Soy el centro de atención de mi mejor amigo, y de su madre.
Un joven se acuesta con la madre de su mejor amigo, pero su mejor amigo le da por el culo, y eventualmente el joven su mejor amigo y la madre, realizan un trio..
Soy el centro de atención de mi mejor amigo, y de su madre.
Desde bien jovencito, siempre he tenido una inquietud, aunque me gustan las chicas, y me acuesto con la madre de uno de mis mejores amigos.
Un día que estando solo en casa, renté un par de videos porno, en el primero lo que vi no me gustó, era simplemente un par de viejas, chupándose mutuamente sus peludos coños.
Pero el segundo video, apenas comencé a verlo, me di cuenta de que el vendedor me lo había entregado por equivocación.
Ya que esperaba ver a una pareja, teniendo sexo en la playa, y lo que salió en pantalla fueron dos tipos jóvenes besándose apasionadamente, sí en una playa desierta.
Por unos segundos estuve a punto de apagar el video, pero algo me llamó la atención, y continué observándolo con toda mi calma.
AL principio los dos chicos estaban vestidos, pero poco a poco, mutuamente mientras se besaban y acariciaban se fueron quitando la ropa, hasta quedar los dos del todo desnudos.
Luego a medida que siguieron con los besos, y caricias, mutuamente se comenzaron a masturbar, hasta que uno de ellos, introdujo el miembro de su compañero dentro de su boca.
Ya en ese momento, no pensaba en apagar el video, estaba de lo más concentrado viéndolo, cuando al que le mamaban la verga, se recostó boca abajo sobre la arena, su amante entonces se dedicó a acariciar sus nalgas, a lamerlas, y tocarlas.
Al poco rato, vi claramente como el que lamía, y acariciaba las nalgas de su amante, le enterraba por el culo su parada verga.
Lo cierto es que a medida que fui viendo todo eso, lentamente comencé a masturbarme, con una mano mientras que con la otra acariciaba el esfínter de mi ano, introduciendo en la medida que podía alguno de mis dedos dentro de mi culo, hasta que ya no pude aguantar más, y mi vine irremisiblemente.
A partir de ese instante fue que comencé a soñar despierto con tener relaciones con otro hombre, no dejaba de pensar en cómo sería el acostarme con otro hombre, y no precisamente para penetrarlo, sino más bien para probar que se sentía que me penetrasen.
Una noche que estaba visitando a la madre de mi mejor amigo, sin que él se enterase, yo sabía que mi amigo regresaría al siguiente día, ya que había salido a pescar con su padre, de quien la señora se encontraba divorciada.
Una vez que salí de la ducha, ella me esperaba completamente desnuda recostada en su cama, sin pérdida de tiempo nos dedicamos a besarnos, acariciarnos, y a tocarnos por todas partes.
Yo sabía que a ella le fascinaba que le mamase el coño, por lo que apenas lo tuve al alcance de mi boca, me dediqué a mamárselo.
Le chupaba sus labios vaginales, le mordisqueaba su inflamado clítoris, mientras que ella en medio de nuestra orgía, daba gritos y profundos gemidos de placer.
Yo me encontraba de lo más concentrado, mamando su coño, aun después de que sentí un caliente chorro liquido saliendo de su coño, al momento en que ella disfrutaba de un tremendo orgasmo que yo le había producido.
Cuando de momento, la madre de mi amigo se dedicó a mamar mi verga divinamente, prácticamente estábamos haciendo un glorioso 69, cuando al poco rato, ella dejó de chupar mi verga, y sentí su lengua deslizándose hasta mi culo.
Yo la verdad es que estaba tan excitado, que no me molestó que ella, me estuviera haciendo eso, y cuando sentí sus dedos entre mis nalgas, y su boca había vuelto a posarse sobre mi verga, tampoco me preocupe, en lo más mínimo.
Así que, a medida, que mientras yo le continuaba mamando su coño, y ella chupando mi verga, ella continuó introduciendo alguno de sus dedos dentro de mi culo, al principio quizás fue uno, luego dos, y así continuó sucesivamente, hasta que, para mi propia sorpresa, ella prácticamente me tenía toda su mano dentro de mí.
Lo raro fue que lejos de dolerme, molestarme, o indignarme, la manera en que ella continuó metiendo, y sacando su mano de mi cuerpo, me excitó muchísimo más todavía.
Al grado en que terminé acostado boca arriba con mis piernas bien abiertas, mientras ella no dejaba de introducir, y sacar casi toda su mano de mi culo, divinamente, al mismo tiempo que continuaba mamando mi verga, hasta que me hizo estallar.
Después de esa noche, no hubo ocasión en que la visitase, que sin que yo se lo pidiera, o me negase, ella me volviera hacer lo mismo, una y otra vez.
A pesar de mi relación tan especial con ella, todavía no había llegado a pensar en dejarme hacer eso por otro hombre.
y aunque continué visitándola, y dejando que ella hiciera conmigo lo que le diera la gana, incluso hasta llegar a introducirme un consolador por el culo, cuando manteníamos un sexo salvaje.
No dejaba de soñar despierto el acostarme con otro hombre, había noches, en que salía a caminar, y reconozco que, de manera indiscreta, me le quedaba viendo fijamente la verga de algunos hombres, pero cuando alguno de ellos comenzaba a acercarse, yo lleno de miedo, o temor porque se hubiera molestado, salía huyendo.
En las noches no podía llegar a dormir, sin antes llegar a masturbarme soñando despierto con sentir la verga de otro hombre entre mis nalgas.
Hasta que un día, mi amigo me invitó a salir de pesca, junto con su padre.
Yo desde luego que no le había comentado nada de lo que sucedía entre su madre y yo, y mucho menos la tortura por la que estaba pasando, soñando despierto constantemente con ser penetrado por otro hombre.
Al llegar a su bote, fue que me enteré de que su padre, no nos acompañaría, ya que a última hora tuvo que salir de viaje.
Nos hicimos a la mar, y apena pudimos nos pusimos a pescar, y a beber cerveza. Fue en uno de esos momentos en que después de sacar un pez del agua, y mientras lo limpiaba en la cubierta, se manchó con la sangre del pescado.
Para mi sorpresa, después de limpiarlo, mi amigo se quitó el pequeño pantalón que cargaba puesto, quedando completamente desnudo, ante mis ojos.
Luego se dio un chapuzón en el mar, y regresó al bote, pero sin volverse a poner su pantalón, continuó, bebiendo.
Mientras que yo sufría viéndolo así, completamente desnudo, con su buen pedazo de carne colgado entre sus piernas.
Hasta que muy a pesar mío, él se dio cuenta, de que yo no podía apartar mis ojos de su verga.
Por lo que, en cierto momento, cuando ya había comenzado a oscurecer, ofreciéndome una cerveza, se me acercó tanto que prácticamente su miembro rozaba mi cuerpo.
Yo acepté la cerveza, sin dejar de mirar su verga, cuando de momento, poco a poco esta comenzó a parársele, y ponérsele bien dura, frente a mis sorprendidos ojos.
Fue cuando mi amigo, sin quitarme los ojos de encima, y colocando una de sus manos sobre mi nuca, me dijo. “¿Te gustaría darle una mamada, antes de que me des el culo?
Yo me quedé petrificado por unos segundos, tácitamente había aceptado que lo dejase darme por el culo, al no reprocharle su comportamiento, ni sus palabras.
Así que, tras darme un trago de cerveza, me arrodillé frente a mi amigo, abrí mi boca, y sentí como su verga se fue introduciendo dentro de mi boca, prácticamente hasta mi garganta.
A pesar de estar mamando su erecta verga, no dejaba de preguntarme, a mí mismo que era lo que yo estaba haciendo. Fue cuando sonriéndose me dijo. “Para qué están los amigos, sino para hacernos uno que otro pequeño favor.”
Yo tras escucharlo, continué mama que mama con más fuerza, hasta que el mismo me ordenó que me detuviera.
Sumisamente lo obedecí, y dándole la espalda mientras me bajaba el pantalón, le ofrecí mis nalgas.
Él me introdujo sus gruesos dedos dentro de mis nalgas, tal como en ocasiones su madre me lo había hecho, y por un rato me los estuvo introduciendo, y sacando, una y otra vez.
Hasta que comencé a sentir, esa cosa dura, y caliente, que se abría paso dentro de mi culo.
Ni idea tengo de todo el tiempo que mi amigo pasó metiendo, y sacando su gruesa verga dentro de mi apretado culo, lo que sí sé a ciencia cierta, es que a medida que él me seguía penetrando, yo comencé a menear mis nalgas, sintiendo tanto gusto y placer, que puedo decir que me quedé prendado de él.
Durante el resto de la noche, continuó clavándome toda su sabrosa verga, cuando no era que yo, voluntariamente se la estaba mamando. A la mañana del siguiente día, al darnos el sol en la cara nos despertamos.
Fue cuando mi amigo me dijo que, desde hacía cierto tiempo, venía pensando en comerme el culo, y yo le confesé que desde hacía ya, cierto tiempo que estaba deseando que él lo hiciera.
Mis relaciones con la mamá de mi amigo continuaron normalmente, hasta que él se enteró, por una indiscreción de su madre, que yo era, quien me acostaba con ella.
Fue cuando me ordenó que la próxima vez que eso fuera a suceder, se lo dijera. Así lo hice, y estando en la cama clavándome a su madre, él entró en la habitación sigilosamente, y nos sorprendió a los dos en pleno acto.
Ella trató de explicar lo sucedido, cuando su hijo al tiempo que se fue quitando la ropa, se metió en la cama con nosotros.
Su madre se quedó callada, apenas él comenzó a mamar sus grandes tetas, y a los pocos minutos, mientras yo le daba por el sabroso culo de ella, mi amigo le comenzó a dar a su madre por el coño.
Esa noche ella, nos mamó la verga a los dos, y dejó que tanto su hijo, como yo hiciéramos con ella lo que nos diera nuestra real gana, para al final, mientras que yo desesperadamente le mamaba su chorreado coño a ella, su hijo sin pisca de vergüenza me enterraba toda su verga entre mis apretadas nalgas, para sorpresa de su madre.
En las siguientes ocasiones en que me volví acostar con la madre de mi amigo, ella a pedido de mi amigo, me ordenó que yo me pusiera algunas de sus prendas íntimas.
Quizás por lo morbosa de la situación, y lo mucho que eso me excitaba acepté sumisamente. Así que me acostumbré a tener relaciones con la madre de mi amigo, vestido de mujer.
En varias de esas ocasiones, después de que ya estábamos descansando, aparecía su hijo, y a mí, o me ponía a mamar su verga, o descaradamente me daba por el culo frente a su madre.
Mientras que ella, o me mamaba mi verga, o la de su hijo, o dejaba que alguno de nosotros dos la penetrase por donde se nos antojase.
Lo cierto es que, en la mayor parte de las ocasiones, yo era el centro de atención tanto de mi amigo como de su madre.
Al grado que un buen día él se presentó con un juguete, que su madre usa desde ese día para penetrarme a mí por el culo, mientras su hijo se la clavaba a ella.
Uff que rico algo asi
Que ricoooo!!!