solo una noche
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por minay23.
Diego
Después de esa sección de auto enloquecerme haciendo que Zack se masturbara para mí en el espejo, me lo lleve a la cama. Quería tocarlo un poco y hacer que se relajara en mis brazos. Había sido lo mejor que había visto en mucho tiempo; ver como Zack llegaba al orgasmo auto infligido y oírlo gritar de placer al llegar, casi habían logrado que me corriera solo de verlo. Lo recosté entre mis brazos dejándome vía libre para poder tocarlo a mi gusto. Cuando le di el primer azote, Zack chillo de dolor pero a la vez movió sus caderas buscaba otro azote más. Cuando vi a Zack en la discoteca sabía que era tímido y no le gustaba ser el centro de atención y eso en el fondo me gusto. Pero nunca imagine que detrás de esa timidez se escondiera una pequeña pantera virgen, con gustos sádicos. Volví azotarle y esta vez un poco más fuerte que la vez anterior, sacándole un chillido y un gemido a la vez, eso me calentó mucho más que antes y creerme eso hubiera jurado que era imposible. El bóxer ya me estaba apretando y necesitaba liberar mi excitación que terminaría rompiendo el bóxer.
Lo aparte por las caderas para poder quitármelos bóxer que me tenía aprisionado. Cuando mi erección quedo libre, Zack abrió mucho los ojos mirándome, en ese momento me enorgullecí de mis 20 cm. No es que fuera presumiendo de miembro pero verle la cara a Zack valió la pena.
Lo senté en mis piernas haciendo que quedara a caballo encima de mí y volví a sujetarle del culo con una mano y con la otra le tire del pelo hasta que su cara quedo a la altura de la mía. Zack tenía sus ojos miel de un marrón más oscuro y las pupilas dilatadas, eso me éxito más y volví azotarle.
Con mis manos le abrí las nalgas y coloque mi punta en su entrada, Zack empezó a moverse contra ella haciendo que mi punta empezara abrirse paso dentro de él. Le azote más fuerte y en respuesta recibí otro gemido y un:
? Más fuerte por favor- eso me enloqueció.
? ¿En serio eres virgen? – le pregunte entre jadeos.
? Si…sí que lo soy, pero me estas enloqueciendo y no quiero volverme a correr sin tenerte dentro- me dijo sonriendo.
Volví a tomarlo de las nalgas y comencé a masajearle la entrada para que no le doliera, después cuando entrara en él. Introduje un dedo haciendo que se quejara y tensara alrededor de mi dedo. Lo abrace y espere que se volviera a relajar. Cuando sentí como se relajaba, seguí introduciendo el dedo mordiéndole en el hombro y haciendo que Zack se estremeciera y me pidiera más entre jadeos.
Saque mis dedos, sujetándolo de la cadera y con la otra mano tome mi erección para entrar en él. Le avise que iba a entrar ya apretando mis dientes, porque no sabía cuánto aguantaría si Zack seguía apretándome el pene de aquella manera.
Zack me sujeto más fuerte entre sus brazos y me dijo que me necesitaba ya dentro que no quería volverse a correr sin mis. Escucharle decir aquello, termino con el poco autocontrol que me quedaba sujetándole por las caderas y perdiéndome en su interior hasta que Zack grito de dolor y me quede quieto, sabiendo que le había hecho mucho daño.
? Aah!!- grito Zack tan fuerte que pensé que se le desgarraría la garganta.
? ¿Estás bien?- me preocupe, sabía que mi poco autocontrol se había ido con esas palabras dichas en mi oído y la visión que tenia de su trasero en el espejo que quedaba enfrente de mí cama.
Zack sollozo pero asintió con la cabeza. Yo le abrace, masajeándole la espalda y el culo lentamente para que se fuera acostumbrando. Después de un rato cuando sentí que volvió a relajarse lo aparte un poco de mi para que me mirara. Tenía los ojos llorosos, los labios hinchados de mis besos y de haberse mordido el labio para aguantar el dolor. Me recrimine por haberle hecho daño sabiendo que era su primera vez.
? ¿Estás bien bebé? – le pregunte limpiando una lagrima que se le había resbalado y acariciándole el pelo con la otra mano. El asintió medio sollozando y yo le dije que iba a moverme.
En su interior se sentía tan bien, tan caliente y apretado que tuve que mentalizarme para no volver a perder el control. Comencé a moverme despacio, sacándole pequeños jadeo de dolor al principio, pero después esos jadeos volvieron a convertirse en gemidos cada vez más altos. Sentía como su pene volvió a endurecerse y tocaba mi ombligo.
Zack se agarró de mi pelo y pego más su cuerpo al mío, incrementando el ritmo. Sus jadeos cada vez eran más altos y más irregulares, me tenía agarrado del pelo y eso me estaba excitando. Me excitaba tanto que mis propios gemidos comenzaron a salir sin encontrar una barrera que los retuviera. Me moví más rápido, estaba tan caliente que no sabía cuánto tiempo duraría sin terminar en su interior. Zack tiro de mi cabello hacia atrás apoderándose de mi boca con un beso salvaje y erótico.
? Más, necesito más – gemía Zack incrementando el ritmo de sus caderas y haciendo que entrara más profundo en él.
? Más despacio bebé o mañana te dolerá- yo intentaba frenarlo, tanto por él, como por mi propio limite, no aguantaría mucho más si seguía moviéndose de esa manera.
Estaba llegando y no quería correrme antes que él; apreté mis dientes cogiéndole del trasero para minorar sus estocadas en mi pene, pero Zack aprovechó para morderme el cuello y bajar con más fuerza.
? No me importa- volvió a tirarme del pelo, pegando su nariz a la mía- lo quiero más fuerte, estoy a punto, necesito correrme ya- me ordeno entre jadeos, pasando su lengua por mis labios sonriéndome sádicamente al ver como yo sudaba y apretaba los dientes para no terminar perdiéndome en su interior.
Pero no le hice esperar más ni a él, ni a mí mismo que ya no aguantaba más. Le tome de las caderas para intensificar mis movimientos, sentí sus primeros espasmos y volvió a morderme el cuello. Eso termino con mi determinación de no correrme aún. Mis movimientos se hicieron más rápidos y precisos, llegando hasta su punto de placer. Zack se contrajo aprisionándome en su interior y rompiéndose en mil pedazos gritando mi nombre. Fue lo último que pude aguantar y me vine dentro de él, marcándole con mi esencia. El órgasmo era imparable, sentía como Zack temblaba entre mis brazos con la respiración entrecortada. Nuestros cuerpos estaban pegados, pegajosos por el sudor y por el semen de Zack que me había caído en el pecho resbalando hasta mi barriga.
Me deje caer en la cama con Zack aun jadeando encima de mí, le bese la cabeza y lo abrase como si no quisiera que se fuera nunca de mi lado. Lo reconozco, me había enamorado de ese chico, con ojos de gato, piel morena y una sed insaciable de sexo. Supe en el momento que puse mis ojos en él, en aquella discoteca, que estaba condenado a perseguir a Zack donde quiera que se encontrase.
Salí de su interior colocándole a un lado de la cama. Zack se recostó en mi hombro suspirando y yo le abrace aspirando el aroma de sus cabellos. Estuvimos así un rato hasta que Zack se apoyó en los codos dedicándome una sonrisa, esas que te dejan sin aliento y me dio un pequeño beso en los labios.
? ¿Estás bien bebé?- pregunte incorporándome en la cama, apoyando mi espalda al cabecero y recostando a Zack sobre mí de forma que su cara quedara pegada a mí pecho para poder acariciarle el pelo, me encantaba el largo de su pelo y sus piernas enrolladas en las mías- ¿Te ha gustado?
? Sí, me ha encantado- le di un beso en el pelo y el alzo sus labios hacia mí para que le besara.
? A mí también, ha sido el mejor sexo que he tenido en mi vida- volví a besarle.
? Bueno yo no tengo mucho con que comparar, pero también ha sido lo mejor que he tenido en mi vida- contesto devolviéndome el beso.
Su respuesta no me gusto del todo, ya que el solo hecho de escuchar que habría podido ser otro el que le hubiera tenido aquella noche, me enfurecía por dentro y hacia que mis celos volvieran a flotar a la superficie como un roedor intentando salir de su madriguera en llamas. Yo no tenía la intención de que eso terminara allí y mucho menos dejar que otro tocara el cuerpo de Zack. El me pertenecía, así le hice saber con otro beso más apasionado y estrechándole contra mi cuerpo. Lo escuche gemir, me aparte para terminar el beso o volvería a calentarme y quería dejarle algo de tiempo para descansar.
Lo aparte de mí con cuidado, levantándome de la cama.
? Voy a llenar el yacusi- le dije dándole otro beso y dirigiéndome al baño.
? Está bien- contesto volviendo a meterse en la cama y estirándose como un gatito, dejando que las sabanas se revolvieran bajo su cuerpo y quedaran atrapadas entre sus piernas.
Lo mire desde la puerta del baño y esa imagen me encanto, me entraron ganas de coger mi móvil, que estaba en la mesilla, solo para tomarle una foto. Mis piernas tomaron vida propia volviendo a la habitación, tome el móvil he hice una foto.
? Hey!!?- protesto tirándome una almohada- ¿ Qué haces?- se había ruborizado
? Nada- sonreí volviendo a dejar el móvil en la mesita – tomando uno de los muchos recuerdos que quiero tener contigo- le dije acercándome a él y dejando un reguero de besos sobre sus hombros.
Zack ronroneo, sacudiendo la cara contra la almohada y no se movió. Yo volví a dirigirme al baño, abrí los grifos del yacusi para que se fuera llenando. Me volví hacía los armarios de la pared para sacar unas sales de baño que yo usaba cuando tenía el cuerpo demasiado adolorido, ya que suponía que Zack estaría adolorido, sabía que al día siguiente me lo agradecería y deje caer un poco en el agua. Encendí unas velas relajantes, me acerque a la puerta disponiéndome a salir justo cuando la voz de Zack me llamaba desde la habitación y escuche como sonaba mi móvil.
Salí pensando que sería Saúl que le habría pasado algo, porque era raro que mi móvil sonara a esa hora si no eran mis padres o mi hermano si algo pasaba. Llegue a la mesita cogiendo el móvil, llevándome una sorpresa al ver el nombre y la foto que se reflejaban en pantalla. Refunfuñe por lo bajo al ver que era Esther la que me estaba llamando, de todas las personas con las que no quería hablar en ese momento, ella era una de con las que menos me apetecía.
Esther era una de las tantas mujeres que me madre me había presentado intentando que yo recapacitara y me casara. Hacía mucho tiempo que les había dicho a mis padres que era bisexual. Al principio mis padres se opusieron, pero después mi padre dio su brazo a torcer y me dijo que no le importaba con quien saliera si eso me hacía feliz, pero mi madre era otra cosa. Cada año intentaba que conociera a una chica distinta para que sentara la cabeza y como todas esas veces yo las rechazaba diciendo que no me interesaba casarme. Pero Esther había sido la única que había insistido tanto y a cada rato me incordiaba llamándome para quedar, diciendo que estaba enamorada de mí. Yo sabía que era mentira, que lo único que le interesaba era mi dinero y vivir cómodamente con alguien que gastara todo su dinero en ella.
Descolgué después de tanta insistencia y me senté en la cama para escuchar que quería esta vez.
? Hola – le conteste secamente.
? Hola mi amor- su voz chillona resonó al otro lado de la línea haciendo que empezara a dolerme la cabeza – te he extrañado.
Fruncí el ceño al escucharla, de verdad no entendía la insistencia de aquella mujer insoportable, con voz chillona que no hacía más que acosarme donde quiera que me encontrara.
? ¿Qué quieres Esther?- pregunte masajeándome las sienes, empezaba a tener un verdadero dolor de cabeza al escucharla. Quería que esa conversación terminara lo antes posible para volver a estrechar a Zack entre mis brazos.
? Solo quería saber cómo estabas y preguntarte si quería comer mañana conmigo en casa de mis padres- me contesto con voz melosa.
Pero lo último que yo quería era ir a comer con ella y mucho menos conocer a sus padres. Esther se estaba metiendo mucho en un papel que no tenía. Creía que era mi novia y siempre insistía con que conociera a sus padres.
? Esther- le dije con la poca paciencia que me quedaba- no voy a conocer a tus padres, ya te lo he dicho muchas veces- ella empezó a protestar al otro lado de la línea y yo solo miraba a Zack que me miraba con cara de confusión. – voy a colgar estoy con alguien – le comunique colgando sin esperar a que empezara a protestar como siempre hacia cuando se enteraba que esta con alguna persona.
? ¿Quién era? – me pregunto un Zack algo molesto y eso me alegro. Saber que no era el único que se moría de celos por el otro.
? Nadie importante – le conteste restándole importancia a la conversación con Esther y poniendo toda mi atención solo él.
Me levante de la cama llevándolo conmigo al servicio, para darnos un baño relajante y poder tenerlo en mis brazos un poco más antes de irnos a dormir o esa era mi intención al principio.
Me quede tumbado en la cama aun sonriendo por lo que había hecho Diego. Me había encantado todo lo que había pasado en esas horas y me sentía un poco adolorido pero aún tenía ganas de más. Me tumbe boca arriba recordando cada caricia y cada beso que nos habíamos dado, comenzando avergonzarme al recordar lo suelto que me había vuelto en esas horas. Primero el hecho de provocar a Diego en la discoteca y después el sentirme dominado por sus carias, en la forma en la que me volví un sumiso de sus embistes y sus azotes, aun tenia los cachetes del culo adoloridos, pero me sentía bien. Sonó el teléfono de Diego y me extrañe que a esa hora le llamaran, me acerque a la mesita donde lo había dejado. Mi corazón salto y una rabia interna recorrió todas mis terminaciones nerviosas al ver la cara de una chica rubia con nombre Esther. Bueno no entendí esa cólera que recorría mi cuerpo, total Diego y yo solo habíamos tenido esa noche de sexo y nos acabábamos de conocer, pero igualmente sentí celos de aquella mujer que tenia del derecho de llamarle a las 3:00 de la mañana. Me incorporé un poco y llame a Diego para que pudiera atender esa llamada.
El salió algo apurado, cogió el móvil y resoplo al ver la llamada.
? Si – le contesto a la otra persona.
Yo no estaba prestando mucha atención a lo que se decían, pues aún estaba luchando con los celos que carcomían mi interior.
? Ya te dije que no voy a conocer a tus padres- escuche que decía Diego con el semblante serio- me da igual lo que diga mi madre – volvió a replicar – ya te dije que no,- se hizo un pequeño silencio y diego arrugo la frente y puso semblante serio – ya dije que no y ahora tengo que dejarte porque estoy con alguien – por un lado me gusto que se acordara de que yo aún estaba allí, por otro no tanto cuando no le dijo que estaba conmigo, otro chico – sí, si ya te llamare, si vale tengo que dejarte – y colgó.
? ¿Quién era? – no pude evitar preguntar. Los celos me estaban matando y necesitaba saber con quién había estado hablando.
? No era nada importante- me respondió dándome un beso en los labios – vamos a darnos una ducha cariño- tiro de mí para que saliera de la cama y le siguiera.
Su respuesta no me había relajado del todo, ya que si no era nada importante no le llamaría a esa hora, ¿no?… Mi cabeza seguía dando vuelta entorno aquello, no lograba tranquilizarme; me sentía inquieto y enfadado sin motivos. Estaba siendo irracional con aquella situación, lo sabía, pero no podía hacer nada contra aquel sentimiento posesivo que sentía hacia Diego.
Me propuse dejar de pensar, ya tendría tiempo después de ponerle nombre aquello que estaba sintiendo.
Al entrar en el baño vi que había más velas como las de la habitación, el yacusi se encontraba pegado a la pared del fondo en una tarima de madera, al otro lado de la pared se encontraba un plato de ducha y enfrente el lavamanos con unos cuantos botes de perfume y cosas de aseo. Diego me llevo al yacusi tirando de mi mano para que entrara, se sentó dentro y tiro de mí para quedar sentado en sus rodillas.
? ¿Estás mejor?- me pregunto besando mi cabello y masajeándome la espalda con la espuma que había quedado flotando en el agua.
? Sí, me encuentro bien- me recosté en su pecho dejándome hacer y olvidando todo lo de la conversación anterior.
Solo quería sentir sus manos en mi cuerpo, por alguna extraña razón eso me relajaba, pero a la vez volvía a excitarme. Moví mis caderas en su regazo notando que ya Diego estaba duro otra vez y le sonreí.
? ¿Quieres más? – sonreí alzando mi cara para darle un beso en los labios.
? Aun no- contesto – esperemos un rato o sino mañana va a dolerte todo el cuerpo.
? Mentiroso – le mordí el labio sacándole un gemido y metiendo mis manos bajo el agua para tocar su erección – al menos tu cuerpo es más honesto que tú – Diego soltó un gemido y sujeto mis manos para que parara.
Me tomo de las caderas he hizo que me levantara para volverme a sentar en la tarima del yacusi haciendo que solo mis piernas quedaran sumergidas y el resto de mi cuerpo expuesto a su escrutinio.
? Para haber sido virgen, eres insaciable- me dijo colocándose entre mis piernas y dándome un beso apasionado en los labios.
Yo me avergoncé un poco, pero me deje hacer, deje que mordiera mis labios, que bajara por mi hombro dándome besos y mordiéndome en cada pasada, deje que llegara a mis pezones y comenzara a torturarlos con la lengua. Con cada mordisco que daba en mis pezones, un gemido tímido salía de mi boca provocando que mordiera más fuerte.
Yo a cada segundo enloquecía, quería sentir más, quería que me agarrara más fuerte y que torturara mis pezones con más fuerza. Saqué mis piernas del agua, enrollándolas en su cintura haciendo que Diego gimiera en mi pecho.
Tomo mis piernas aprisionándolas más fuerte en torno suyo.
? Sujétate a mi cuello- me susurro a mi oído, no sabía a qué se refería pero lo hice.
Solté un gritito de sorpresa cuando Diego se alzó dentro del yacusi llevándome consigo en brazos.
? ¿Qué haces?- comencé a reír
? Vamos a la cama- contesto sin un ápice de gracia en la voz – quiero probarte. Antes me quede con ganas de saborearte.
Deje de reír y asentí, dios ese hombre iba a matarme si seguía tocándome así y haciendo que mis células se despertasen con cada rose.
Salió del yacusi conmigo aun en brazos y me llevo a la cama, seguíamos mojados, pero eso no le importo y me dejo caer en ella. Diego volvió a colocarse entre mis piernas y comenzó a bajar por mi cuerpo, dándome pequeños besos y mordisquitos. Yo solo podía gemir y jadear al sentir su lengua recorrer mi pecho hasta mi ombligo. Sujete su pelo alzando mis caderas e instándole a que siguiera bajando, mi pene pedía agritos que lo atendieran y Diego me estaba haciendo esperar. Él sabía lo que yo quería, pero no dejaba de torturarme. Solté un gritito de sorpresa al sentir su lengua en mi entrepierna, al fin me daba lo que yo necesitaba. Sujete su cabello más fuerte obligándole a metérselo todo en la boca, sentía como me subsanaba y como mi punta tocaba su campañilla. No me quedaba mucho, sabía que iba a correrme en breve, así que tire sus cabellos hacia atrás para salir de su boca, pero él no se dejó y siguió succionándome con más fuerza.
? Diego… Ohh!!… para- mis gemidos no me dejaban hablar y los embistes de la boca de Diego me estaban dejando sin respiración- voy a correrme si sigues así… Aah!!…
No pude terminar de hablar pues Diego me succionó más fuerte y perdí toda noción de lo que estaba pasando, mi cuerpo tembló y mis músculos se engarrotaron al sentir los primeros espasmos. Alce mis caderas introduciéndome más en su boca y deje escapar su nombre entre gemido y jadeos fuertes. Diego me libero de su agarre y mi cuerpo callo en la cama como peso muerto y mi respiración agitada.
? Date la vuelta- me pidió dándome un pequeño empujón para que le obedeciera.
Me gire quedándome en cuatro, apoyando el peso de mi cuerpo en mis piernas y brazos. Sentí la lengua de Diego recorrer mi espalda e instalarse en mi abertura, temblé al sentirla dentro de mí, después recorrer mi agujero y notar como su dedo tanteaba mi entrada.
? No… ahí no- le rogué avergonzado pero él no me hizo caso y siguió lamiéndome.
? Ssh… déjate hacer- contesto dándome un mordico en la nalga.
No podía relajarme, esa lengua estaba haciendo estragos en mi cuerpo y no podía dejar de gemir. Diego se apartó y gemí en protesta, pero no tardó mucho en darme lo que quería. Se colocó detrás de mí tomando mi cintura con una mano y con la otra tomo mis manos para que las colocara por encima de mi cabeza. En esa posición me quede totalmente expuesto. Alce un poco más mis caderas y las moví para que me prestara atención. Diego me tomo de las caderas embistiéndome con fuerza, esa primera estocada había recorrido mi cuerpo como una corriente eléctrica haciendo que mi piel se erizara hasta la nuca. La segunda me saco un gemido, la tercera fue algo más fuerte acompañada de un azote y comencé a perder la cuenta de las veces que Diego me embistió hasta que mi cuerpo volvió a contraerse dejándose ir entre espasmos y gemidos, dejándome totalmente exhausto y sin fuerzas, terminando acurrucado y rendido entre los brazos de Diego.
Zack
Me desperté desorientado, no sabía dónde me encontraba y mi cabeza me dolía horrores. Abrí lentamente los ojos viendo como una mano salía por debajo de mi cabeza, aprisionando mis dedos entre los suyos, sentí otro pesado brazo en mis costillas y su aliento en mi nuca, me tense al no saber dónde estaba y con quien. La persona que se encontraba detrás mía se removió haciendo que sintiera un pecho fuerte en mi espalda y algo duro que se colaba entre mis piernas. Me desperece sin hacer movimientos bruscos, girando la cabeza para ver de quien se trataba. Era Diego, volví a relajarme y a mi mente llegaron imágenes de la noche anterior haciendo que me avergonzara por mi propio comportamiento. No le había mentido a Diego cuando le dije que esa noche había sido la mejor de toda mi vida. La verdad era que haber pasado una noche como aquella, había hecho que me planteara ciertas cosas de mi vida, que antes ni se me hubiera ocurrido. Una de ellas era decirle a mi familia que era gay, ya no quería esconderlo, con Diego había descubierto una pasión que no sabía que existía, quería seguir explorándola y si podía ser a su lado mejor que nada. Esa era la segunda cosa que me había planteado, el querer tener una relación con aquel hombre que encendía cada uno de mis sentidos, despertando todos mis deseos y anhelos.
Me incorpore despacio para no despertarlo y me levante en silencio dirigiéndome al baño, sentía mi cabeza pesada y me dolía todo el cuerpo. Pero no iba a quejarme, Diego me lo había advertido la noche anterior, pero yo no había podido hacerle caso, me calentaba como nadie y mi cuerpo tenia voluntad propia.
Me acerque al plato de ducha abriendo el grifo, dejando que el agua comenzara a calentarse, para después meterme dentro, dejando que el agua caliente recorriera mi cuerpo y lo relajara. Me quede debajo de los chorros unos 5 minutos y después salí para volver a la cama, quería acurrucarme otra vez entre los brazos de Diego y dormir hasta que mi cuerpo dijera basta o eso pensaba yo cuando salía del baño. Al llegar a la habitación escuche como sonaba un móvil, sabía que el mío no era, porque lo había dejado en silencio la noche anterior para que nadie me molestara. Me aproxime a la mesita y ahí estaba otra vez la cara de esa rubia despampanante con el nombre de Esther. Los celos de la noche anterior volvieron a surgir como vestías arañando mi interior y la rabia empezó a consumirme lentamente.
Cogí el móvil dejándolo en silencio para que no despertara a Diego y comencé a localizar mi ropa. Todo estaba revuelto por los suelos y no encontré mi bóxer así que los di por perdidos. Comencé a vestirme rápidamente, pero intentando no hacer ruido para no despertarle. Termine de vestirme, me gire hacia la cama para contemplar la silueta dormida de ese chico que había terminado metiéndose bajo mi piel, pero no era para mí. Como podía decirme que la llamada de la noche anterior no era nada importante, cuando la misma persona lo estaba llamada ahora a las 11:00 de la mañana, nadie llama un sábado a las 3:00 de la mañana si no es nadie importante.
Salí de la habitación y me dirigí al salón donde había dejado mi móvil, en voz baja llame a un taxi para que me recogiera, después marque el número de Elena y le pedí que me esperara en su casa. Necesitaba hablar con alguien o me volvería loco, también le deje un whatssap a Derek diciéndole que fuera a casa de Elena cuando se despertara, quería pedirle que por ningún concepto le diera mi paradero a Diego, no tenía intención de volver a verle.
Con ese pensamiento busque encima del escritorio de Diego un bolígrafo y un papel para dejarle una nota. La deje sobre el escritorio y escuche el claxon de un coche desde la entrada. Me apresure a volver a la habitación y vi que Diego aún seguía durmiendo, así que me quede 5 minutos contemplándolo por última vez y algo dentro de mí se rompió. Sentía como si me estuvieran oprimiendo el pecho, mis ojos me escocían por las lágrimas que no quería derramar, tenía que salir de allí o me derrumbaría sin remedio. Me le acerque despacio, sentándome a un lado de la cama, le quite un mechón negro que le caía en la cara y le di un pequeño beso. Diego se removió pero no se despertó, aproveche la oportunidad. Salí de allí dejándolo dormido, yo con una angustia que no sabía ponerle nombre, con mi cuerpo y mi corazón adoloridos por igual.
Diego
Escuche a lo lejos como se cerraba una puerta haciendo que abriera mis ojos, me estiré en la cama, la sentí bacía y giré en ella buscando a Zack, pero no lo encontré. Me levante sobresaltado dirigiéndome al baño para ver si se encontraba allí, pero tampoco estaba, comencé a preocuparme volviendo a mi habitación para ponerme el mismo chándal de la noche anterior. No me calce ni nada, yo lo único que quería era encontrar a Zack y comprobar que aún seguía allí.
Salí al salón pero allí tampoco estaba, un mal presentimiento comenzó a recorrerme cuerpo y volví a la habitación para coger mi teléfono móvil, tal vez me había dejado algún mensaje, pero luego recordé que ni siquiera le había pedido su número. Me deje caer en la cama encendiendo la pantalla del teléfono, tenía 3 llamadas perdidas de Saúl, otras dos de mis padres y 5 de Esther, esta última hizo que mi estómago de contrajera con pesar y fastidio.
Cerré el móvil y Salí otra vez al salón, no entendía que había pasado. La noche anterior todo estaba bien y nos habíamos quedado dormidos abrazados. No comprendía como Zack había podido irse sin despertarme o dejarme una nota. El enfado estaba haciendo mella en mí, sí estaba enfadado, dolido y muy decepcionado. Mi cabeza aún no procesaba nada. Fui al escritorio para ver si allí me había dejado alguna nota, y la encontré, una nota que decía:
“Me lo he pasado muy bien, me ha encantado conocerte, pero he tenido que irme por asuntos personales. P.D: por favor no me busques, no tengo la intención de volver a verte. Esto solo ha sido una noche de sexo y nada más. Besos Zack”
Sentí como mi cólera aumentaba a pasos agigantados, ¿solo eso había sido para Zack, un simple polvo sin importancia? No podía creer lo que estaba leyendo, volví a leerla 3 veces más, arrugándola de la rabia y la decepción que sentía en aquel momento.
Eso tenía que ser mentira, yo había sentido cada espasmo, cada gemido de placer que salían de la boca de Zack, joder había sido el primero y ahora me dejaba al día siguiente solo con una nota diciendo que se lo había pasado bien y que no le buscara, como si yo no fuese nada. Ahora entendía como se sentían todas aquellas personas con las que había tenido sexo de una noche, pensé que se habrían sentido igual que yo de frustrado y desalentado. Tire la nota y me dirigí al baño para darme una ducha, a ver si eso conseguía que mi enfado desapareciera, pero tuvo el efecto contrario al recordar todo lo que habíamos hecho en ese baño, todos los besos y las caricias que le di metidos en mi yacusi, que aún estaba lleno. Quite el tapón para dejar que el agua se fuera por el desagüe y de paso dejar que mis sentimientos se fueran con ella.
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