Spiderman el regalo de Camilo
Hola amigos, les dejo un nuevo relato, y los invito a entrar al enlace de mi nombre de usuario que aparece hasta abajo, para que lean todos los demás..
Hola que tal, me llamo Bruno, tengo 22 años y desde hace cuatro años trabajo como stripper en un antro gay. Por ello, y a que de adolescente fui muy deportista, mantengo un buen físico; lo típico, abdomen de cuadritos, pectorales, bíceps y muslos marcados; y pues la naturaleza decidió dotarme con 20 cm de buena verga. De hecho fue un amigo del gimnasio quien me invitó a trabajar a ese antro.
Trabajar ahí me volvió muy abierto en la cuestión sexual, nunca tuve ningún problema en calentar de más a los clientes para jalar más propina a la hora de los privados, Y al desinhibirme pues me volví más cachondo, al grado de calentarme hasta con el mínimo testereo, debido al constante roce. Pero también era muy profesional, me gustaba meterle a mi show, incluso convencí al patrón de idear mi propio concepto, y como era muy fan de los comics, usaba disfraces de superhéroes (al estilo stripper).
Todo marchaba bien, hasta que el año pasado debido a la pandemia el bar comenzó a decaer, finalmente cerró a inicios de este año. Yo me quedé sin chamba un tiempo, sin embargo el patrón era un hombre de negocios y además del bar tenía una empresa de eventos sociales (fiestas infantiles, cumpleaños, quince años, bodas, despedidas de soltera, etcétera). Manejaba distintos conceptos, en el caso de las fiestas infantiles llevaba un animador y payaso como conductores del evento, y si, nos llamó a varios de los chavos del bar para usar disfraces de superhéroes (me robó mi idea jaja, no de hecho me dijo que se inspiró en mi), que cumplían funciones de “niñeros”, teníamos que jugar con los niños, simular escenas de películas, ser patiños de los concursos que el animador hiciera y tomarnos diez mil fotos con cada niño que lo pidiera.
Aunque a varios de mis compañeros no les gustaba, a mí me encantaba disfrazarme y convivir con los niños porque crecí rodeado de primos, sobrinos y hermanos, y eso lo notaba el patrón, por lo que siempre me usaba como piedra angular de sus shows.
Un día me llamó para decirme que le urgía un traje de Spiderman para una fiesta infantil muy importante que tendríamos. Me recordó que yo bailaba con un traje del Hombre Araña en el antiguo antro, y que si le hacia el favor de ir así caracterizado. Le dije que si por inercia (al trabajo no se le dice que no), pero recordé que mi disfraz no era común, estaba súper entallado y resaltaba los huevos, nalgas y mi pito, aunque obvio pensé que sin erecciones de por medio, no habría problemas.
No mentía el jefe, cuando llegamos al fin de semana siguiente a la casa de la fiesta, debía ser muy importante pues era una de esas residencias enormes. Las camionetas del show entraron por una larga vereda llena de árboles muy bien podados, al fondo la casa y hacia los lados más construcciones. La residencia tenía tres secciones, una zona de “eventos” donde había alberca, un jardín habilitado como salón de fiestas, espacio para juegos e inflables; luego estaba la casa enorme, y hasta atrás unas cabañitas que eran usadas para visitas o para en este caso recibir a los empleados del show, incluso nos habilitaron una de las cabañitas para descansar pues habían contratado el show por varias horas. La distancia era suficiente para que las tres zonas estuvieran aisladas entre sí.
Después de disfrazarnos y prepararnos, llegamos a la zona de la fiesta y ahí entendí porque el jefe insistió en mi disfraz, la temática de la fiesta era “El hombre araña”. Todos los elementos decorativos y alimentos giraban en torno al arácnido favorito de los niños jaja. Sí, yo iba a ser el centro de atención.
Antes del show, la mamá del festejado pidió hablar conmigo, me comentó que habían contratado un imitador del hombre araña, pero le canceló y le pidió de favor a mi jefe mandar a su mejor elemento animador (ósea yo) disfrazado de eso. ¿La razón? Obvio el festejado era súper aficionado al hombre araña, pero había algo más; la mamá del festejado me habló de Camilo, su hijo cumplía 7 años y estaba diagnosticado con TDH, un trastorno de conducta infantil que los hace ser muy retraídos, nerviosos, hiperactivos, pero que potencializaba su inteligencia. Me decía que el niño había pedido mucho la fiesta, y su psicólogo recomendaba buscar elementos que socializaran al niño, y su personaje favorito era una estrategia.
Entonces me pidió ser “el acompañante del niño”, es decir, estar con él toda la fiesta. Según no habría problemas, pues yo disfrazado no resultaría afectado por una eventual crisis (capricho) del niño. Me ofreció una propina extra además del sueldo que recibiría.
Lo tomé con calma y me dirigí a la zona de la fiesta para ser presentado con Camilo. Al conocerlo, no tuve ni tiempo de verlo bien, el niño se lanzó sobre mí, por la diferencia de estaturas y lo abrupto de su abrazo, su cara quedó justo sobre mi bulto, en ese momento yo solo me sentí incomodo (recuerden el traje entallado y acentuador); el niño parecía koala no se zafaba de mí y mi incomodidad ya era notoria, pues estaba nervioso (por aquello de la condición del niño). Me bajé a su altura y lo abracé deseándole feliz cumpleaños.
Ahora si pude verlo, era un niño hermoso, vestía el mismo disfraz que yo, pero sin mascara. Era algo flaquito, lo suficiente para percibirse muy endeble y delicado, mis brazos le daban la vuelta completa y sentía que un soplido podía desbaratarlo jaja. Cabello castaño, piel blanca, ojos café, facciones finas y dos hermosas nalgas redonditas bien acentuadas por su disfraz.
En efecto, la jornada fue de estar con el niño, de aquí para allá, me subí al inflable, al trampolín, a todos los juegos. La verdad el niño era muy agradable, me estaba cayendo muy bien, se veía que la estrategia del psicólogo funcionaba, la ilusión del niño de estar con su personaje favorito lo llenaba de vitalidad, incluso en una escapadita su mamá me felicitó.
Fue tanto lo que pasé con el niño que no me di cuenta que todos en el show ya habían tomado su descanso, menos yo. Y es que el niño no me quería soltar; Camilo hasta dejó de prestarles atención a sus amigos, papás y los otros personajes del show. Al avanzar el tiempo su atención sobre mi tomó tintes incomodos, pues noté una insistencia constante de su parte a abrazarme (normal), pero también a acariciar mi cara, mi pecho, mi abdomen y mis piernas, asumí que era normal en un niño que quiera “explorar” a su superhéroe, pero también acompañaba sus gestos con tiernas palabras de “te quiero mucho”, estaba cabrona la situación, pues hubo un incidente en el inflable (por suerte no creo que me vieran) donde el básicamente “se montó” sobre mi bulto y hacia presión al brincar en él. Por una fracción de segundo me sentí “excitado” y si, se me paró (recuerden mi disfraz especial).
Alarmado por una posible consecuencia, le pedí que descansáramos, pero notó mi bulto y…
Camilo: ¿Se te hincho porque te pegué muy fuerte “spaidi”?
Bruno: (Muerto de nerviosismo y ocultando mi erección) No, como crees, esto ya lo tenía así de otro golpe.
Creo que lo convencí porque no insistió. Finalmente llegó mi descanso, la siguiente parte de la fiesta los niños lo pasarían en la alberca, por lo que la mamá y mi jefe me dieron permiso de ir la zona de servicio (las cabañitas) a comer y relajarme. Mis compañeros estaban en el comedor de servicio, algunos, otros habían ido por a un encargo del patrón, la fiesta estaba al otro extremo de la finca, así que estaría solo. No comí pues estaba más cansado que hambriento, así que me dormí un rato, me acosté boca arriba en una cama, me quité la máscara y la parte superior del disfraz dejando desnudo mi torso.
No habrían pasado ni 15 minutos de mi siesta, cuando entre sueños comencé a sentir una sensación muy agradable. Mi pito comenzó a hincharse producto de un agradable cosquilleo que jugueteaba con la punta, mis huevos y el tronco, sin orden definido, intensificándose con ligeros masajes sobre la verga y los testículos, era definitivamente el movimiento de una mano, pero creí era un sueño.
Abrí los ojos y seguí sintiendo el tacto de unos muy delgados y delicados dedos sobre mi verga, moví mi cabeza y lo vi, era Camilo sobando me pito, que estaba hinchado como nunca, detenido solo por el traje tan entallado de Spiderman. A diferencia del incidente del inflable, aquí la sorpresa, mezclada con la rica sensación del tacto de su manita con mi tronco, retrasó mi reacción.
Bruno: (expirando un suspiro y recordando que el niño podía tener una crisis) ¡Camilo! ¿Qué haces aquí, deberías estar en la alberca?
El seguía sobando y yo no lo quitaba aun
Camilo: Si, pero me aburrí, le dije a mi mamá que me iba a dormir un rato en la casa, y me escape para acá, para sobarte donde te lastimé ¿te duele mucho?
Un perversa e intensa fuerza de calentura sexual se apoderó de mí, en una fracción de segundo mi cabeza hizo una suma de elementos estoy solo + a él lo piensan dormido + estamos lejos. Era como si la bestia sexual que dormía en mí se hubiera despertado borrando mi juicio, mi moral y mi más elemental sentido de supervivencia (se imaginan ser descubierto en medio de una fiesta de ricos)
Retiré su mano, me levanté, pero no porque hubiera recuperado la cordura, sino para asomarme afuera de la cabaña y ver todo en orden, que no lo hubieran seguido, etcétera. Comencé a sobar mi verga por encima del traje y quise medir que tan lejos iría el, pero se me adelantó
Camilo: Estoy muy contento de que estés aquí, te quiero mucho, quieres que te sobe tu pipi (verga)
Bruno: Si, si tú quieres, pero debes prometer que este será nuestro secreto, hazlo por mí, por el hombre araña.
Era el escenario perfecto, un niño dócil, enamorado de su personaje favorito, manipulable y cuya condición (TDH) lo hacían fácil de convencer ¿qué habrían hecho ustedes? Yo nunca había visto con morbo a un niño, pero esa situación me hacía entender que quizá solo necesitaba un escenario así para sacar mis más bajas pasiones.
Me acerqué a él, y solito me volvió a sujetar del bulto de mi traje para sobarlo; Camilo se veía perdido, deseoso, atento a aquel bulto que crecía y crecía; me volteo a ver, su sonrisa me mató de ternura y deseo, comenzó a acariciar mis abdominales, pasando sus deditos por el surco sudoroso de mis cuadritos; subió los dedos hacia mis pectorales y tocó mis pezones con la curiosidad con la que se explora una masa de plastilina o un dulce suave. La erección y sudor aumentaban en mi, al tiempo que el niño hacia un esfuerzo por alcanzar mi cara, por lo que me arrodillé y dejé que explorara mi cuello, mis orejas, donde dio al clavo de mi zona erógena al susurrarme en el oído “Spiderman no le digas a mi mamá”, me sorprendió la conciencia que tenia de hacer algo que debía ser secreto.
Decidí echarme a la bolsa al niño con un gesto cachondo y firme, lo besé, primero tiernamente acomodando mis labios sobre los suyos, cuando comenzó a abrir su boca, lamí alrededor de su hociquito y el introdujo su lengua antes que yo en mi boca, yo le regresé el gesto, haciendo de mi lengua y la suya una sola jugando con sus movimientos y nuestra saliva.
Bruno: ¿Quieres mucho a Spiderman?
Camilo: Si, mucho
Con la verga a full y consciente de que no debía perder tiempo, lo volteé de espaldas, me levanté ligeramente y procedí a darle unos buenos arrimones, unos llegues para medir el acomodo de mi verga sobre sus nalguitas y rajadita. Como venía de la alberca, solo traía un ligero traje de baño, así que con la ligereza de mi traje de licra y la de su short, pude sentir como mi pito se acomodaba entre ese culito redondito. Así estuve sin darme cuenta tres minutos.
Lo desnudé y me desnudé yo para apresurar las cosas, lo llevé a la cama y comencé a excitarlo, recorriendo con mi lengua ese delgado cuerpecito frágil; besé y chupe cada centímetro de su piel, sus piecitos, sus axilas, su cuello, sus orejas, sus pezones, su pitito y huevitos, a lo que el respondía con ligeros gemidos, mientras acariciaba mis orejas y mis mejillas.
Froté mi pene sobre el suyo, y su reacción me encendió aún más, pues respondió al vaivén de mi pito sobre el suyo, moviéndose también, como si quisiera competir en ese cachondo tallón de espadas.
Bruno: ¿Me ayudas a bajar esta hinchazón de mi pipi?
Camilo: Si ¿Qué debo hacer?
Bruno: Vas a chuparlo igual que como chupas la paleta que más te gusta
Di al clavo con esa frase porque lo hizo exactamente así. Tomó con sus delgadas manitas mi grueso miembro, le dio un lengüetazo a la punta de mi verga, que ya dejaba brotar liquido preseminal ante la dureza de un pito venudo que por fin recibía recompensa. Después recorrió con su tibia lengua todo mi tronco, se aventuró a ir sobre los huevos y trato de introducirlos en su boca; luego jugueteó con la verga metiéndose discretamente la cabecita para presionarla con la boca y soltar un chupetón como succionándola. Trato de metérsela hasta el fondo y no pudo. Mientras yo dejaba salir un gemido como deseando pasar a lo mejor, comerme su culo.
Pero el niño estaba en lo suyo, chupaba mi verga con suavidad y luego con firmeza, justo como una paleta. Sus labios suaves y su boca tibia entraban y salían, aunque de vez en cuando la dejaba adentro para ligeros lengüetazos sobre la punta. El niño aumentó la velocidad sobre las ricas mamadas que me daba. Pero yo no iba a terminar así.
No disponía de mucho tiempo, así que lo cargué, y en el metro y medio que nos separaba de la cama lo acomode como candado contra mi pecho, el besaba mis pezones y yo recorría su cuerpecito, mientras besaba su cuello. Lo puse en la cama y empecé a dilatarlo; me impresionó lo rosita de su culito, empecé a lamerlo, introduciendo mi lengua y ligeramente la punta de mi dedo.
Bruno: Esto va a doler poquito mi amor, pero te va a gustar
Camilo: ¿Me dijiste mi amor? Jeje, vamos a ser novios
Su inocencia solo echaba más gasolina a la hoguera que era mi imaginación
Procedí, poco a poco, punteándolo primero, acomodando la cabeza de mi verga en su hoyito; al principio solo reía, pero luego comenzó a tener gestos de incomodidad, pero yo ya no podía detenerme, debía clavar mi frondoso miembro en ese botoncito rosa que clamaba ser atravesado. Empecé a empujar con más fuerza, clavándola poco a poco, hasta llegar a la mitad, donde el niño empezó a gemir de dolor.
Camilo: Me duele, me duele
Bruno: Tranquilo, tranquilo, el hombre araña nunca te haría daño, yo te quiero, y quiero hacerte feliz
Camilo: Voy a aguantar por ti Spiderman (apretó los labios con los dientes)
Avancé con mi grueso pito sobre ese rico culito, que ya estaba entregado a la situación, y por fin logre metérsela hasta el fondo, para evitar sus gritos, lo besé y aceleré el ritmo de mis bombeadas. Mientras le decía al oído.
Bruno: ¡Que rico estas chiquito hermoso, tienes un culito delicioso, y todo en general tú, estas sabrosito ¿te gusta, te gusta lo que te hace Spiderman?!
Camilo: (apenas con aliento por el peso de mi cuerpo y mi verga entrando y saliendo) ¡Siento cosquillitas en mi pancita y si me gustan!
No lo podía creer de verdad, estaba cogiéndome a un morrito de 7 años, que por su estatura y peso pasaría por uno de 5. Y lo hacía con la absoluta complacencia del escuincle, vivía el sueño de todo cabrón con estos gustos, y no me había costado nada.
Aceleré el ritmo y me colgué al niño como candado.
Bruno: ¡Mmm si, si mi amor, si, ufff, ahhh, siéntelo todo, siéntelo todo dentro de ti, ay cabroncito que rico estas, si, si, siiiii, ahhhh, agg, agg!
Mientras lo bombeaba de pie, abría sus nalguitas para que se acomodara mejor, él se sostenía de mi cuello, al tiempo que trataba de besarme, el dolor no lo dejaba
Camilo: ¡Ahhh, ayyy, ahhh!
Bruno: ¡Eres mío cabroncito, eres mío, ahhhh, aggg, ahhh, ya voy a sacar la leche, ya voy a sacar la leche! Ahhh
En ese momento las pulsaciones de mis huevos inyectaron mi pito de un poderoso chorro de leche que palpitó dentro de las tripitas de Camilo, mientras él se aferraba a mi boca. Lo llevé a la cama y al sacar mi verga parecía ido, pero con una expresión de satisfacción.
Me apresuré a ponerle su short, verificando que no hubiera daños o pistas. Yo igual me vestí y regresamos a la fiesta.
Continúa está historia por favor, esta bien rico este relato
Que rico y morboso espero que se unan mas superheroes
buena sugerencia…mas accion
Muy buen relato
Relato interesante y muy bien escrito. ¡Gracias por compartirlo! Leeré otros escritos tuyos.
Muy rico tu relato. A mí también me gustaría verte con el traje de Spiderman 😋
Muy bueno, esto da para mas, continua👍 placer leerte.
Rico, pero el final fue muy abrupto. Se podría cachondear más con el nene.
Super excitante tu relato, me la jale de lo mas rico, oye aquí no queda esto sigue contando, saludos 😁 😁 😁
Muy caliente, esto describe a la perfección mi fantasía favorita ser follado por spiderman 🤤
wow…muy rico este relato.
Me he masturbando más de 5 veces leyendo este relato, imaginarte disfrazado de spider man bombeando sin piedad al nene uuuuffffffff….
Me gustaría leer algún relato de sexo guarro con payasos.
Pf! exquisito relato me la jalé varias veces, nada mas que el final estuvo muy apresurado siento que daba para más o para terminarlo más lento pero aún así muy bueno tu relato