Sorpresa en el trabajo
Nunca pense que me pasaría y me encantó.
Hace años, cuando yo tenía 22 , trabajaba en una oficina con dos compañeros. Era el sector administrativo de una fábrica, relativamente separado del resto de los edificios. Nuestra tarea era rutinaria y habia poco movimiento de gente por el lugar. De hecho hacíamos nuestras tareas diarias, pero siempre sobraba el tiempo para charlar, leer el diario o incluso jugar al ajedrez. Ale jugaba muy bien y la mayor parte de las veces me ganaba, cosa que me ponia de mal humor. El tenía 32 años.
Era un tipo morocho, atractivo pero no carilindo, un fisico mas bien delgado, pero relativamente musculoso. Muchas veces hablaba de sexo y de las mujeres con que se habia encamado. Yo habia tenido alguna novia, pero sin mayor compromiso. El me cargaba y me decia que a mi me gustaban los tipos. Yo me ponia colorado y le decia que estaba equivocado. Y de verdad a mi me gustaban mas los hombres pero no me había animado a concretar.
Al poco tiempo trasladaron a nuestro tercer compañero a otro lugar y quedamos los dos solos en esa oficina. Era enero y había poco trabajo, estabamos bastante desocupados y jugando al ajedrez. Ante otra derrota, me levanté enojado y le dije que no jugaba más… mi voz me salió un poco aflautada por la ira. El me dijo: pareces una chica enojada, tenés la voz finita y una cola grande y hermosa. Me quedé helado, pero entré en el juego y dije: vos desde cuando me mirás la cola, si siempre estás con chicas.
Se levantó, se acercó y mirando profundamente a los ojos me dijo que tenia que hacerme una prueba, me hizo dar vuelta, me apoyó contra un escritorio, se arrimó por atrás, me agaró de la cintura y me apoyó el bulto en mi cola. Yo quise zafarme de su abrazo, pero sin mucha convicción, realmente me encantaba sentirlo apoyado. El me apretó mas y me dijo que ambos queriamos eso, que no me preocupara. El se habia dado cuenta de mi naturaleza y solo queria que los disfrutaramos juntos.
No te preocupes, esto es un secreto y se queda acá. Empezó a moverse, frotandose cada vez mas, yo empecé a jadear del placer y la calentura. Empujaba para atrá para sentirlo mejor. Teniamos tanta calentura acumulada que en pocos instantes acabamos los dos, ensuciandonos la ropa interior. El rapidamente me hizo arrodillar, sacó su pene humedo, todavia duro y me hizo chupar el semen que quedaba.
Luego nos miramos y sonreimos, yo estaba realmente feliz, casi sin querer habia encontrado un tipo que con pocas franeleadas me habia hecho gozar enormemente. Me dijo que faltaba lo mejor, pero teniamos que quedarnos despues de hora apara evitar que por ahi llegara alguien a la oficina.
Yo no era virgen porque habia usado algunos consoladores para masturbarme teniendo fantasias con hombres. Sin embargo el pene que habia tenido en mi boca era bastante largo y particularmente grueso, asi que estaba un poco asustado. Me traquilizó y me dijo que me iba a lubricar bien con saliva, me recostó en un sillón que teniamos en el ofice y me empezó a chupar la cola. Yo me enloquecí de placer, me metia y sacaba la lengua de mi ano, yo estaba re caliente. Hasta que le pedí que me la metiera, no me imporataba si dolía, quería que me partiera la cola y fuera su hembra. Me agarró de las caderas y empezó a empujarme con la cabeza del pene. Yo traté de relajarme para aflojar mi agujerito. Finalmente dió un empujón y me entró la cabeza. Di un grito de dolor y quise retirarme como un acto reflejo. Sin embargo me apretó fuerte y de otro empujón me la enterró a fondo. Sentí sus huevos pegarse a mis nalgas y me entregue completamente. Me dolía pero también sentía una felicidad interior y podia aguantar. Era su hembra, me había roto el culo y ahora solo quería gozar. Empezó a bombearme despacio hasta que tomamos un ritmo sostenido. Los dos gemíamos de placer, me decia que yo era su putita ahora y que me iba a coger hasta que me saliera leche por las orejas. Me siguó bombeando hasta que finalmente acabó llenandome el culo de semen. Yo también tuve un orgasmo que parecía infinito. Grité de felicidad.
Y asi fue durante todo el verano, también nos fuimos de vacaciones juntos y fue como una luna de miel, ojerosos de tanto sexo, estabamos más en la cama que en la playa. Mi hoyito volvió grande como un cráter de tragar tanta verga. A nuestra vuelta al trabajo, nos trasladaron a distintas oficinas. Con el tiempo el renunció y no lo vi más. Tengo un hermoso recuerdo de él, pues me inició en estos placeres.
q chido
Guauuu que historia, que bueno haber encontrado algo así en el trabajo.
Que rico como te inició espero encontrar uno asi que me inicié