SEXO INUSITADO CON EL CONDUCTOR
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Grata sorpresa la que me llevé en el último viaje que hice. Viajo cada quince días durante siete horas en un interurbano en el horario nocturno. Tomo el transporte a las diez de la noche y llego a mi destino a las cinco de la mañana del día siguiente. Casi siempre duermo todo el trayecto. Me despierto en la penúltima parada cuando la alarma del celular toca. Siempre sucede así. No de esta última vez. Cuando estaba a la mitad del viaje que el bus paró fui a tomar un café. Al subirme al bus de regreso el conductor me abordó y me preguntó:
-¿vas hasta el final del viaje o te bajas antes?-
-voy hasta el final-
¿te puedo pedir un favor?
-¿de qué se trata?
Que me acompañes en lo que falta hasta llegar. Quería conversar un poco para no dormirme. Tomé mucha cerveza ayer y me siento cansado. Podías hacerme esa compañía?-
-está bien-, le contesté. Entonces me fui enfrente del bus donde solo se queda el conductor pues existe una puerta que separa éste de los pasajeros justo para que no conversen con él. Cuando nos quedamos solos él me dijo:
-ya te he visto otras veces. ¿en qué trabajas?-
-trabajo con peces. Cultivo peces en el lago-
-ah, Si. Ya comí de esos peces del lago. Son deliciosos-
-¿de veras estás muy cansado?-
-es por causa de las cervezas. Estoy preocupado también. Me chupé unas mentas pero creo que aún se me siente el aliento de cerveza… si una patrulla me detiene y el guardia me manda que le sople el ojo estoy jodido. Acercate, mirá si tengo aliento de cerveza-. Me pidió. Yo me le acerqué para que soltara su aliento cerca de mi nariz. Fue en ese momento que Silvio aprovechó para darme un beso en la mejilla. Para luego con la mano indicarme su boca mientras me jalaba del brazo para que le diera un beso. Yo se lo di. Fue rápido pero muy rápido fracción de segundos pero qué beso ardiente que el conductor me dio. Me quedé de pié a su lado sin pensar bien las cosas. Yo dije:
-de cerca no se te siente. Pero en el beso te sentí el olor a cerveza.-
-solo quería un pretexto para besarte-, me aclaró el cachondo conductor, por cierto muy guapo. Silvio entonces me apretó la mano y luego sobó mi bragueta.
-sacátela- me ordenó. Yo le obedecí en el acto. Cruzábamos el desierto, unos 150 km de carretera en línea recta y con buena visión. Nada de gente ni pueblos, apenas desierto . Solo la luz de los faroles iluminando el camino. Silvio comenzó a masturbarme. Mi verga luego estaba bien parada. No había modo de chupar pero la mano de Silvio era caliente y llena de deseo y cariño y me la hacía muy bien. Yo suspiraba y disfrutaba de ojos cerrados. Después de un rato en ese juego comencé a estremecerme y Silvio aceleró el vaivén con su mano y me corrí, que rica gozada que di. Silvio sacó una franela y me limpió la verga y luego me pidió que le limpiara la mano. Entonces yo le dije:
-ahora me toca a mí hacértela-. Él entendió, abrió las piernas. Yo le bajé la bragueta y se la saqué. Que hermosa verga saltó a mis ojos. No era muy grande pero bien gruesa. Estaba chorreando precum. Yo rápido me la metí a la boca y se la chupé con ganas, con volupia.
-ahhh, que rico, seguí, seguí- , me pidió Silvio. Yo se la chupaba y pensaba en lo que hacía. Era una chupada insólita, inesperada, en medio de la carretera con aquel hombre hermoso disfrutando de mí y yo de él. Silvio dirigía el bus a poca velocidad, casi que paraba la máquina. Yo se la chupaba mientras él dirigía. Eran como las tres de la mañana, éramos solo los dos cogiendo rico usando la boca y nuestras vergas. No demoró mucho y Silvio acabó. Yo le apreté la verga y se la sequé. El esperma le mojó el pantalón. Se limpió con la franela. Después de eso nos pusimos a conversar.
-desde hace meses que te observo-, me confesó Silvio
-mas de una vez te observé también y te encuentro muy guapo, solo que se te ve serio. Nunca me iba a atrever a hablarte-
-quería encontrarte otra vez cuando estés en Recife-
-yo regresaré en dos semanas, dame tu celular-
-cuando lleguemos te lo daré-.
Y me lo dio. Fuimos a un balneario y nos quedamos dos días cogiendo a más no poder. Los detalles de ese encuentro se los cuento después.
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