Sorpresa al conocer a mi nuevo vecino III.
Dios, me estremecía pensando en que aquella enorme polla que manoseaba, me la iba a meter por el culo, solo de pensar en que aquella polla iba a estar dentro mía, todo mi cuerpo se estremecía, poniéndome cada vez más caliente y excitado..
Luego de haberme follado estando Manu sentado sobre el sofá y yo montado a horcajadas sobre su regazo, nos levantamos a lavar y asearnos un poco, luego de lavarnos, Manu fue a buscar una manta para que yo me pudiera tapar y no me cogiese el frío mientras veíamos el partido de fútbol y picábamos algo, quería que me quedase desnudo. Mientras yo me acomodaba en el pequeño sofá, fue a buscar unas cervezas, pues para picar ya lo tenía colocado sobre la mesa cuando yo había llegado.
Así que vino con las cervezas, nos acurrucamos los 2 sentados en el pequeño sofá, y así como estábamos, yo tapado con la manta que me había traído Manu y él con el albornoz, mientras bebíamos las cervezas y picábamos de lo que Manu había puesto sobre la pequeña mesa, nos pusimos a ver el partido de fútbol.
Poco duró la tranquilidad, Manu antes de que acabara el partido, empezó a meterme mano, me abrazaba a él a la vez que buscaba mi boca, no se cansaba de besar, me comía la boca literalmente, me tenía los labios enrojecidos e hinchados de tanto morreo que me daba. Mientras el me comía la boca, yo no me cansaba de acariciarle y manosearle la enorme polla, la acariciaba con mi mano sobando y masajeando las gordas pelotas, excitándome por saber que toda aquella larga y gorda polla, me la había metido por el culo, Dios que gusto me daba sentir toda aquella verga dentro mía. Sabía que me la iba a volver a meter, que aquella polla que acariciaba y no dejaba de manosearle, iba a volver a tenerla dentro mía, que me la iba a meter por el culo y a volver a follarme. Cada vez yo estaba más caliente y con más ganas, por eso cuando Manu al ver mi empalme y ver que no me había corrido cuando me dio por el culo, yo no quise que me pajeara, sabía que así que me corriera, esa calentura se me iba a aplacar, ese día quería quedarme a dormir con Manu y que siguiera follándome.
Yo Estaba que ya ardía por lo caliente que estaba, mi polla ya empezaba a soltar gotitas de semen, pringando mi polla, cosa que Manu comprobó cuando me estaba metiendo mano.
¡Andas caliente, eh maricón…! Mira cómo tienes la pollita pringada y mira que dura la tienes.
Hoy mi putita tiene ganas de polla, ¿eh?
Mi putita quiere que lo sigan follando, ¿verdad que sí?
Sí, quiero que me vuelvas a follar, quiero que me folles toda la noche, le contestaba yo, y así como me tenía abrazado a él, me subió a su regazo haciendo que cayera la manta y así desnudo como me tenía, mientras me comía la boca y mordisqueaba el cuello, me susurraba.
Sí, mi putita sí, claro que te voy a volver a follar, a mi putita no le va a faltar polla nunca, mientras estés conmigo, siempre vas a tener mi polla dispuesta para este culito que me vuelve loco, me iba susurrando a la vez que me comía con su boca sin dejar de meterme mano.
Deja que recoja las cosas y vaya a buscar las pastillas y el lubricante, y vete preparando porque esta noche te voy a dejar embarazado, me decía levantándose del sofá conmigo en sus brazos. Me soltó dejándome en el sofá, se puso a recoger lo que había sobrado llevándolo para la cocina, volviendo al poco con las pastillas de Sildenafil, el lubricante junto a 2 botellas de cerveza.
Toma, me decía pasándome una de las cervezas a la vez que me preguntaba si quería tomar una pastilla de Sildenafil 50 mg, ¿¿quieres tomar una como ayer? Ya viste lo caliente y excitado que te pone, haciendo que disfrutes más.
Yo recordando el efecto que me había hecho el día anterior, esta vez no lo dudé y le dije que sí, si aquella pastilla que ayer había tomado me había puesto tan cachondo, hoy no lo dudaba, volvería a tomarla, quería disfrutar y gozar como la noche pasada.
Manu luego de pasarme la cerveza, cogió 2 pastillas de Sildenafil 50 mg, me dio una a mí, tomándose él la otra.
Así que tomamos aquellas pastillas, dejando las cervezas sobre la pequeña mesita, Manu me volvió a coger entre sus brazos llevándome de nuevo al sofá, donde sentándose no dejaba de meter mano y acariciarme, yo que cada vez estaba más caliente y salido,
acariciaba y manoseaba su polla y genitales. Dios, me estremecía pensando en que aquella enorme polla que manoseaba, me la iba a meter por el culo, solo de pensar en que aquella polla iba a estar dentro mía, todo mi cuerpo se estremecía, poniéndome cada vez más caliente y excitado.
No pudiendo aguantarme más, me escurrí de los brazos que me mantenían abrazado a Manu, me agaché y mientras agarraba aquella enorme polla, llevé mi boca a ella. Quería mamarla y comérmela toda, estaba obsesionado con la enorme polla de Manu, así que me puse a chuparla a la vez que le acariciaba los huevos.
Manu al ver como yo desesperado me había lanzado a chuparle la polla, abrió más las piernas para que yo estuviera más cómodo y pudiera chupar aquella polla que tanto me gustaba y obsesionado me tenía.
Así mi putita así, chúpala toda, así maricón así, cómela y pónmela dura que luego te la voy a meter por el culo y hacer que chilles del gusto que te voy a dar, me decía apoyando sus manos sobre mi cabeza.
Ya llevaba un buen rato chupándole la polla cuando Manu me dijo a la vez que me sacaba la cabeza de su polla:
Anda, vámonos para la cama que me vas a hacer correr y quiero seguir cogiendo este culito caliente que tienes y tanto me gusta. Esta noche quiero dejarte bien preñadito, esta noche quiero dejarte embarazado, me decía manu, levantándose del pequeño sofá donde estábamos acurrucados.
Me abrazó a él rodeándome con sus brazos por la espalda llevándome con él. Teniéndome así abrazado por detrás a él, me fue llevando para el dormitorio. Manu ya llevaba la polla bien tiesa, podía notarla pegada a mí. Yo que estaba caliente a más no poder, trataba de restregar mi caliente culito a su verga, moría por tener otra vez aquella enorme polla dentro mía, quería que me volviese a follar, deseaba ser su hembrita, que me hiciera chillar y gemir de placer, quería que me preñase de nuevo, que me dejase embarazado como me decía él.
Nada más llegar al dormitorio, Manu me quitó la manta donde me llevaba envuelto, la extendió sobre la cama, haciéndome poner acostado boca abajo. Iba a follarme teniéndome así tumbado boca abajo.
Así que me hubo acostado, se subió a la cama, poniéndose en medio de mis piernas las cuales abrió para poder colocarse él.
Yo no decía ni hacía nada, dejaba que Manu me fuese colocando. Estaba ansioso y algo nervioso, sabía que me iba a follar, que me iba a dar por el culo, cosa que la verdad yo estaba deseando con toda mi alma. Deseaba ser su hembrita, sentirlo dentro mía. Cada vez estaba más caliente, la pastilla de Sildenafil que hacía ya unos 20 minutos que había tomado ya me estaba haciendo efecto, notaba como mi agujerito palpitaba y como mi polla no dejaba de soltar liquido preseminal.
Una vez ya colocado Manu, luego de haberme lubricado comprobando que mi agujerito se abría fácilmente, cogiéndome por las caderas a la vez que me pedía que levantase el culito, colocó la punta de su polla en la entrada de mi caliente y desesperado agujerito, y teniéndome así con la cara y pecho pegados a la cama, el culito levantado con las piernas totalmente abiertas y algo encogidas para poder levantar el culo, fue cuando manu, sujetándome fuertemente por las caderas, una vez ya tenía la punta de su polla colocada en la entrada de mi ano, tirando de mí hacia él a la vez que impulsaba su pelvis, me introdujo por completo aquella enorme verga que se gastaba.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh! Grité yo notando como aquella verga me entraba por el culo de una sola estocada.
Ya, ya esta, ya la tienes toda dentro, me decía Mano, impulsando aún mas su pelvis para que pudiera notar como mi culo se había tragado por completo su verga y pudiera sentir como sus grandes pelotas, las tenía pegadas a la entrada de mi ano.
Así, así, ¡oh que gusto! ¡oh que gusto! Dios maricón que culito más rico tienes, ¡ay que calentito y que gusto me está dando! Gritaba manu empezando con el mete y saca.
Yo que me había quedado con la boca abierta y los ojos como platos, pegaba la cabeza a la cama a la vez que levantaba todo lo que podía el culito, sintiendo como Manu me estaba empezando a poseer.
Me tenía como si fuese una rana, completamente abierto de piernas y con la cabeza y pecho pegados a la cama, gimiendo por el gusto que me estaba dando. Podía notar como su polla me iba taladrando el culo una y otra vez, como mi polla no dejaba de soltar líquido preseminal, pudiendo escuchar como Manu gruñía, escuchaba su fuerte respiración, como me sujetaba fuertemente con sus manos por las caderas mientras me introducía una y otra vez su polla por el culo, haciendo que fuese suyo.
La cama no dejaba de chirriar, a cada paso se podía oír más, hasta se podía escuchar el golpeteo que daba el cabecero contra la pared, lo mismo que daba su pelvis contra mi culito cada vez que me ensartaba la polla. Se escuchaba los sonidos de la cama y el plas, plas plas plas plas, plas, plas plas plas plas, de su pelvis golpeando contra mi caliente y abierto culo.
Yo en aquellos momentos me daba todo igual, estaba gozando como un loco y no quería que aquello parara, pero estaba seguro de que los vecinos tendrían que estar escuchando perfectamente aquel ruido. Sabían muy bien de que aquel ruido era de una follada, que, en el piso de arriba, el nuevo inquilino estaba follando. En esos momentos todo me daba igual, pero sabía muy bien que luego si alguien me veía salir de allí, me moriría de vergüenza, pues se darían cuenta de que a quien se estaban follando era a mí, se enterarían de que era homosexual, de que me gustaban las pollas y que me dieran por el culo, de que le había entregado mi culito al nuevo vecino, dejando que me hiciese suyo.
Ya muchos vecinos como me conocían de niño te preguntaban en ocasiones si no tenías novia, siempre era la misma pregunta, cosa que me molestaba un poco, pero que supieran de mi homosexualidad era algo que me aterraba, me daba pánico que se supiera de mi condición sexual, así que, si alguno de ellos me veía salir de la casa de Manu,
Estaba seguro de que se darían cuenta de que yo era al que se estaba follando el nuevo vecino y Dios, eso me daría muchísima vergüenza.
Con esos pensamientos estaba dejando que mano me follara, estaba gozando como un loco, en esos momentos solo quería ser la hembrita de aquel vecino que me estaba poseyendo por segunda vez en la noche.
Yo no podía parar de gemir, era un gimoteo que más bien se parecía a un lloriquear continuo, ¡ooo! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba, notando como Mano no dejaba de darme por el culo. Ya las piernas me temblaban y mi polla ya estaba en un chorreo continuo, cuando escucho como la respiración de Mano se empieza a agitar y escuchar más fuerte lo mismo que sus arremetidas, cuando de repente escucho gritar a Mano decir que se corre.
Ya, ya me vengo, ¡oh que gusto! ¡oh que gusto! Gritaba manu empezando a correrse dentro mía.
¡Ay maricón que gusto! ¡ay que gusto! ¡ay que gusto me has dado! Gritaba mientras iba soltando en lo más profundo de mis entrañas su semen, dejando allí su semilla.
Una vez recuperó la respiración, así como todavía me tenía, llevó su mano a mi polla, pudiendo comprobar como estaba toda pringada y medio flácida, no había parado de soltar chorros de liquido preseminal, era como si ya me hubiera corrido, cosa que Manu creyó.
¡Ay maricón, mira como te has corrido!
¿Te he hecho correr de gusto eh?
Yo no le dije nada, dejé que creyera que así había sido, pues estaba tan pero que tan cansado que no tenía ni ganas de pajearme, ya había soltado bastante líquido preseminal, ya mi pobre polla estaba medio flácida y no me importaba quedar así, ahora lo que quería era descansar y dormir un poco.
Manu después de manosearme un poco me dijo de si quería ir a lavarme.
No, le dije, quiero dormir así, ahora estoy muy cansado y quiero dormir con tu semen dentro mía.
Mano lo entendió y echándose a un costado, dejó que me tumbase por completo. Estaba sobre la manta, pero no me importaba. Así fue como me quedé dormido, desperté cuando manu después de quitar la manta sobre la que estaba durmiendo, me metía en la cama tapándome luego con la sabana y cubre cama. Estábamos los 2 metidos en la cama, yo acurrucadito a su pecho siendo abrazado por él.
Así fue como me desperté a la mañana siguiente, iban ya dar las 11 de la mañana cuando desperté al notar como Manu acariciaba mi culito con su mano.
Abrí los ojos viendo como Manu me tenía abrazado a él, como me iba acariciando el culito con su mano y como llevaba su boca a mi oreja empezando a mordisquearla mientras me susurraba cosas al oído. Me llamaba dormilón, que era muy guapo y que era un vicioso muy calentito.
Una vez ya me hubo despertado por completo, yo echando mi mano hacia atrás, buscaba su polla, buscaba aquella polla con la que me había follado y dejado embarazado como me decía Él. Cuando la agarre con mi mano, empecé a manosearla y acariciarla, el cabrón ya la tenía a media asta, el cabronazo ya estaba casi apunto y seguro de que querría volverme a coger.
Si yo era un vicioso y caliente putito, él no se quedaba atrás, mi culito le encantaba y no se cansaba de cogerme, me daba por el culo seguido. Ya mi caliente culito se estaba empezando a acostumbrar a aquella polla, ya se abría al contacto con él.
Así que ya me puso bien caliente, al no poder aguantarme más, me di media vuelta quedándome cara a cara con él, cosa que él aprovechó para empezar a morrearme y comerme la boca.
Dios, aquel hombre era insaciable, me mordía el labio inferior metiéndome luego la lengua en la boca. Así que se cansó de comerme la boca, fue bajando por mi cuello dándome pequeños mordiscos, mordiscos que me hacían estremecer de gusto.
Yo temblaba abrazándome a él, los mordiscos en el cuello eran y son mi punto débil, él al ver como me abrazaba y como todo mi cuerpo se estremecía de gusto con los mordiscos que me daba en el cuello, siguió con aquella placentera tortura que me estaba dando. Tanto era el gusto que me estaba haciendo pasar, que mientras me abrazaba a él, abrí mis piernas para rodearlo, quería sentir su polla rozándome el culo.
Manu al ver lo caliente que me estaba poniendo, supo que lo que yo estaba necesitando era que me volviese a follar, que necesitaba que me volviera a dar por el culo, por lo que luego de martirizarme con sus mordiscos en el cuello, llevándome abrazado así a él, se tumbó boca arriba, dejando que yo quedase arriba de él, si quería polla, pues que yo mismo me la metiese en el culo, así como estaba tumbado sobre él.
Yo al comprender lo que Manu quería y lo que yo ya deseaba por lo caliente que me había puesto, colocándome así a horcajadas sobre él, busqué su polla con mi mano derecha, una vez la tuve agarrada con mi mano, la llevé hacia mi culito a la vez que levantaba este, colocaba la punta de su polla en la entrada de mi caliente y desesperado agujero, y así como estaba yo solo me fui penetrando en aquel enorme rabo.
¡Ohhh!¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía yo notando como la polla de Mano se iba introduciendo por mi caliente culo.
Así que la tuve completamente dentro mía, estando así ensartado, empecé a subir y bajar, clavándome una y otra vez aquella polla en mis entrañas. Galopaba como si fuese un jinete montado en su caballo, apoyaba mis manos sobre su pecho y abdomen, moviéndome como un salvaje.
Manu me miraba a los ojos viendo como yo gozaba introduciéndome su polla por el culo, me acariciaba los brazos viendo como yo solo me clavaba en su verga.
Ya llevaba un buen rato cabalgando sobre la polla de Manu y cada vez estaba más cansado, así que, en lugar de poner mis manos sobre su pecho y abdomen, las llevé para atrás a la vez que me inclinaba yo también, apoyé las manos sobre el colchón de la cama, y así reclinado, movía mi culo hacia adelante y atrás una y otra vez.
Notaba como la enorme polla de Manu se introducía una y otra vez por mi cada vez más abierto culo, como gemía y sudaba. Ya estaba que no podía más, cuando por fin noto como mano coloca sus manos sobre mis piernas ayudándome con la penetración.
Sigue, sigue así un poquito más, sigue que ya me vas a hacer correr.
Yo al escuchar aquello aún incrementé más mi movida de culo, estaba agotado, pero quería que Manu se corriese dentro mía. Cuando por fin escucho decirle a Manu que ya, que ya se viene.
¡Ahhh! ¡aaahhh! Me corro, me corro, Gritaba Manu empezando a soltar su lechita dentro mía.
¿Ay que gusto! ¡ay que gusto! Repetía una y otra vez llenándome de nuevo el culito con su semen.
Así que terminó de preñarme de nuevo, yo que sudaba como un carnero, veo como Manu lleva sus manos a mi polla que estaba chorreando otra vez líquido preseminal, me la agarra con su mano, empezando a pajearme.
En Ese momento yo empecé a chillar como un condenado, ¡ooohhh! Me corro, me corro, chillaba yo soltando unos tremendos trallazos de semen que fueron a parar a mi pecho y abdomen.
Una vez ya los 2 nos tranquilizamos y nos dimos recuperado de la follada fue cuando nos levantamos de la cama, fuimos juntos al baño donde me dijo si quería ducharme, diciéndole yo que no, que solo me iba limpiar un poco y me marcharía para mi casa, que luego ya me ducharía allí.
Como quieras, ¿pero no será mejor que vayas duchadito y no así oliendo a sexo y semen?
No pasa nada, mejor así que no quiero que me vean que llego duchado.
Y así fue como luego de lavarme un poco, busqué mi ropa, me vestí y luego de mirar de que no hubiera nadie que pudiera verme salir de la casa del nuevo vecino, salí cogiendo el ascensor y bajando para la planta donde yo vivía con mis padres.
Mientras tanto Manu ya se había despedido de mí, me dio una buena sobada al culito, esa noche me había follado bien follado, esa noche como decía él, me había dejado embarazado.
Embarazado no podía, pero que me había dejado tan satisfecho y colgado de su enorme polla, que no iba a tardar mucho en volver para que me volviese a dar por el culo, raro era la semana que al menos no subía una vez para que me cogiera, el muy cabrón había conseguido hacerme su hembrita y que le entregase el culito, me había hecho su putita a la que siempre dejaba embarazado con su lechita.
Cuando entré en casa, fui directo a mi dormitorio, iba completamente agotado, sentía el culo muy abierto y algo dolorido, pero iba contento y muy pero que muy relajado. Abrí la cama y luego de quitarme la ropa, me acosté a seguir durmiendo.
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