Si tiemblo es por Miedo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PrincipeAzulPurpura.
Es el tercer día solos, tres dias han pasado y el único trato con él ha sido lo indispensable, un saludo, un buenos dias, solo un par de ya me voy, ya regreso.
Nada fuera de lo ordinario.
En ocaciones pienso que nunca ocurrió lo de aquella noche, en ocasiones creo que fue una situación creada desde mis pensamientos mas anhelados, si, eso creo que pasó o eso creí hasta anoche.
Ayer como de costumbre se levantó temprano, se vistió y salió fuera de casa, no era día laboral, yo en cambio me quedé en casa estudiado para el examen de mañana.
Todo el día estuve sentado repasando apuntes, diapositivas y otros recursos que tenía, me levantaba solo para lo esencial, comer y orinar, estuve asi desde la mañana hasta las 7 p.
m.
que decidí dejar mis cuadernos e ir a tomar un baño para descansar un rato antes de ir a dormir.
Y así lo hice, me duché con agua tibia para quitar el estrés y al salir ahí estaba él, mi tío, estaba sentado a la orilla de su cama, fumando sin importarle que se estuviera llenando de humo la habitación, fumaba con tranquilidad, con la confianza de que mis padres nos estaban en casa hasta en un par de días, ahí estaba, frente a mi, mirándome a través del humo que ascendía lentamente.
Me indica con su mano que me acerque pero yo solo me quedo parado frente a él, a un lado de la puerta, me vuelve a indicar que me hacer y entonces sin pensarlo me le aproximo hasta estar frente mi tio y entonces mete su mano por debajo de la toalla.
En ese momento supe que lo ordinario de los otros días había caducado.
De pié frente a él sentía cómo su mano pasaba de las pantorillas hasta las nalgas, de como se trasladaba de los muslos hasta el periné mientras hiba sintiendo como la temperatura de mi cuerpo se incrementaba hasta que comenzaba a arder, si, me sentía tan cálido que la piel me ardía y se erizaba por donde pasaba su mano.
Le veo a la cara y le desconozco, le veo lamer mi abdomen flaco e infantil mientras su otra mano la mete también ppr debajo de la toalla.
Si, me siento al borde del colapso físico, es una avalancha de sensaciones que experimenté pero que no reprocho haber experimentado.
Se detiene, para su manoseo indiscriminado sin motivo, saca de la toalla sus manos que me producían desvanecer y entonces saca algo la bolsa de su pantalón de mezclilla, era una pataleta femenina color carmesí, de encajes finos y elegantes y me dice "pontela".
No vi mi rostro pero sé que me puse de mil colores y que mi expresión fue de total desconcierto.
De inmediato me quita la toalla de la cintura y me ayuda a ponermela y dice "estás listo".
Doy media vuelta y me observo al espejo, me veo raro y me siento igual, nunca había usado ropa interior de mujer, el encaje se me metia por las nalgas y la sensación era incómoda.
Mi tío se pone de rodilla y después de verme a los ojos se pone a olfanear mis genitales, olfatea profundo y con minuciosidad, lo hace en varias ocaciones, también entre las nalgas, muchas veces.
Mi tio me hace desplomar con cada olfato que realiza, hace que los poros de todo mi cuerpo se erizen graciasa él, luego se levanta y me levanta junto con él en sus brazos para llevarme a su cama y me acuesta, me acuesta sobre su colcho y entonces puedo verlo hacia arriba su tremenda erección que marca su viejo de pantalón, no necesité imaginarlo más porque enseguida se deshizo de el y entoces pude contemplar su virilidad, pude ver lo que estuvo en un tiempo dentro de mi y que seguramente estaría dentro de mi esa misma noche.
Inconsciente lami el labio, no sé si lo hice lento o rápido pero fue lo suficiente para que Edgar, mi tio se diera cuenta porque de innediato me dijo que me lo metería a la boca y así fue, reparó mis labios con sus dedos y luego me metió su miembro, su miebro entró hasta que mis labios tocaron el borde que le rodea el glande, la punta de su intimidad la metia y la sacaba de mi boca mientras por la misma acción me hiba tragando los residuos de su también lubricación y entonces escucho cómo alguien se aclara la garganta e intento levantarme rápidamente pero mi tio me empuja la pija hasta la garganta y me dice: viene conmigo.
Lo voltea a ver y le dice que se acerque y le felicita porque se animó a subir al cuarto, le dice que se nos acompañe que le ha estado resguardando lo que le prometió, le dice eso mientras me abre las piernas.
Lo volteo a ver y es un hombre moreno, alto de estatura, muy alto y con una cara de poco agrado, se me queda viendo mientras mi tio me folla la boca y el no hace nada excepto tocarse.
Mi tio lo vuelve a animar y él accede, se sube a la cama y me abre las piernas separando mis rodillas, se abre el pantalón y entonces me muestra su intimidad, su intimidad era negrucha y métrica, gruesa y peluda, el señor la sacude orgulloso y me rompre a pantaleta a la altura del culo y entonces intenta follarme, así sin avisar, sin siquiera lubricar con saliva, siento como su negra intimidad se esfuerza por estar dentro de mi, mi culo cede y deja que pase mientras me hace daño, mucho daño, siento como la sequía de la fricción me lastima mientras en el rostro del señor veo lo contrario, veo como me folla y lo disfruta, me folla sin respeto, no comprende que me hace daño.
Así estaba anoche, acostado sobre la cama de mi tio mientras que me follaban por la boca y por el culo.
Me dolía mucho, mas por como la verga peluda del señor me estaba entrando, recuerdo ver la cara de los dos, agotados y apunto del colapso y luego me siento tan cansado que intento safarme a la fuerza, logro sacarme de u brinquillo la verga de mis nalgas y entonces el señor me sujeta con mas fuerza mientras sigo moviendome pero él emplea mas fuerza que yo y me folla con brutalidad, se escucha como sus bolas chocan contra mi y su garganta deja escapar un estrepitoso gemido y me deja empapado el culo, siento como sale y se me desliza por las nalgas y entoces siento como la intimidad de mi tio hace espalmos y un mar de virilidad me inunda la garganta, la boca y las mejillas mientras el señor sigue follandome entre sus mismos fluidos.
Tengo la certeza que lo que él me hizo no estuvo bien pero de lo malo, lo mejor.
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