SORPRESAS DE LA VIDA: MI PADRE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Escucho el auto llegar, se que es él… después de tantos años, aún me pone nervioso sus visitas, abro la puerta y ahí está, serio como siempre, tal vez un poco desmejorado o será que los 60 años que se carga ya le empiezan a pasar factura? Pero se le ve bien, me abraza y nos damos un beso en la mejilla, me pregunta como estoy, casi no respondo. Le hago pasar, instintivamente se dirige a la recámara y comienza a desnudarse, intenta iniciar una conversación pero le respondo con monosílabos, él entiende la situación y calla, nos terminamos de desnudar en silencio. Ya en la cama, nos abrazamos, él me toma del rostro cariñosamente y me dice que me quiere mucho, que sigue enamorado de mi; le miro con seriedad y le digo:
-No lo arruines -.
Seguimos con los besos, las caricias, siento su lengua explorar toda mi boca, le beso el cuello y le muerdo las orejas, paso a su peludo pecho, a sus tetillas, eso le excita mucho, él hace lo mismo; me dirijo beso a beso hacia su verga que ya alcanza los 18 cms., morena, recta y rígida, él está boca arriba, pongo mis rodillas en cada lado de su cabeza y comienzo a saborear su verga, él hace lo mismo por un rato, pero le gusta mas chuparme el culo, me abre las nalgas y juega con mis vellos, mordisquea mis pliegues, y mete su lengua, ¡Qué rico lo hace, me pone como loco!, mientras yo sigo prendido de su fierro, lamo sus huevos peludos y le bajo el prepucio completo con la boca, él gime de placer; cuando siento el culo completamente lubricado, me siento a horcajadas sobre su cintura y poco a poco, con delicadeza me va hundiendo la verga, siento mis pliegues estirarse al máximo, el paso en mi esfínter me duele, pero es mayor la excitación, que el dolor pasa, va entrando, milímetro a milímetro, él me abre las nalgas para empujar los últimos centímetros que faltan aaaahhhh!…
–Te gusta mi amor?-
Esa pregunta me hace perder la concentración pero le doy un
–Si – muy tímido.
–Qué rico culo tienes! Me encanta cogerte, eres un buen polvo –
Esas y otras frases acompañan sus embestidas; él me hace inclinarme para besarlo y nos besamos con mucha excitación mientras sigue con su bombeo, me juega la verga y me masturba, juega con los vellos de mi vientre. Me hace ponerme boca a bajo con una almohada bajo la cintura para alzar mis nalgas, que quedan a su merced, deseosas de ser penetradas, el me cubre todo con su cuerpo mientras me hunde su verga de un solo movimiento, eso me hace gemir fuerte y eso lo excita más, hunde más su verga como queriendo meterse todo él por mi ano… me hace venir a chorros sin tocarme la verga, apretando mi esfínter, esto hace que sus embestidas sean más violentas y rápidas y en un fuerte gemido, me deja correr su semen, inundándome el culo. Casi de inmediato nos levantamos y nos aseamos en el baño, nadie dice nada. Todo termina en una o dos frases de despedida y un beso en la mejilla.
Esta, es una escena que se ha repetido durante muchos años; una sesión de sexo con mi padre. Tal vez aberrante, tal vez excitante…. eso tu lo decides amigo lector… Pero al menos de mi parte es solo sexo.
Pero vayamos a los antecedentes:
Soy el mayor de 3 hermanos, 40 años, estatura media, medianamente velludo, de complexión gruesa, divorciado, sin hijos. Soy y vivo en un estado de México, profesionista independiente.
Recuerdo mi infancia sin tanta euforia. Desde muy niño desperté sexualmente, tengo recuerdos como sueños, en los que un vecino adulto “juega” sexualmente conmigo, lo hace con mucho cariño, me toca y me hace sentir extrañamente bien. Tengo recortes en la mente en la que un vecino, tal vez de 11 o 12 años (yo tendría 5 o 6) me hace sentarme en sus piernas, me toca las nalgas pero sin quitarme la ropa y hace que yo haga lo mismo con él.
Mi adolescencia fue menos divertida, por llamarle de alguna manera; ya con la conciencia de todo lo que pasaba en la casa: las constantes discusiones por las llegadas tarde de mi padre (y la mayoría de las veces ebrio) y mis problemas de sobrepeso, me hicieron un chico tímido, con una vida social casi nula y con un mundo de frustraciones en la cabeza (y en la verga). Mi relación con mi padre, si bien en mi infancia fue de mucho cariño, ya a estas alturas era de mucha indiferencia, él estaba en su mundo en el que no cabíamos nadie mas de la familia. Siempre me excitó mi padre, me recuerdo observándolo a escondidas mientras se bañaba o agarrándole la verga mientras dormía sus borracheras, me excitaba muchísimo su verga morena, dos enormes huevos llenos de vellos y su enorme pecho peludo. Siempre trataba de reprimirme la excitación que me causaba mi padre, sobre todo cuando estaba medio ebrio, pero no siempre lo conseguía.
A los 21 años, harto de mi situación decido bajar de peso, 6 meses después, con un cuerpo grueso pero estético, decido probar suerte con las mujeres; mi única novia (con la que me casé) la tuve con todas las de la ley, incluyendo el sexo, cosa que descubrí con ella y que me llenó por un buen tiempo; después, la idea de tener sexo con un hombre comenzó a revolotearme en la cabeza.
Una noche de fin de semana, huyendo de las discusiones en la casa, fui a ver a Raquel, mi novia, andaba muy caliente y quería verla, la decepción fue cuando me dicen que está en cama con una gripa bastante agresiva. Sin un plan fijo me fui al centro de la ciudad y sin pensarlo entré a un cine. La película ya había comenzado desde hacia un buen rato, pero extrañamente había mucha gente de pie, en el barandal; cuando mi vista se acostumbró a la penumbra me acerqué a este y casi de inmediato alguien se acercó a mi, me buscó charla y después de unos minutos nos sentamos, el nerviosismo de entrar solo al cine se fue disipando. Intentaba yo entender la película que no me di cuenta en qué momento mi nuevo amigo posó su mano en mi rodilla, la sentí cuando poco a poco fue subiendo buscando mi bragueta. El corazón casi se me sale del pecho! Y los nervios se apoderaron de mi… pero no dije nada, aquello me estaba poniendo la verga durísima, la sensación de que alguien pudiera vernos me causó pánico, pero al mirar a mi alrededor me di cuenta que estábamos casi solos, algunas parejas lejos de nosotros se besaban y cachondeaban sin mirar la función.
Mi compañero no tardó en bajarme la bragueta y sacarme la verga, yo cerraba los ojos de nervios y placer mientras él se las ingeniaba para darme una soberana mamada, de lo caliente que estaba no tardé en venirme en su boca, cosa que no le gustó para nada y visiblemente molesto se paró y se fue. Apenas pude sobreponerme y le seguí; ya fuera del cine lo alcancé y le pedí disculpas, al decirle que nunca había hecho algo así se calmó, ya tranquilo me dijo que aquel cine era de ligue y que en la última función la situación se ponía mas caliente y que incluso podías ver gente mamando vergas y cosas así, todo eso me sonó increíble e inquietante.
Meses después de ese incidente, una pequeña discusión con Raquel me hizo llegar a casa temprano, como siempre, mi padre no había llegado y mi madre ya preparaba su discurso; me sentía encabronado, furioso, quería desquitarme con alguien, hacer algo realmente malo… la idea de ir a aquel cine pasó por mi mente, después de aquella primera vez ya había regresado un par de veces e incluso un tipo me había mamado la verga en los baños, pero en ese momento no me decidía; me puse unos viejos lentes de mi padre, me peiné de diferente manera y salí con ese “disfraz” rumbo al centro de la ciudad. Sin pensarlo mas, entré al cine; el ver tanta gente en los barandales me cohibió y me senté lejos de todo eso. Terminó esa función y empezó la última, era una película erótica, así que no tardé en ponerme caliente otra vez; ya pasaban de las 10 de la noche y armándome de valor, decidí pararme a ligar. Había menos gente en los barandales pero aún así decidí pararme en uno de los rincones más oscuros. Sentí que alguien más estaba junto a mí, una silueta gruesa, con un poco de panza y con un leve olor a alcohol, esto me excitó. Aquella silueta comenzó a sobarse la verga, yo apenas miraba; de pronto sentí su mano sobre la mía, y comenzó a apretar cariñosamente, lentamente me llevó hasta su entrepierna y en un movimiento rápido de su otra mano sacó su verga, yo casi exploto de la excitación, los nervios ya no contaban era yo un animal queriendo tragarme esa verga. Aquel desconocido me jaló hacia él en indicación que me acercara más y en un arrebato de excitación y sin pudor alguno me arrodillé frente a él y comencé a mamarle, era una verga recta, gruesa y muy peluda.
El sentir un olor extrañamente conocido me excitó aún mas, una combinación sutil de sudor de genitales y alcohol. Le chupaba el glande y engullía todo el tronco una y otra vez. Para mi no existía nadie más que aquel desconocido y yo, estaba perdido, ensimismado con aquel rígido tronco; pero al poco tiempo sentí la presencia de otras personas que se acercaban a “mirar”; esa situación nos puso tensos y metiéndose la verga en el pantalón aquel hombre me tomo de la mano en indicación que saliéramos; le seguí, caminamos lento y al llegar a la claridad justo antes de salir de la sala le reconocí: NO LO PODIA CREER!!, esa espalda ancha, esa camisa azul oscuro de su uniforme, ese cabello… ERA MI PADRE!, paré en seco, ME DIO PÁNICO, no me atreví a salir a todas luces, él dio unos pasos más y se volteó al notar que ya no le seguía; su rostro se descompuso en un instante, nos miramos unos segundos eternos e inmediatamente se volteó y salió a prisa, casi corriendo; yo esperé unos segundos, tratando de reponerme y salí.
Mientras caminaba, un torbellino de preguntas y sentimientos encontrados me aturdían, caminé por un buen rato, no quería llegar a casa, al menos no antes que todos se durmieran; eran casi las 12 cuando llegué, todo era silencio y oscuridad. No sabía si mi padre había llegado ya o no. Esa noche no dormí, era yo un manojo de sentimientos. Ahora entendía sus llegadas tardes y sus conflictos conyugales.
A la mañana siguiente no me desayuné con la familia, quería evitar todo contacto con mi padre, no tendría cara para hacerlo. Los días siguientes pasaron lenta y muy pesadamente.
Meses después de ese evento, pasó lo inevitable: mis padres se separaron, creo que todos nos sentimos aliviados. Mi padre se fue a vivir solo, en una casa que rentaba, mis hermanos y yo le visitábamos los domingos, eran visitas muy cortas ya que casi le teníamos que sacar las palabras a mi padre, siempre fue así desde que crecimos. Yo evitaba siempre ir solo, por obvias razones.
Una tarde, llegamos y mi padre no estaba, entramos con la llave que dejaba en una maceta de la entrada, mi hermano Adrián y yo nos sentamos en la mesa y al poco rato llegó mi padre un tanto ebrio y extrañamente se sentó a platicar con nosotros, nos preguntó por mi madre y por mi hermano menor que ya preparaba su matrimonio. Eso nos puso un poco emotivos ya que era muy extraño que mi padre expresara sus sentimientos. Al poco rato mi hermano se despidió y me dejó reparando una lámpara de la casa. Mi padre se metió al baño y mientras se duchaba la tentación de observarle me cruzó por la mente, pero lo descarté. Pocos minutos después lo escuché salir del baño y decirme que se dormiría.
–muy bien, cuando me vaya te aviso- le grité
Procuré terminar rápido, así que me lavé la cara y entré a su recámara para despedirme; estaba espléndidamente desnudo y durmiendo, sus ronquidos me hicieron suponer su profundo sueño, de inmediato la excitación se apoderó de mí y no pude evitar acercarme, como cuando lo hacía de adolescente, ya casi era de noche y la penumbra lo hacía ver delicioso, un gran pecho peludo con una anza peluda ponía más armonía en su cuerpo; fuertes brazos y unas piernas gruesas y velludas, era todo un oso. Instintivamente acerqué una mano para rozarle el pecho, lentamente baje por su vientre, hasta tocar su verga, al notar que no respondía, la tomé completa y comencé a acariciarla, le tocaba los peludos huevos; en un acto de audacia, acerqué mi boca, yo temblaba de nervios y no me di cuenta en qué momento dejó de roncar; con mucho cuidado pasé mi lengua por su flácido glande y jugué con sus pelos y sus pelotas, de pronto su verga comenzó a perder flacidez, el escroto se encogió y comenzó a tener una erección, inmediatamente me incorporé buscando alguna reacción en su rostro y nada, así que seguí con mi juego, cuando tomé de nuevo su verga ya estaba casi dura, poco a poco fue tomando mayor rigidez hasta quedar completamente firme y recta, la metí en mi boca poco a poco y con cuidado, al mismo tiempo me sobaba mi propia verga bajo mis pantalones; de pronto una mano en mi nuca me hizo soltar la verga y entrar en pánico, mi padre me miraba mientras empujaba mi cabeza para que continuara, así lo hice ya sin ningún reparo, él abrió las piernas para ponerse más cómodo, mientras me acariciaba las orejas, yo seguía engullendo todo ese fierro caliente, de cuando en cuando jugaba con sus pelotas, eso le provocaba un suspiro pero sin emitir ningún ruido, luego sentí que me masajeaba las nalgas y metía su mano bajo mis pantalones, yo le facilité el trabajo desabrochándomelos e inmediatamente cayeron, mi padre me bajó el boxer y comenzó a jugar con mis nalgas y mi agujero, comenzó por meter un dedo, eso me puso como loco, me terminé de desnudar e intenté seguir con mi trabajo, pero mi padre me tomo de las axilas y me atrajo hacia él, comenzó a besarme en el cuello y a hacer que yo lo besara, pronto buscó mi boca y me besó, sentí extraño, no era la primera vez que besaba a otro hombre pero, él era mi padre y eso lo hacía extraño pero me gustaba.
No emitía palabra alguna, solo me besaba mientras jugaba con mis nalgas Regresé a su verga y le chupé la verga otro rato, después, se incorporó, me tomo de la cintura y me puso en la orilla de la cama, como “perrito”, tuve miedo de lo que pasaría, no era la primera vez que me penetrarían, pero ahora todo era diferente…pero yo ya no tenía voluntad, comenzó a besarme la espalda y la nuca, me metía la lengua en los oídos, se puso saliva en la verga y metió su lengua en mi culo, esta vez soltando mucha saliva, me metió un dedo, luego sentí la presión de su verga abrirse paso en mi agujero, sentía mis pliegues abrirse y un pequeño dolor me invadió, luego otro dolor mas intenso me atracó al sentir el tronco entrar, me sorprendió la facilidad con la que entró… o será que la excitación era mayor que el dolor?, unos segundos después ya tenía a mi padre hundiéndome toda su verga, sacándola, sólo para después volverla a ensartar, me tomaba de la cintura y abriéndome más las nalgas, me ensartaba mas, como queriéndose meter todo él por mi ano, yo tenía la verga a punto de explotar, no aguanté mucho y en medio de un fuerte gemido me vine sobre la cama sin ni siquiera tocarme la verga, mi padre respiraba a ritmo de sus embestidas, cada vez mas profundas y fuertes, no había yo terminado de eyacular cuando mi padre entre fuertes respiraciones, sacó su verga y me bañó la espalda de su leche caliente, ambos nos tumbamos en la cama, se hizo un pesado silencio y la cruda moral nos invadió, sin decir palabra, tomé mi ropa y me metí al baño, me bañé muy aprisa, casi corriendo salí y sin despedirme me regresé a mi casa. Otra vez ese torbellino de sentimientos me aturdía.
Mi boda, aún cuando no me graduaba, fue la excusa perfecta para enterrar esos eventos y negar mi bisexualidad. Ambas familias nos apoyaron en una ceremonia sencilla y muy familiar. Al salir de la Iglesia, Mi padre se acercó un poco tímido, pero al notar mi amplia sonrisa y el fuerte abrazo con el que lo recibí, le cambió el rostro. Todo parecía olvidado.
Mi “luna de miel” duró varios años, en los que me entregué a mi esposa en cuerpo y alma, sin prestarle demasiada importancia a aquellas equeñas “insatisfacciones” sexuales que de cuando en cuando se asomaban.
Una tarde de sábado, camino a casa, por casualidad vi a mi padre esperando el autobús, su auto se había descompuesto, así que me ofrecí a llevarle a su casa. Me sorprendió verlo en sus cinco sentidos para ser fin de semana, me dijo que ya le había bajado mucho a su modo de beber, eso me dio mucho gusto. Llegamos a su casa y me invito a pasar, sacó de la nevera un par de cervezas y nos entregamos a una charla amena. Después encendió la TV y entre bromas y comentarios nos dirigimos a la cocina a prepararnos algo para comer, la cocina era pequeña y en un movimiento inesperado mi padre me rozó las nalgas con su cintura, nos miramos un instante y descartamos cualquier reacción, nos sentamos frente a la TV e intentamos retomar la charla, pero los nervios se asomaron, la excitación nos invadió, yo casi temblaba. En un arrebato mi padre me da un pequeño beso en la boca; eso desencadena un torbellino de caricias y besos casi desesperados, las ropas volaron por toda la estancia, ya no teníamos el control de nuestros cuerpos.
Mi padre abrió las piernas en invitación a tragar esa hermosa erección que se le asomaba bajo su panza peluda y en medio de sus gruesas piernas; no me resistí y me prendí de aquel fierro, al poco rato sentí la cálida humedad de su boca en mi verga, ¡qué delicia!, mientras me perforaba la garganta, él no perdía ocasión de jugarme los huevos y darme lengüetazos en el culo en un rico 69. Luego me hizo inclinarme en el respaldo del mueble quedando mi culo al aire, me abrió las nalgas y enterró su cara, eso me puso como loco, metía su lengua y mordisqueaba mis pliegues, me besaba las nalgas y las lamía… luego, lo hice ponerse en la misma posición que yo e hice lo mismo con su culo, le arranqué un fuerte gemido, besé, mordí, jugué con sus pelines; ese sutil olor a sudor de sus huevos y su culo me hizo perder aún más el control y sin pensarlo ni avisarle le puse mi verga en el culo, mi padre se sorprendió e intentó esquivar la embestida, entonces me lancé otra vez a su culo y se lo comí con más pasión, él se puso loco de placer, sin voluntad propia; tomé sus caderas, separé sus redondas y peludas nalgas y como un animal en celo le empujé la verga.
-¡Espérate cabrón, ya me rompiste el culo!- se quejó.
Entonces me lancé a su espalda y le pedí perdón en medio de besos, pero sin sacarle la verga, la dejé así unos segundos, ya mas relajado seguí con mi penetración hasta no dejar ni un centímetro de verga fuera de ese culo, lo tomé de los hombros y comencé a bombear lento. El ver mi verga perderse entre esas carnes me encendió aún más y comencé a bombear con violencia; mi padre jadeaba y se masturbaba, yo, a punto de terminar y en un esfuerzo casi sobrehumano me contuve, saqué la verga de ese culo recién desvirgado con la respiración de un toro, mi padre parecía exhausto, adolorido y su erección había perdido un poco de dureza.
Me incliné en el mueble dejando mi culo al aire, me ensalivé un dedo y me lo metí por el culo, al ver semejante escena mi padre se encendió y su verga reaccionó, me abrí las nalgas y le mostré mi agujero, la embestida no se hizo esperar, de un empujón me dejó correr sus 18 cms de carne gruesa y peluda, solté un grito ahogado, se detuvo por unos segundos, cuando el dolor pasó sentí que mi culo esta muy ajustado a su verga, sentía que apretaba la verga mi padre de manera impresionante, él me siguió clavando con violencia, con desesperación, yo sentía mis intestinos estallar…y en medio de fuertes gemidos de ambos los chorros de semen salieron inundándome el culo y yo manchando el mueble, pocas veces me había salido tanto semen. Exhaustos nos tumbamos en el mueble.
Ya relajado abrí los ojos e intenté huir, mi padre me lo impidió y me pidió que lo hablemos. Nos enfrascamos en una conversación que terminó en discusión. Acordamos que no volvería a suceder…
Ese fue el inicio de muchos, muchos encuentros más, siempre dejándonos llevar por el deseo para después caer en crudas morales. Mi padre insistía estar enamorado de mi, y no perdía ocasión en decírmelo, yo siempre me resistí a creerlo, no me gustaba que lo mencione, para mi siempre había sido un intercambio de sexo, que no debería ser, pero de la que no podíamos salir y en la que él me satisfacía y yo a él; no concebía otro tipo de relación con él. He de decir que nuestra relación padre-hijo que en algún momento retomamos, se había perdido y reconozco que había sido por mi culpa.
Tal vez, después de tantos años, aún no acepto nuestra situación pero no puedo dejarlo. Han pasado muchas cosas: mi divorcio, la muerte de mi madre, un accidente de mi padre… muchas cosas… que han hecho suspender nuestros encuentros….pero después volvemos a lo mismo. Ahora mismo en que escribo estas líneas me ha llamado, el solo escuchar su voz me ha excitado, he accedido a que venga…
Escucho el auto llegar, se que es él…
A ver amigo..si todo lo demás no surtió efecto juegatela e intenta algo con tu padre. Simple. Si al fin al cabo volves a que te culee y te llene de su leche…