Sexo sucio con mi vecino Rugbier
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por morboguarro.
Mi vecino Simón es diez años menor que yo. A veces coincidimos en el gym o en alguna noche de boliche, pero nuestra relación nunca pasó de saludarnos, y hacer algún comentario del tipo ‘ que calor esta semana’ o ‘ ¿cuándo terminará este mal tiempo?’.
Ese jueves , del que les quiero contar, hacía mucho calor, yo volvía a mi casa después de entrenar durante dos horas en el gimnasio. Caminaba sin apuro , pensando en ducharme, cenar y acostarme a mirar algo en la tele. A mitad de cuadra un auto frenó y desde su interior Simón , mi vecino, se ofreció a llevarme las 10 cuadras que faltaban para llegar a mi casa. Acepté la invitación no si antes avisarle que estaba realmente apestoso de transpiración (resultado del día caluroso mas las dos horas de entrenamiento).
– ‘ No te disculpés y subí, que yo vengo de jugar al rugby y huelo peor que vos’
Subí a su auto y comprobé que no mentía, el pedejo olía como un cerdo.
Llegamos a la casa de Simón, frenó me bajé de su auto y me disponía a cruzar la calle para ir a mi casa cuando me dice:
– ‘¿Querés que tomemos una cerveza? Puedo ir a la esquina a buscarla.’
– ‘Buena idéa. La tomemos en mi casa. ‘ … Le dije .
Simón fue a comprar la cerveza mientras yo buscaba un par de vasos y prendía las luces . Volvió , nos sentamos uno al lado del otro en un sillón del patio y era tan fuerte y tan rico el olor a macho sudado que tenía este pendejo que se me paró la pija de pensar en lo exquisito que sería chuparle los huevos y los sobacos.
Mi short blanco , bastante ajustado, dificultaba disimular mi pija dura que buscaba acomodo hacia un costado.
– ‘Parece que la cerveza helada en lugar de refrescarte te calentó’ … Me dijo el chico.
– ‘¿Querés que te mienta o querés que te diga la verdad?’ … Fué mi respuesta a su comentario.
– ‘Créo que es efecto de la cerveza, porque mirá como estoy yo’… Me contestó mostrándome la carpa que se armaba en su bermuda.
Estiré el brazo y le empecé a tocar la verga por sobre el pantalón , al tiempo que él buscaba la mía entrando su mano por debajo de mi pantaloncito. Le saqué la chomba y cuando levanto los brazos para facilitarme el trabajo no resistí lo exitante de su olor y me puse a lamerle las axilas peludas , húmedas y saladas.
En un minuto y después de un enredo de brazos , piernas y pijas duras, quedamos desnudos uno frente al otro.
– ‘Si querés me doy una ducha antes de que sigamos’ … Le propuse.
– ‘¡ NO ! bañado perderías el sabor a macho que tenés’ …
– ‘Compartimos los gustos, Simón, yo también prefiero que los hombres con los que culéo esten sucios y apestosos’
Y sin mas charla busqué su espalda, bajé hasta su cintura y hundí mi cara en la raya de su culo. El pibe se lo abrió con las dos manos para que mi lengua no tenga dificultad en alcanzar su ojete, el olor a mierda y sudor que llenó mi nariz era delicioso. Era un culito peludo, humedo y sucio. Se notaba que había cagado y se había limpiado mal o con poco papel, los restos de mierda seca pegada a sus pelos hacían de ese hueco un deleite para mi olfato y mi lengua. Cuando sentí que ya no quedaba nada de caca en su culo , lo hice girar de frente a mi y me dedique a su verga. Primero retiré el cuero que cubría su cabeza y aspiré el olor a meo y presemen , suavemente con mi lengua comencé a saborear la punta de su pija que goteaba un jugo salado y delicioso, me incorporé y con mi boca oliendo a su mierda y su meo lo bese, él me abrazaba y buscaba el centro de mi culo con sus dedos, al tiempo que nuestras vergas se chocaban mojándose mutuamente con la mezcla de nuestros liquidos. Su lengua entraba profundo en mi boca, mi culo tenía dos dedos adentro que enpujaban con fuerza , y en medio de ese placer solte una meada que mojó mi pecho y el suyo, su pija y nuestras piernas .Estimulado por la situación Simón también comenzó a mearse, el calor de su orina quemaba mi panza y calentaba mis huevos. Cuando sacó los dedos de mi culo el olor a mierda se sintió fuerte, a pesar que estabamos en el patio, el muy cerdo los puso entre nuestras bocas y nos unimos en un beso que juntó labios, lenguas dedos con caca y mucha saliva….
Estábamos de pie, abrazados, con los pechos y las panzas peludas mojadas de meada y pegajosas de presemen, besándonos con las lenguas cubiertas con la mierda que sus dedos habían sacado de mi culo, nos movíamos frotando nuestras pijas uno contra el otro y asi llegamos al primer orgasmo. Se nos aflojaron las piernas y nos dejamos caer al piso, que en realidad era un charco de nuestras meadas, y ahí, nos quedamos, borrachos de placer, saboreando una y otra vez nuestros culos, volviendo a acabar dos, tres veces, hasta que el sueño y el cansancio nos venció.
Y fué a la mañana del viernes que nos despertamos en el patio de mi casa, mi vecino y yo, oliendo como dos cerdos, apestosos de transpiración , meada , mierda y leche rancia. Con las pijas pegajosas y los culos irritados de tanto que nos metimos los dedos buscando mierda que comer …
Ese viernes no fuí a trabajar y Simón faltó a clases. Pasamos el fin de semana juntos y nos bañamos recién el lunes por la mañana…
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