacudía fuertemente, podía sentir el rosario del chico golpear frenéticamente la mano con la que lo sostenía, no podía parar quería partir al chico a la mitad, le di una de las mejores folladas al chico, la sacaba toda y bajaba al chico para que sus pies tocaran en suelo y luego se la metía de un solo y lo hacía levantado del suelo, lo repetí varias veces.
Luego escuché como si la imagen hizo un ruido así que decidí colocar al chico en pose de perrito siempre sobre el nicho y empecé a follarlo yo estando hincado mientras le jalaba del rosario comos si fuera correa, entonces el chico no aguantó el dolor y jaló su rostro hacia abajo y escondió su cara en los pies del Santo, echo esto procedí a poner mi zapato sobre su cabeza mientras lo seguía follando sin piedad, mientras le veía el rostro a al Santo.
Entonces sentía que iba a venirme, rápidamente lo levanté del cabello y lo puse de rodillas ante mi y le bañé su rostro y cabello de mi leche, era tanta que le manche su ropa, luego le agarré de los cabellos mojados de semen y le obligué a tragar toda mi verga, se la metí hasta la garganta, saqué mi verga y se la pasé por todo el rostro lleno de semen y se la volví a meter en la garganta, le solté los cabells y mis manos quedaron llenas de semen y me limpié en las túnicas del santo, luego usé las túnicas para limpiar al chico que tenía cara de dolor y satisfacción, tenía sus ojitos llorosos.
Nos bajamos del nicho y nos sentamos un rato en la banca, tenía su cabello pegajoso y las ropas humedas esta vez llevé un peine y le arreglé sus cabellos, luego me despedí con un beso de lengua en lo que lo cargaba y apretaba sus nalgas y prometimos vernos la próxima semana.
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