Sueño cumplido con papá – Parte 2 (incesto gay)
Continúo contando la historia de como me acerqué a mi padre y cumplí mi mayor fantasía..
Si quieres leer la primera parte aquí está el enlace: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/sueno-cumplido-con-papa-parte-1/
(Todo lo aquí narrado es producto de la ficción).
Después de ese primer acercamiento todo transcurrió normal durante un par de meses, con papá nunca se habló de lo que había pasado y la relación entre los dos siguió como si nada, un poco distante, de hecho, ya que él siempre fue un tipo muy serio y de pocas palabras.
Yo seguía recordado aquella escena tan excitante en que estuve desnudo frente a mi padre, pero ahora no podía sacármelo de la mente, todo el tiempo pensaba en qué otras formas de acercarme a él podría buscar, y me masturbaba constantemente pensando en lo mucho que me gustaría verlo a él sin ropa.
Nuevamente llegó un domingo en que nos quedamos solos en casa y yo inmediatamente retomé mi rutina de ducharme y fingir que se me caía la toalla frente a él; esta vez el gesto no pasó desapercibido, antes que recogiera la toalla papá se me adelantó, la levantó del piso y sacudiéndola como si fuera un látigo de algodón me pegó suavemente en las nalgas, mientras decía “hoy tengo deseos de que juguemos un rato”, “espera voy a vestirme” le dije, pero respondió que le gustaba verme desnudo y que no había ningún problema. Jugamos videojuegos un rato, él vestido y yo completamente desnudo a su lado, yo estaba súper excitado. En algún momento me armé de valor y le dije que no me parecía justo que yo estuviera sin ropa y el no, a lo que me respondió sonriendo con un “¿qué quieres, que me lo quite todo?” yo no supe qué responder, en un silencio que me pareció eterno él sonrió nuevamente y me dando un salto del sofá me dijo “¡está bien!” y en un segundo se quitó toda la ropa, “al fin y al cabo somos hombres”. Yo no me lo podía creer. Ver el cuerpo desnudo de papá era todo en lo que había pensado últimamente y ahora lo tenía al frente.
Debió notar que yo no quitaba la mirada de su verga, era enorme y yo nunca había visto algo así, era grandísima y ni siquiera estaba erecta. Yo miraba fijamente y cúal no sería mi sorpresa cuando preguntó si me gustaba lo que veía, entre tartamudeos le respondí que me gustaba su cuerpo. “Lo importante para tener un buen cuerpo es cuidarse y hacer ejercicio”, me dijo, y yo asentí; era cierto que desde que podía recordar lo veía entrenar diariamente, por eso todos sus músculos estaban marcados. Le pregunté si cuando grande me vería como él y me respondió que si hacía lo mismo que él, con seguridad sí.
“¿Pu-pu-puedo tocarte?”, me animé a decir al fin esperando un regaño pero su respuesta fue rotunda “¡claro que sí!”. Yo mandé impulsivamente mi mano a su plano abdomen y sentí como su respiración se aceleraba, aunque no tanto como la mía. “Sigue, lleva tu mano más abajo, yo sé que eso es lo que quieres”, me quedé helado e hice ademán de retirar mi mano, pero la tomó con la suya y la dirigió a su pene. Tímidamente comencé a rozarlo y un momento sentí que empezaba a ponerse dura. La fantasía que había tenido tanto tiempo estaba haciéndose realidad: estaba tocando la verga de papá.
Sin saber qué más hacer me quedé quieto y en silencio. Al fin atiné a decir “¿papá…. Tu te masturbas?”, “¡claro hijo, todos los hombres lo hacen!” respondió y soltó una carcajada y preguntó si yo lo había hecho, sonrojado respondí que sí y que siempre que lo hacía pensaba en él, de nuevo se hizo el silencio hasta que él preguntó “¿quieres que nos masturbemos juntos?, pero tiene que ser nuestro secreto. Algo entre tu y papá”, yo emocionado respondí que sí. No podía creer que mi propio padre me pedía hacerme una paja con él.
Inmediatamente me puse duro como una roca y me sorprendí muchísimo al ver cuanto crecía la verga de papá, en verdad era grandísima. Yo me masturbaba mirando aquel monstruo entre sus piernas. “¿Quieres tocarla ahora que está dura?”, “claro que si, papá” respondí y comencé a frotarlo con mis manos, tuve que usar las dos porque no me cabía en una sola, era la mejor sensación de mi joven vida. “Hijo, voy a correrme” me dijo soltando un chorro que voló por los aires y cayó sobre mi hombro, su cuerpo empezó a temblar y tres chorros más le siguieron al primero. Luego salió como una fuente que chorreó por su pene y mis manos. “Mira lo que me has hecho hacer” dijo sonriente”.
Corrió al baño a limpiarse, a mi me entró el sentimiento de vergüenza y me fui a mi cuarto, sentía que lo que había pasado no estaba bien del todo pero no pude evitar hacerme otra paja pensando en lo que había pasado: ¡mi padre se había venido en mi manos! y para mi futura sorpresa, lejos estaba esta historia de terminar aquí.
Pero que rico relato estoy muy caliente deseando más por favor mas
para cuando la continuación???
Excelente, espero la continuación del relato y que los dos disfruten la experiencia.