Siempre en busca de más. Relatos Reales
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola mi nombre es Charlie soy mexicano actualmente tengo 27 años, ya casi pasan 20 años de mi primer penetración.
Me describiré actualmente para que tengan una idea de quién es quien escribe.
Mido 1.
80, soy delgado (62 kg) los hombres con los que he estado siempre han admirado mi cintura, por ser mas chica que la del resto de los hombres de mi edad; soy pasivo, moreno claro, ojos color miel y cabello castaño claro; mi trasero no diré que es muy grande, pero se nota muy bien en los pantalones, tengo un pene bastante normal y aceptable a mi parecer mide 18 cm, con una ligera curvatura la izquierda.
Regresando al tema inicial, todo comenzó cuando estaba en la escuela primaria.
Desde chico supe que lo mio eran los hombres y si eran mayores que yo mejor aún!, en mi salón de clases no fui bien aceptado por mis compañeros de clase, ya saben era el típico chico que se juntaba con las niñas de su salón, por esto muchos de mis compañeritos sentían cierta envidia, y por lo mismo nunca paraban las burlas de algunos, en especial de Memo.
Memo era el bravucón del aula, era el clásico que había reprobado el año en dos ocasiones por lo que ya tenía 10 años; no había día en que no me molestara, hasta que supe el motivo.
Memo para mi mala suerte vivía a unas cuantas casas de la mía, así como varios compañeros de la escuela.
Siempre al salir de clases, me iba caminando, pues estaba relativamente cerca la escuela de casa.
Era normal ver a todos los que vivían cerca irse caminado a casa.
Un día en especial, Memo iba caminando con su grupo de amigos justo detrás de mi, las burlas estaban a la orden, se referían a mi llamándome "Carlita", me lanzaban besos y preguntaban si quería Verga (pene, polla, etc).
Yo a esa edad ya sabia a que se referían, y a pesar de ser tan chicos todos creo que eramos bastante calientes.
Poco a poco fueron llegando todos poco a poco a sus casas, hasta que Memo quedó solo, se adelanto hasta donde yo estaba diciendo:
-Memo: Charlie perdón por lo que te estaban diciendo, no te lo tomes enserio
-Yo: Si ya se como eres y se que lo dices por molestar.
Memo no tomó eso de buena forma, por lo que me paró y me dice:
-Memo: Si bien que te gusta que te digan Carlita y ver una verga.
-Yo: claro que no me gusta – en ese momento tenía miedo, pues Memo era más alto que yo y nunca fui un niño de los que buscaban pelea como Memo.
-Memo: ah no te gusta? Vas a ver como si te va a gustar.
-Yo: estas loco, tengo que llegar a mi casa.
-Memo: antes vas a ver lo que es una verga y te va a gustar.
Me tomó del brazo derecho apretando muy fuerte y me llevó con el amenazando de golpearme si no lo hacia, por lo que acepté a ir con el.
Cerca de donde estábamos había un edificio abandonado, al cual para poder entrar tienen que brincar una cerca; y efectivamente la brincamos.
Yo en ese momento me encontraba asustado y con una sensación en el estomago que en eso momento no sabia que era, ahora ya lo se.
Al entrar la edificio Memo me agarra las nalgas, metiendo sus manos por debajo de mi pantalón diciendo:
-Memo: Tenía ganas de agarrártelas desde hace mucho, tu déjate hacer todo lo que yo te diga, si no ya sabes que te voy a dar una putiza (golpear).
Yo asustado sin entender del todo que pasaba, pero sabiendo a donde iba me quedé callado.
En ese momento Memo se baja el pantalón y la ropa interior quedando su pene expuesto frente a mi y con una gran erección para esa edad, deberían haber sido 13 cm aproximadamente si no es que más.
-Memo: Agáchate y mamamela, chúpame la verga.
Yo con un poco de asco lo hice, era la primera vez que veía un pene aparte del mio y mas aun que introducía uno a mi boca.
La verdad es que me encantó ese sabor salado y ese olor, una mezcla entre sudor y orines.
Pronto comencé a sentir como mi pene tomaba fuerza dentro de mi ropa interior.
Después de estar un rato mamandole la verga a Memo, me ordena que me pare y me baje los pantalones.
Y así fue como lo hice, pero el bajó mi ropa interior, empezó a tocarme las nalgas de una forma brusca pero excitante, las abría de lado a lado pasando un dedo por mi ano y acariciaba, diciendo que era una puta y que me iba hacer niña.
Lejos de ofenderme me gustaba lo que decía, y estar en esa posición con el me gustaba muchísimo.
Memo comenzó a meterme un dedo en el ano, la sensación era magnifica y un poco dolorosa.
Creo por la excitación mi ano estaba recibiendo muy bien ese dedo, estuvo asi unos cuantos minutos, sacó su dedo de mi ano y dijo:
-Memo: ahora si vas a sentir lo que es una verga!
Apunto su pene en la entrada de mi ano y comenzó hacer presión, podía sentir como por primera vez me la estaba metiendo, se sentía tan bien, honestamente quería que la metiera toda, quería sentir a Memo dentro de mi.
Me ordenó que me inclinará recargándome en la pared.
Esto ayudo a que entrará por completo su pene en mi, comenzó con un mete y saca lento, dándome nalgadas para despues acelerar los movimientos, agarraba de la cintura diciéndome lo rico que estaba:
-Memo: que apretado estas, que rico, que rico!
-Yo: Si!! mas fuerte Memo, más fuerte por favor!!
-Memo: Ves que si te gusta la verga! te encanta la verga!
-Yo: Si me gusta, dame mas rápido, más!
-Memo: que puta eres Carlita, eres mi puta.
Cada vez que Memo me decía estas cosas aceleraba el ritmo metiendo cada vez mas rápido su pene, yo me sentía en el cielo con tanto placer, hasta que de pronto me dice Memo:
-Memo: te voy a dejar mis mecos adentro, aaah ya vienen aaah!!
Aceleraba más y más hasta que sentí caliente dentro de mi ano, me fascinó sentir eso, tanto que empezaba apretar el culo, mientras Memo estaba perdido en las sensaciones que eso le causaba.
Sacó su pene de mi, se subió los pantalones y de dice:
-Memo: No digas nada de esto o te agarro a putazos y todos sabrán que eres un maricón!
-Yo: No no diré nada lo juro! pero no le digas a nadie por favor.
-Memo: Eso depende de ti.
Tomó sus cosas y salió del edificio, dejándome ahí, con los pantalones y ropa interior hasta los tobillos y recién culeado.
Me vestí y salí de ese lugar.
Sentía miedo, vergüenza y a la vez gusto de saber lo que era tener un pene dentro.
A partir de ese momento cambió completamente la forma de ver a los hombres y a mis compañeros de clases.
Ya no solo sabía que me gustaban, sino que hora sabía que los deseaba.
Espero les haya gustado, acepto comentarios para mejorar, y si quieren más de mis anécdotas, con gusto las subiré
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