SOY GUSTAVO Y ME GUSTA….
Poco a poco descubre lo le gusta mas… y mas.
Soy Gustavo tengo 19 años, muy delgado, vivo solo, mis padres me abandonaron y viví en un albergue hasta los 18 años, un sacerdote me llevó al albergue me encontró solo en donde me dejaron, tenía 6 años, por mi delicadeza y color me ubicó en un cuarto solo de cuatro niños, casi de mi edad. No entendía porque tenía que ser así la vida conmigo; el cura tenía mucho cuidado de mí, me daba los mejores alimentos, conseguía ropa a mi talla, donadas por los vecinos, a la semana de esta allí empecé a ver cosas muy desagradables, los chicos de más edad venían donde los pequeños y, al que encontraban sumiso, se lo llevaban a sus cuartos lo echaban en la cama para meterles la verga, ellos no decían nada por temor a las represalias; un día sin querer pasaba por uno de esos cuartos y vi como un chico de 16 se hacía chupar la verga por uno de 8 años, el mayor se dio cuenta y vino donde mi…. Quieres chuparla tu?… No me hagas nada y no quiero. Empecé a correr al cura… Otro chico me dijo… NO digas nada sino te van a pegar, no vayas por allí nada mas… Se notaba que todos les tenían miedo.
En esos días uno de los chicos de la cocina salió porqué alcanzo los 18 años, el cura protector me dijo…. Vas a ir a la cocina, aprenderás a cocinar y estarás mas a salvo de los chicos malos que hay aquí. Yo me sentí mejor; empecé a estar todo el día cerca del cura y de las señoras que hacían las labores de cocina, costura, carpintería, pero si en las noches, sentía que las camas de mis amigos se movían, eran los malos que venían por meter su pinga en los culos sumisos. Pasaron los días y los meses, yo aprendía muchas cosas allí, me volví muy útil, no extrañaba a mis padres, pasaron los años, nunca me hicieron nada, sabían que el cura me cuidaba y no se metían conmigo. Tampoco aprendí nada de sexo, ni me la corría o la metía en ningún culo. Hasta que llego el día que cumpliría los 18, me volví un chico alto, delgado, muy finito y atractivo, tenia ojos muy claritos, labios delgados y manos muy delicadas; el sacerdote me dijo: Gus: Ya vas a salir a la calle, no puedes quedarte aquí mucho tiempo. Yo: Si padre, que haré ahora? Padre: No te preocupes, he conseguido que te emplees en una agencia de correos, allí ganaras un sueldo módico hasta que te ocupes en otro mejor. Yo: Si padre Padre: Sí, y también he hablado con una casera para que te alquile una casita pequeña para ti. Yo: Gracias padre.
Cuando salí del albergue acudí primero a la dirección de la casera. Yo: Señora buenos días vengo…. Rosa: si ya sé, no te preocupes ya me dijo el padre como eras y se te reconoce rápidamente, eres tan guapo!. Yo: gracias señora. Rosa: Ven sígueme te voy a enseñar tu departamento; ya sabes siempre limpio y algunas cositas que necesites te las vas comprando. Yo: si señora muchas gracias. Rosa: esas cosas son del antiguo inquilino, se fue y las dejó; ahora son tuyas. Yo: gracias. Rosa: Vamos donde el señor de la estación postal. La señora me acompaño al servicio postal y me dieran mi trabajo, estaba enterada de todo. Cuando llegamos ella me presentó y allí me dejó para que me dijeran lo que iba a hacer. Tomás: yo soy Tomás el jefe de la estación; tu trabajo será repartir la correspondencia en bicicleta, se te pagará un porcentaje por cada carta o envió que hagas; no te preocupes te alanzará para pagar donde tu vives. Toma la bicicleta y si quieres empiezas mañana, Yo: está bien señor. Ya tenía casa, trabajo y sobre todo el cariño de las personas donde fui recomendado por el sacerdote.
Desde el día que empecé a repartir las correspondencias me fui ganando la simpatía de las personas del pueblo, ya todos me decían Gus, saber cocinar y lavar, me resulto muy bien, ayudaba a la señora Rosa en todo, le limpiaba la casa los domingos, tenía otros tres inquilinos y cuando querían que les arreglen algún desperfecto, yo lo hacía, eso le hacía ahorrar dinero a la dueña; arreglaba el jardín y le traía plantas para mejorar su aspecto, mi trabajo lo terminaba muy temprano y me daba tiempo para todo eso. La señora me decía: Rosa: Pareces un hija para mi, tan delgado y con una cinturita tan fina. Yo: Je, je, je. Señora: y eres muy trabajador. Cuando arreglaba el jardín, a veces pasaban hombres que lanzaban piropos, como salía con un pantalón licra, muy apegado a mi cuerpo, se me notaba el culo mucho: “mamacita, que rico culito” “ estas buenaza..” “Dame un besito en mi..” Yo me sonreía, y sabia llevarlo como una broma; un día me fije en el espejo desnudito y si tenía cintura muy fina, mi culo era paradito; y mi piel muy lisa, blanquita. Al dejar de hacerlo me puse a pensar porque no tenía una chica, nunca encontré respuestas.
Un día estaba repartiendo la correspondencia y lleve una a la farmacia más grande del pueblo, el dueño me llamó. Enrique: Gus, ven un rato Yo: Si, señor. Enrique: Mira dentro de dos días mi repartidor se va a ir y no tengo a quien poner allí; te gustaría trabajar para mí; ganarías el triple de lo que recibes allí. Yo: Lo puedo pensar, Don Tomas ha sido muy bueno conmigo. Enrique: está bien pero solo hasta mañana. Yo: está bien. Esa noche lo consulté con la señora, y me dijo que aceptara, que ella hablaría con el señor Tomás. Acepté el trabajo, me dieron una bicicleta con rejilla mejor que la antigua, y todo mi trabajo se hacía en la tarde o a partir de las diez de la mañana, y en verdad ganaba más. Pero apareció el señor de la panadería, para que le repartiera el pan, entre las 6.00 de la mañana y 10.00; que no iba a interrumpir mi otro trabajo. Yo acepté, eso iba mejorando mi futuro. Pasaron los días y era más estimados por los vecinos, un día una señora me llamo a su casa y Sra.: Gus, mira mis hijos se casaron y se fueron a vivir a otro sitio lejos, no volverán aquí; aquí tengo muchas de sus cosas que de repente te sirven o lo llevas al albergue como tú quieras. Yo: gracias señora, las iré llevando poco a poco. Señor: yo tengo carro los llevo contigo, Y así fue, fueron cuatro cajas enormes con ropa de hombre, y dos con ropa de mujer, cosméticos, etc. La señora Rosa se puso muy contenta; me estaba ayudando a seleccionar, había ropa nueva que no había sido utilizada, escogimos primero la del hombre; las que dejamos de lado la llevé al albergue; el sacerdote se alegro mucho. La ropa de mujer la guardé toda, solo la que me quedaba muy grande la llevé también; dentro de esa cajas había una caja más pequeña, estaba llena de cosméticos y de TRES CONSOLADORES, dos en caja y, uno de poco uso Yo me alegre, gran cantidad de lencería nuevecita y muchos cosméticos.
Pasaron los días, en las noches me probaba la ropa femenina y me gustaba, parecían que la habían comprado para mí; aprendí a usar calzoncitos breves en vez de mis trusas masculinas, y que bien se sentía que mis nalgas estén al aire libre y, con el movimiento de la bicicleta me sentía feliz; un día uno de los inquilinos se fue, quedando un departamento libre, la señora me pidió que lo limpie, porque iba a venir un joven de 24 años, empleado del MALL de la ciudad, administrador a vivir allí, como era fin de semana, me puse una de las licras pequeñas de mujer, y un polo bien ceñido, estaba arreglando el jardín, cuando llegó un joven toco la puerta y …. Señorita donde está la señora Rosa, Yo: Está durmiendo todavía, que desea? Soy Víctor, el nuevo inquilino y quiero hablar con ella. Yo: venga mas tarde. Víctor: Señorita, no sé si puedo ver el departamento. Yo: la señora tiene que dar el permiso, no yo. .. En eso se abre la puerta y sale la señora. Rosa: Buenos días, es usted Víctor? Víctor: Si, le pedí a la señorita que me muestre el departamento y… Rosa: él se llama Gustavo y no es señorita. Víctor: Perdón. Acto seguido subió con la señora a ver lo que iba a ocupar, al bajar me dice. Víctor: discúlpame, pero de verdad me confundí. Yo: no te preocupes. Víctor: voy a traer mis cosas. Yo: Tenia que pintarlo. Víctor: ya está limpio y eso me importa. Se fue, como a las dos horas llego con un camión y sus cosas, le ayuda a subir y traía muchos artículos eléctricos, al terminar se quedo solo acomodando. Baje a terminar mi trabajo de domingo.
Pasaron los días y fuimos tomando confianza, la señora recibió algunos regalos de Víctor, un tv. Que no tenia lo que la puso contenta, yo seguía de noche vistiendo los vestidos de mujer; empecé a maquillarme y me quedaba mirándome en el espejo, mis labios rojos me excitaban y me imaginaba mamando una verga, como las que vi en las revistas que vinieron en las cajas; mis pezones estaban en punta, ya que había comprado de la farmacia hormonas femenina, descubrí una mujer dentro de mí. Pasaron cuatro semanas y un día yo estaba en la azotea arreglando las macetas cuando subió Víctor a lavar su ropa, yo, estaba agachado con el licra a media nalga, se notaba mi trusita roja pequeña, Víctor: Hoy estas más bonita Gus. Yo: Queee? Víctor no te asustes. Soy yo. Yo: je, je,je Víctor: tienes un culo bien rico Gus. Mira como me has puesto. A pesar que traía un short, estaba al palo, no era una gran verga, pero si gruesita y cabezona, que se le nota por la tela transparente de su ropa. Yo: No juegues. Víctor: he traído un tv. Para ti y unas películas para que veas, cuando acabemos bajamos. Yo: si gracias. Cuando acabamos fui con él a su departamento y, me dijo que me iba a enseñar a manejar, pero primero se iba a bañar porque tenía calor. Yo: entonces vuelvo. Víctor: Okey. Volví, después de ducharme también. Él me espero, con un short holgado y se notaba que no traía trusa; Víctor: ven mira, prendió la tv. Puso una película y, era una porno de dos hombres uno que le metía la pinga hasta el fondo a uno, que se parecía a mí, me estaba poniendo caliente. Víctor: Te gusta la tv. Yo. Sssii. Víctor: Y la película? Yo: mira me voy, es de mañana y la señora me llama en cualquier momento. Víctor: en la noche bajo a verla completa en tu departamento. Yo: Chao. Levante el tv y las películas; pero me puso caliente; empecé a ver la película y me arrechó mas, me metí a la ducha para calmar ese calor pero fue peor me encendió mas. Me metí el dedo al culo. Me fui a mi cama y allí recordé que tenia consoladores; cogí uno me eché gel y….mi culito perdió su virginidad… me lo metí un poco…era rico.
En la noche llegó Víctor, toco mi departamento. Víctor: estás listo? Yo: Pasa. Entró. El que es blanco, cabello muy negro ondulado estaba con un color rojizo encendido, venía muy caliente, bajé mi mirada a su verga y se le notaba dura; Yo: que película vemos? Víctor: escoge tu. Yo: no se cual te guste. Víctor: esta mira. Era de unos negro que se tiraban a un chico blanquito como yo. La puso, sirvió unos tragos que trajo, Víctor que rico ese negro como se lo cacha, mira. Yo: Si, es bonito. Víctor: No te molesta que me saque el short? Yo: No nadie te ve. Víctor: y tú no quieres desnudarte. Yo: Así estoy bien. Pero en el fondo quería otra cosa. Víctor se cogía la verga, se la frotaba en cada metida de la película. De repente tomó mi cabeza y la llevo a su verga; abrí mi boca y la tome de lleno….. Me desnudó, estaba sin ropa….le mamaba su verga….él metía sus dedos en mi culo… la película seguía rodando…..su verga rosada estaba muy caliente y dura, se la sobaba de arriba para abajo con mi lengua…. Saladita… caliente.. con mis dos manos se la apretaba…él comenzó ha apretarme las nalgas….mis pezones….mordía mi boca…jalaba mis labios… Sigue chapándome la verga…. A mí me gustaba eso…. De pronto me levanta en peso y me llava a la cama, los dos desnudos, media noche… nadie molestaba…..que rico….me puso en posición de cuatro, con el rostro en la cama…mi culito bien parado para él…su pinga bien parada para mi…Yo: mi culo virgen se va a comer una verga dura….Víctor: Voy a ser tu padrino…te lo voy a romper….. Yo: Si…ya métela…métela….mi culo la quiere…
Víctor puso su cabezota en la puerta del culo y la dejó entrar con fuerza…..Ayyyyy más despacio….se detuvo…..pero ajustó mis caderas con sus manos… jalo mis cachetes mas a su verga…. Ayyyyyy ya entró Víctor….. Ya entró….todaaaaa….Siiiiii gózala Gus….Gózala..con sus rodillas ajusto mis caderas y con sus manos aprisionaron mis hombros y me jalaba de atrás hacia adelante y empuja empuja… Que rico….Víctor..Sigue….no la saques por favor…..él se esmeraba con sus movimientos … Víctor: ven vamos a la silla. Se sentó y me pidió que me sentara en su pichula, mirándolo…así lo hice…mi culo ya quería todo… al tenerlo cerca y su verga toda en mi culo empecé a besarlo…le mamaba su lengua…el apretaba mis pezones….con sus manos cogía mi verga y la corría….que rico Víctor..como quisiera tener una chucha…. seria tuya…Víctor: tu culito me gusta más…. Me volvió a llevar a la cama, me echo de espaldas, me levantó las piernas y así me la clavo por el culo….OHHHHHHH que delicia Víctor… me ajustaba muy rico mi culo…. Empecé a moverlo más….. agggggg que rica verga….Que rico culo Hummmmmm tienes muy chico tu hueco… que rico…mi mano empezó a frotar mi verga y…me corrroooo Víctor…córrete en mi culo…quiero tu lecheeee….Sentía su leche entrar caliente..Espesa y muy rica… Siiiiiii Gus…Agggggg Ahhhhh eres más rica que una mujer…….yeahhhhh….. Si los dos nos corrimos…nos quedamos dormidos en mi cama, yo con su verga en el culo….
Al día siguiente, muy temprano salió y nadie se dio cuenta; ya tenía uno a mi servicio, me recordé los años de albergue, si allí me hubieran cachado, no tendría lo que tengo ahora, seria puta. A partir de ese día, él se convirtió en mi marido, venia todas las noches para apretarme el culo, yo lo esperaba vestido de mujer, maquillada y con ganas de verga, nadie sabía de eso, en el trabajo seguía siendo un chico muy responsable, Víctor se sentía contento con mi culo y, yo sentía que su verga crecía mas…y cada vez se ponía más gruesa y cabezona…. Era mi culo quien lo hacia así….
¡Qué cachondo me ponen tus relatos! No puedo dejar de masturbarme con cada uno de ellos.