Sexo fuerte en la Iglesia con chico parte IV
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como cada sábado, estaba listo para esperar a mi chiquillo para tener el mejor sexo salvaje y pecaminoso, y esta vez no sería la excepción, el chico como siempre, llegó, traía camisa manga larga, pantalón corto que dejaban ver sus hermosas y gruesas piernas, un par de tenis y su hermoso rosario colgando de su cuello.
Le llamé y lo llevé a la capilla donde lo hicimos por primera vez, estábamos solos, lo levanté de las nalgas y lo pegué contra la pared mientras le tocaba todo su culito y le besaba apasionadamente, el chico había aprendido a besar, podía sentir sus manitas en mi cabello.
Luego lo bajé y lo hinqué como siempre, saqué mi poderosa verga gruesa y como siempre le tomé fuerte de los cabellos para poder meterle la verga hasta el fondo, el chico era ya todo un profesional mamando, en eso volteo a ver, había un hombre parado viéndonos, un escalofrío recorrió por toda mi espalda y quedé helado sin poder articular palabra, pero el señor era el sacristán de la Iglesia, me indicó silencio con el dedo sobre sus labios y nos indicó que lo siguiéramos, así hicimos, yo estaba sumamente asustado, mi corazón latía fuértemente, pensé que terminaría preso.
Pero me equivocaba el hombre que mediría 1,85 de altura, con un poco de sobre peso y ya mayor nos llevó a una capilla privada, entramos los tres y luego cerró la puerta, nos indicó que si queríamos fornicar podíamos hacerlo en ese lugar sin ningún problema, era segura y el ruido se mantendría dentro, pero la condición era que el deseaba participar, así que acepté.
La capilla era muy pequeña, solo contaba con cuatro bancas, un altar, varios Santos dispuestos en nichos a poca altura,
entonces decidí continuar, desvestí completamente al chiquillo solo le dejé el rosario y lo coloqué sobre una banca en pose de perrito, porque era mi perrita y procedí a lamerle el culito, mientras el chico gemía deliciosamente y me pedía que no parara, el hombre se quitó la camisa dejando ver un pecho totalmente velludo como una alfombra y una gran barriga sexy, luego se quitó los zapatos, calcetines y el pantalón, dejando ver una muy peluda verga gruesa y grande.
Se acercó al chico y le tomó de los cabellos, acto seguido le obligó a engullirse la verga, entonces me quité toda la ropa y así como estaba, le dije que iba a partirlo por la mitad, porque era mi perrita rica entonces coloqué un pie sobre la banca y el otro en el suelo y procedí a meterle la verga de un solo hasta el fondo, el chico quiso gritar, pero como tenía la verga del hombre en la boca no pudo, entonces sin piedad empecé a follarlo fuertemente como las otras veces, esta vez lo hacía sin ninguna preocupación, sus pequeñas nalguitas chocaban fuertemente en mi pelvis, y por la fuerza de la follada que le daba el chico terminaba chocando su carita en la verga del hombre quien lo tenía tomado de los cabellos con fuerza mientras decía: -Si perrita así cómetela toda-
Entonces el hombre pidió follarse al chico, así que le dejé, el chico quedó siempre en cuatro y el hombre, quien se notaba le encantaba el dolor empezó a follarlo con una fuerza abisma que si no tuviera agarrado al chico este saldría revirado, yo estaba sentado frente al chico y le tomaba de los hombros mientras él tenía sus rodillas sobre la banca y sus manos sobre mis muslos pues yo estaba bajo de él, mientras el hombre le follaba con esa fuerza sobrenatural el chico no dejaba de llorar y yo apreciaba su cara de dolor, su Rosario volaba por todos lados chocando muy de vez en cuando con mi verga que estaba lista para estallar de la exitación, entonces tomé al chico del cabello con fuerza y le obligué a tragarse la verga.
Entonces el hombre me dijo que quería que ambos lo penetráramos, acepté, el hombre se acostó sobre la mesa del altar y me pidió colocar al chico sobre él, así lo hice el chico se sentó en su verga hasta que toda estuvo adentro, no sabía si el chico soportaría, pero yo estaba caliente y no me importaba, entonces me subí a la mesa empecé a meterle toda mi verga poco a poco sintiendo la verga del hombre junto a la mía, el chico no dejaba de gritar estaba recostado sobre la barriga peluda del hombre, entonces empezamos a follarlo con fuerza, pude ver como su culito se abrió y se tragó las dos enormes vergas, pareciera que se iba a romper por la mitad, pero el chiquillo aguantó hasta el final.
yo estaba por acabar así que colocamos al chico de rodillas mientras los dos nos pajeamos primero acabé yo, llené al chico de leche toda su carita y su cabello, parte de sus hombros y pecho, luego el hombre dejó caer sobre el chico la lechada mas grande que he visto en mi vida, era tanta y no dejaba de salir, el chico quedó prácticamente blanco, el hombre tomó al chico del cabello mojado con una mano y le pasó la verga por toda la cara recogiendo una buena cantidad de semen, luego lo colocó en cuatro y le metió la verga mojada hasta el fondo y continuó con la follada, tomo al chico de los cabellos mojados de semen y lo folló con una gran brutalidad, yo sentía una exitación enorme ver como follaban a mi chiquillo, tronaba fuertemente por toda la capilla, el chico pedía que parara, pero el hombre le daba mas rápido, por un momento pensé que el chico iba a morir, me encantaba ver como el rosario que tenía en el cuello brincaba por todos lados.
Entonces el hombre tomó al chico del cabello mojado y lo llevo a los pies de un santo, le quitó un rosario grande que tenía la imagen y se la puso al cuello, colocó al chico piernas al hombro y empezó a follarlo, el rosario era tan grande que caía justo a la par del culito por donde el hombre le metía la verga, así que el rosario rosaba la verga del hombre mientras salía y entraba del culito de mi chico, supuse que era el morbo del hombre, y así lo follo por varios minutos mientras el chico se retorcía y pedía que parara, entonces el hombre sacó su verga y le lleno nuevamente la cara de semen al chico, ahora era mi turno, levanté al chico del pelo y le dije que abrazara la imagen y empecé a embestirlo, le di con tanta fuerza que el hombre tuvo que sostener la imagen con fuerza para que no cayera, le di tan fuerte al chico que esta vez no se sentaría en semanas, entonces iba a venirme, saqué la verga e inmediatamente eché chorros de leche tan potentes que alcanzaron el rostro del santo y la cara del hombre.
El chico terminó tan lleno de leche que nos costó limpiarlo, su cabello estaba sumamente tieso, pero ya era tarde debía ir a su catequesis así que tuvo que irse así, esperaba nadie lo notara.
Ayudé al hombre a limpiar la capilla y me comentó que ahí siempre se follaba a jovencitos, la mayoría aguantaba, pero un par de ocasiones le tocó que cuidar de un par de chicos que terminaron desmayados, pero que los chicos siempre lo buscan, incluso se los folla en lo que sus padres están en misa, luego me despedí de aquel loco hombre, hasta cierto punto me asustaba un poco, era mas despiadado que yo, y temía por mi chico, aunque mas que todo eran celos, así que a partir de ese día cuidé a mi chico y evitamos follar en la Iglesia.
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