Soy amante de mi padre.

Desde hace unos años la admiración que tenía sobre mi papá se transformó en deseo sexual, me hizo saber que el sentía lo mismo..

Comenzaré diciendo que este relato es una experiencia real, sucedió hace ya unos años, específicamente en 2019, cuando contaba con unos 17 años, actualmente tengo 22 años.

Soy de complexión delgada, 1.72 de altura, tez blanca, y cuerpo tonificado ya que solía hacer bastante ejercicio, siempre desde pequeño he tenido unos glúteos bastante gordos pero tampoco tan grandes, siempre he sido bastante alegre y cariñoso con todo mundo, trato de tener una buena relación con todos mis cercanos, en especial con mi padre.

El es un señor ya de 44 años actualmente, el a diferencia de mi tiene un cuerpo entre descuidado y voluminoso, tiene la complexión de un oso con bastante vello corporal, una panza de persona que toma cerveza a diario pero al mismo tiempo tiene sus músculos.

Es un señor bastante amigable, suele tener una actitud positiva y optimista todo el tiempo, es raro verlo triste, enojado, etc. Es una persona con la cuál siempre compartiras unas risas.

Desde que tengo memoria, siempre he visto a mi padre con ojos de admiración ya que para mí el era el epistome de lo que era ser un hombre, en los ojos de aquel niño de 6 años su padre era el hombre perfecto.

En mi familia siempre hemos sido bastante cariñosos, mucho contacto físico, palabras de amor y demás, solía sentarme en sus piernas mientras veíamos una película que usualmente me gustara a mi, me abrazaba fuertemente acercandome a su hermoso rostro y dándome una serie de besos en la frente, a veces bajando a mis mejillas y cuello, me pedía que lo besara igual a el, recuerdo que gemía levemente al yo pasar mis labios por su cuello (ya luego me confirmó que en efecto, se excitaba cuando lo hacía). Cuando era pequeño solía ducharme con el y para mí era una gloria, solo recuerdo al rededor de unas 5 veces que me bañé con el ya que dejamos de hacerlo cuando estaba bastante pequeño, jugábamos a restregarnos el jabón por el cuerpo, yo de niño pensaba que al tener a mi padre pasando sus manos por mi cuerpo al crecer me parecería a el entonces me ponía bastante feliz y cada que nos duchabamos se lo pedía, el no ponía resistencia ya que también me confirmó que le fascinaba pasar sus manos gruesas y peludas (con dedos bastante anchos) por mis nalguitas tersas, redonditas y con ligeros tomos rosados.

A veces, cuando mamá no estaba en casa, mis hermanos y yo solíamos dormir con papá en su cama, el se ponía en medio de los tres y yo buscaba recostarme al lado suyo ya que siempre terminaba con su cuerpo encima de mi, el decía que era por qué no le gustaba dormir boca arriba pero tampoco quería aplastar a mi hermana menor que siempre dormía a su lado también, entonces se recostaba encima mío, con los años también me dijo que lo hacía a propósito para poder tenerme en sus brazos.

Muchas de sus actitudes yo las veía como normal, actividades cotidianas entre un padre y su hijo, no le tenía ni un solo secreto guardado ya que tenía mucha confianza en el (solo el hecho de que cada que visitábamos a mi primo me hacía una paja con el), para mi papá era una historia diferente pero en mi cabeza todo cambio cuando tuve mi primer orgasmo, tenía 11 años aproximadamente y tenía bastante curiosidad sobre la masturbación y la pornografía gracias a mis compañeros y amigos de la escuela, decidí no preguntarle nada a papá ya que bueno, parte de mi percepción de ser un hombre a esa edad era arreglárselas por si mismo, decidí entrar a una página de contenido para adultos y encontré un vídeo de dos hombres maduros, unos que se parecían a mi papá, dos machos grandes y fuertes con barba y unos penes enormes, nada comparado con el mío de apenas 12 CM, instintivamente comenzé a tocarme sin importar que estuviera pensando en mi padre, y en menos de un minuto boté chorros de leche en mi boxer, mi mano estaba manchada entonces la limpié con mi boca, toda esta experiencia fue siguiendo mis instintos y lo que me decía mi cuerpo, la primera vez que me corrí se sintió exageradamente bien, pero me sentía raro por el hecho de excitarme pensando en mi papá ya que eso estaba mal, en mi mente ver con deseo sexual a un familiar estaba mal así que sentía una vergüenza bastante grande, pero no más grande que mi calentura.

Desde entonces me volví adicto a masturbarme, esperaba a que mis padres y hermanos durmieran para poner algún vídeo porno de hombres con una complexión parecida a la de mi papá, desnudarme y tocarme hasta botar todo mi semen. Aunque no solo lo hacía con videos, poco a poco fue creciendo más mi deseo por mi padre, tanto que un día escuché ruidos extraños parecidos a los videos que veía que venían del cuarto de mis padres, era mi papá follandose a mi mamá, sentía un poco de celos así que me imaginaba como si me estuviera follando a mi y entonces me masturbaba ahí mismo.

Lo espiaba cada que iba a darse una ducha, nunca cerramos la puerta por si alguien quería entrar al baño, yo me aprovechaba de esto y si nadie me veía, abría un poco la puerta (solo lo suficiente para poder ver a mi papá), y observaba como se quitaba la ropa, tenía años sin ver su cuerpo desnudo, verlo de nuevo me excitaba demasiado, el corazón siempre me latía a mil y sentía nervios en el estómago pero eso hacía que me corriera más rico.

Poco a poco, con forme fui creciendo noté que su comportamiento hacia mi no era tan normal como creía, el pensar que mi papá también fantaseara con tocarme estando los dos en la cama era algo que nunca se me había pasado por la mente, pero tampoco quería ofrecermele o indirectamente invitarlo a que me hiciera suyo ya que todavía sentía esa vergüenza de estar con mi papá, para mí el masturbarme y fantasear con el era más un fetiche, si era un deseo pero de esos que son prohibidos.

Todo cambió cuando cumplí 16 años, mis padres le pusieron fin a su matrimonio para rehacer sus vidas cada quien a su manera pero sin dejar de apoyarnos a nosotros sus hijos, nunca se sintió un ambiente tenso, triste o algo parecido, manejaron bastante bien el tema de su divorcio a decir verdad. Mi mamá se iría a vivir a una casa que desde sus quince años llevaba construyendo y se llevó a mis hermanos, la casa en realidad no estaba tan lejos de donde vivíamos todos juntos, ni de la casa de los abuelos entonces en cuanto a comunicación estábamos bastante bien, yo decicí quedarme a vivir con mi papá ya que si me iba tendría que recorrer más camino para ir a la escuela, y además quería seguir deleitandome con ese macho.

Desde que comenzamos a vivir solos fue cuando nuestra relación cambió totalmente, pasábamos demasiado tiempo juntos, dormía con el en la misma cama, cuando teníamos algún día libre salíamos a algún lugar o nos quedábamos en casa acurrucados o haciendo alguna actividad entre los dos, nuestras platicas eran más abiertas, durabamos horas conversando, y un largo etc. Pero el cambio fue que el ambiente se sentía demasiado sexual, no miento cuando digo que cada que nos teníamos frente a frente se sentía como si estuviéramos apunto de comernos vivos, en mi familia nunca fuimos de pasearnos en ropa interior ni nada de eso, nunca estábamos en la casa sin camisa o algo, pero decidí sobrepasarme un poco y un día que me estaba duchando, solo me puse mis boxers y calcetines, salí ya completamente seco, solo secandome la cabeza y el estaba en el sillón, yo habia dejado mi ropa ahí a propósito detrás de un cojín, el estaba en la otra orilla pero podía sentir como clavaba su mirada en mi culito, buscaba pasar cerca de el para poder rozar mis glúteos con su entrepierna, si era en la mañana cuando recién despertamos mucho mejor, mi papá ni hacía un esfuerzo por quitarse solo se hacía el desentendido o incluso acercaba un poco su verga a mi.

El también cambió un poco, a veces nos mirábamos con deseo estando alejados el uno del otro, todo este ambiente sexual me ponía bastante cachondo y no ayudaba el hecho de que siempre que el notaba que lo estaba mirando, abría todas sus piernas permitiendome ver todo su enorme bulto. Se nos notaban las ganas a ambos pero ninguno se atrevía a dar el siguiente paso, yo porqué aún sentía bastante pena de cogerme a mi papá, el no sé porqué

Y llegamos al gran día, una noche de octubre.

-Oye pa, puedo dormir contigo hoy? Hace bastante frío. Dormir solito me hace sentir frío.

-Claro hijo, por qué preguntas si sabes que puedes entrar cuando quieras? Ja ja.

El se hizo a un lado dejándome entrar en la cama, yo llevaba puesto una pijama y el una camisa holgada con unos pantalones, debajo no llevaba nada puesto por lo que se le marcaba bastante incluso estando dormida.

Platicamos un rato de cosas sin relevancia, recuerdo que antes de dormir le dije que lo quería mucho.

-Pa…

-Dime, cariño.

-Te quiero… Mucho.

-Gracias, nene, Ja ja, sabes que yo también.

-Pero, de verdad te quiero, muchísimo, estos días me has ayudado a no sentirme tan solo sin mis hermanos.

-Sabes que siempre estaré aquí para ti, mi niño, me alegra ayudarte a que no sientas eso. Tus hermanos probablemente también te extrañan, pero podrán verse el fin de semana así que por qué no quitas esa carita y mejor me das un abrazo, si? Mi niño tan grandote.

Nos hundimos en un abrazo cálido, se sentía tan paternal, en ese momento no sentía nada de morbo, solo el cariño de mi padre. El soltó el libro que estaba leyendo y lo puso en la mesa de cama, ya tenía su mano derecha al rededor de mi cuello acercandome a el, yo tenía mi mano al rededor de su espalda acariciándola un poco, su otra mano la puso en mi cintura, estaba a la altura de su pecho casi llegando a su cuello, antes de cerrar los ojos pude sentir un beso cálido en mi frente, duramos al rededor de 5 minutos abrazados sintiendo la respiración cálida del otro, pero poco a poco comenzaba a sentirse el ambiente sexual, las caricias que le daba su espalda ya no eran solo de cariño, y mi respiración comenzaba a agitarse ligeramente, mis piernas rozaban las suyas y me tomo con sus dos manos acercándome aún más a el, haciendo que nuestros bultos se rozaban muy levemente, el al sentir todo esto, me levanto la cabeza con su mano y me besaba la mejilla mientras gemía levemente (se escuchaban más como gruñidos leves), acercó su pelvis a la mía haciendo que nuestros penes chocarán y comenzarán a frotarse cada que nos movíamos, no pude aguantar más y comencé a excitarme demasiado, claramente el sentía mi pene poniéndose erecto, pero no dejaba de besarme el cuello mientras gruñia. Hasta que cortó este largo silencio con un:

-Te gusta como te besa papi?

-Si •Dije soltando bastante aire intentando recuperar un poco de aliento (no pude ocultar más mi calentura y para provocarlo más gemía en voz alta)

-Veo que te gusta mucho hijito •Ya sintiendo mi polla totalmente dura (poco a poco la de el se iba erectando también).

Mis manos entraron despacio por debajo de su camiseta aún acariciando su espalda, el levantó ligeramente la mía tocando mis caderas y bajando muy muy lentamente mi pantalón (tan lentamente que me di cuenta cuando ya cuando le estaba mostrando el inicio de mis bellos púbicos). Cuando por fin saco su cara de mi cielo ambos quedamos frente a frente, sintiendo nuestros miembros full erectos tocándose, nuestras manos tocando nuestros cuerpos calientes y nuestra respiración un poco agitada, sus ojos miraban los míos, no me importaba estar así con mi papá, al contrario me encantaba, era obvio como terminaría esto, entonces ambos nos fundimos en un beso apasionado, saque mis manos para posarlas en su pecho, el con una mano me sujetaba la espalda baja y no me soltaba, la otra la tenía detrás de mi cabeza procurando que no me hiciera para atrás y nuestros penes iban de arriba a abajo. Duramos así varios minutos, en un beso apasionado padre e hijo.

-Siempre he querido tenerte así conmigo •Dijo con bastante exaltación.

-Papi llevo soñando con estar así contigo desde hace mucho •Dije parandolo en seco ya que trató de retomar el beso.

-Ah sí?? Desde cuándo?? Dime desde cuándo, pequeñito??

-Desde hace años que me masturbo pensando en ti •le confesé sin pudor alguno.

-Uyy, nene, enserio?? Pues mira ya no tienes que hacerlo solo, aquí está tu padre para enseñarte… Mejor dime amor Ja ja.

-Te quiero mucho, amor •le dije antes de retomar nuestro beso.

Poco a poco fue bajando desde mis labios, siguiendo con mi cuello, tocando con su boca mi pecho, dejándome un camino de saliva con su lengua hasta llegar a mi pelvis, me puso boca arriba y bajó mi pantalón, al ver mi bulto comoletamente erecto hizo cara de asombro, ya en ese entonces me media 18 CM.

-Veo que si estás ya bastante grande, amor, aún recuerdo cuando te bañaba y no te media ni 3 CM, Je je.

Bajó por completo mi boxer revelando así mi miembro, yo terminé de quitarme la pijama y estaba completamente desnudo delante de mi padre. El estaba fascinado jugando con mi pene, me subía los testículos para poder ver la línea que lleva hasta mi hoyito.

-Que rico que estás amor, quieres que papi te haga tuyo??…Si?? así te tocas?? Pensando en mí.

-Llevo esperando que me hagas tuyo completo mucho tiempo, por favor papi quiero que me hagas lo que tú quieras.

Al escucharme no contestó, solo tomo con una de sus manos mi verga, la acercó a su cara para olfatearla y se la fue introduciendo en la boca, fue un momento mágico para mí, escuchaba como gruñía levemente mientras trataba de meter todo mi pene erecto en su boca.

(Se la sacó para recuperar un poco de aliento, dejando un hilo de saliva desde mi pene hasta su boca).

-Uff papi… que rico se siente, no pares.

Con mi mano tomé su cabeza, empujándolo un poco a que siguiera tragandose mi polla, subí un poco las rodillas para sujetarlo por la espalda.

Seguimos así un buen rato, trataba de chupar todo de mi, de vez en cuando bajaba a lamer mis huevos y se los metis a la boca.

De repente quitó mi mano y bajó mis piernas, se levantó y se acercó a mi para empezar a desnudarse, lo ayude quitándose la playera mientras el se bajaba el pantalón, quedé frente a frente con su pene asomándose por su boxer, traía ya una mancha de precum, se lo bajé y su pene cayó en mi cara, es el pene más hermoso que jamás he visto hasta ahora, un trozo de carne de 18 CM, su glande rozado con una gota de semen se asomaba desde su prepucio, tiene las venas marcadas y es bastante grueso/ancho. No resistí ni un segundo y me lo metí a la boca, ya había hecho sexo oral al rededor de 5 veces en ese momento pero esa se sintió como la primera. Me follo la boca tomando mi cabeza con sus manos y empujando su verga hasta mi garganta.

-Ayy si hijo, si, que rico… haz feliz a tu padre (Repetía lo mismo una y otra vez).

Hasta que ya completamente excitados me puso en cuatro y comenzó a comerse mi culito, es de lo más rico que jamás haya sentido, su lengua caliente dilatando mi ano de 17 años, uff lo recuerdo y me caliento, sentía como su barba raspada un poco mis cachetes pero me distraía más esa sensación de tener la lengua de mi papi entre mis nalgas dejándome el hoyito húmedo, de vez en cuando me daba palmadas en la entrada y se escuchaba toda la humedad, entonces subió mis piernas a su hombros, se dejó caer encima mio, dijo que relajara un poco el ano y comenzó a meter sus dedos. Primero uno, lo movía como una lombriz, después otro, trataba de meterlos hasta el fondo como si buscará algo, y finalmente tres, no sentía nada más que calentura al sentir sus dedos entrar y salir, escupía su mano y luego la restregaba por mi culito para continuar metiendo sus dedos, yo no paraba de gemir y el no dejaba de mirarme a los ojos.

-Ya estás listo •Dijo mientras colocaba su miembro en mi entrada.

De poco a poco fue metiendo la cabeza, yo le pedía que por favor lo hiciera despacio ya que me ardía bastante, el me escuchó y decidió sacar un lubricante que tenía por ahí guardado.

Ahora ya estando más lubricado, pudo meter la mitad de su verga, duramos unos minutos así, el sacando y metiendo la mitad de su miembro en mi, mientras nos besábamos como si fuéramos esposos en luna de miel.

Lentamente termino de introducir todo dentro de mi sin quejarme, ya no me dolía ni un poco, más bien pedía que no la sacará.

-Eso hijo, eso, has feliz a tu padre, te gusta, amor??

-Me gusta mucho, mi amor, follate este culito •Dije con mucha dificultad.

Estuvimos de misionero follando mi papá y yo un buen tiempo, cambiamos a la pose de perrito y me daba embestidas fuertes, ademss de nuestros gemidos solo se escuchaba el choque de sus testículos llenos de semen con mis nalgas bien paradas buscando más de su miembro.

Cambiamos y ahora lo estaba montando, se sentó para poder follarme y verme a los ojos mientras lo hacía, tomó mis glúteos con sus manos y rápidamente sacaba e introducía su pene en mi, yo trataba de aguantar el placer que sentía apretando con mis manos su pecho velludo, duramos bastante en esa posición, besándonos, el golpeando mis nalgas, hasta que estábamos apunto de corrernos ambos.

-Hijo… Me voy a venir, ufff, donde quieres que te deje mi leche, amor?

-Correte dentro papá, déjame tu lechita adentro.

-Como digas.

Escupió saliva en su mano y tomó mi pene para masturbarme bastante rápido y poder venirnos los dos.

-Te amo hijo, te amo •Dijo mientras yo sentía chorros y chorros de su semen salir.

Ambos ya al borde del orgasmo solo gritabamos al corrernos ambos, yo en su mano, pecho y estómago, y el adentro de mi ser.

Ya bastante sudados nos dimos solo un beso y me bajé de sus piernas.

-Cómo te sientes hijo?? •Preguntó ya con su tono dulce y amable de siempre.

-Feliz pa, nunca había sentido tan feliz, también te amo.

Ya eran altas horas de la noche y ambos terminamos exhaustos, solo recosté mi cabeza encima de la suya, nos abrazamos como estábamos antes de tener sexo, nos tapamos con la cobija y en menos de dos minutos estábamos dormidos.

Esa fue la primera de muchas noches en las que tendría relaciones con mi primer novio, mi papá, el día siguiente en cuanto llegué a casa de la escuela nos la pasamos cogiendo hasta la noche.

Discúlpenme si el relato quedó bastante largo y también perdón por mi ortografía, buscaré mejorar mi manera de redactar. Esto que les cuento es totalmente real, todavía tengo muchas otras experiencias que podría narrar así que háganmelo saber si quieren que continúe.