Soy Rolando, el chico Bombero.
Hola, me presento y me he decidido a contar mis vivencias en sexualidad desde mis seis años, espero les agrade.
Hola a todos quienes me lean, me presento, soy Rolando, me dicen Roli, mexicano de 19 años y vivo en una ciudad fronteriza con los Estados Unidos que prefiero no mencionar por privacidad.
Mido 170 cms, delgado, pelo oscuro, de tez mas bien blanca, no velludo corporal y muy discreto en mi actuar, vivo con mis padres y una hermanita menor. Ahora les voy a relatar mis primeras experiencias y otras más recientes.
Cuando tenía 6 años tenia algunos amigos y una muy buena relación con mi primo Miguel, quien con 9 años siempre me guiaba en los juegos. Precisamente en una de esas ocasiones, Miguel me invita a ir a mirar a un cuartel de Bomberos cercano. Cuando llegamos estaba cerrado y no se veía a nadie, seguramente porque hacía poco habíamos escuchado salir a las bombas a alguna emergencia.
Así pues, con mi primo rodeamos el edificio y en la parte de atrás había un campo de entrenamiento de los bomberos y justo una valla estaba algo abierta por donde nos introdujimos a saciar nuestra curiosidad mirando lo que había. Fue así como entramos a una bodega donde había mangueras, y equipos bomberiles. Mientras estábamos entretenidos en eso, escuchamos una voz que se acercaba, alguien hablando por celular, por lo que rápidamente nos fuimos al fondo de la bodega a un sitio obscuro donde seguramente no nos verían.
Mi primo se ubicó detrás mío y mientras la voz se acercaba, el aprovecho de empezar a tocarme las nalgas descaradamente. Quise protestar, pero él me hizo callar aludiendo al bombero que estaba cerca por lo que me deje hacer. Mi primo siguió tocándome y pronto me bajo los shorts e interiores manoseando mis nalgas lo que debo reconocer no me disgustaba. Muy pronto empezó a meter uno de sus dedos en mi huequito, y luego dos. Trate de reclamar, pero de nuevo me hizo guardar silencio y fue cuando sentí que me empezó a introducir lo que yo creí seria su dedo del medio por lo grueso, pero no, ya que el me estaba abrazando atrayéndome hacia el con lo que caí que lo que tenia en mi culito era su pene y no sus dedos.
Cuando recién me lo empezó a meter fue una sensación extraña pero no ingrata, eso cambio un poco cuando fue adentrándose mas profundamente, lo que me producía un ardor en mi culito al estar siendo desvirgado.
Mi primo hacia un movimiento de sacar un poco su pene de mi culito, para luego abrazarme con fuerza con lo que conseguía meterlo un poco más, ocasionándome otro poco de ardor que debo reconocer me producía un nuevo placer, y así poco a poco siguió en dicho movimiento hasta que nuestros cuerpos estuvieron completamente unidos, es decir todo su pene dentro de mí.
Por supuesto que el miembro de mi primo no era de gran tamaño, solo con 9 años por lo que para mi fue placentera esa primera vez. El siguió en su movimiento de mete y saca algunos minutos hasta que yo cansado le dije que era suficiente. Si bien yo no lo sabía, por su edad no iba a eyacular (yo no sabía lo que era eso) Además, el bombero que oímos hacia rato se había marchado. Nos ordenamos la ropa y salimos de ahí sin intercambiar palabras.
Pasados unos días, me encuentro de nuevo con mi primo ( vivimos en el mismo barrio en casas algo cercanas) y me pregunto como estaba y otras cosas sin importancia, sin aludir a lo ocurrido en el cuartel de bombas, en ese intertanto suena la alarma de bomberos y con ello la salida de los carros. Mi primo me miró y me pregunto si quería ir de nuevo a la bomba a “jugar”. No lo dudé y le dije que sí. Una vez adentro de la bodega y sin rodeos, ambos nos bajamos los shorts y empezamos de nuevo con nuestro nuevo “juego”. En esta ocasión yo me desvestí la parte inferior de la ropa y me ubique sobre el mismo cajón de antes, pero esta vez con las piernas abiertas entregado a la penetración. Mi primo también mas decidido ahora se unto los dedos con saliva lo mismo su pene para ubicarlo a la entrada de me hoyito. Sentí la punta caliente y húmeda que rápidamente empezó a incrustarla dentro de mí, sintiendo aquel ardor del primer día, pero ahora mas consciente de lo que hacíamos, yo percibía la palpitación de su pene y mi culo deseaba que entrara todo pronto, lo que en tres o cuatro enviones ocurrió y ya sentí su pene dentro y el inicio de su ejercicio mete y saca que aprendí a disfrutar en ese instante y para siempre. Los lectores entenderán que con años mi primo no eyaculaba, como antes ya lo señalé, así que era solo una entretención el mete y saca.
La tercera vez me llamo la atención que Miguel trajera una crema que untó en mi culo y en su pene antes de meterme su verga, le pregunté por eso y me señalo que un amigo le había dicho como hacer. No hablamos mas del tema sino hasta la siguiente ocasión, en que de nuevo estábamos en el mismo lugar “secreto”, yo completamente ensartado cuando se escucha una voz detrás de nosotros “Pero vaya que bien”. Me asusté y trate de ponerme los pantalones. Mi primo muy tranquilo me dice “no te preocupes, es mi amigo”. Efectivamente era el hijo del encargado de cuidar el cuartel de bomberos que vivía ahí mismo. Mi primo me dijo que él había sido quien le enseño lo de la crema y otras cosas más. Ahí caí del cuento.
Jorge, de 14 años era un chico de pelo tieso, buen cuerpo, esbelto, que al acercarse a nosotros ya llevaba su pene fuera del pantalón lo que no dejaba dudas sobre lo que pretendía. Un pene de adolescente, oscuro, grueso y a todas luces más largo que el de mi primo. Se acerca y me empieza a amasar las nalgas mientras lleva mi mano a que le agarre el pene caliente y húmedo que me saco un escalofrío al notar su tamaño. No te asustes me dice, tu primo ya te tiene preparado con la crema y con cuidado todo resultará bien.
Me llevó al costado del cajón y me hizo ponerme de espaldas dejando mis pies en sus hombros, sus pantalones cayeron a los tobillos y pude ver su herramienta que nacía de una profusa mata de pelos negros. Como ya dije su pene de cabeza rosada y húmeda se veía grueso muy obscuro y al menos unos 16 cms, los que prontamente se ubicaron a la entrada de mi culo, el que fue abundantemente lubricado con crema igual que la cabeza roja de su pene y me empezó a clavar. Poco a poco empecé a sentir como se incrustaba dentro de mí, y cada vez mas profundamente, repitiendo aquel ardor de la primera vez, aunque algo más intenso.
Hasta un poco más de la mitad fue normal, pero luego el dolor se fue acrecentando y le pedí que fuera con calma, pero el seguía en la técnica, lo sacaba 4 cms. y lo metía 6, sin compasión hasta que finalmente simplemente me lo dejo caer de golpe lo que me hizo gritar y hasta algunas lagrimas derramar. Se quedó quieto.
Yo sentía como ese trozo de carne hirviente palpitaba dentro de mi culo, me ardía, pero como antes, era un dolor placentero, el que a medida que mi follador empezó a moverse, metiendo y sacando se fue acrecentando la sensación de disfrute. Pronto el movimiento era casi violento. Mi primo Miguel que solo miraba se atrevió a ponerse a mi lado y ofrecerme su pene en mi boca la que abrí para recibirlo y así completar el cuadro. “ Eso putito” exclamo Jorge viendo como además de su follada, mi primo me daba por la boca.
Por supuesto que ahora todo era diferente, Jorge con 14 años era un adolescente pleno, por lo que a poco andar empezó a acelerar sus movimiento hasta que en un momento lanzo un fuerte quejido mientras yo sentí que algo húmedo se vaciaba en mis intestinos, y veía a Jorge que gemía y se mordía el labio inferior mostrando algo que aun era desconocido para mí, así como saber que no se había orinado dentro mío, sino que se había deslechado dejándome su semilla dentro mío. Saco algo de papel higiénico de su bolsillo y me dio para secarme el culo que chorreaba hacia mis piernas aquel liquido blanquecino, mientras el se limpiaba su miembro que aun tenia muestras de lo recién ocurrido. Mi primo Miguel, también observaba curioso todo lo ocurrido.
Nos acomodamos la ropa, esta vez Jorge nos llevó a la salida formal, la puerta de acceso donde nos despedimos, disimuladamente me agarro el culo y me susurró “espero vuelvas pronto”, le respondí con una sonrisa, no hacía falta más palabras.
Espero tener buena recepción a mi primer relato, si hay buena aceptación me animaré a seguir contando mis aventuras.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!