Sorpresa al conocer a mi nuevo vecino II.
Al final me atreví y armándome de valor, toqué el timbre de su apartamento, ya estaba, ya lo había hecho y no tenía marcha atrás. Tardó un poco en contestar y cuando lo hizo yo me moría de vergüenza, .
El sábado cuando desperté sobre las 12 del mediodía, mientras me desperezaba, no dejaba de pensar en mi nuevo vecino, Manu, Dios que cogida me había dado la noche pasada, hacía ya tiempo que no me daban una cogida como la que me había dado Manu. Al principio me asustó un poco la tremenda polla que se gastaba, pero… joder que fácil me había acabado entrando por el culo aquella tremenda verga, el cabronazo supo lubricar y dilatar bien mi esfínter, joder que caliente me había puesto el muy cabrón. Al final el cabronazo tenía razón, la pastilla de Sildenafil 50 mg, que me había dado, además de ponerme mucho más caliente de lo que yo ya estaba, había facilitado que mi esfínter se abriera mucho más y joder que sensible me había dejado toda la zona, si me tocaba el esfínter, aún podía notarlo bastante sensible y ya habían pasado casi 11 horas desde que había tomado aquella dichosa pastilla. Hasta la polla me parecía que la tenía más grande que de costumbre.
Con esos pensamientos me levanté para ir al baño y joder así que me saqué el slip y empecé a tocarme la polla, esta reaccionó al momento poniéndose dura. La hostia todavía estaba caliente y con ganas de más verga, incluso parecía que estaba más caliente y excitado que el día anterior.
Después de mear, me preparé para darme una buena ducha, pues todavía llevaba el olor de la noche anterior después de haber sido follado por Manu. Mientras me duchaba, no se me iba de la cabeza las imágenes de Manu. Era un hombre de unos 55 años más o menos, eso al menos era lo que yo le había calculado, no estaba gordo, pero sí era fuerte, vamos que era de constitución ancha, cuando me abrazaba a él, yo parecía un escuálido adolescente en sus brazos. Era más alto que yo, por lo menos unos 10 centímetros, así que, si yo medía y mido 1,65 centímetros, el andaría por el 1,75. Yo pesaba 59 kilos, hacía unos días que había acudido al médico y me había pesado y eso era lo que pesaba, él, por supuesto que pesaba mucho más que yo, no se realmente lo que pesaría, pero por lo menos unos 20 kilos más que yo, estoy casi seguro, pues, aunque no estaba gordo, tenía una constitución fuerte. No tenía mucho pelo y el poco que tenía era de color negro con bastantes canas, eso sí, no tenía barba ni bigote ni mucho vello por el cuerpo, tenía un poco en el pecho que fue en lo que más me había fijado.
Durante toda la ducha no dejé de pensar en Manu, en lo bien que me había follado y lo mucho que me había hecho gozar. Cada vez que me tocaba la polla o el culito, me volvía a estremecer, andaba caliente y lo podía notar. Cuando me puse a lavar el ojete, este al pasar yo los dedos, notaba como se abría con suma facilidad, Dios, si me entraron los 2 dedos cuando presioné un poquito el esfínter y estos se colaron con suma facilidad. Todavía tenía el agujerito sensible y algo dilatado, al menos pude comprobar que nada más meterme los 2 dedos, este ya se abrió, dilatándose al momento.
Después de ducharme y lavarme bien lavadito, estuve viendo un poco la televisión esperando a que estuviese preparada la comida. Luego de comer, como no tenía nada que hacer ni a donde ir, volví para el sofá a ver la televisión. No duré mucho, pues enseguida me dio el sueño quedándome dormido como me solía pasar cada vez que me tumbaba en el sofá a ver la tele. Cuando desperté de aquella siesta improvisada, eran ya casi las 7 de la tarde, así que me fui a lavar, preparándome luego para salir a dar una vuelta. No sabía a donde ir, de la cabeza no me salía, Manu, el nuevo vecino, me había lavado bien y lubricado un poquito el ojete, pues tal y como andaba de caliente, sabía que era fácil que bajase al centro de la ciudad. Pensaba en Manu, pero no sabía que hacer, me daba vergüenza subir a su apartamento sin avisar o quedar antes con él, llamarle desde el timbre del portal también me daba vergüenza, pues no me gustaba que viera que andaba desesperado por volver a estar con él. La verdad es que la noche anterior ya me había dicho que al final iría yo a buscarlo, que me iba a hacer adito a su polla y joder… eso era precisamente lo que me estaba ocurriendo, no dejaba de pensar en él y en su enorme polla.
Sin saber todavía que hacer, salí de casa, nada más llegar a la calle como no sabía para donde ir, me quedé un poco en el portal, pensaba en que hacer, si bajar al centro o llamar al timbre del apartamento de Manu. Al final me atreví y armándome de valor, toqué el timbre de su apartamento, ya estaba, ya lo había hecho y no tenía marcha atrás. Tardó un poco en contestar y cuando lo hizo yo me moría de vergüenza, menos mal que no había vídeo portero y no podía verme la cara, porque estoy completamente seguro de que mi cara en aquellos momentos tenía que ser todo un poema, hasta las orejas me ardían de lo enrojecidas que se habían puesto. Con voz temblorosa le dije quién era, soy Dani, cosa que él ya me conoció al momento.
Sí Dani, ya te conocí la voz, además que ya sabía que sí o sí, ibas a volver como te dije a noche.
Dios, en esos momentos yo me moría de vergüenza, quedé callado sin poder contestarle cuando él dándose seguramente cuenta de mi azoramiento, me dijo que podía subir cuando quisiera, que en esos momentos estaba con él un amigo que le estaba haciendo un trabajo en casa, pero que podía subir cuando yo quisiera.
Al escuchar que no estaba solo, fue cuando le dije que iría a beber algo a la cafetería en la que habíamos estado ayer, que más tarde ya subiría, pero que antes le tocaría al timbre para saber si estaba solo, pues no quería que hubiese nadie más que nosotros, cosa que pensaba para mí, pues eso no se lo había dicho.
No te preocupes, mi amigo en media hora acaba así que bebe algo y luego sube que ya estaré yo solo. Si quieres hasta podemos ver el partido de fútbol que televisan, era lo que iba a hacer, pensaba en que mi amigo iba a estar conmigo, pero se tiene que ir, lo están esperando para ir a una cena, así que ya sabes, cuando quieras puedes subir, te estaré esperando, Dani.
Nada más acabar de hablar con Manu, ya fui derecho para la cafetería donde solía parar todos los días, bebería un par de cervezas y luego iría a casa de Manu. Llevaba todo el santo día pensando en él y en su enorme polla, eso era lo que haría, moría de ganas por volver a ser follado por Manu, incluso estaba dispuesto a quedarme a dormir con él ese sábado, si era que me lo volvía a pedir como había hecho la noche anterior.
Ya había pasado hora y media, iba a empezar el partido de fútbol cuando salí de la cafetería rumbo al edificio donde ahora vivíamos Manu y yo, yo con mis padres y Manu en el apartamento que acababa de quedar vacío, siendo él, el nuevo inquilino.
Cuando llegué al portal, volví a tocar el timbre del apartamento de Manu, no quería llevarme la sorpresa de encontrarme con que todavía estaba su amigo, me había dicho que en media hora se iría y ya había pasado hora y media, pero aún así no quería llevarme esa sorpresa. Me contestó Manu y nada más decirle quien era, este ya me abrió la puerta del portal, esperando a que yo subiese.
Cogí el ascensor y me fui directo para la planta donde vivía Manu, nada más llegar ya me estaba esperando con la puerta abierta. Bufff cómo me puso de caliente nada más verlo, el muy cabrón llevaba puesto un albornoz, se había dejado apropósito abierto el mismo para que yo pudiera ver que debajo de el albornoz no llevaba nada puesto. Lo vi prácticamente desnudo, veía la tremenda polla que le colgaba del medio de las piernas, la cabrona ya estaba morcillona. Dios como me había excitado verlo así. Miraba para la tremenda polla que le colgaba y me relamía los labios, sabía que aquella enorme polla que le colgaba del medio de las piernas, me la iba a meter por el culo, pensar aquello me hizo estremecer todo el cuerpo, Dios, hasta la piel se me había erizado nada más verlo.
Pasa pasa, me decía abriendo por completo la puerta. Ya te estaba esperando, ya me puse cómodo cómo puedes ver. Sabía que más pronto que tarde vendrías tu solito, se muy bien que te gusta mi verga, ayer disfrutaste por primera vez de ella y se que te gustó, gemías y te retorcías de gusto, así que sabía muy bien que tarde o temprano volverías para probarla de nuevo. Espero que esta vez te quedes a dormir, ya verás como te hago disfrutar toda la noche. Vas a ser mi hembrita, ¿verdad? Te vas a quedar a dormir conmigo y me vas a dejar que te coja todas las veces que quiera, ¿verdad mi linda putita? Ya verás como te voy a hacer disfrutar, te voy a hacer gozar y gemir toda la noche, hoy te voy a preñar bien preñado, te voy a embarazar con mi lechita, voy a dejar mi semilla en lo más profundo de tus entrañas, me decía mientras me iba sobando los cachetes de mi caliente y ardiente culito mientras me iba llevando por el pasillo, abrazado a él.
No dábamos andado, pues me llevaba abrazado a él mientras con una mano me iba manoseando los cachetes del culo a la vez que con la boca trataba de besarme. Dios, parecía un pulpo. Al llegar a mitad del largo pasillo, se paró pegándome contra la pared, a la vez que me decía lo mucho que le gustaba y lo caliente que lo ponía.
¡Ay maricón que bueno estás! ¡Dios como me pones! Me gusta tu culito, me pones muy cachondo, me tienes muy caliente, no sé si voy a poder aguantarme, me decía pegándome contra la pared mientras empezaba a aflojarme la correa del pantalón tejano Levi’s que llevaba, era el mismo de la noche pasada, no tenía cremallera, llevaba botones en su lugar. Notaba su fuerte respiración en mi oreja mientras trataba de buscar mi boca para morder mis labios a la vez que ya me empezaba a desabotonar el pantalón, ya me había aflojado la correa y ahora trataba de desabotonarme el pantalón con una mano mientras con la otra giraba mi cabeza para que le diera la boca. Yo que andaba más caliente que el palo de un churrero, giré mi cabeza dejando que se apoderara de ella. Dios como me estaba poniendo el cabrón, me empezó a morder el labio inferior para acto seguido meterme su húmeda lengua en la boca, saboreando mi lengua a la vez que mezclábamos nuestras salivas. Cuando noté como me bajaba el pantalón yo instintivamente eché mi mano buscando la enorme polla de Manu. Dios que sensación y escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando agarré aquella larga y gorda polla, noté lo caliente que esta estaba y lo duro y tiesa que ya la tenía, empecé a acariciarla con mi mano, notando como él bajaba mi slip a la vez que me decía:
Ves cómo me tienes, tócala y acaríciala. Se que estás deseando que te la meta por el culo, ¿verdad mi putita? ¿Verdad que la estás deseando tener dentro tuya?
Siií, gemí a la vez que le decía que sí, que la estaba deseando tener toda dentro mía, quería que me follase por eso había acudido a su apartamento, moría de ganas porque me hiciese suyo de nuevo y me preñase bien preñado.
No te preocupes que te la voy a meter toda, te la voy a meter hasta los huevos, pedazo de maricón, te voy a hacer que chilles y gimas como la putita caliente que eres.
Sin poder aguantarse más, Manu que ya no tenía paciencia, empezó a subirme la camisa hacia los hombros y así sin desabotonarla, trataba de quitármela por la cabeza, cosa que prácticamente consiguió, pues, aunque no me la sacó por completo, la dejó delante de mi cara sin terminar de sacar, solo faltaban los brazos, pero al verme así inmovilizado, terminó dejándola allí, le gustó ver como me tenía prácticamente inmovilizado. Empezó a pasar su mano por los cachetes de mi culito, metió su mano por medio de mis piernas haciendo que yo me abriera más de piernas y empezase a gemir al notar su mano acariciándome los genitales.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía yo notando como su mano acariciaba mis genitales, luego pasaba sus dedos por el perineo, parándose en la entrada de mi agujerito donde presionó con su dedo, comprobando que mi esfínter cedía dejando paso a aquel dedo que me estaba empezando a meter. Al ver que mi culito se abría fácilmente, sacó el dedo que me había metido, introduciéndome ahora 2 de sus dedos, haciendo que yo me abriese aún más. Me abrí de piernas todo lo que pude y mi pantalón y slip me permitieron, empezando a gimotear, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba a la vez que me abría todo lo que podía de piernas echando el culito hacia afuera para que sus dedos me entrasen más fácilmente.
¿Te gusta eh maricón?
¿Te gusta que te meta los dedos por el culo, eh maricón?
Siií, sí que te gusta, pero yo se que te gusta más que te meta la polla, ¿verdad que sí?
Siií, le contestaba yo echando el culo para que sus dedos me entrasen más profundo.
¡Ay maricón! Mira como echas el culito, ¿tienes ganas eh?
¿Tienes ganas de pollita eh maricón? Me preguntaba a la vez que sacaba sus dedos de mi ardiente culito, se incorporaba un poco a la vez que se pegaba a mi llevando la punta de aquella enorme polla a la entrada de mi agujerito.
Nada más notar la punta de su polla pegada a la entrada de mi agujerito, todo mi cuerpo se estremeció, las piernas me empezaron a temblar a la vez que mi piel se erizaba. Noté como aquella polla empezaba a abrir mi esfínter y como Manu empujaba su pelvis mientras me sujetaba con sus manos por las caderas tirando por mí hacia él.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba yo notando como aquella polla me iba entrando por el culo.
Ya maricón ya, no chilles tanto que nos van a escuchar, calla que ya la tienes toda dentro, ya tu culito se la ha tragado toda, ya te la he metido hasta los huevos. Me susurraba Manu a la oreja, pegándose todo lo que podía a mí.
Espera, espera un poco, le pedía yo a Manu, tenía la sensación de que me iba a partir en 2, Dios, podía notar como aquella enorme polla me había abierto el culo y como me tenía completamente ensartado, era como si me acabaran de empalar. Me había dolido un poco y quería que mi culito se acostumbrase, quería que se dilatara y pudiera así gozar de aquella tremenda polla que me acababan de meter por el culo.
Manu, haciéndome caso, se pegó más a mí, quedándose completamente quieto, podía notarle los vellos púbicos pegados a mi culito y sus pelotas aplastadas a la entrada de mi ano, mientras me susurraba al oído:
¡Ay maricón como me gusta tu culito! Que gusto me da y que calentito se siente, me susurraba mientras sus manos acariciaban mis genitales y polla. El cabronazo tiraba de mi hacia él mientras me acariciaba los genitales y polla, me quería tener así completamente ensartado en su verga.
Ahora mientras me seguía hablando iba poco a poco moviendo sus caderas, haciendo que su polla fuese deslizándose por dentro de mi ardiente culito, cosa que me volvió a hacer gimotear mientras yo le pedía que siguiera esperando.
Espera espera, espera un poquito, le decía yo gimoteando, pero él seguía moviéndose muy despacito mientras trataba de tranquilizarme.
Yo cada vez gemía más, notaba como la polla de Manu se iba deslizando poco a poco haciéndome estremecer de gusto, él al ver que yo echaba mi culito para atrás pegándome todo lo que podía a él, viendo como gemía, empezó a bombear más, ahora casi me sacaba la polla volviendo a meterla bien a fondo, cosa que cada vez que me la incrustaba en lo más profundo de mis entrañas, me hacía que irguiera todo mi cuerpo, poniéndome de puntillas. Manu al ser más alto que yo, cada vez que me incrustaba la polla metiéndomela a fondo, con cada culeada que me daba, prácticamente me levantaba los pies del suelo, eso que él procuraba estar algo encorvado, pero cuando me metía la polla con el impulso que me daba, además de pegarme a la pared, me hacía poner de puntillas.
Así me estuvo culeando un rato, hasta que cansado por la posición en que los 2 estábamos, mientras me tenía clavada la polla en lo más profundo de mis entrañas, me decía que fuéramos para la sala, esto me lo dijo a la vez que trataba de girarme, quería llevarme clavado en su polla tal y como me tenía. Lo malo es que yo al tener el pantalón y slip sobre los tobillos, apenas podía dar un paso, por lo que nada más girarme para llevarme hacia la sala, su polla salió de mi ya abierto culo. Al ver que me salía la polla del culo, fue cuando ya me pude agachar para agarrar el pantalón y slip y así poder caminar, yendo para la sala abrazado a Manu.
Al llegar a la sala, Manu al no tenerme empitonado, me soltó dejando que me terminase de quitar la ropa.
Quítate todo que así estaremos más cómodos y podré follarte mejor, me decía acariciándome el culo. Dios que ganas tenía de volverme a follar Manu, si yo tenía ganas de que me volviera a follar, yo diría que las ganas de él aún eran mayores.
Así que terminé de quitarme toda la ropa, cogiéndome de la mano, pues en todo momento no me había soltado, mientras yo me quitaba la ropa, Manu me estuvo metiendo mano todo el rato y así que ya estuve completamente desnudo, agarrándome por la mano, me llevó con él, quería sentarse en el pequeño sofá que tenía, cosa que fue lo que hizo, dejando completamente abierto el albornoz. Dios yo miraba para él y me ponía todavía más cachondo, veía aquella enorme polla tiesa y dura y me estremecía todo, joder como era posible que toda aquella polla que veía podía estar dentro mía, lo pensaba y me estremecía todo el cuerpo, pero así era, aquella verga acababa de tenerla toda ella dentro mía y Dios que gusto me había dado.
Dejando que me fuese llevando agarrado por la mano, fui con él y así que Manu se sentó en el pequeño sofá, esperé a que me dijese como quería ponerme, cosa que yo ya intuía, quería que me sentase en su regazo y teniéndome así sentado sobre él, follarme igual que la noche anterior. Solamente que en esta ocasión en lugar de ponerme dándole la espalda a él, esta vez quiso que fuese de cara a él.
Ven, abre las piernas y súbete con las rodillas al sofá, me decía tirando por mi para que me fuese colocando como me decía. Abrí las piernas quedando las de Manu en medio de las mías, y apoyándome con mis manos sobre sus hombros, subí las rodillas al sofá, dejé que Manu llevase su polla a la entrada de mi caliente culito y así como estábamos, empecé a bajar el culo hasta quedar completamente ensartado en aquella enorme polla que tanto me estaba haciendo gozar.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh! Empecé a gimoteara la vez que me estremecía del gusto que me estaba dando sentir como me entraba por el culo aquella tiesa y dura polla. Nada más quedarme completamente empalado, Manu me abrazaba fuertemente a él mientras me decía:
Así maricón así, joder como me gustas, Dios que bueno estás cabrón, que gusto me da follarte este culito, me decía acariciándome la espalda y culo con sus manos.
Yo que estaba que me derretía de gusto, empecé a mover mi culo levantándolo y volviendo a sentarme sobre él. Dios, me estremecía y temblaba de gusto sintiendo como aquella polla salía y volvía a entrar, clavándose en lo más profundo de mi ser.
Yo ya gemía como un loco, subía y bajaba cada vez más rápido, notando como aquella polla me entraba por el culo una y otra vez, Dios que gusto me estaba dando. Mi polla ya hacía rato que no dejaba de gotear pequeñas gotas de semen, gotas que caían todas sobre el pecho y abdomen de Manu que no dejaba de gritar:
¡Ay que gusto! ¡ay que gusto! ¡ay que gusto me estás dando! ¡ay que gusto me da cabrón!
Yo ya estaba que sudaba por todas partes, ya me estaba agotando de tanto sube y baja, pero no quería parar, me estaba derritiendo de tanto gusto que me estaba dando aquella polla que no dejaba de serrucharme el culo, cuando Manu me dice que se va a correr.
Dios, ya me corro, ya me corro, cabrón me vas a hacer correr, gritaba a la vez que me sujetaba fuertemente por las caderas, cuando empieza a gritar mientras se corría dentro mía.
¡Ay que gusto! ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! Gritaba viendo yo como su cuerpo se estremecía y notando como de su polla empezaban a salir trallazos de semen que se quedaban dentro mía.
Así que Manu terminó de eyacular dejándome el culo preñado con su lechita, cansado como estaba, me quedé sentado abrazado por él notando como su polla poco a poco se iba escurriendo de mi abierto y todavía caliente culito.
Manu me abrazaba a él a la vez que me comía a besos, Dios era como un león enjaulado, me comía la boca literalmente, pues ya me tenía los labios enrojecidos e hinchados de tanto mordérmelos y chuparlos.
Cuando ya recuperamos la respiración y nos hubimos tranquilizado un poco, Manu al ver que yo seguía empalmado, fue cuando se percató de que yo no me había corrido, eso sí, no había dejado de soltar gotas de semen, pues tenía toda la polla pringada al igual que el pecho y abdomen de Manu. Ahí fue cuando quiso pajearme, pero yo no lo dejé.
No, Manu, le dije, no quiero correrme todavía, si me voy a quedar a dormir, no quiero correrme ahora, ya me correré después, ¿o es que no tienes pensado volver a follarme?
Sin que dijera nada, echó sus brazos abrazándome fuertemente a él mientras me susurraba, claro que sí putita, claro que quiero volver a follarte, hoy quiero que cuando marches de aquí, vayas embarazado, pero bien embarazado con mi lechita.
Nos levantamos yendo con él a limpiarnos un poco, pues además de ir todos pringados de semen, yo iba sudado por todas partes. Entramos los 2 al baño donde nos lavamos un poco volviendo luego, así como estábamos para la sala, el partido de fútbol todavía no había acabado, así que Manu para que no me cogiera el frío fue a buscar una manta para que me tapase, pues quería que siguiera así desnudo como estaba, íbamos a ver lo que quedaba de partido de fútbol, picar y beber algo y luego seguiríamos con nuestro particular deporte que no era otro que seguir follándome.
Bueno queridos lectores, llegados a aquí, espero que vuestras pollas estén bien tiesas y duras, la mía al recordar cómo me follaba Manu, tengo la polla que no deja de gotearme, la tengo toda pringada, así que espero que esa corrida que espero soltéis, cuando os estéis corriendo os acordéis de mí.
Si queréis saber como Manu me siguió follando esa noche, vais a tener que esperar al siguiente capítulo, pues he visto que, si sigo, se va a hacer un poco largo.
Tranquilos, no os desesperéis, el capitulo ya está escrito, solo tenéis que esperar a que se publique, solo sí alguno está muy desesperado, puede escribirme que le contaré como terminé ese día, 😁.
Podéis escribirme o poneros en contacto conmigo escribiéndome a:
O podéis buscarme en Twitter buscándome por:
@danisampedro91
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!