Soy la mujer del hijo de mi novia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Francisco, 48 años, español, vivo con mi novia Mirella, peruana, 45 años, desde hace unos cinco o seis años.
Ella tiene un hijo de 17, tenía 11 o 12 años cuando la conocí.
Oscar, que así se llama lo que sería mi hijastro, empezó a hacer deportes, desarrollando un buen cuerpo, es un chaval muy atractivo.
Nuestra relación familiar, es como la de cualquier otra familia.
Una tarde en que mi mujer estaba trabajando, y estábamos en casa Oscar y yo bebiendo algunas cervezas, hacía un calor de locos.
Oscar me dice que va a darse una ducha.
Yo seguí bebiendo.
Cuando sale del baño, salió en calzoncillos, no era la primera vez que lo veía así, pero si que me llamó la atención el bulto que tenía entre las piernas.
«Oye, estas empalmado, que polla que tienes», le dije riendo sin dejar de mirar su entre pierna, «venga Fran, que no es para tanto», dijo riendo, y seguimos bebiendo.
Yo seguía pensando en la polla de Oscar.
Recuerdo que seguimos bebiendo, y yo medio mareado, le volví a hablar de su polla, «me dejas que la vea?», le pedí.
Oscar se puso en pie y se bajó el calzoncillo, dejando una polla de unos diez centímetros muerta, que colgaba flacida.
Era una polla oscura, de color marrón clarito.
Me gustó la polla de mi hijastro, y sin poder contenerme, se la cogí con la mano y empecé a subir y bajar su prepucio, notando como se ponía dura en mi mano.
Oscar no decía nada, dejaba que siga acariciando su polla.
Estaba fascinado con esa tremenda polla en mi mano, la sentía dura, caliente, fibrosa.
Entre las cervezas que había tomado y acariciando la polla de mi hijastro, no aguanté y bajandoyo mi cabeza y empecé a darle besos, a pasar mi lengua por su cabeza, la metí en mi boca y se la empecé a chupar.
Yo jamás en mi vida había echo esto, pero me impresionó tanto, me gustó tanto la polla de mi hijastro, que fue mas fuerte que yo.
«Quieres follarme?», le dije sacando su polla de mi boca, pero la seguía besando y pasando mi lengua por su cabeza.
Lo miraba espectante.
«Vale, probemos», me dijo.
Nos fuimos a mi dormitorio, me bajé los pantalones, me pasé vaselina por el ano, pasé bastante vaselina por la polla de mi hijastro y me acomodo sacando bien el culo hacía afuera.
Estaba entre nervioso y excitado, empecé a temblar cuando siento como Oscar busca mi ano con su polla, quiero relajarme, siento su polla apoyada contra mi ano, «haaaaaaa», me quejo al primer empujón, sentí mi ano como se empezó a abrir.
Otro empujón, otro quejido, mi ano se abría más y su polla entraba en mi culo.
«Así Oscar, despacio, mete despacio tú polla, que me estas rompiendo el culo», le decía volviendo a gemir al sentir otro pedazo de polla entrar.
Que sensación tan extraña, me dolía, pero me gustaba, era tanto el placer, que yo mismo lo alentaba a que termine de meterla toda.
Me cogió de la cintura y en dos empujones más, sentí mis nalgas aplastadas contra el cuerpo de mi hijastro.
La sentía entera, bien adentro de mi culo, el placer que siento es indescriptible.
«Así cariño, hazme disfrutar de tú polla, despacito, folla mi culo despacito, quiero sentir tú polla como entra y sale de mi culo, abre bien mi ano, quiero ser tú mujer, haaaaaaaaa», dije, gemi de placer, abrí mis nalgas todo lo que pude, y disfrutaba como mi hijastro me folla.
«Rompe bien mi culo, dame placer, quiero se tu mujer», le gritaba sintiendo su polla entrar y salir de mi culo.
«Te voy a destrozar el ojete», me dijo metiendo su polla lo mas adentro de mi culo que pudo, y la sacaba haciendo círculos, y la volvía a meter, y la sacaba haciendo círculos.
Yo gemia, gritaba de placer, nunca imaginé que se podía disfrutar tanto con una polla en el culo.
Me parecía mentira que esa enorme polla, de unos 15 o 17 centímetros entrara y saliera tan fácil de mi culo, de lo bien que estaba pasando, era tal el placer, que sentía mi polla tan dura que me dolía.
Oscar saca su polla, haciendo que me ponga boca arriba, levanto las piernas y el grito de placer que di cuando mi hijastro me la volvió a meter toda fue increible.
Me tenía cogido de los tobillos, sentía su polla entrar y salir de mi culo, sabía que mi ano esta totalmente abierto, dilatado, roto.
«Este culo es mío, es mío este culo», decía sacando casi toda su polla, y me la metía fuerte, haciendo que grite de placer.
«Sí cariño, este culo es tuyo, es el culo de tu mujer, dime que soy tú mujer cariño, dímelo», le gritaba casi a punto de correrme de tanto placer que sentía, «eres mi mujer, eres mi mujer», me decía mientras me follaba con todas sus fuerzas, haciendo que disfrute, que me vuelva loco.
La metió tan adentro como pudo, gimiendo casi a gritos, me estaba llenando el culo de leche, fue tanto el placer que también me empecé a correr sobre mi pecho.
«No la saques cariño, no la saques, déjala otro poco más dentro de mi culo, quiero seguir disfrutando», le dije apretando su polla con mi ano.
Asi fue como me convertí en la mujer de mi hijastro y enamorado de sus 15 o 17 centímetros de polla.
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